Partida Rol por web

Te encuentras caminando sin rumbo fijo por las tierras de Dlin. Te habian hechado de tu último trabajo como matón de un ávaro comerciante debido a tus rudos modales, estabas de nuevo sin blanca. Tu objetivo inmediato es encontrar algo de dinero para seguir tirando.

Estabas maldiciendo tu suerte cuando escuchas con tus oidos felinos (muy desarollados) el sonido de unos cascos de caballo acercandose, miras al frente y ves a lo lejos como se dirije hacia tí un jinete. Te sorprende encontrar a alguien ya que llevas toda la mañana sin ver a nadie caminar por estas rutas. Al llegar a tu altura se detiene.

El jinete es un hombre bajito, que viste armadura de cuero. Está fatigado y cansado. Las alforjas de su caballo no parecen vacías, supones que lleven algo de valor. Pero lo que más te sorprende es la empuñadura de su arma, tiene algunas piedras preciosas incrustadas. No puedes ver el filo de su espada ya que la lleva envainada pero quizá tenga algunas propiedades magicas.

El hombre te saluda con un cansado movimiento y te dice con voz entrecortada:
-Saludos... caminante... ¿No tendria la bondad de darme un poco de agua? Llevo muchas horas de viaje y estoy exhausto.

 -No tengo ni una pizca de agua, llevo vagando por estas tierras horas sin ver a nadie, pero tu no tendras por casualidad nada que  pueda venirme bien ¿no?- dice mirando con malicia al jinete

El hombre se desespera cuando le das su negativa y mira hacia el camino por la dirección por la que vino.
-Qué?- Dice despistado, como si se hubera olvidado de ti.- N..No no tengo nada para tí. Perdona por haberte molestado gato, pero tengo un poco de prisa.- Y se dispone a irse.

Entonces, escuchas a lo lejos otro sonido de caballos. Esta vez son cuatro jinetes los que vienen en la distancia. Vienen por la misma dirección por la que vino este hombre a un ritmo rápido. En cinco minutos estarán aqui. El hombre no tiene un sentido del oido tan fino como el tuyo, asi que crees que no se ha enterado de nada.

 (Podrían conocer a este tipo y ponerme en serios problemas, pero este pequeño tipejo parece tener cosas de valor y me ha llamado  ¿gato?, ¿a mi? grrr. He de ser rapido) pensó.

 -Tú pequeño tipejo, como osas llamarme gato, me llamo Ur Khan, y ese es el último nombre que oiras- amenaza mirando fijamente  al  pequeño tipo, mientras desenvaina su espada.

El hombre abre los ojos como platos, no habia previsto ningún ataque.

Desenvainas tu espada y te lanzas contra él.

 -¡Vas a morir, sucio humano!- dice con agresividad mientras se lanza en un ataque contra él.

Atacas al hombre tan repentinamente que la empuñadura de tu espada se resbala de tus sudorosas manos, cayendo a unos metros de distancia.

Tu enemigo se ríe de tí.
-Está bien muñeco de peluche! Eres tan inútil que otro dia cualquiera te hubiese dejado marchar, pero hoy estoy cabreado! Preparate a morir!

El hombre desenvaina su valiosa espada larga y trata de atravesarte con ella. En el ultimo momento logras esquivar el poderoso filo. Tu espada está a unos metros de tí, quizás puedas cogerla y atacarle, o por el contrario puedes usar tu daga.

 -¡¿peluche?!, vas a ser pasto de los buitres sucia escoria- dice con mucha agresividad mientras realizando una pirueta recoge su  espada, realizando un nuevo ataque.

Tras bloquear tu débil ataque. El hombre balancea su espada larga y la clava en tu pierna derecha. El dolor es insufrible y la tierra se mancha de tu sangre.

Pierdes 8 puntos de vida.

Los caballos que escuchaste antes hacen su aparición. Entonces el hombre se sube rápidamente a su caballo y se da a la fuga al galope.

