Jodido calor es el pensamiento compartido por todos los habitantes del bar.
El calor matutino aplasta sin piedad, cada movimiento es un suplicio, el zumbido del ventilador mortifica.
Nadie habla, no hay nada que decir, sólo intentar escapar, como una dulce Alicia a través del espejo, por el fondo del vasito del primer carajillo de la mañana.
Aunque para Pedro no es el primero, como de costumbre le ha echado un pulso a la noche y pese a salir victorioso, ya lo dice el dicho Noches alegres, mañanas tristes!
Jejeje, te quejarás del título, muy de acuerdo con tu pj!
Por cierto, te tengo que pedir que me eches una manilla con tu pj, porque ufff fácil no me lo has puesto ;)
me he tomado una pequeña licencia con tu pj, para hacer una intro decente va!
Apoyado en la barra mira su café. El vapor de agua caliente asciende en forma remolinillos juguetones por encima de la taza. Demasiado caliente para estar aderezado con cognac. - ¡Oye! ¡Echa un poco más de chicha a esto que esto está triste hombre! . Mientras espera a que el filipino atienda a sus necesidades, quizás después de un vacile o una broma pero lo hará, soy demasiado buen cliente, saca un cigarrillo negro del bolsillo de su camisa, estampada en flores y abierta por el cuello luciendo camisa interior. Se lo lleva a la boca, rebusca en sus bolsillos. Mira al paleta que tiene a su lado y coge su mechero buscando aprobación en su mirada. Se enciende el pitillo y devuelve el mechero. - Gracias - dice conteniendo el humo en los pulmones - Un gesto vale más que mil palabras. - Contento con este pensamiento agrega. - Ven al baño. Te invito a una raya. - Por supuesto ya le conocía. Y con el filipino no hay problema. El vive de los yonkis como ellos. Me prometí hace tiempo quemar a base de caña cualquier pensamiento que pereciera remotamente profundo. Y de vez en cuando hay que ser generoso con los clientes.
Nada interrumpe la quietud del bar, sólo el obstinado ventilador remueve el aire caliente y viciado.
El silencio es opresivo y por suerte, se abre la puerta dejando entrar una bocanada de aire, con la bocanada de aire entra algo mas rancio, una pareja de policías.
Se que los findes no se postea normalmente, pero a ver si podemos hacer un esfuercito y nos ventilamos esto del poli rápido
Pedro Miralles? pregunta desde la entrada
Al ver que el camarero te señala, ambos se dirigen hacia ti.
Es usted Pedro Miralles? Verá, tenemos una mala noticia. Su hermana Maria Valls ha sido encontrada muerta esta madrugada.
El policía espera a ver tu reacción.
Bueno, puede contestar a un par de preguntas de rutina por favor?
- ¿Como? - Problemas en el paraíso… Recuerda con cierta satisfacción las palabras que le dijeron cuando que se enteró de su nueva, pero vieja, familia desconocida. “Son felices Miralles, tu vida es una mierda pero no le jodas la suya a ellos.” Está claro que no puede salir ninguna fruta buena del árbol podrido. A punto de echarse a reír consigue contenerse a tiempo. - Perdone agente... - habituado a hablar con unos gramos en el bolsillo no le tiembla la voz a la hora de hacerlo con la policía. - Pero yo no tengo nada que ver con esa mujer. Es más, ni la he visto nunca. Dudo que pueda ayudarle en algo. -
Bueno, donde estuvo esta noche, señor Miralles? el agente saca un bloc de notas y apunta lo que le acabas de decir.
Ambos te miran atentos, un poco intranquilos por tu pinta.
Puedes tener escusa creible, si quieres, si te lo quieres complicar mas, eres libre de hacerlo...
Mira a los dos policías a los ojos. Luego al dueño del bar. Traer policías a un garito de yonkis no es bueno para hacer amistades en él. Rehusar la colaboración con la policía tampoco es que sea buena idea precisamente. - Está bien - Accede. Están buscando un asesino, nada de droga. Como diga que he estado aquí van a husmear. El filipino me mata. Mejor darles tiempo para que recojan. - Acabemos con esto, no tengo nada que esconder. Se como va el rollo, he visto algunas películas, pero no me siento cómodo hablando aquí. ¿Qué tal si vamos al coche para que conteste a sus preguntas?
Muy bien, acompáñenos por favor.
El policía te cede el paso, los dos van escoltándote. Al salir notas un suspiro de alivio de todos los presentes.
Una vez en la calle el mismo agente de antes te pregunta
Y bien señor Miralles, donde estuvo usted anoche?
su tono ha cambiado, es un poco mas duro.
¡Que guapo! Soy director XD
Hmmm díganos qué estuvo haciendo al principio de la noche, luego díganos qué hizo a medianoche y para terminar díganos qué hizo hasta hace unas horas, A-MI-GO. El policía da golpecitos con el boli en el cuaderno, ya perdiendo la paciencia.
Y por cierto, si puede decirnos si alguien estuvo con usted, que pueda confirmar su coartada mejor que mejor.
si, lo pondré mañana en incidencias supongo... ya ha pasado un par de veces, pero como fue al principio del RPW4 y no volvió a pasar, pensé que se había solucionado.
