Partida Rol por web

Aquello estaba empezando a tomar matices bastante más oscuros. No era sencillamente una promoción, o no lo parecía. No era sólo por lo bien que emulaban la vida, había algo... extraño. No fue hasta la pregunta directa de la chica gato que decidí despegar mis labios mientras me encogía de hombros para responder.

¿Quizá por miedo, envidia o desesperación? -miré a los pequeños- Imagina estar perdido y solo, en un mundo que no conoces. Por no hablar de los antivirus y otros problemas.

Anoté mentalmente: digimons. Era un genérico, al parecer, para referirse a aquello. También crecían, navegaban y podían invadir en forma de hologramas nuestro planeta. Siniestro, sin duda, como el lugar donde se encontraban.

No todos los monstruos dan miedo. Como Monstruos SA, Stitch o -miré a mi amiga con una sonrisa antes de lanzarle la pequeña puya- un pequeño ratón eléctrico llamado Pichu.

Lo realmente curioso era que un hacker, Mr. Navit más o menos, se hubiese encargado de buscarlos para ¿Protegernos? ¿Y ellos aceptaron sin dudar? Eso me recordó... busqué una imagen de Mr. Navit y la manifesté para mostrársela.

¿Se parecía a él quien os metió en las tarjetas? -luego regresé mi atención a Tanemon- Eres realmente valiente, gracias.

Realmente lo era, también un poco estúpido, pero eso no era necesario decirlo. Eran como niños pequeños y no estaba bien decirles que aceptar que te encierren para proteger a un desconocido era algo bastante insensato.

La risa... me hizo sentir un escalofrío, ponerme en pie a la defensiva y mirar a las chicas, que tampoco parecían muy confiadas con aquello. Por un instante pensé en desconectarme, pero sabía que Lil no lo haría y entonces... bufé. No podía hacer gran cosa en aquel preciso instante mas allá de un...

¿Hola?

Saludé al eco.

Me alegraba ver de que mis muchísimas muestras de afecto hacia Pyokomon eran todas aceptadas por ella, la cual reía y sonreía como una niña mientras lo hacía... jiji, me recordaba a cuando Chika era aún una bebe y se dejaba cubrir de mimos por mi sin poner cara de gatito enfurruñado. Si era una I.A o tecnología... ¡tenía que ser una MUY avanzada para conseguir este nivel de suavezura! Miraría a mi hermana con una sonrisa tranquila cuando vi que me decía que no la llamara así -Pero es que lo eres hermanita, jeje...- dije con inocencia, pues no lo hacía con mala intención... Es mi hermanita y me gustaba llamarla así.

Escucharía las preguntas de mis compañeros y las respuestas de los digimon, diciendo que venían del mundo digital... Y me sorprendió que nadie lo preguntase, o quizás era una pregunta muy tonta... Pero yo la hice -¿Y ese mundo digital donde está?- pregunté con curiosidad, antes de continuar escuchando, hablando de que los digimon mayores si podían moverse con libertad... pero ellos habían acabado aquí -¿Se dice "los digimon"... o "los digimones"... o "los digimons"?- pregunté por si acaso, no fuera que más adelante dijera algo mal, sentada de forma parecida a Lil'Pichu con las piernas cruzadas y Pyocomon en brazos.

Al parecer los pequeños habían aparecido aquí porque si, sin saber quien les metió en esos pendrives... pero que dijo que no debían de preocuparse porque nos iban a encontrar y nos tenían que proteger. Mi hermana les echó una pequeña bronca, mientras que Yuudai comparaba los digimon con otros personajes de series y películas, y comentaba que quizás esos "digimones malos" solo estaban solos y perdidos; aunque estaban causando muchos problemas. ¿Tal vez esas noticias raras de hologramas tuviera que ver?

No se... pero entonces fue cuando ocurrió aquello que me puso los pelos como escarpias y me hizo ponerme rigida de golpe, esas risas tan raras y siniestras que parecían salir de una peli de terror. Mi hermana fue diciendo que nos lo avisó, que habría problemas y todo lo demás... Pero yo con la cara bastante seria, coloqué a Pyocomon junto a mi hermana en el suelo -Colocaos detrás de mi- le dije a todos mientras mi hermana hacía... lo que fuera, adoptando por mi parte una postura característica de artes marciales, mirando a mi alrededor intentando encontrar el origen de esa risa... Alerta y lista para saltar al ataque con tal de proteger a los presentes.

