Partida Rol por web

El tipo balbucea algo ininteligible. Entre los nervios y el alcohol no parece tener mucho control de su lengua.

- Yo... no... ehm... nada, no, todo... ehm... ella, sí, ella tiene todo. Sí, se lo he dado.

Mira nervioso a María, y por la mancha de los pantalones podríais estar seguros de que se ha meado encima. Juan presiona un poco más con la espada, y el miedo termina de convencer a vuestra presa. Echa la mano a la bolsa y os la tiende. Cuando la coges, parece pesada. Calculas que dentro debe haber unos veinte reales.

Me echo a un lado, fingiendo sorpresa, para que no vaya gritando que yo estaba implicada y luego me busquen por ello.

¡Valiente cobarde!, pienso con desprecio mientras le veo entregar la bolsa. Mejor, menos problemas. ¡Ojalá lo que traiga dentro sean buenos reales!

-¡No me hagáis daño, yo no tengo nada, sólo hacía mi trabajo!- digo a Acuña con fingido terror, y alejándome cada vez más del estúpido.

Miro a Maria y moviendo ligeramente la espada en su direccion la digo:

- Eh!, tu quietecita aqui, que si no tienes dinero se me ocurren 2 o 3 maneras de salir satisfecho de este negocio, digo mientras pongo cara de salido. y despues volviendo a diriguir la espada al incauto despues de coger la bolsa y guardarmela, le doy un golpe con la parte plana de la espada en el culo y le digo:

- Mas vale que salgas rapidito del callejon y sin decir ni mu, pues no quiero que me molesten y da gracias a Dios de que estoy de buen humor, pues me has traido una verdadera belleza, solo por eso te perdonare la vida. digo esto mientras me acerco a Maria y con la mano libre le cojo el pecho derecho apretandolo un poco, mientras digo, -que delicia, como me lo voy a pasar.

despues miro otra vez al hombre que anonadado y meado se ha quedado quieto sin atreverse a moverse por lo que apuntandole con mi espada a dos palmos de su cara le digo

- Prefieres morir o te vas a largar ya de una vez, para que la señora y yo tengamos nuestro momento de intimidad?

Se que maria me dara un  buen bofeton si no son dos, pero tengo que interpretar mi personaje en esta farsa y pardiez que lo estoy disfrutando. pero si me golpeara ahora, tendria que darla yo mas fuerte para que el otro creyera que no estamos compinchados. aunque si se ha meado encima, y con la borrachera no creo que haga falta mucha interpretacion.

Me detengo al oír una voz, girándome lentamente para encarar a quien me ha pillado, aunque la última parte de la vuelta la hago más velozmente para aprovechar el impulso y lanzar un cuchillo. Fallo, mi detector ha sido un muchacho y no era lo suficientemente alto como para darle, así que vuelvo a lanzar, directo al cuello, para evitar gritos y despertares.

La muerte no será rápida, aunque al menos no emitirá sonidos, así que me acerco a él y vigilo que no haya más movimientos inesperados. Cojo por los pies al chico y lo arrastro hacia la puerta, para acto seguido clavarle un cuchillo en el corazón y registrar su cuerpo en busca de llaves.

- Lo siento chico -Murmuro sin dejar de rebuscar, sin ningún ápice de arrepentimiento-. Momento equivocado, lugar equivocado.

Alzo la vista de nuevo, en completo silencio, en busca de indicios de que se haya despertado alguien.

-No, por favor, no me dejéis aquí con él- finjo suplicar, echándome sobre él con cara de terror. Había una botella vieja tirada en el callejón que escondí entre mis faldas, y que le estampo en la cabeza, dejándolo sin sentido.

-Nos hubiese delatado enseguida- dijo a Acuña-. Así ganaremos tiempo. ¿Y ahora qué hacemos?

-Buena jugada Doña Maria, digo con una inclinacion y la reverencia la acompaño con el sombrero.

saco de nuevo la bolsa del tipo y sacando toda la pasta salvo 2 reales le digo a mi compañera

- Creo que deberiamos darle propina al pobre, total no nos ha creado problemas y si encuentra la bolsa que cree haber perdido con algo de pasta y encima borracho como cuba como esta, no creo que los guardias le crean, como mucho se reirian de el y de su imaginacion, a no ser que sea persona importante, que no lo sera pues va solo, y eso siempre y cuando piense que no ha sido un mal sueño, dejemoslo apoyado contra la pared y vayamos a otro lugar alejados de aqui, por cierto, hemos conseguido 18 reales.

-Perfecto, hasta tiene más monedas de las que le suponía..Vámonos pues.

Aprovecho al pasar por su lado a darle una pequeña patada en la pierna..

-¡Eso por pesado!-, murmuro, y nos alejamos de allí a toda prisa.