Claro claro señor A-GEN-TE.- Hace un burruño con los papeles y se los guarda en el bolsillo del pantalón.- Me desperté a eso de las siete de la tarde, ¿ya le he hablado de mi insomnio no? Pues eso, cuando consigo dormir ando tan destrazao que duermo del tirón. Estuve un rato en casa y vi la tele hasta eso de las ocho nueve, no recuerdo exactamente. Después me vestí y me fui a ese club de la calle Montilla, no se si sabe cual, el de las señoritas, el “Xow Xow Bar”. Estuve con una señorita, Melinda, una cubana muy cariñosa. OH por favor, si no es necesario no vaya a ese sitio, la gente ahí le gusta la intimidad y la policía crea desconfianza. No es que a mi me moleste pero ya sabe…Jeje, que le voy a contar.- Silencio incómodo que no parece incomodar a Pedro, al contrario, parece que le divierte. - Saldría de allí a eso de las cinco de la mañana, pero como aún no tenía sueño, me esperé un par de horas hasta que abrieran el filipino digoo… Este bar donde me encontraron, es que lo lleva un filipino, Xuan, por eso le llamo el filipino jeje pero como veis no se llama el filipino se llama “Román”, como el dueño del local, lo que pasa es que lo dejó de llevar él hace unos años, pero el local sigue siendo suyo así que no ha cambiado de nombre.
Desde que abrieron a eso de las seis de la mañana no he salido de aquí, hasta ahora claro, señor agente. Espero que le sirva de algo. ¿Y que dice que le han hecho a la chica? Pobrecilla… No la conocía pero era mi hermana ¡Que demonios! Espero que pillen al hijo de puta que le hizo eso ¿Saben donde va a ser el entierro? No se si debería ir…- parece afectado, o por lo menos se esfuerza por parecerlo. -
Se supone que dice la verdad, aunque se vaya un poco por las ramas para dar tiempo a que salga por la puerta de atrás todo lo que tenga que salir del Bar.
Lo de la incidencia creo que pasa cuando se desloguea por tardar mucho en escribir el mensaje.
Veamos, estuvo toda la noche en un bar llamado “Xow Xow Bar” con una señorita llamada Melinda. El agente Suarez apunta los datos en el bloc.
Luego te mira, con una sonrisilla bastante relajada, parece que le ha hecho gracia tu historia.
Prosigue en un tono claramente mas amigable, dada la hostilidad de antes.
Tendremos que comprobarlo, pura rutina. Pero me temo que es imposible que visite la escena del crimen, es algo completamente irregular. Aunque extraoficialmente le puedo decir que la asesinaron en el restaurante donde trabajaba, La Ciaboga. De momento no se sabe nada mas, hasta que los técnicos terminen con su investigación
El agente da por terminada la conversación, ambos se despiden de ti, recordándote que no debes abandonar la ciudad durante unos días. Acto seguido se suben al coche y se marchan.
- Muchas gracias señor agente. ¡Tengan un buen día y ojala pillen al hijo la gran puta que buscan! - Miralles se queda mirando, desde la acera, los policías entrando en el coche y perdiéndose en la marabunta de hojalata que invade la ciudad en hora punta. ¡FFu! Estuvo cerca. Pensando en lo acontecido, entra en el bar y, sin ganas de dar explicaciones, deja dos billetes, uno de veinte y otro de diez, encima del mostrador. - ¡Juan! Cóbrate lo mío. - y luego con una sonrisa sardónica añade para evitar susceptibilidades. - Me voy, han matao a mi hermana. - Sale por la puerta de atrás, dirección al metro, para ir a su motel. Curioso. La muerte de un familiar puede evitar hasta peleas, con mafia, policía, y droga de por medio. Familiar. He, he. ¿Como era esa frase que había dicho? ¿No puede salir manzana sana del árbol podrido? La tengo que recordar para apuntármela.
Casualidades del destino, justo antes de bajar las escaleras del metro, tu móvil empieza a vibrar en el bolsillo, que gustirrinín, si no fuera por el jodido BIIIP BIIIP.
Oyes una voz vagamente familiar, ya son tantas caras y voces que han desfilado delante tuyo en las noches de insomnio, que a veces es difícil ver el arbol en medio del bosque...
Eeh... Hola. ¿Qué tal amigo? Soy Iago Freixes, te acordarás de mí de la cafetería de la uni ¿no?... Por ahí dicen que los amigos aparecen en los momentos más duros, así que te apoyo en todo lo que necesites. Me he enterado de la tragedia y decidí llamarte. Tengo muchos contactos, ¿precisas de algo? ¿Te parece bien si quedamos?
tu en verdad tienes un móvil menos molón que el de la foto, pero bueno, mas bien algo así como dos vasos de plástico unidos por una cuerda jejeje ;)
Pedro difícilmente consigue poner cara a la voz que le habla por teléfono, pero eso no impide que se arranque a hablar.- Esto Iago, escucha. Que te invitara una vez a un porro en la faculta no quiere decir que seamos amigos, no te tires el pisto, que soy perro viejo. Si me llamas es porque te has olido que limpiándome el moco podrías conseguir un poco de materia gratis ¿o no? Espera ¿Tú no eras periodista? Vaaaale, vale, vale ya te recuerdo. Tú no buscas drogas, tú lo que buscas es un titular, y me importa una mierda ayudarte a conseguir curro…- Deja de hablar por unos instantes, reflexionando para sí. - Pero ¿sabes que? Estás de suerte. Hoy vamos a ser amigos ¿Dónde quieres que quedemos?
Ok, veo que contigo no hace falta andar con rodeos, veo que nos entenderemos a la perfección. Apunta esta dirección y nos vemos ahora mismo...
Iago te da la dirección de una plaza de la ciudad y se despide de ti.
Tras colgar el teléfono guarda el número que le llamó en la agenda del móvil, y luego el propio móvil en el bolsillo. Entra en el metro, colándose, y se dirige hacia la dirección que le dijo el periodista.
Ok, tranqui que no te voy a hacer la putada de perder el móvil... ya bastante tienes en la vida real ;)
Pasa a la escena nueva (aun me tengo que inventar un nombre decente)