Los cuatro se os quedan mirando cuando hacéis las preguntas, uno a uno. Primero, contestan a Chika. Cuando Koromon va a hablar, se queda mirando a Bukamon mientras este lo miro.

- Bueno, haz tu los honores, Bukamon. Eres el más listo del grupo.

- Gracias Koromon. Bueno, el que nos metió en las tarjetas nos aseguró que vendríais. Nos dijo que "era vuestro destino". 

Lil'Pichu escuchaba fascinada cada palabra que salía de la boca de Bukamon.

 - Entonces... Somos como una especie de elegidos...

Al enseñar Yuudai un holograma de Mr. Navit, todos saltan de alegría.

- ¡Ese! ¡Ese era! Fue muy amable. Nos aseguró que debíamos venir con vosotros. Que cada cual estaba relacionado con cada uno de vosotros - dice alegre Pyocomon.

- ¡Sí, exacto! ¡Cada cual con un niño humano concreto! - añade Tanemon mientras se acurruca a los pies de Yuudai.

Ante la pregunta de Maiko, se quedan pensativos.

- Pues... No sabría decirte. Es... como un plano de existencia distinto al vuestro. Creo... Creo que si intentaseis entrar...

Entonces es cuando os percatáis de los risa. Cuando pasa un rato, las risas se convierten en voces.

Pobres niños ¿Os habéis perdido?

¿Queréis que os guiemos?

No, mejor "juguemos" con ellos.

Sí, hagamos eso.

Las risas suenan más sonoras. Entonces, de la nada, surgen cuatro seres, más altos que vuestros compañeros, casi del tamaño de un niño pequeño de diez u once años. Son como fantasmas de cuento europeo, rodeados de llamas azules y con una sonrisa siniestra en su rostro. La cabeza la corona una especie de gorrito como de mago, también cubierto de fuego. Han aparecido de manera que os han rodeado.

Bueno ¿por quienes empezamos?

Yo sugiero los niños, sí.

No, mejor los digimon... Para que sufran.

El que dice esto tiene expresión cruel, y no podéis evitar sentir algo de miedo. Porque, en el fondo, no queréis que les pase nada a vuestros digimon ¿Tan fuerte es el vínculo formado?

Sí, hagámoslo así. Son simples bebés, nos los podremos comer

Los digimon se ponen frente a vosotros. Pero no es miedo lo que veis en sus rostros. Es rabia, enfado. Valor.

- ¡No se os ocurra acercaros! - sentencia Koromon.

- ¡Eso! ¡Los protegeremos con nuestra vida! - continúa Pyokomon.

- ¡Aunque seáis nivel infantil, no nos podréis superar, Ghostmons! - dice Bukamon. Detrás de él, Lil'Pichu tiene una expresión de alegría pero sobre todo, de emoción.

- ¡Eso, demuéstrales lo que vales Bukamon! - responde la chica.

- ¡No os dejaremos pasar! - se jacta Tanemon, mientras les saca la lengua.

Los llamados Ghostmon se ríen, pero ya no siniestramente, sino que parece que se están divirtiendo.

Sois muy divertidos bebés.

Sí, definitivamente os comeremos primero.

¿A qué sabrán vuestros datos?

Vamos allá.

Pero, cuando termina la frase... ¡Los bebés se lanzan al ataque!

- ¡Burbujas! - grita Koromon mientras expulsa por su boca una burbuja rosa a uno de los fantasmas, que se ve obligado a cubrirse.

- ¡Flor jabonosa! - dice Pyokomon en voz alta mientras, de su flor, sale una burbuja dirigida a otro Ghostmon.

- ¡Burbuja de aire! - Bukamon también se une al ataque, contra otro de los Ghostmon. Lil'Pichu está en éxtasis mientras les grita ánimos a todos.

- ¡Burbuja ácida! - grita a su vez Tanemon, mientras escupe una burbuja de color violeta al cuarto Ghostmon, que no puede sino poner las manos por delante.