Uno de los cuatro jinetes se para a tu altura, mientras los otros tres continuan su camino velozmente.

-Está bien amigo? Ha tenido mala suerte al encontrarse con ese malnacido! Por dios! está sangrando!

 -Ah, solo he tenido un mal día, si vuelvo a verle, le cortaré a rebanadas, por cierto ... ¿quien era ese tipo?- dice reincorporandose  como puede y escupiendo al suelo - ... y una cosa, amigo, ¿tiene alguna venda?, la pierna no para de sangrarme.

El hombre se baja del caballo.

-Es un ladrón de poca monta. Habia asaltado a unos transeúntes y fuimos en su busqueda. Nuestros caballos son más rápidos así que gracias a tu intervención creo que mis compañeros le darán caza de un momento a otro.

Luego se acerca y te mira la pierna.

-Uf! Es una herida muy fea. No te muevas.- Acto seguido coloca sus manos en la herida y dice:
In mani!- Notas un calor extraño en tu pierna y la herida poco a poco se cierra.

-Creo que deberás reposar algún tiempo más hasta que esté tu pierna en perfectas condiciones.

 Se reincorpora totalmente sacudiendose la tierra de la ropa y recogiendo su espada del suelo.

 -Bueno, gracias ... - murmura a regañadientes, desviando la mirada - ... ¿y dónde dice que puedo reposar?, espero que no halla que  pagar no tengo apenas para comer, ¿podria ayudarme?

Al hombre le das lástima. -Tranquilo chico. No te preocupes por eso. Ahora centrate en no mover mucho esa pierna.

En esos momentos, los jinetes compañeros de tu sanador vuelven con un caballo de más. Uno de los nuevos comenta:
-Por fín hemos ajusticiado a esa sabandija! Menuda alegría se va a llevar nuestro señor cuando le traigamos las joyas que le robó. Además de esta lujosa espada.- Dice mostrando la espada que te atravesó la pierna. Luego se fija en tí.- Estás bien muchacho? Si no le hubieses entretenido quizá se hubiese escapado el muy cabrito!

 Quedo anonadado al ver tantas riquezas.

 -Me alegro de haberos ayudado a detener a esa sabandija. Sé que no debe pedirse recompensa alguna, pero ... ¿Podríais  recompensarme?, no tengo dinero ni  para tomar un jugoso muslo de pollo asado en una taberna- dice mientras mira fijamente al  caballero que le ayudó.

Los hombres se miran unos a otros, el que te curó dice por fin.
-Una cosa es segura. Si no hubieses aparecido... dios sabe si le hubiesemos atrapado... con la consecuente ira de nuestro señor. Creo que te mereces una recompensa por tu actuación.
El hombre que habló antes toma la palaba:
-De acuerdo entonces... puedes quedarte con su caballo, ya que nosotros hemos recuperado lo que nos robó.

Te tienden las riendas del caballo y se despiden de ti.
-Hasta otra compañero!

El animal parece cansado, pero puede continuar una caminata a paso lento. Tiene una silla y unas alforjas con algo dentro.

 Miro dentro de las alforjas.

 (ojala haya algún mapa de estas tierras y algo de agua) pensó.

En las alforjas encuentras:

• 27 Monedas de Oro
•  5 Pociones de curar heridas leves (1d6+1)
• 1 Poción olvidadiza
• 10 metros de cuerda
• 5 raciones de comida
• 2 ganzuas

 Monto a caballo y pongo rumbo al pueblo mas cercano, tras guardar el contenido de las alforjas en mi bolsa de viaje.

 -Menudo botín, al final no ha salido todo tan mal, ... aunque me hubiera gustado matar a ese tipejo- dice por lo bajo para sí mismo  -Bueno, en marcha ¡Arree!

Te diriges al pueblo a paso lento, para que tu caballo no se agote demasiado...