Partida Rol por web

Isolda se había mantenido en un silencio sepulcral durante toda la discusión. Ahora mismo había tres frentes, el de Urtzi y su fiesta en las altas cúpulas, el de Homrom y su incursión al almacén y el de Orionus y lo que le diera la gana hacer como dijo en su primera conversación.

-Creo que a la fiesta deberían de ir Chrom, Gianna y Heinrich, pues a los tres los han "visto" y podrían representar al encargado de los contratos y dos guardaespaldas perfectamente. Quizás, si nuestro psíquico controla la lectura de mentes, podría acudir y obtener cierta información o, en otro caso, comprobar si alguien miente -esto último lo dijo con cierto tono de asco. Era un psíquico autorizado, sí, pero era un psíquico, y eso siempre era un peligro, un gravísimo peligro- y para ir al almacén nos quedamos los otros cuatro. Arcturus, con su Unidad de Exploración y Orionus pueden intentar acecharlos, uno graba y obtiene pruebas y el otro intenta captar posibles amenazas. Mientras tanto, Homrom y yo mantenemos habilitada una ruta de huída de emergencia, por si acaso.

Ya está, había expuesto su idea para el plan, y podrían hacer las dos cosas a la vez.

Urtzi asintió ante el ofrecimiento de la soldado y valoró la aportación de la hermana sororita. Sin duda era propuestas muy válidas, pero habían diferentes puntos que solucionar. -Sin duda sería lo más prudente. Pero para ello debería hacer una falsificación del documento para que podamos acceder los tres.- Explicó a la introspectiva Isolda.

El adepto nada tenía que opinar al respecto del dispositivo de vigilancia que pretendían organizar esta noche para observar los movimientos en aquel muelle. Así que siguió centrado en el tema que lo concernía a él. Y, de nuevo, la hermana de batalla aportó una idea sumamente interesante. -Si el señor Talkel lo considera oportuno, podría ser un elemento indispensable. Pero desconozco cuales son sus habilidades.- Dijo al psíquico esperando a que interviniese y despejase la incógnita sobre el campo en el que desarrollaban sus poderes. -Si Heinrich tiene a bien acompañarnos, podría hacer un duplicado en lugar de la falsificación. Sería mucho más sencillo. Pero no quiero dejar sin efectivos al señor Homron.- Concluyó tras un breve momento de reflexión. 

Estuve atendiendo a la conversación tanto que hasta me perdí en ella, y no volví a la realidad hasta que no se dirigieron la Sororita y el adepto. 

- Lo siento compañeros mios, pero mis poderes aun no están lo bastante desarrollados como para ser de ayuda en las mentes ajenas. - Les respondí despejando las dudas sobre mi utilidad en el campo de detectar mentiras. Era tan bueno como cualquier otra persona. - Sin embargo, una de mis habilidades puede ser util en la vigilancia, siempre que no estemos demasiado lejos del objetivo a vigilar. 

Aunque detecté el tono de la Hermana, no di muestras de haberme enterado. Solia producir ese efecto en la mayoria de gente por lo que ya estaba acostumbrado. 

- En el futuro, cuando controle mejor mis poderes tal vez me plantee aprender a penetrar y juguetear en mentes ajenas. - Dije con cierto tono divertido. - Debe ser divertido, no cree, Hermana?

Negué con la cabeza. Una vez más se ponen a divagar en tonterías. ¿Duplicados y falsificaciones? ¿Que tiene eso que ver con nuestra misión? Como anhelaba estar de vuelta en mi planeta, revisando mi preciada maquinaria... A estas alturas los ineptos de la fundición ya deben de haber recalentado los servos inerciales del transductor y arrancado los embellecedores de bronce pulido de la balaustrada del balcón de observación...

Me quité mi transmisor, el que me había proporcionado el inquisidor y procedí a implantarlo en el servocráneo con calma, asegurándome de cumplir el trabajo con calma para que si se diera el caso pudiera extraerlo de la unidad sin muchos problemas.

- No señor Taikel, no creo que sea divertido que hurgeís en la mente de la gente - dijo Hieronymus, que en realidad encontraba no sólo consideraba el tema algo muy serio sino que la mera idea le producía una sensación física desagradable.

- Sin embargo entendería su utilidad - mintió el arbites, que en cualquier circunstancia por él imaginable hubiera preferido un "interrogatorio clásico" a emplear así un psíquico.