Les han pillado por sorpresa. Y a vosotros también. Esos pequeñajos se saben defender. Y muy bien al parecer.

El destino normalmente era un modo de llamar a una serie de coincidencias que eran complicadas o imposibles de entender, también era un modo de abreviar cosas como el determinismo o el deseo de que algo haya salido bien.

Como fuere, era cierto que allí estábamos. Nosotros y no otros. Ellos y no otros. Me pregunté hasta qué modo estaban "relacionados" con nosotros ¿un estudio de big data? ¿algo más minucioso? ¿casualidad o causalidad? Sonreí, me parecían adorables en cualquiera de los casos y con cualquiera de las respuestas.

Los planos de existencia sí consiguieron atraparme... o lo hubiesen hecho de no ser por la aparición de aquellos enemigos. Consiguieron ponerme los pelos de punta y miré a Tanemon con preocupación. Todo se precipitó en cuestión de segundos. Una batalla tras una amenaza y unos ataques extraños que resultaron más efectivo de lo esperado. No entendía del todo lo que sucedía, cómo unos se querían comer a otros. Era una extraña simulación de la naturaleza, pero les llamaron bebés e infantiles que era más como el desarrollo de un ser humano, quizá para hacerlo más familiar.

¡Bien hecho! -felicité a todos, colocándome detrás de mi compañero, al fin y al cabo estaba un tanto orgulloso de él- Pero ¿no deberíamos retirarnos?

Eso es lo que había dicho, pada y escapa. Además, tampoco quería que matase a nadie, eso nos pondría al nivel de esos abusones ¿no?

La reunión de preguntas entre la respuesta que me respondieron a mi, y la que respondieron a Yuudai, me hizo ver con más claridad toda la situación. Sin duda, y lejos de la ilusión de Lil, esto no era más que una encerrona. Cuatro tarjetas para las cuatro personas que aceptamos el venir a Kowloon. Demasiada casualildad para ser elegidos. Alguien nos quería en este momento y en este lugar, y concretamente con estos seres... ¿Quien estaría detrás de Mr. Navit? Buena pregunta. Una a la cual no podría darle respuesta todavía.

A fin de cuentas, esto no se podía denominar destino, pues el destino era solo las acciones de una persona que acababan resultando de una manera, y así acabó con el resultado de nosotros y los digimon. Por lo menos, ahora sabiamos que si abandonabamos a aquellas criaturas, se quedarían solas, y era algo que no debiamos de hacer.

No obstante, antes de poder continuando aquella conversación, la extraña risa nos puso en tensión a todos, a mi la primera. Sin embargo la sorpresa fue mayor cuando aquel ser azul de fuego nos rodeó al revelarse que eran más de uno. Parecía un virus, pero en forma real o más bien con cuerpo. Chasqueé la lengua al ver que esta situación podía escaparse fuera de mis manos y que podría ocurrirle algo malo a Maiko... Pero de nuevo y sorpresivamente, quienes dieron la vuelta a la situación, fueron los digimon a nuestro lado.

Ellos podían pelear y protegernos, como dijeron que era su misión... Pero realmente prefería no beneficiarme de nadie y salvar a mi hermana. Es por ello que al escuchar a Yuudai suspiré - Eso debimos hacerlo al verlos aparecer. Desde el primer momento que entramos en Kowloon somos un blanco fácil... Pero esto es distinto... - Dije con la misma voz de siempre pero realmente algo preocupada. - No sé si las burbujas harán algo Koromon, pero... Si no podeis con ellos, usadlas para darnos ventaja - Pensé fríamente, pues si la batalla no salía a nuestro favor, al menos podriamos con inteligencia darle la vuelta.

Dicho eso, me acerqué a Maiko para agarrarla de la mano, buscando que no se lanzara a lo loco, pues ya la conocía lo suficiente como para saber que haría, incluso la miré buscando sus ojos para que intentara notar mi preocupación.

Escucharía con mucha atención a Bukamon y al resto de digimons. Me resultó bastante curioso eso de que le dijeran que "era nuestro destino" coger las tarjetas en concreto, por lo que cada uno se quedaría con uno de nosotros concretamente y estaban relacionadas -¿Que entonces estábamos elegidos para teneros a cada uno?- pregunté con curiosidad... ¿Entonces porque me habrían puesto a mi en una cosita tan mona y redonda como Pyocomon? Sin duda era interesante... ¿Porque nosotros justamente, y si no hubiéramos venido?

