Vais paseando por la noche, han pasado ya un par de meses de la pesadilla, vencisteis al demonio, salvasteis al mundo de esa criatura, nunca volveréis a ver el mundo como antes y os compadeces de la pobre Emily que esta bajo tratamiento, al menos vosotros seguis con vuestro trabajo. Os detieneis para encenderte un cigarrillo, de repente notais que todo esta en silencio, demasiado silencio, aun con la cerilla en las manos mirais por el rabillo del ojo en todas direcciones, notais una brisa fría como el hielo que os golpea desde atrás atravesándoos, un brisa que reconoceis perfectamente del bosquecillo tras la derruida mansión Oswell. Os girais y no hay nada, no hay nadie, pero notais aquella presencia, solo el frio que os cala como si no tuvieras piel ni carne en los huesos, y de repente una voz, un susurro es arrastrado por el aire, un susurro que os hace dejar caer el cigarrillo al suelo...
-Le dije que no podria matarme....- Haceis lo unico que podeis hacer en este instante, os dais la vuelta y salis corriendo...
A la mañana siguiente todos recibis una llamada de Madam Luvie, ella ha empezado a tener las mismas pesadillas que las chicas que acabaron muertas, la misma pesadilla que tiempo atrás tuvo Emily
Cuando madam llamó al pequeño apartamento de Adam y Emily, un escalofrío recorrió su cuerpo, daba señal pero nadie lo contestaba.
Mientras marcaba una y otra vez ojeó un periódico y en un pequeño artículo vio la foto de la chica con un extraño titular:
"Muerte a mordiscos"
Lo releyó una y otra vez y explicaba como la pobre prostituta había sido asesinada mientras ejercía su carrera debido a varias denetellada que habían seccionado la vena yugular, auqnue aunno se habñia identifcado el animal que había sido y puede que coincidiesen con dentaduras humanas. el artículo había sido escrito por Arthur...
Pasó las hojas nerviosas una tras otra, y sin darse cuenta llegó a otro artículo en el que explicaban que había un pequeño brote de una enfermedad sin identificar donde infectados perdían su capacidad de razonar y se comportaban de forma violenta atacando unos a otros y contagiando a las personas sanas... era el barrio donde residían la pareja. En la foto a pie de página podía versa a Adam con los ojos lechosos haciando frente a un grupo de policias.
Por eso mismo le tocaba a la madam su turno, la última chica de la lista había sido eliminada y ahora le tocaba a ella.
Volvió a escuchar la voz que decía:
-Le dije que no podria matarme...
Al cabo de cuatro días madam escucha como pican a la puerta con mucha insistencia, y se escucha desde el otro lado:
-Madam, soy emily. He vuelto a tener sueños, ábrame que se los voy a explicar...
Madam Luvie entró en un estado de meditación continua tras el suceso con el demonio. Apenas comía y dormía, y no aceptaba clientes. Se preguntaba por qué había ocurrido todo eso. Le preguntaba a Dios cómo había permitido que el demonio actuara libremente en la tierra. Se sentía dolida, incluso traicionada. Pero nunca sus creencias habían sido más claras.
En esos días de retiro espiritual en su propia casa, unas pesadillas empezaron a acosarle por las noches. Sabía que el demonio seguía vivo, o quizá otro hubiera ocupado su lugar. Sea como fuere, ella era entonces la siguiente en la lista de víctimas. Su meditación pasó a convertirse en un vagabundeo constante por la cocina, el comedor, su dormitorio y su baño. Evitó entrar en la habitación en la cual se encontraba su equipo de trabajo por miedo a que entrara en contacto directo con la criatura infernal y ésta la atacara allí mismo. Vivió en un ensimismamiento constante hasta que decidió llamar a aquellos que la comprenderían, que habían visto lo mismo que ella. Les contó sobre sus pesadillas. Pensó que así se liberaría de una carga antes de morir.
Un día Emily apareció en su casa. Fue inesperado, pero le alegró un poco. Parecía que ella volvía a tener pesadillas también. Tenían que hablar, y por eso le abrió la puerta sin dudar.
En cuanto la vieja abrió la puerta Emily la miró con unos ojos color verde osforescente y saltó con una agilidad innata en ella mientras las garras que tenía en vez de manos rasgaban parte del cuello de Luvie.
Colocó la garra izquierda en el hombro y la derecha por debajo de la barbilla estirando con fuerza rasgando la piel a la vez que abría la boca repleta de colmillos amarillentos que dieron varias dentelladas arrancando parte de la garganta de la vieja.
Luego pegó un estirón a la mandíbula lanzándola contra una pared y arrancándosela quedando la lengua de la vieja colgando sin poder articular nada.
La bruja miraba con miedo a Emily y está le escupió un trozo de carne mientras le explicaba con una voz gutural:
-Esto es tuyo... ya os dije que no podríais matarme.
Emily se colocó de cuclillas delante de madam y con las garras desgarró parte del pecho dejando el corazón a la vista en medio de las costillas, estiró el dedo índice y cuando faltaba un centímetro para pincharlo le dijo:
-No vale la pena, ya eres parte de mi Legión.
Se irguió de nuevo y volvía a tener la apariencia infantil de la prostituta mientras se encaminaba hacia la puerta.