Annette, Los Ángeles.
Le das un golpe a la puerta desesperadamente y ves como tu puño la traviesa como en una de las mejores pelis de Sci-Fi del momento...¿qué es esto?¿qué está pasando?!
"Si hoy hiciera sol, creería que mi sombra camina a unos cuantos metros de mí en vez de a mis pies... ¿Qué querrá?"
Al llegar el hotel había visto por el rabillo del ojo como otro taxi paraba a poca distancia y un hombre alto y negro de dientes marfileños bajaba de él en dirección al edificio en el que yo quería entrar. Llevaba rato siguiéndome y parecía decidido a seguir haciéndolo. Si no fuera por su anterior presentación a muchos quilómetros de distancia pensaría que era un acosador. Y peor aún, si no fuera porque el mensaje venía con un video de mi padre, dejaría volar mi imaginación y alimentaría mi paranoia con la idea de que todo aquello no era más que una trampa. Y pensándolo bien, quién diría que no podía serlo, al fin y al cabo, la tecnología había llegado tan lejos que cualquier cosa era posible... sólo que no entendía que interés podría encontrarle alguien en plantarme una trampa y a tanta distancia de mi hogar.
Había alimentado ya demasiado a mi imaginación como para dejar la cosa ahí, me empezaba a dar miedo que un hombre me siguiera a todas partes. Tenía una idea para quitármelo de encima y iba a llevarla a cabo... en ese mismo instante.
Entré en el hotel como si no hubiera reparado en él y me apoyé con disimulo en la pared del vestíbulo que había al lado de la puerta. Le esperaría y en cuanto apareciera por la puerta utilizaría la típica treta; lo ahuyentaría con el típico grito de chica desvalida, diciendo: ¡acosador!
Ahí estaba entrando por la puerta. Era mi oportunidad...
¡Mierda! - pienso. - esperaba que a ella no la encontraran. No puedo quedarme aquí escondido mientras la amenazan, sera mejor enfrentarse a lo que venga, siempre han dicho que soy bueno averiguando las intenciones de los demás, así que espero poder hacerlo con suficiente tiempo como para poder reaccionar de la mejor manera.
Poco a poco salgo de la taquilla, con las manos visibles, para no empeorar la situación más de lo que ya lo esta. Me acerco a donde esta Sarangi, intentando ponerme entre ella y los misteriosos hombres.
-¡Tranquilos, por favor! Dejen que ella se vaya, no ha hecho nada.
Gurja, Instituto de Nepal.
- Claro que la dejaremos ir, como a ti, chico...irá al cielo!!!- Dicho esto, oyes un disparo y como algo se desploma contra el suelo.
NO, NO PUEDE SER! ¿POR QUÉ?! SARANGIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!
- Fin de la primera parte-
El despertar es duro. Me limpio el sudor.
A sido tan real. Me estare volviendo loco.
Me levanto. Me pellizco, antes de quedar atrapado en otro sueño. Saco un mechero y cojo la foto.
Miro al techo y veo la alarma de incendios. Dejo la foto y rapidamente miro el vuelo de mañana. Esperando que no sea Nueva York. Y que el cliente no se llame Rupert.
Esto debe ser una señal del cielo me tomare unas vacaciones.
Abro la boca desmesuradamente. Mis ojos se abren como platos.
Jooooder....
Retiro la mano con rapidez. ¿Qué ha sido eso?
Quizá porque estoy demasiado asustada y aturdida, o porque la situación es realmente desesperada. Pero lo cierto es que adelanto de nuevo mi mano.
Es... como meter la mano en la arena o en un líquido muy espeso. Lo que mi lógica indica y lo que mis sentidos me transmiten son dos cosas completamente contradictorios. La pesada puerta de acero cede y se aparta ante el avance de mi mano, y su presencia sólo es revelada por leve cosquilleo y una sensación fría que noto en la piel.
Precedida por mi mano, me adentro, guiada por el instinto, en la puerta. Hacia el otro lado. Hacia el escape de toda esta locura.
Pues nada jefe, siento el malentendido U^^.
Annette, ?¿?¿.
Apareces en un callejón oscuro de lo que parece ser una gran ciudad...¿Dónde estás?
Un vagabundo te observa un momento y después mira a su botella:
- Oh, mierda...tengo que dejar ya la bebido-acto seguido se desmaya.
Esto no es Los Ángeles, ¿dónde has ido?
-FIN DEL CAPÍTULO 1-