En fin, sin duda molaría preguntar más, pero entonces llegaron esas risas incómodas... Y entonces, empezaron a hablar de forma muy incómoda hablando de jugar con nosotros -Creo que no quieren jugar de verdad...- dije a los demás algo preocupada como si mis palabras no fueran lo más obvio del mundo, preparada por si venía alguien a hacernos daño y poder defendernos.

Entonces fue cuando esas cosas aparecieron. Tenían caras graciosas; pero desde luego no parecían ser nada graciosos ni con buenas intenciones. Nos decían que querían hacernos sufrir, tanto a nosotros como a nuestros nuevos compañeros Digimon -Como intentéis hacerles daño a cualquiera de ellos os arreo- dije, para nada con mi bobalicona e inocente personalidad de siempre, sino viéndome bastante más seria y decidida... dispuesta a proteger tanto a mi hermana, como a los compañeros, como a los digimons.

Los digimons entonces, ante las amenazas también se pusieron en plan protectores con nosotros poniéndose delante nuestra. Ante sus palabras parecían que les hacía mucha gracia que ellos quisieran defendernos como si no fueran gran cosa. Hablaban de niveles o algo así... y que esas cosas que querían comérselos se llamaban Ghostmon. Entonces... ¡nuestros compañeros empezaron a lanzar pompitas! ¡Que monos! ¿Como no pueden ser monos si usan de armas burbujitas?

En fin... Como dijo Yuudai, era mejor largarse por donde habíamos venido -No es momento para riñas Chika- dije con seriedad, pues no creo que volver a recordar su charla de que en Kowloon éramos blancos fáciles... Cuando además ella era la que quería venir sola. Ya más tarde le diría como buena hermana mayor "te lo dije"... Pero de momento, salgamos de aquí. Sabía que mi hermana me agarraba de la mano para que no hiciera algo impulsivo... ¡Pero iba a hacer algo impulsivo!

Miraría en dirección al camino donde habíamos llegado, pues tiene sentido que si llegamos por un lado podamos volver por el mismo camino -Lo mejor será irnos por donde hemos venido... ¡así que digimones adorables y compañeros, hacia allá!- diría con decisión señalando... antes de soltar a Chika y lanzarme hacia el Ghostmon que estaría en esa dirección... -¡KYAAAA!- ¡Y sin miedo ni duda, le lanzaría una patada al bicho de fuego azul que estaría en medio de nuestro camino, queriendo mandarle a tomar por culo a un lado! No pensaba  dejar que unos bichos hicieran daño a cualquiera de mis compañeros. Y no creo que el fuego digital me haga daño realmente.

Los digimon, todos ellos se quedan sorprendidos ante la reacción de Maiko. Aún así, la patada no llega a acertarle al Ghostmon que tenía más cerca. Aún así, su pierna pasa a unos milímetros del digimon. Sonríe nervioso. 

Vaya, esta parece muy vivaz, quizás deberíamos comernosla antes. 

Sí. Y ya de paso, nos comemos al resto. 

Los bebés los dejaremos para el postre. 

Totalmente de acuerdo. 

De repente, los Ghostmon se ponen en medio de la salida. No hay por donde escapar. Y os agarran a los cuatro, sin que os deis cuenta. 

- ¡Soltadme, malditos pervertidos! - grita Lil'Pichu, furiosa. Pero notáis algo de miedo en su voz ¿Realmente os podrían comer? Vuestros compañeros se muestran preocupados. No pueden atacar porque estáis entre su rival y ellos. 

- ¡Lil! 

- ¡Chika! 

- ¡Yuudai! 

- ¡Maiko! 

Ahora... Morid. 

Y, cuando los Ghostmon alzan las manos, para daros el golpe final, vuestros digivice comienzan a brillar, menos intensamente que antes, y vibran. A su vez, vuestros compañeros brillan igual de intensamente y se rodean de una capa de datos parecida a un huevo. Los que podáis ver la pantalla de vuestros digivice veréis una palabra, en letras verdes:

EVOLUTION

- Bukamon... 

