Día 25-06-1926 mina de Cheshire Park.
Tras haber descubierto la escalera en espiral que desciende más profundo en la mina, el grupo encabezado por el espeleólgo el señor Perkins, desciende hacia lo desconocido. A medida que avanzan, notan como la temperatura empieza a subir de forma exponencial y una vez alcanzan el final de la escalera en esprial con un aura verdosa, se topan con una enorme cueva de más de treinta metros de profundidad.
A sus espaldas, una pared derruida, no les llama la atención para nada, pese a que casi pueden ver una flecha señaládola en un hipotético plano (mal hecho), que marca el lugar como algo, si no importante, si digno de ser por lo menos revisado.
En el centro de la cueva, una poza de agua hirviendo le simpide avanzar hacia el fondo de la cueva, donde observan un monolito, en cuya cima se encuentra un orbe translucido, que emite luz verdosa y que flota aparentemente gracias a vapor que lo eleva de forma casi mágica.
Perkins decide saltar al otro lado y tender una cuerda para que el resto pueda pasar agarrados a la pared. Henry decide ayudarle, pero el muy inútil cae a la poza y se abrasa vivo. Perkins le rescata al lanzarle un cabo de una cuerda y al ver su estado solitica ayuda a sus compañeros. Roy de forma muy valerosa, salta la poza y extrae una pomada para quemaduras y vendas, logrando estabilizar a Henry.
Para entonces, Perkins ya ha logrado colocar una cuerda en la pared rocosa y todos, salvo el valiente Charles, que se queda guardando la retaguardia, pasan al otro lado.
Es allí donde descubren que el tras el monolito, se halla un antiguo templo funerario hiperbóreo, con restos funerarios. Algo que fascina a Larson, el arqueólogo. Elisabeth localiza una puerta secreta, pero para ese entonces, un ghast aparece en escena saliendo de la zona sin explorar y tratando de atacar a Charles, quien cruza la poza y empieza un tiroteo.
El ghast salta al otro lado y trata de morder a Elisabeth, sin embargo se tropieza y acaba mordiendo su propio brazo. Para ese entonces, las balas han retumbado por toda la caverna, pero no han acertado en ningún blanco, amigo o enemigo... todavía. Tres ghasts acompañan al primero y tratan de saltar la poza, cayendo uno de ellos al agua y muriendo al instante.
Elisabeth dispara por la espalda a Larson, que se queja amagamente, Éste entiende entonces que no son ciaturas amistosas las que tiene frente a él y deja de tratar de comunicarse con ellos agarrando un pala y con la que golpeó con saña el aire. Los ghasts comienzan a tratar de morder y patear al grupo de exploradores y una patada en la cabeza acaba con el pobre Roy mientras que los disparos de Charlles y Elisabeth.
Perkins se hace con la navaja multiusos de Roy y pese que hunde su filo hasta en cinco ocasiones sin fallo en las criaturas, matar a una bestia como esas con un mondadientes, es un trabajo cuanto menos complejo. Sin embargo, las crituras van muriendo de forma sorprendente...
Es entonces cuando Lola, tras haberse escondido de la vista de los seres, sale haciendo ruido con la cuentas de su vestido y acuchilla el aire una y otra vez hasta que recibe un par de mordiscos que la dejan inconsciente. Para ese entonces, Henry se ve contra las cuerdas.
Un ghast se ha acercado a él y trata de morderle, sin éxito y cuando va a patearle, resbala y cae al suelo. Henry se marcha a rastras en dirección al orbe, en el que se ha fijado y ha decidido robar mientras el resto sigue en la pelea. Al fin y al cabo, moribundo como está... ¿qué otra cosa puede hacer?
Los disparos certeros de Maxllow y Hall acaban finalmente con la amenaza y pese a que todos tratan de ayudar a Lola, ésta fallece de forma irremediable.
Charles, sin ápice de remordimiento, se adentra en el templo, empuja la puerta secreta y abre lo que parece ser la cámara del tesoro. Tras unas tensas negociaciones y un fallecido (Henry) por un disparo perdido tras tratar de agarrar el orbe, negocian entre los cuatro supervivientes, qué hacer con el tesoro.
Larson les desvela a Charles y Elisabeth cual es la pieza más cara de toda la colección y se la quedan como parte de su recompensa. Finalmente vuelven a la superficie y cuentan lo sucedido.
Un equipo del gobierno llegó a la zona, recogió los cadáveres de las criaturas y los ocultó un un lugar secreto. Se localizño la guarida de los ghasts, en la zona de la pared derrumbada, donde se encontraron numerosos cadáveres, entre ellos los del propio Alcalde. El tesoro hiperboreo, fue a parar a manos del museo donde trabaja Larson y tanto éste como Perkins, por miedo a la aflorante psicopatía de Charles, deciden no contar nada de lo sucedido en las profundidades de la mina.
Por desgracia para Cheshire Park, a mina quedó clausurada, pues el yaciemiento arqueológico, tenía que conservarse y el pueblo acabó en la ruina.