Poco se podía añadir a la despedida del Samurai; iba a enfrentar con serenidad su destino, de forma admirable. Por un momento, los ojos de Takeshi se humedecieron, pero no había tiempo para sentimentalismos; las circunstancias, lo desaconsejaban. Es posible que el tiempo volviese a ser un factor crítico, así que, tras hacer una reverencia de respeto a Yoshimitshu-sama, asió de nuevo su Tanegashima, y se apresuró a seguir a su Señor.
-Ha sido un honor
... fue lo último que le dijo al Samurai, antes de dejarle solo en su litúrgica preparación para lo que debía suceder
Estaba claro que el Samurai estaba por encima de ellos en la forma de entender el honor y la vida pero haber tenido la suerte de ver partir a uno de ellos hacia un destino seguro le emocionaba de forma increible.
- Ha sido un honor. -dojo mientras realizaba una reverencia de absoluto respeto hacia Yoshimitshu.
Cuando Takeshi se giró para marchar Kaishimi hizo lo mismo.
Yoshimitshu-san se encaminaba a la muerte con la serenidad con la que el campesino se encamina al arrozal.
Mitsuke se inclinó ostensiblemente en señal de respeto y ya se giraba cuando se detuvo. Se volvió una última vez hacia el samurai y dijo.
-Si sobrevivo contaré tu historia y la de este día.
Y sin más siguió a los ashigaru.
Antes de que esta historia tuviese lugar, la suerte estaba asignada de antemano. Es el sino de cada uno de los habitantes de este mundo... ¿Y para qué merece la pena vivir? ¿Os preguntaréis? Para descubrir qué es lo que el destino nos tiene reservado a cada uno de nosotros. Pues las vidas son como los hilos que aguardan rodeando a la madeja a la espera de ser desenrollado para ser desvelados.
¿El Clan Asakura? Asakura-sama era el Clan, lo único que quedaba y el único que podría conseguir que éste perdurase, por ello dejaron al samurái Yoshimitsu-sama que montase todo el ruido para atraer al clan.
La verdad es que hasta aquel momento aquel hombre de guerra no había podido ser él mismo: tras ver caer a sus camaradas no se le dio la oportunidad de luchar junto sus camaradas, a consecuencia de ello había tenido que renunciar a su nobleza habitual y se había tenido que vestir como un vulgar himin, además no había podido desafiar a sus enemigos teniendo en su lugar que ocultarse como un cobarde o un espía. Ahora podría enmendar todo su honor y sin faltar al juramento que hizo al padre del actual señor.
El acero había sido bendecido, las luces en el interior de la pequeña casita se encontraban apagadas. Algunos pasos empezaron a resonar en el frente, así que había llegado el momento para que los cuatro se marchasen al abrigo de la oscuridad. Atrás quedaría Yoshimitsu.
En cuanto el samurái divisó a sus enemigos, salió al exterior para atraer toda la atención y alejarla del lugar vacío. Todos aquellos samuráis vestían hakama y portaban espadas, no les pasó desapercibido el atuendo con el que había salido a recibirles a aquellos malnacidos enviados para matar a su Daimyo.
—Mi señor no desea ser molestado. Si Sanada-san o Katsuroyi-san están con vosotros sí que tengo un mensaje para ellos. Si no, os agradecería que os marcháseis —. Gritó Yoshimitsu-sama
Aquellas palabras no calaron en los recién llegados. Sólo habían ido allí a confirmar que la orden había sido cumplida y aquel necio estaba enmedio. Los aceros fueron desenvainados y empezaron a cargar...
Desde donde estaban, los cuatro no pudieron ver más y empezaron a alejarse a toda prisa, debían asegurarse de honrar aquel sacrificio y que éste no fuese en vano.
@Yoshimitsu, hazme 10 tiradas de ATAQUE sin daño, dif 10. Para usarlo como referencia a la hora de narrar tu momento glorioso (o no)
@Todos menos Yoshimitsu, tirada de Callejeo + MOD Inteligencia DIF 16, si lo pasáis lográis de una forma u otra salir como grupo. Una sola pifia en la tirada y sois cazados (así que en cuanto pase uno, dejad de tirar que a ver si la vamos a liar). Podéis narrar si queréis como huis, si lográis reducir a alguien, si lo hacéis abriéndoos paso a la fuerza aprovechando el lío que monta Yoshimitsu al abrigo de la oscuridad, etc.
