Partida Rol por web

Por poco Aerandir se precipita al vacío, pero logra reaccionar a tiempo clavando sus espadas en la pared. Ahora se nos presenta esta dificultad, un agujero en el suelo. Maravilloso. Supongo que la única opción que queda es saltar. Miro al agujero, parece muy profundo. Dando un largo suspiro cojo algo de carrerilla para indicar que seré el primero. "¿Por qué estoy haciendo esto?" me pregunto a mi mismo poco antes de dar el salto.

Cuando estoy en el borde, mi pie resbala ligeramente y el salto no es todo lo potente que pretendía. "Oh no" pienso "maldita sea..." Me agarro con los dedos al borde del otro lado, pero no parece suficiente y caigo al vacío con un grito.

Justo pude apreciar como Damakos perdia pie en el borde, como hice antes clave mi espada en un lado del pasillo y me dio tiempo a agarrar a mi compañero por suerte mis reflejos eran felinos. No podia fallarle, le debia la vida. Asi que me aferre tanto a mi espada que servia de apoyo como a mi compañero.

Lunnaris observó como Aerandir sorteaba sin dificultad aquel problema, pero en cuanto vio como Damakos caía por el agujero, se lanzó al suelo para tratar de ayudarle, estiró el brazo todo lo que pudo con la intención de no dejarle caer. Habían tenido sus dificultades y sus controversias, pero si algo tenía claro que es que aquel tiflin había sido de gran ayuda.

¡No, Damakos! ¡No hemos llegado hasta aquí para que ahora te ocurra esto!

Agarre a Damakos pero aun con la espada haciendo de soporte, notaba como el peso del gran Tiflin me arrastraba poco a poco con él, pero no podía soltarle, no podía dejar caer a un compañero, no quería fallar, no podía fallar. La rabia me invadía mientras notaba mis pies resbalar por el suelo, que al estar algo húmedo no ayudaba, también mi mano comenzaba a resbalar por el mango de la espada. Mis músculos se tensaban para aguantar el peso del Tiflin pero esas situaciones no eran lo mío. Destacaba por mi agilidad no por mi fuerza bruta.

Gracias a la rabia que me daba poder fallar consigo sacar fuerzas de donde no habia y noto como dejamos de caer, y como mis pies recuperan el control moviendose hacia atras separandome de la trampa y a Damakos. Vamos tienes que pensar en ponerte a regimen. Digo con un tono que mostraba mi esfuerzo.

Bufff... se quejó Lunnaris. Por un momento pensé que os perdería a los dos. Dijo algo derrotada y cansada por la emoción que acababa de sufrir. Después dio un grácil salto y con una suave pirueta cayó al otro lado sin ningún tipo de problema y esfuerdo. ¿Continuamos?

Estuvisteis explorando la gruta con suma cautela durante los próximos minutos teniendo a Aerandir como líder. Por suerte ya no hubo más movimientos de tierra o zanjas mortales que pudieran poner en peligro vuestra integridad, eso os llevó a pensar o que tuviste muy mala suerte o que aquel obstáculo estaba a conciencia.

Los pequeños haces de luz provocado por pequeños agujeros en el techo aún servían para iluminar el interior, después el terreno comenzó a descender y os disteis cuenta de cuan colosal era aquella instalación subterránea, sobre todo al comprobar que la entrada al lugar tampoco era tan grande.

Lo que hizo que os detuvierais por completo fue el hallazgo que quedó expuesto ante vosotros a unos escasos 10 metros.

Se trataba de una estatua de piedra, corroída por la humedad y fragmentada en grandes partes. Parecía representar a una especie humanoide en llamas, quizás una mujer, aunque existía una carencia palpable de cuero cabelludo en la representación. Tenía la cabeza agachada y las manos extendidas en palma.

Tras ceder ante la curiosidad innata, decidisteis acercaros para así explorar con más atención el lugar. Pudisteis contemplar como en las manos de la estatua había tres pequeños huecos, era como si allí encajaran algún tipo de piedra ¿se trataba de un mecanismo?¿y quién lo introduciría ahí? Pero lo más revelador llegó a continuación...

