Día 24-06-1926 Cheshire Park.
El alcalde Robinson de Cheshire Park, una pequeña población minera de tan solo 175 habitantes (y bajando, ya son 169) a algunos kilómetros de Boston, contrata a Charles y Elisabeth para que vayan a investigar unos hechos, y Lola va con ellos, porque... sí. En el lugar también esta Roy, un reputado periodista de familiar lavandera, que quiere cubrir la noticia con mucho "tacto".
Ya en la ciudad, los cuatro investigadores se entrevistan con el Alcalde, quien les explica que han desaparecido un total de seis personas, dos de ellos niños, todos ellos en las cercanías del bosque que se encuentra en la colina donde hay una mina de plata, el motor económico de la población. El Alcalde les pide discrección, pues cree que un hallazgo arqueológico en la mina puede tener algo que ver con las desapariciones, pero no desea que salga a la luz, pues de ser así, los estúpidos burócratas podrían clausurar la mina hasta que se estudiase el yacimiento y eso mataría al pueblo economicamente hablando... aunque quizás fuera mejor así y que dejase de desaparecer gente.
Sin más dilación, emorender el camino a la mina y allí se encuentran con Henry, el minero jefe, quien está acabando su jornada. Éste les impide el paso, a no ser que vengan de parte de su jefe, el señor Maguire. Vuelven tras sus pasos y se entrevistan con Maguire, quien vive en una mansión sobre una colina en la zona oeste del pueblo.
Su mayordomo, un tal Marcus Blackman, es atormentado por los investiadores con preguntas absurdas y peticiones excéntricas, hasta que por fin es rescatado por su amo y éste se entrevista con los extraños. Dudando que el señor Maguire esté o no compinchado con el Alcalde, se inventan todo tipo de tapaderas, hasta que finalmente confiesan a que han ido y el señor Maguire, en la línea del Alcalde, les invita a investigar la mina y les pide discrección. Además, les comenta que ha contratado a un arqueólogo y a un espeleólogo, los cuales llegaran al día siguiente.
No obstante, insisten en ir a la mina esa misma noche y Marcus les lleva a recoger a Henry y luego a la mina. Henry les muestra la mina y les conduce hasta una estrauta de basalto que representa a una mujer con dos niños a los ue abraza, los cuales tienen una extraña criatura a los pies. Junto a la estatua hay una losa, que parece haber permanecido mucho tiempo sin ser movida, pero que está entreabierta. Deciden esperar al día siguiente para investigar un poco más, junto al equipo preparado por Maguire.
Día 25-06-1926 Cheshire Park.
Tras dormir en la posada donde trabajaba el borracho hermano del señor Maguire antes de su desaparición y después de que Charles le diera vela a Elisabeth, se levantan y nada más bajar a la recepción, descubren que el alcalde ha desaparecido. Al parecer salió la noche anterior a vigilar la zona boscosa junto con Tim y Ben y fueron asaltados por unas extrañas criatruas humanoides. Tim quedó catatónico, el Alcalde desapareció y Ben asegura que pudo disparar a una de esas crituras, a la que sin duda hirió.
Los cuatro investigadores deciden seguir a Ben en busca de la pista del bosque y envían un emisario para avisar a Maguire. En el bosque descubren un rastro de un fluido azulado oscuro, que conduce bordeando la montaña hasta una escarpada pared vertical. El ser al que Ben hirió, o bien trepa muy bien o es que vuela...
Regresan a la mina, donde Maguire, Henry, Larson el arqueólogo y Perkins el espeleólogo les esperan. Los siete, sin contar a Maguire, se introducen en la mina y realizan el mismo camino hasta la estatua basáltica, no sin antes tener Lola un percance en una escalera, que casi acaba con una lesión grave para ella y para Henry, que logra detener su caída a costa de hacerse daño. Además, un chorro de vapor de agua hirviendo, casi desfigura para siempre el bello rostro de Roy.
El arquéologo desvela que se trata de una estatua hiperbórea de más de 15.000 años, y que no concuerda con ninguna de las civilizaciones que se creía que poblaron la zona en esa época. Evidentemente, si las autoridades supieran del hallazgo, pararían la explotación.
El grupo se introduce a través del agujero de la losa y descieden de nuevo hasta una enorma caverna natural poblada de estalactitas y estalagmitas. El espeleólogo desvela que el techo es inestable, muy probablemente debido a la actividad minera. Con sumo cuidado y con unos EPIS adecuados, logran atravesar la zona sin más incidentes, hasta que llegan a un extraño túnel, que vuelve a descender aún más.
Allí el vapor de agua se condesa en el techo y una luminaria procedente del interior del túnel crea una extraña fosforescencia. El túnel resulta ser una escalera en espiral, con un sinfún de símbolos extraños, que el arqueólogo asegura que cuetan la historia de las gentes hiperboreanas que poblaron el lugar, su conexión con la naturaleza y la alquima y como sucumbieron por su porpia arrogancia.