- Koromon... 

- Pyokomon... 

- Tanemon... 

¡SHINKA! 

Y se rompen los huevos, dejando ver otros seres completamente distintos a los bebés de antes. 

- ¡Betamon! 

- ¡Hackmon! 

​​​​​​- ¡Vi-Elecmon! 

​​​​​​- ¡Floramon! 

Además de cambiar de forma, han crecido en tamaño. Sus voces han cambiado. Y sus expresiones son más amenazadoras. Y las dirigen a los Ghostmon, que se habían apartado de vosotros ante el brillo. 

- ¡Os vamos a machacar! - dice Betamon, colocándose junto a Lil. 

Hackmon avanza lento, pero estoico hasta colocarse junto a Chika. 

- ¿Estás bien Chika? 

Vi-Elecmon avanza hasta colocarse junto a Maiko, con cara risueña, pero a la vez agresiva. 

- ¡Vamos Maiko, démosles una paliza! 

Y Floramon se coloca frente a Yuudai y le mira de reojo, con una sonrisa. 

- Te dije que te protegería ¿recuerdas? - y le guiña un ojo, pícara. 

Entonces, a vuestra mente llegan una serie de nombres. No sabéis cómo, pero sonaban como ataques de juegos de rol. Lil entonces asiente y señala al Ghostmon que la agarró a ella. 

- ¡De acuerdo Betamon, vamos allá! ¡Electric shock! 

​​​​​​De la cresta naranja del mencionado surje electricidad, que se acumula y se dispara como un rayo hacia él, haciendo que de un grito de dolor. 

¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible?! 

¡¿Han digievolucionado?! 

¡No es posible!

¡Calmaos todos! ¡Ahora son más grandes, más datos! ¡A luchar! 

Y se plantan delante de vuestros compañeros, listos para el combate.

Ver como mi hermana se zafaba de mi agarre con facilidad e iba directa contra el peligro, era justamente lo que no quería y lo que pasó al final sin que pudiera evitarlo. Maiko iba a ponerse en peligro y yo volvía estar en shock para evitarlo... Esta vez no. Intenté andar para ir a anteponerme a lo que fuera a hacer, pero entonces, los Ghostmon nos fueron agarrando uno a uno - Ma-MAIKO. SOLTAD A MI HERMANAAAA - Me intenté zafar del agarre del digimon enemigo, pero lo máximo que podía hacer era zarandear mi cuerpo sin ningún exito... Aquella máscara de no sentimientos se desvaneció para verse la completa preocupación y tristeza por verla otra vez en una situación peligrosa.

Pero una voz me despertó mientras pensé que ya sería el final - ¿Koro...mon? - No iba a confiar en nadie... Nunca. Solo en mi hermana... Para protegerla para siempre... Pero la mirada de Koromon me atravesó por completo y solo pude decir una cosa - Ayudame - Llegando incluso a salir una lagrima de mis ojos. Pero entonces todo empezó a ponerse raro y caí directamente al suelo... Algo extraño pasaba

-¡MAIKO! - Grité al ver que la habían soltado también, pero Koromon me atrajo más la atención - ¿Koromon? ¿Digievolución? - Y aquella bolita rosada de orejas largas había cambiado en un ser... más grande y de apariencia metalica con una capa roja... Casi podría decir que se me parecía un poco, al menos en el avatar - ¿Koromon? - Esta vez pregunté para ver que no se trataba de el en realidad. - No... Eres Hackmon - Pero ahora tendría sentido lo que decían las tarjetas.

-Estoy bien Hackmon... Pero... ¿Me ayudarías con algo más? - Dije antes de levantarme y ponerme a su lado buscando con la mirada el Ghostmon que atrapó a Maiko y señalarlo - Ve a por el - Y de nuevo traje mi tono neutro, aunque mi mirada era de rabia hacia ellos - ¡Fifth rush!

Cuando nos agarraron, mis pensamientos estaban más con Lil que con otra cosa, que parecía realmente preocupada. No sabía bien qué hacer, pero claramente debía intentar ayudarla, si bien mi predisposición a la batalla no era tan grande como la de M-A-I-K-O.

