Partida Rol por web

Qué extraño... La marca de estos objetos amarillos... Me resulta familiar...

Ostia, pues me quedo con el nanocriofluidobimaterial y con uno de esos limones picantes.

¿Cómo se dispara esto? ¿Hay mandanga de recargar?

¿Puedo firmar con una equis? Que conste que no me hago cargo de lo que hablan estos descerebrados, a nosotros nos representa el calcetín que habla.

Disculpe buen hombre, la pistola versión de prueba dospuntocero, un granamón, si te quedan y necesitaré una buena cantidad de munición... oh! ¿no tendrás algo para llevar la munición en plan sexy?

Saco una foto algo antigua y se la enseño entusiasmado:

Algún día, planeo verme así de bien. Esta foto a pasado de generación en generación. Es el héroe nacional Machin-H-Itler. Dotado de su motosierra mecánica con metralleta W887a. 

Volteo la foto y leo en voz alta:

Año (Ilegible) Día de la llegada al poder del amadísimo ordenador.

Espero pacientemente la respuesta del científico con los ojos vidriosos al recordar tal hazaña.

Post para salvar la partida xD

Pos 'aver, por partes, k'es lo k decía mi premo Jackie.

Tos los que quer'is un arma pa'xperimentar, me firmáis.

Os tiende los dos folios, uno para que firméis los tres que tenéis los objetos amarillos, y el otro para el comatoso que se ha quedado de pie junto a su robot de limpieza y no dice ni mu.

Sobre la muni... - Percatandose de la foto, no puede más que observarla y veis como sus ojos se empañan en lagrimas. Con voz rota y perdido todo acento, lo oís decir... - Jamás pensé que encontraría de nuevo una foto de mi tatara tatara tatara abuelo en todo su esplendor. - Una lagrima se desliza por su mejilla mientras levanta la mirada hacia Kace-R-2 - Los únicos que teníamos una copia de esta foto fuimos su familia, con una excepción. Su amante secreto, la persona que desfila a su lado en la foto. Si tú la tienes, significa que debes ser su descendiente...

Limpiandose las lagrimas y volviendo a adoptar su acento natural, os comunica:

Pos y'asta, y'asta bien de lloros cojonah. K ker'is, ¿munición? N'os preocup'is que vuestro tito Cie-N sos va a dar munición.

Y de debajo del mostrador empieza a sacar cartuchos y cosas.

P'ar'riflaco, 10 cargadores a 20 disparos por cargador. Sabelo k dispara rafagas de 5 en 5. Asínk por el culo te la inco.

Pa'l arma chunga - dice mirando a Arthu-R y sacando tres botellas de aspecto peligroso - Tie's esto. Trátalo con mucho mucho cuida'o. Chedoso lo llaman, o algo asín raro. De verdad. Cuida'o.

Y para ti... - girandose hacia Kace-R - Entoavía eres mu' joven p'a llevar el traje de mi antepasado. Pe'o apuntas maneras. Toma este cinturón de munición de pistonlaser, tienes ay meti'o 20 cartuchos de recambio, cada cartucho con 5 disparos. Úsalos sabiamente.

Ahora irse k'os estarán esperando. Porsi s'os ha olvida'o, hab'is k bajar al nivel -7, sección 12B. No hay más k coger el as'ensor, dar al botón [-7], y girar a la derecha dos veces al salir. ¿Fácil eh? Anda y llevaros al comatoso y su robot... K m'a da'o mal yuyu.

こんにちは! Konnichiwa, ciudadanos del complejo alfa! Para que no borren la partida y que esto se mueva un poco, aquí tenemos un pequeño sorteo! Sólo tenéis que ser el primero en responder a la siguiente pregunta y ganaréis...

Un exótico sable láser de CS Rojo! Ooooooh!!! (Ovaciones, ovaciones)

Y la pregunta es...

En la antigua civilización ya extinta, se sabía de gente que hablaba raro y escribía aun más raro. Esa gente tenía una frase que decían antes de empezar a comer, pero lo que no todo el mundo sabe es que también tienen otra frase que dicen al acabar de comer. 

Si la primera frase es Itadakimasu!
...
¿Cuál es la segunda frase?

Ooooh, se acabo el tiempo!

La respuesta correcta era: Gochisousama deshita!

Mientras que Itadakimasu representa el sentimiento de gratitud a la persona que te ha cocinado, a quien ha puesto la mesa, a las personas que han cosechado las verduras, las personas que han pescado los pescados y demás gente que han participado en el proceso de creación de la comida desde su origen, Gochisousama deshita se usa al terminar de comer para expresar que se ha comido bien, que estaba todo muy rico, y dar las gracias al cocinero y demás miembros que hayan participado en hacer la comida y llevarte el plato a la mesa.

