Partida Rol por web

-¿Un perro al que le faltaba gran parte del pecho y con medio cráneo deshecho? -arqueé las cejas.- Y no había ningún tipo de chip ni nada. Si a mí me lo explicas, yo te creo.

Ya me había cabreado su actitud.

-Imagino que como no tuviste muchos estudios no sabes para qué sirve un cerebro, ni el corazón, mucho menos la irrigación sanguínea y otras cosas que se dan en biología.

-Vaya, vaya, o sea, que tenemos aquí al POLI eminencia Honoris Causa que tiene cursadas tres ingenierías y a acabado siendo un policía que se arrastra por las peores calles en busca de asesinos y violadores. Ahora si que estoy mas tranquilo y veo que el sueldo que te estoy pagando está muy bien invertido.

Cogí aire:

-Ahora, superpoli, a ver si nos sacas de esta casa, la cual has allanado igual que nosotros.

-Así que... Allanamiento. Sigue hablando, por favor. -dije para animarle. Me giré, ignorándole.- Bien... Supongo que en esto deberíamos hacer caso a la señora Luvie. Yo no sé salir de aquí más allá de hacer un boquete en la pared.

- Ahg. -dije en tono de exasperación. - Dejad de discutir de una vez, anda. ¿Es que nadie va a mirar lo que hay grabado en las cámaras de seguridad? - dije mientras me acercaba a la fría sala. Pensaba que reproduciendo las cintas de vídeo, confirmaríamos nuestras sospechas sobre quién está detrás de todo esto. Me senté en la silla y me dispuse a manejar la computadora, para visualizar las grabaciones de los últimos días.

Madam Luvie suspiró cuando el policía y el chico dejaron de discutir... al menos por el momento.

- Como ya he dicho, deberíamos dirigirnos de inmediato al cementerio.- miró a su alrededor.- Claro que, antes, deberíamos salir. Dios... ¿cómo es posible que nos hayan encerrado tan rápidamente si usted acababa de entrar?- preguntó mirando a William.- Aquí debe haber algo que se nos escapa.

Se sentó en el suelo, lejos del dibujo satánico, y cerró los ojos. Intentó entrar en conexión con los ojos ocultos de ese lugar. Deberían haber visto algo. Las paredes lo veían todo, solo que eran incapaces de contarlo. Pero quizá, con la ayuda de Dios, podría averiguarlo.

Arthur empieza a manipular los ordenadores, cuando salen personas y se escucha ruido, dejáis de discutir para prestar atención:

La noche de antes mientras el señor Oswell y su sobrino hablan sobre su carrera política y el desdichado hallazgo de su hija, el señor Oswell parece preocupado pero su sobrino esta exultante con su ascenso meteorico y lo intenta tranquilizar. Mientras en otra cámara se ve como la cancela se abre sola. La cancela se cierra y comienza oxidarse, mientras la fuente se seca de improviso y los árboles y enredaderas dejan caer multitud de hojarasca, en otra cámara los perros parecen tener un espasmo y mueren casi sin emitir sonido, siguiendo el curso de los acontecimientos la puerta de la cocina se abre y se escucha un grito, la doncella cae al suelo y una sombra pasa frente a la cámara, es una sombra oscura como alguien envuelto en un sudario de oscuridad. Tras el grito, el sobrino de Oswell acude a ver que sucede y al ver a la muchacha muerta va avisar en a su tío momento en el cual reaparece la sombra clavándole el atizador en la nuca entonces se puede observar una pequeña conversación entre el señor Oswell y la sombra.
-Tu mataste a mi hija...
-Me pidió que la encontraran y así ha sido, me pidió que este alfeñique subiera políticamente y así ha sido.
La voz del señor Oswell se entrecorta
-Yo he pagado, te alimentarías de siete almas de mujer y yo te proporcionaría la primera.
La sombra se acerca en ese momento al ricachón alzando una terrible garra.
-Aun me falta una, pero no voy a irme, me gusta esto, aquí puedo alimentarme con facilidad, solo usted se interpone entre mi y la eternidad en la tierra lejos del infierno.
Justo antes de que la garra alcance al humano en el cuello este grita
-No! No! Noooooooo!!!.
Pero la presa se ha hecho, se escucha crujir y derramarse algo por el suelo mientras la voz susurra nuevamente.
-¿Nadie le enseño a no hacer tratos con demonios, señor Oswell?- y una risa, luego deja caer el cuerpo y desaparece.
 

Usas tus poderes de clarividencia, entras en trance y consigues ver:

Puede verse a Ingrid, la primera victima, en una fiesta como acompañante del señor Oswell y como todos la tratan con aprecio y de forma indiferente al trabajo que todos saben que realiza, y entre los asistentes a la fiesta la misma sombra que se mueve como si fuera invisible para los asistentes acercándose cada vez mas a Ingrid hasta que la toca en el hombro, esta sufre un leve desfallecimiento y la sombra vuelve a desaparecer.