En cuanto confirme vuestro éxito o no... Narro el último post y termino la partida. La verdad es que creo que podría haber dado mucho más de sí pero precisamente el objetivo era sintetizar y bueno... ejem ya lo hice poco como para alargar más esto.
Me ha encantado la partida y espero que para vosotros haya sido lo mismo. Ha sido un placer.
Motivo: Ataque 1
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+4)=10
Motivo: Ataque 2
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+4)=9
Motivo: Ataque 3
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+4)=8
Motivo: Ataque 4
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+4)=6
Motivo: Ataque 5
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+4)=6
Motivo: Ataque 6
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+4)=17
Motivo: Ataque 7
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+4)=13
Motivo: Ataque 8
Tirada: 1d20
Resultado: 15(+4)=19
Motivo: Ataque 9
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+4)=8
Motivo: Ataque 10
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+4)=24
Pues menudas tiradas. Sólo saco 5 de ellas yendo a 6 o más. Y además las últimas. No creo que llegue a ellas. Eso sí, si llego a hacerlas todas la última es un 20 natural. XDDD
El sonido del cruce de aceros ha estallado tras nosotros; al amparo de la oscuridad, puedo ver como los demás aprietan los puños, y lanzan ansiosas miradas a nuestras espaldas, al lugar del que nos estamos alejando; es una lucha sin esperanza la del Samurai, pero es un fogonazo de luz con el que terminará su existencia de forma gloriosa; ¡Qué mayor honor puede haber para un Servidor que dejar su vida en nombre de su Señor!. Ahora, nos toca a nosotros que el sacrificio no sea en vano.
Con ese pensamiento en mente, salvar a nuestro Señor, nos internamos en las sobras, evitando los puntos luminosos, y atentos a donde pueda haber guardias. Por ventura, ellos no están al acecho, sino en sus puestos, lo cual les hace previsible. En algunas ocasiones, más de las que nos habría gustado, hemos tenido que despacharlos Kaishimi y yo con nuestros kama, dejando a Mitsuke-san protegiendo siempre a Asakura-sama.
La noche nos es propicia, y al amparo de la luz de las estrellas, nos hemos podido escabullir, primero fuera del castillo, luego entre callejones hasta llegar a las afueras de la cuidad, lejos de las luces artificiales. Ahora, nos fundimos con la noche, y desaparecemos, mientras oimos lejanas voces de alarma y llamadas a las armas.
Por esta noche, parece que el Clan Asakura, sobrevivirá.
Motivo: Huida
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 19(+1)=20 (Exito)
Gracias, Director-sama; también ha sido un placer!
Al amparo de la oscuridad, avanzando en cabeza junto con Takeshi, Kaishimi vuelve a sentir la responsabilidad de guiar al clan hacia un nuevo día, el amanecer todavía está lejos, y el sonido de la espada del samurai ya quedó atrás hace tiempo. Ahora solamente los cuatro, avanzan en el filo del alambre, con el mayor de los sigilos, logrando poco a poco reducir a los guardias que cubren el camino.
Nadie espera que hayan tratado de huir y eso se nota.
Motivo: callejeo
Tirada: 1d20
Dificultad: 16+
Resultado: 17 (Exito)
Conforme avanzaron, vislumbraron mucha agitación en lo alto de las murallas. Todos los servidores de los Takeda estaban nerviosos por lo que parecía suceder atrás y corrían de un lado a otro intentando enterarse de la causa de aquel revuelo que se formaba en el corazón de su bastión.
Paradójicamente aquella entrega del samurái, en la que pondría su propia vida, sería lo que permitiría que los otros cuatro pudieran seguir adelante con su huída al amparo de la oscuridad mientras la guardia que debía prevenir de intrusos corría como pollos sin cabeza. La única excepción la encontraron en la entrada de la fortaleza, el único punto en el que hubo resistencia. Aquellos hombres, recios y fieles al papel que tenían advirtieron que algo había de extraño en las cuatro siluetas que iban en sentido contrario del resto del mundo. Sin embargo los números acabaron por imponerse frente a los pobres desgraciados y les silenciaron rápidamente antes de que pudiesen dar la alarma.
No tenían noticias de Yoshimitsu, sin embargo lo que veían parecía decirles que lo estaba haciendo bien, así que debían seguir avanzando. Esta vez siguiendo el camino inverso al que habían recorrido: debían salir de las tierras de Kai a través de una de sus murallas naturales para volver a su hogar. Y los hombres que componían el mismo para movilizarles en un momento venidero, tal vez más propicio para atestar un golpe mortal en el corazón de los Oda. Sin embargo antes deberían preocuparse de ratas traidoras les buscarían por los senderos una vez más, y una vez más fracasarían… Lo que les permitiría ver un nuevo amanecer.