Lo siguiente era algo ilógico, pero bueno, estando en la web no era tan raro... o eso quería pensar. Si no fuese porque de algún modo estábamos siendo amenazados en aquel mundo digital, posiblemente me hubiese parado a pensar en la ironía que mi compañero resultase ser una flor. Incluso el nombre, Floramon.

En cuanto se puso a mi lado con ese guiño, le sonreí con un gesto más calmado, me sentía confiado con ella a mi lado y capaz de defender a mis compañeras.

No dudé de ti... ¿Floramon?

Traté de usar el nombre que se había dado él mismo. Me puse al lado de las chicas, claramente era el momento de pasar a la acción, aunque sentía mi estómago encogiéndose en sí mismo, aunque si Lil ya había dado el primer paso, al igual que M-A-I-K-O, no podía echarme atrás.

Gracias.

Noto como sonríe nervioso al pasarle mi pie a pocos milímetros de la cara... no pudiendo evitar chasquear levemente la lengua aunque recuperando la posición de batalla -Como no os apartéis la próxima no la pienso fallar...- dije con seriedad absoluta... para nada intimidada por las palabras de que fueran a comernos... ¿Como iban a comernos si tenían el tamaño de un niño pequeño? Como mucho quemarnos... Entonces, nos agarran... siendo que no tardaría en tratar de soltarles... y enfadarme mucho más -¡SOLTAD AHORA MISMO A MI IMOUTO-CHAN U OS CONVIERTO EN CENIZAS!- gritaría enfadada como nunca, usando mi fuerza para querer lanzarle lejos y proteger a mi hermana cuanto antes. Viendo que me estaba siendo muy difícil... me empezaba a temer que no pudiera soltarme antes de que ese maldito bicho atacase a mi hermana... Y escuché a los digimon llamándonos preocupados.

Entonces... ¡Brillos, muchas luces, muchos giros, mucho texto verde, vibraciones y mucho de todo! Nuestros digivices empezaron a moverse mucho, mientras que también se iluminaban nuestros compañeros digimons... y había mucho fua... y woaaa... y... y no me estaba enterando de gran cosa la verdad, mucha información de golpe... Pero de golpe nuestros adorables compañeros habían adoptado diferentes formas... y repetían el nombre que había en sus memorias USB. Era como los "Pocket Monsters" esos, pero con digimons... por lo que... -¡Digievolucionaron en tamaño y color!- terminaría diciendo al final... aunque cuando los bichos de fuego me sueltan me acerqué a mi hermana rodeándola con mi brazo y apretarla contra mi... ¡Ahora si que no pensaba separarme de ella y la protegería con mi vida!

Pyocomon no, Vi-Elecmon se puso delante mía sonriendo y dispuesto a luchar para darle una paliza a esos hijos de la gran fruta -¡Lo haremos, y si necesitas que te cubra la espalda lo haré!- le diría a Vi-Elecmon mirándolo y asintiendo... mirando hacia el Ghostmon que había atacado a mi hermana -¡A por él! ¡Tail Dusk!- le diría motivada... Ni idea de cuando aprendí esa palabra... ¡Pero que se pudra el que tocó a mi hermanita!

Y comienza el combate en Kowloon. Al darle la orden, Hackmon se agacha momentáneamente, alza una de sus zarpas delanteras y se lanza a toda velocidad contra el Ghostmon que le dijo Chika, acertándole de pleno.

¡Agh! ¡Desgraciado!

- Deja en paz a Chika y a su hermana o te las verás de nuevo con mis garras - amenaza Hackmon, en tono neutro pero con mirada severa.

A ese ataque, le sigue el de Vi-Elecmon, que salta hacia el mismo Ghostmon, con la cola llena de rayos.

- ¡HAYIAAAAAAA! - pero, al girarse para impactar con la parte trasera, el Ghostmon se percata de su presencia. Asustado, se mueve hacia atrás, con la cola del digimon eléctrico rozándole.

¡¿Pero que demonios?!

¡Reagrupaos! ¡Que no os intimiden!

Grita el que parecía el líder, aquel al cual había acertado el rayo de Betamon. Los Ghostmon se reagrupan en una zona, cortándoos la salida.

¡No os permitiremos huir!