No conforme con eso, lees el libro que tienes delante, al ver que los simbolos demoníacos no te dicen gran cosa, del libro consigues sacar en claro como puedes matar al demonio, hay varias opciones:

- Si el demonio mata a una victima y no hay otra “infectada” para tener los sueños el demonio partirá a su plano cuando termine de devorar esta ultima y desdichada alma.

- Haciendo que el demonio acepte otro trato y una vez cobrado el tributo se iría, pero ya han visto lo que este demonio es capaz de hacer para quedar libre de irse.

- Llevando al demonio hasta el cementerio donde ha sido invocado y una vez allí destruirlo físicamente con el elemento opuesto al que el mismo produce.

Madam Luvie observó la grabación con expectación. "Así que es cierto. Hizo un trato con el Demonio.", pensó. Negó con la cabeza, decepcionada y ofendida. "Sólo para un estúpido juego de negocios. Esas pobres chicas..."

Cogió un libro que tenía cerca, el cual parecía contener el hechizo de invocación que se había usado. Tras leerlo, llegó a una conclusión. El demonio se iría al finalizar su tarea o con un trato, pero eso era, evidentemente, inadmisible. Así que sólo quedaba una opción.

- Debemos atraer al Demonio hacia el cementerio, a la parte antigua. Allí debemos quemar su forma física para que muera... para siempre.- dijo con un tono sombrío.

Miré con estupefacción la grabación. Entonces, todo parecía real... O era un montaje de los mejores que había visto en años. Pero no iba a arriesgarme.

-Ya, pero no es tan fácil cómo parece. Primero tenemos que salir de aquí. Y segundo, tenemos que buscar una manera de atraerlo. -comenté, pensativo.- ¿Qué atraería a este demonio? Ha dicho que eran...Siete chicas. Entonces, queda una.

Mirado hacia le suelo dije en voz baja:

-Yo seré quien le atraiga hasta le cementerio. Es a mi a quien busca y todos lo sabéis.

Sospechaba que Emily iba a decir eso y entonces troné en la sala:

-No, no voy a dejar que te expongas a un peligro, y menos cuando aun no sabemos de que va la película. Ese asesino es peligroso y seguro que hace tratos con mafiosos. Que se arriesgue el pies planos...

Me había quedado mirando las cintas con estupefacción. A pesar de todo lo que habíamos visto hasta llegar aquí, aún me negaba a creer que todo era culpa de un maldito demonio. Pero, maldita sea. No había otra explicación mejor. Habría que conformarse con eso.

Miraba al resto con cara sombría. - Si de verdad queremos detener a ese demonio, tiene que ser cuanto antes. Pero tenemos que ir preparados. Por lo visto el fuego le debilita, así que achicharremos al hijo de puta. Reunamos todo lo que podamos encontrar, gasolina, alcohol, telas y ramas secas. Llevaremos antorchas y cócteles molotov, si alguien sabe fabricarlos y quemaremos todo el maldito cementerio si hace falta para acabar con él. - miré a Adam con ojos amenazadores. - El demonio va a ir a por ella de todas formas, y lo sabes. Lo único que podemos hacer es intentar acabar con él antes de que él acabe con ella. Es la única opción que tenéis para sobrevivir.

Me crucé de brazos, pensativo y algo molesto. No era partidario de quemar el cementerio (entre otras cosas, porque parte de mi familia descansaba allí), pero más valía salvar la vida a un vivo que a un muerto.

-No vendamos la piel del oso antes de cazarlo y empecemos a buscar una salida primero. He traído el coche, así que, si conseguimos salir, lo tendremos más fácil para volver.

Mientras el policía encontraba una salida, yo empecé a pensar que no había dicho bien la fórmula de los cócteles, ¿o si?

Ahora dudaba...

Los explosivos eran lo mío aunque aun no se lo hubiese dicho a nadie...

Madam Luvie asintió cuando el policía habló.

- Deje que le ayude a buscar la salida.- dijo pensativa, y se puso a intentar encontrar alguna manera de salir de allí, aunque no parecía tener demasiada suerte.

Mientras William buscaba un lugar para salir, Adam se fue a la cocina, empezó a preparar unos explosivos, llevaba consigo dos buenos cocteles molotov, iba preparado para enfrentarse a ese demonio que se había atrevido a incordiar a su novia. Llegó junto a los demás a tiempo para ver como William echaba la puerta abajo, al parecer el campo de energía que parecía recubrir las salidas cuando Adam tiró la silla, ya se había difuminado, pues ahora podían salir sin problemas. Se montaron en el coche del policía y se encaminaron al cementerio