Y eso es todo! Más suerte (y prisa) la próxima vez!

Después de lo que parecen meses de espera, Cie-N-Tífico decide que ya no pinta nada ahí, así que echa el cierre al almacén, baja una persiana metálica acorazada, y saca tres candados ultra-protection que asegura firmemente que nadie entre, tras lo cual se marcha silbando alegremente a cenar con su esposa y sus tres hijos.

Las horas pasan, y como seguís allí, notáis como el sistema de luces pasa de diurno a nocturno, cambiando a una agradable luz suave que os permite ver pero al mismo tiempo disfrutar de una penumbra acogedora.

No obstante, algo pasa, y oís lo siguiente:

https://www.youtube.com/watch?v=pwOyh-TD3JQ

Seguido de:

https://www.youtube.com/watch?v=Gb2jGy76v0Y

Y de repente, las luces de la sala suben hasta su máximo brillo, cegandoos momentáneamente, hasta que se apagan por completo, sumiendoos después en la más absoluta oscuridad y... Silencio.

Post de relleno -.-

Otro post de relleno.

Al tercero hay sorpresa ¬¬

Oís un ruido, apenas un susurro apagado, seguido de un sonoro ¡PAM!.

Después, silencio de nuevo.

Poco a poco, vuestros ojos se acostumbran a la oscuridad después del fogonazo blanco de las luces antes de que se apagaran, y a duras penas veis que la pintura fluorescente hace su trabajo e ilumina tenuemente la estancia.

Notáis algo raro, pero no tenéis claro qué exactamente.

Después de lo que parece ser una eternidad, muevo un brazo dejando caer una gruesa capa de polvo. Intento abrir los ojos, pero no recuerdo si en el mundo siquiera podía ver algo. El aire está cargado y casi no puedo respirar. Después de otra eternidad consigo abrir los ojos (o eso creo).

Gracias al movimiento de Kace-R, poco a poco salís de vuestro letargo. Tenéis la boca seca, el aire sabe a ceniza, y notáis la cabeza embotada. En la oscuridad, recordáis que vuestros nuevos uniformes incorporan unas pequeñas linternas, suficiente para poder ver algo alrededor. Mientras buscáis con poco tino los diminutos interruptores, algo os llama la atención. Cada vez más en pánico, os dais cuenta de lo que es. El silencio. Un silencio sepulcral, pesado, casi palpable, que jamás habíais oído.

¿Dónde está el suave zumbido de la ventilación y los filtros de aire? ¿Dónde el susurro de los neumáticos de todos los robots, haciendo sus quehaceres? Pero lo que más echáis en falta, y que os atormenta más y más es... ¿Dónde está la dulce voz del ordenador, que siempre podíais escuchar, diciendo que todo está bien, que sois felices?

Ya completamente aterrados, conseguís encender las linternas, sólo para que una nueva ola de incomprensión os sacuda. A vuestro alrededor veis una escena dantesca. Sangre seca cubre paredes y suelo, y una decena de cuerpos desmembrados, ya resecos, siembran el suelo. Pero algo brillante os llama la atención: apoyado en una pared, un amasijo de circuitos, cables y metal reposa junto a un hacha.

Os protegió en vuestra ausencia. Luchó contra varios atacantes vestidos de un color que nunca habíais visto. Como un infrarrojo clareado, desgastado. O peor, como un ultravioleta sucio. Una especie de... Gris.

Uno de vosotros se acerca y lo cubre con una chaqueta. Hace mucho dejó de moverse, y jamás despertará de nuevo. Os vais de la habitación mientras le dedicáis una muda dedicatoria. Adiós, mejor amigo de Zereth. Adiós, robot de limpieza.

[...]

Recorréis las vacías instalaciones del complejo Alpha sin saber aún que pudo pasar. Nadie habla, sólo observáis restos de una batalla, caminando por pasillos muertos, carentes de energía. El aire es pesado y cuesta respirar, pero seguís avanzando.

Al final, descendéis a la gran avenida común, antes llena de bullicio y vida, de robots y habitantes del complejo. Ahora, no queda nada, salvo escombros y cuerpos resecos. No obstante, algo llama vuestra atención cerca de los muros, en el linde de vuestro hogar. Una gran grieta, una abertura en el grueso muro que os protegía y que marcaba el límite de vuestro mundo. Cuanto más os acercáis, más sentido empieza a tener todo. Un ataque. Fuisteis atacados. Y no estuvisteis ahí.

Os miráis, y todos llegáis a la misma conclusión. Sólo hay una acción a tomar.

Con un paso adelante, os adentráis en el exterior.