Partida Rol por web

Escena de intro para Iago Freixes

8:30 de la mañana, la oficina está tranquila, mas bien desierta. Es lo que tiene el verano.
Al entrar en la oficina, la secretaria le llama la atención a Iago.

Oye, la jefa te espera en su despacho, creo que tienes trabajo! le guiña un ojo y vuelve a sus revistas.

Gracias Helena, ahora mismo voy.

Puf… no aguanto que me manden de nuevo otra simple noticia sobre una disputa entre vecinos…

Fue al baño a peinarse y retocarse ante el espejo. Acto seguido se dirigió a la habitación del final del pasillo, tocó la puerta y accedió a su interior.

Al entrar por la puerta del despacho de Julia Cedrón (la jefa), esta está tecleando en el ordenador. Sin siquiera levantar la vista le dice a Iago:
Siéntate Iago, ahora estoy contigo.
Sigue tecleando un minuto mas, termina y se gira hacia Iago.

Bueno, bueno, parece que hoy va a ser tu día de suerte. Ha habido un asesinato en un restaurante, la finada es Maria Valls, una joven promesa en el mundo de la cocina y alguien la ha matado... La verdad es que nunca he entendido la gracia de ser cocinero, a mi me horroriza lo de cocinar!
Pero bueno, te toca trabajar, los demás están de vacaciones, o no han llegado aun, así que hoy te estrenas. Buena suerte, espero tus resultados hoy por la tarde.

De repente en el cerebro de Iago algo hace click.
Un conocido de la facultad dijo que hace poco había descubierto que tenia una hermanastra, que era chef y que también vivía en Cunia y se llamaba igual que la muerta del caso, demasiadas coincidencias.

Iago le deseó un buen día a su jefa y se marchó rápidamente. Estaba nervioso y excitado, por fin le habían encomendado una noticia que valía la pena. Además creía conocer al hermano de la victima.

Ese tipo que estaba siempre en la cafetería… ¿Cómo diablos se llamaba? ¿P… Pablo? No… Eh… ¿Cómo era…? ¿P… Pedro? ¡Eso es! ¡Pedro!

Debía de tener en algún lado el número de teléfono de Pedro, así que rápidamente se dirigió a su casa a buscar alguna de esas agendas antiguas, que nunca tiraba por pereza, ya que quizás podría estar allí escrito.

La forma más rápida de llegar era coger el Metro, así que eso hizo. En el trayecto empezó a imaginarse formas de las que aprovecharse de la situación…

Si en realidad fuese el hermano de la víctima podría obtener información privilegiada, y además podría hacerle una entrevista, que eso vende mucho. O con un poco de suerte podría meterme en la escena del crimen, a la que prohíbe la policía el acceso a los periodistas…

Llegó a su casa sudando y eufórico, ya que veía muy cerca su gran oportunidad. Después de estar buscando un buen rato, consiguió encontrar el número de Pedro. Llamó y estaba comunicando…

- Probaré más tarde. – Apuntó el número en un trozo papel y se lo metió en el bolsillo.

Decidió acercarse a la escena del crimen, pero antes de eso buscó en Internet el domicilio de la víctima y también se lo apuntó. Creía que eso le podría servir para hablar con sus vecinos, y para saber en qué ambiente se movía o qué tipo de persona era, para saber a qué parroquia pertenecía o para quizás poder averiguar algo que mereciera la pena...

Una vez en la calle, volvió a coger su móvil y decidió probar suerte de nuevo…

Iago llega a casa, sus manos pasan frenéticamente por las agendas viejas y BLAM ahí está el teléfono.

Busca información en internet, la primera entrada de Google es:

Una joven promesa se instala como chef en La Ciaboga, la nueva estrella Maria Valls llega con innovaciones interesantes en el menú...

Los demás datos se los apunta en la libreta.

Una vez en la calle prueba de nuevo con el número de teléfono.

PII PII PII... hola? una voz ronca contesta al otro lado de la línea.

Eeh... Hola. ¿Qué tal amigo? Soy Iago Freixes, te acordarás de mí de la cafetería de la uni ¿no?... Por ahí dicen que los amigos aparecen en los momentos más duros, así que te apoyo en todo lo que necesites. Me he enterado de la tragedia y decidí llamarte. Tengo muchos contactos, ¿precisas de algo? ¿Te parece bien si quedamos?

Iago se dio cuenta de que estaba hablando demasiado, esperó respuesta al otro lado.

Esto Iago, escucha. Que te invitara una vez a un porro en la faculta no quiere decir que seamos amigos, no te tires el pisto, que soy perro viejo. Si me llamas es porque te has olido que limpiándome el moco podrías conseguir un poco de materia gratis ¿o no? Espera ¿Tú no eras periodista? Vaaaale, vale, vale ya te recuerdo. Tú no buscas drogas, tú lo que buscas es un titular, y me importa una mierda ayudarte a conseguir curro…- Deja de hablar por unos instantes Pero ¿sabes que? Estás de suerte. Hoy vamos a ser amigos ¿Dónde quieres que quedemos?

Ok, veo que contigo no hace falta andar con rodeos, veo que nos entenderemos a la perfección. Apunta esta dirección y nos vemos ahora mismo...

Iago le dictó la localización de la plaza donde quedarían, se despidió de él y se fue directamente hacia el centro de la ciudad.