Entre los huecos que se divisaban entre los árboles que se repartían a lo largo de aquel monte umbrío y casi familiar, se filtraban los últimos rayos de sol. Parecía que había sido el día anterior cuando había caído el Ichijodani-jo. Los tonos ocres de su piel y varios moratones y cortes por los brazos de aquellos cuatro supervivientes lo desmentían recordándoles que eran afortunados de seguir vivos.
Las montañas hablaban destilando un aire hogareño, entre montañas como aquellas habían pasado los últimos días y casi acababan por convertirse en su hogar: los árboles eran los soportes de su nueva vida y el suelo cubierto de cortezas caídas o de tierra húmeda sustituían a los cálidos tatamis de sus vidas anteriores mientras que el firmamento estrellado sustituiría la tradicional cubierta de madera o paja en el caso de los ashigarus.
Tras tomar un breve momento para tomar aire, los cuatro avanzaron en dirección a un futuro desconocido. De repente el árbol más joven de los que allí estaban se quebró como si algo lo hubiese golpeado y se abrió repentinamente mostrando el interior de su médula... ¿Sería un presagio?
-FIN-
Los tres desgraciados corrieron, aún conscientes de la armadura que portaba el samurái se sentían protegidos por los números y cargaron con los aceros desnudos. Uno cortó el aire, el segundo cortó su costado pero no llegó a traspasar su armadura. Al tercero le detuvo Yoshimitsu con un corte que parecía feo sin embargo no pudo disfrutar del resultado pues su lugar lo ocuparon otros dos.
Se encontraba rodeado ahora por cuatro, uno de ellos empezó a dar la alarma como un descosido. Cosa buena si pretendía atraer a todo el castillo… No atacaban, tomárselo con calma no sería bueno pues podría hacerles que se preparasen demasiado así que en su lugar cargó contra el que tenía enfrente, demasiado lento. Ellos tampoco lo consiguieron al responder.
Otro ataque más, y otro. Nadie lograba impactar quedando en tablas en aquel escenario. Pronto llegaron nuevos refuerzos un gesto y varios de esos desgraciados se encaminaron a la casa del té, sin embargo fiel a su misión corrió raudo a detener a aquellos malnacidos pues no debían descubrir el plan… Al menos no demasiado pronto.
Un pinchazo en el muslo desveló que había sido una mala idea.
¿Cuántos ataques sucedieron? ¿Cuánto duró aquello? Parecía que habían caído tres, al menos esas tres veces la katana había cortado sangre y hueso… Toda esa información perdía cierta relevancia ante la visión de la sangre que manaba copiosamente del muslo. Le creyeron muerto y atacaron el acero del samurái respondió rápidamente.
Esta vez estaba seguro, le había cortado la cabeza y sabía que todos lo habían visto. La gesta hizo que se permitiese el lujo de esbozar una sonrisa. Parecía que podría aguantar, con su armadura a excepción de una herida fea, se sentía inmortal frente a aquellos patéticos seres. Sin traiciones y sin artimañanas se desvelaban como lo que eran.
–¡Apartad!–. Exclamó una voz en la lejanía, apenas se le veía en la oscuridad. A causa de la orden el corro fue abriéndose poco a poco como si se rindieran ante el ímpetu y las ganas de vivir de aquel hombre ensangrentado… Sin embargo las mechas encendidas sí que se distinguían en la oscuridad y decían otra cosa.
–¡Fuego! –. Gritó la misma voz.
La fuerza de varios puñetazos impactó al samurái en su pecho derribándole sin que nada pudiera hacer por impedirlo. Resultaba curioso cómo aquellos disparos a la luz del día se distinguían perfectamente por la gran nube de humo que revelaban, en la oscuridad… Simplemente la muerte.
–¿Dónde está ese Asakura? Debe morir antes de que lleguen los emisarios.
Las estrellas titilaban como si llorasen por el guerrero caído y poco a poco acabaron por apagarse.
-FIN-
Motivo: ATA
Tirada: 10d20
Dificultad: 15+
Resultado: 7, 8, 14, 18, 8, 11, 12, 11, 2, 2 (Suma: 93)
Exitos: 1
Pedí 10 tiradas para confirmar dos cosas: 1 que no había pifia, y 2 un pequeño guión para relatar el combate. La idea era terminarlo con una muerte épica al final. Espero que te haya gustado