Miro la escena en silencio, como se desarrolla. Tampoco hay mucho que aportar, no es más que un pobre desgraciado, con una noche de mala suerte y una líbido que le ha traicionado. Me encojo de hombros cuando el soldado despacha al tipo sin más, con la colaboración de la meretriz. Guardo mi arma y espero a que el hombre que habla raro vuelva, antes de que nos marchemos.

Amparados por la noche, pegáis el palo a vuestra víctima. El hombre yace en el suelo inconsciente tras el botellazo de María. El dinero que tenéis tampoco parece ser suficiente para pagaros los pasajes, y a pesar de haber sido una buena presa os falta mucho para poder pagarlos.

Pero lo que más os escama es la ausencia de Ezio, ya que el tiempo pasa y el italiano no aparece de vuelta. Tampoco podéis quedaros demasiado, el lugar es conocido por todo el mundo y seguramente la ronda no tarde en pasar por allí. Y no sería bueno encontraros con la autoridad.

Quizá deberíais plantearos la opción de emprender el viaje a pie, o de buscar una alternativa más rápida para financiaros. Sea como fuere, el tiempo corre en vuestra contra.

Sacas las llaves del bolsillo del muchacho y abres el establo. Hay un par de yeguas decentes y otros tantos caballos. De momento parece que nadie se ha alertado por el alboroto. Pero ya no escuchas los profundos ronquidos del perro.

El tiempo pasa y Ezio no aparece. Cuando empezáis a preocuparos por que le haya pasado algo escucháis el ruido de varios caballos. La idea de que la suerte os haya sonreído y haya alguien a quien robar directamente las monturas os asalta. Os dirigís hacia el ruido y os encontráis con el italiano, que monta una yegua marrón y lleva por las riendas otras tres monturas. Suficientes para que todos emprendáis el viaje.

-bueno, al parecer si estabas haciendo algo interesante, ya pensabamos que  no ibas a venir, venga vayamonos antes de que llegue la guardia.

dice acuña apremiando al resto y feliz por no haber tenido que gastar el dinero, que seguro que les vendra bien para el camino.

La operación ha sido tan sencilla como atar las riendas de los caballos con mi cuerda, todos guiados por el mismo: la yegua que he recogido yo. Llegar hasta ellos es tan fácil como quitarle una ballesta a un manco, ningún guardia, ningún testigo. Me ajusto la capucha para tapar mi cara, bajando de la yegua y desatando a los demás para entregarle el testigo a Juan Acuña.

- En Italia se piensa a lo grande. Ep -Retiro la mano al ir a entregarle las cuerdas-, sin embargo... los italianos no hacemos nada gratuitamente. ¿Cuánto habéis sacado? Debo reponer mis gastos en el robo de los caballos y no se pagan solos.

Mi decisión de no entregar las riendas de los caballos sin recibir la bolsa es firme.

- Y no me mientas con que no habéis sacado nada, il tuo volto stupido è lontano

- Lo mismo para tu madre por si acaso, y sacando la bolsa le digo, - esto hemos sacado, mas tendremos que pagar la manutencion de los caballos de ida y de vuelta, si te la quieres quedar toda, comprendere que trabajas solo, por lo que cualquier ayuda que yo te proporcione, si esk alguna vez la necesitas te la cobrare de la misma manera. y ahora decide, quieres el dinero?

y me quedo esperando su contestacion,

Sonrío cuando menciona a mi madre, pero no hago comentario alguno al respecto.

- Por supuesto, ésto lo utilizaremos como 'fondo común'. Pero, sin duda, me fío más si lo tengo yo. Hueles demasiado a buitre. Considéralo el inicio de la manutención de los caballos. Sin mis armas repuestas, no hay caballos, ergo no hay manutención que pagar.

- Bien aqui tienes, yo ando mejor sin peso. dice abriendo la bolsa y soltando el contenido en la mano arbierta de Ezio.

-y ahora podemos continuar, creo que este buitre empieza a olisquear su presa bastante alejada de aqui.

Me mantengo en un prudente y discreto silencio mientras la tensión se acrecienta en el ambiente..

-Vayámonos cuanto antes de aquí, ya tenemos lo que queríamos y es tontería arriesgarse ahora a que nos apresen. No hay tiempo para tonterías, ¡vamos!-les digo a ambos en un susurro.

Nos escabullimos todos en la oscuridad de la noche.

Cojo la bolsa y le tiendo las riendas de los demás caballos, para acto seguido volver a montar el mío. Sopeso la cantidad de monedas que pueden haber y me lo guardo. Al final va a resultar que los españoles sí saben razonar. Al menos algo de lo que decían de las Españas no es del todo correcto. Porque lo de la higiene, tal y como lo describían.

En fin, allá vamos.