No fue hasta que no noté que el combate se tornaba serio que no me decidí a... darle órdenes. En realidad una parte de mí no quería, pero sentía que nuestro vínculo nos impulsaba a coordinarnos, como si yo fuese necesario para sus movimientos y él fuese necesario para mi supervivencia.

Poison... Ivy...

Mascullé, señalando a aquel que había atacado el compañero de mi amiga. Era algo que Floramon haría sin dudar, estaba seguro. Además, parecía el más débil. Sin embargo mi retraso parecía que había confundido a mi compañero, quien pese a seguir mis órdenes no parecía demasiado centrado.

Intercambiamos miradas con más firmeza, estaba preparado para continuar. Entonces fui más resolutivo.

¡Posion Ivy, ayudemos a nuestros compañeros!

Me sentía un poco más ¿animado? por poder ayudar de algún modo, conforme me metía en el combate.

Floramon sonríe pícara a los Ghostmon, asegurándoles un daño rápido. De sus manos surgen zarzas que se estiran y alargan. Zarzas con púas púrpura. Y ataca con ellas como si fuesen látigos. Pero no logra alcanzar a ninguno de los Ghostmon que teníais delante, ya que estos se apartan. En los rostros del enemigo veis expresiones nerviosas a la vez que esquivan el ataque. 

Al que han atacado Betamon, desaparece para aparecer bastante lejos de ellos dos. Entonces, alza las manos y dice, entre temblores: Li... little plasma.

De sus dedos surgen unas pequeñas llamitas que van hacia Betamon. Pero no apuntó correctamente y se van un poco por encima suyo. El líder se asusta aún más.

- ¡Bien! ¡¿Quién es el torpe ahora, eh?! - grita alegre Lil.

El siguiente, que no había sufrido ningún daño, mira a ambos lados: al líder y al que atacaron Hackmon y Vi-Elecmon. Entonces, avanza hacia el segundo para atacarla en cuerpo a cuerpo.

¡Ahora aprenderás a no meterte con los mayores!

Pero no llega a darle, ya que Vi-Elecmon esquiva hacia atrás, sacándole la lengua y tirando hacia abajo de uno de los párpados.

El tercero, al que habían atacado Hackmon y Vi-Elecmon retrocede. Está temblando de arriba abajo.

Es... ¡Esto no estaba planeado!

Y desaparece, sin dejar rastro*. Los otros Ghostmon se quedan bloqueados ante esto. Pero el líder habla.

Tran... tranquilos. Era un cobarde ¡Seguid combatiendo!

Todavía el aura de enfado me rodeaba mirando con un enfado tremendo al que quería atacar a mi hermana... Sin embargo, ahora Hackmon estaba conmigo y me estaba ayudando a destruir a aquel que iba a hacerle daño a Maiko. Ahora estaba segura de que no podría dejarle huir, ni aunque quisiese. Sin embargo otro más se interpuso atacando a Vi-Elecmon... En ese caso irían dos a por mi hermana, no podía dejar que fuera así... Pero por desgracia, el otro escaparía... 

Agité la cabeza mientras chasqueaba la lengua, lo importante era que Maiko estuviera a salvo. Así que miré al otro digimon con una mirada fría y llena de ira - Atrevete a tocar a mi hermana, o a su digimon - Volví a alzar una mano, pero esta vez para señalar al que casi ataca a Vi-Elecmon - Fifth Rush

Hackmon asiente ligeramente, observando al Ghostmon que señala Chika y mirándolo con expresión agresiva. Se coloca como antes y se lanza contra el enemigo, infligiéndole un golpe como si fuesen cinco, "desapareciendo" en el aire para volver a aparecer frente a Chika casi instantáneamente.

Cuando vi que aquel grupo de matones de fuego se retiraban, no pude evitar sonreír con orgullo -¡¿A que ahora no os reís tanto?! ¡ESO OS PASA POR METEROS CON MI IMOUTO-CHAN!- diría, desde luego dispuesta a lanzarme yo misma contra los que quedaban... ¡Muy gallitos eran hasta que se dieron cuenta de que les podemos plantar cara! -¡Vielecmon, a por ellos otra vez, Tail Dusk! ¡Y si quieres te ayudo a patearlo!- terminaría diciendo a mi compañero.