Se volvió hacia la sororitas. Tras el alegato de ésta se había quedado francamente sorprendido, bien como se había comportado hasta el momento, no le habría extrañado que ésta se arrodillara en el sueo en medio de la calle para solicitar al Divino Emperador iluminación sobre el tema que estaban discutiendo - hermana, me da igual a quien hayan visto y a quien no, si les han entrega dos pases creo que no deberíamos "forzar la mano" y enviar a tres hombres - dijo el arbites empleando el término también para referirse a Gianna que al proceder de la guardia seguramente estaría más que acostumbrada. Se volvió hacia el maestro - señor Chrom, tendreís sólo un guardaespaldas.

- El resto del equipo se ocupará del seguimiento - continuó exponiendo su plan - Los expertos en infiltración y ocultacióncomo Orionus y yo - miró a Orionus interrogativo, esperando que este confirmara o desmintiera la opinión del arbites sobre sus capacidades - nosotros vigilaremos desde los tejados. Heinrich e Isolda actuarán como músculo de reserva, preparados para entrar en acción desde las calles adyacentes si las cosas se tuercen y tenemos que ellos esta misma noche. El señor Taikel y maese Arcturus se posicionaran donde sean capaces de sacar un mayor partido a sus particulares habilidades.

Se volvió hacia el tecnoadepto - Arcturus, quizás vuestra Unidad de exploración sobrevolando a nuestros objetivos no sea demasiado sutil, confío en vuestra discrección.

- Tan solo bromeaba. - Dije alzando las manos en señal de disculpa. - Los poderes de de la mente no son juguetes... Casi es lo primero que nos enseñan en las Naves Negras. - Me estremecí un instante al mencionarlas, Me traian malos recuerdos. - Mientras tenga contacto por radio puedo deciros cuantos seres vivos hay al menos a medio centenar de metros de mi. mas o menos en que dirección se encuentran relativos a mi, y su tamaño. Así podremos evitar sorpresas.

Heinrich asiente ante las ordenes del arbites. No le habia fallado en el pasado y no era una aficion que quisiera empezar hoy.

-De acuerdo. Antes de ocupar las posiciones...visteis al venir algún punto interesante donde situarse? Lo suficientemente cerca y disimulado como para no llamar la atención. Unos contenedores de basura me valdrían, aunque no me apetece mucho aguantar según qué olores siempre es fácil hacerse pasar por un vagabundo.

El adepto asintió ante la disposición de los grupos aunque hizo una mueca involuntaria al escuchar el término guardaespaldas. Urtzi ya se había visto envuelto en algún tipo de encuentro violento, pero era algo a lo que no terminaba de acostumbrarse aun habiendo sido entrenado para oponer una mínima resistencia ante cualquier amenaza. De modo que el hecho de contar con 'protección' lo tranquilizaba y lo perturbaba al mismo tiempo, pues era un alivio contar con una soldado experimentada a su lado pero le inquietaba el hecho de estar asumiendo la posibilidad de un conflicto armado.

El veterano arbites resultaba un poco tosco en su proceder, pero Urtzi era consciente de los años de experiencia que pesaban sobre el hombre. -Así será.- Fue toda su respuesta pese a los dilemas que se estaban produciendo en su cabeza. En ese mismo momento, se dirigió a la mujer soldado y, con un esfuerzo mental, desechó sus preocupaciones para poder centrarse en la misión que los concierne. -Bien, señorita Anzerani, parece que finalmente se han dispuesto los grupos.- Entonces hizo un ademán con su brazo para indicar el inicio de la marcha. -Cuando usted diga.- Añadió con una sonrisa comedida en un gesto educado. Por fin comenzarían a buscar activamente el origen de aquellas armas modificadas y, de paso, encontrar la raíz del problema en esta colmena. Tan solo esperaba obtener alguna respuesta allá donde iban. Aunque la parte más prudente de sí mismo se preguntaba si no se estaría metiendo en la boca del lobo...

Heinrich

Antes de ocupar las posiciones...visteis al venir algún punto interesante donde situarse?

Aparentemente nadie se había preocupado por buscar un lugar desde donde acechar a su presa, y en aquellos momentos no podíais moveros libremente entre los trabajadores para buscarlo.

Sin embargo, el tecnosacerdote Arcturus, que no pasaba nada por alto, junto con Orionus y su experiencia en tácticas de infiltración recordaban a la perfección un recodo bien situado, lo suficientemente amplio para que hasta 4 de ellos pudiesen observar la entrada del almacén sin ser vistos.