Desde aquella posición se observaba con total claridad que que existía una trifurcación, tres caminos separados que llevaban a una zona desconocida de aquella cueva ¿tres caminos y tres huecos?¿tenía relación?¿sería casualidad?¿estarías aún más cerca de caer en algún tipo de trampa?¿o sería tu objetivo el que estaba casi a la vista?

A penas unos instantes después de darlo todo por perdido, Aerandir me coge. Intento reaccionar rápido y hacer lo que pueda para subir, pero no parece que funcione. En un momento me da la sensación de que ambos vamos a caer y la culpa me llena la cabeza, pero por suerte con un último empujón logra subirme al otro lado del agujero. Sentado en el suelo, jadeando, descanso un par de segundos.

-Oh dios...- digo, temblando ligeramente, todavía no acababa de creerme que me hubiera salvado-Llevo un buen rato no solo no siendo útil, sino fastidiándola... Lo siento... Y gracias por aguantarme ahí. Racionaré mi comida- comento al final, siguiéndole la broma.

Después de que Lunnaris salte me veo como una roca pesada. Asiento cuando propone continuar.
Tras un rato explorando llegamos a una sala con una estatua en el centro. Al fondo hay tres caminos diferentes. Observo los huecos que hay en las manos de la estatua, luego retrocedo un poco y la miro en general.
-Esas llamas... ¿Creéis que tendrá relación con el Genasí de fuego?

Damakos me agradeció la ayuda, mientras recuperábamos el aliento ambos. No pasa nada somos un grupo, tenemos que apoyarnos sino no saldremos de esta. Le dije, luego pude ver como Lunnaris pasaba sin mayor problema.

El camino seguía, realmente era profundo más de lo que esperaba, por suerte no hubo más sustos aunque me manejaba con cuidado. El recorrido continuaba cambiando ahora, en un momento dado comenzó un ligero descenso, después de andar unos minutos una estatua aparecía ante nosotros, aunque deteriorada por el tiempo y la humedad, se podía distinguir en su mano tres huecos, tantos como caminos se abrían tras ella.

Pues no soy un experto pero diría que sí. Lo que parece es que tendremos que entrar en los túneles, intuyo que al final de cada uno estará una piedra, pero me temo que no será fácil tomarlas. Pensé en alguna case de prueba macabra. Me moví un momento por la zona por si veía algo que pudiera indicar otra cosa, dejando a mis compañeros pensar otra cosa.

Lunnaris contempló ojiplática la estancia en la que se encontraban, y abrió aún más los ojos, si es que aquello era posible, al comprobar la imagen de aquella mujer. Luego se giró a Damakos, está claro que si no es él o ella, tiene que estar altamente relacionado. Dijo asintiendo. Sus pistas recopiladas en la ciudad los habían llevado hasta allí, estaba claro que no era casualidad, así que todo eso debía estar relacionado.

Luego señaló los tres pasillos. No sé si tenéis la genial idea de que nos dividamos, extrañamente coinciden con el número de personas que somos, pero ni loca me meto yo en uno de esos solos. Visitemos cada uno de ellos en grupo, primero uno, luego el otro y por último el de más allá. ¿Qué os parece si empezamos por el Este? Dijo mirando hacia él y luego a su compañero elfo. ¿Has visto algo más allá?

No vi nada. Conteste a Lunnaris, llevábamos tiempo mirando las opciones y perdiéndolo para avanzar. Está bien pues avancemos todos juntos, si tenéis armas preparadlas, así que no nos tomen por sorpresa si es que alguien quiere emboscarnos, dudo que sea fácil a partir de aquí. Dije lo que pensaba a la vez que hacia girar mis cimitarras, al final opte por el camino de la izquierda.

Tomemos este, parece tan bueno o malo como el resto. Comente al resto mientras empezaba a avanzar, lamentaba no poder avanzar solo, hubiera podido usar mi ventaja del sigilo, pero en este caso estaba decidido, por lo que andaba con cuidado mirando en busca de algo sospechoso, trampas o agujeros como antes.