Se pegó un sonoro erupto como mandaban las buenas costumbres. -a esos tres sitios hemos de ir a buscar al Bonilla, pero en parejas como hasta ahora es peligroso si hay pendencia. Propongo dividirnos en lugar de en tres grupos, en dos. Ir el más numeroso a casa del Bonilla y el otro al Mesón, uniéndonos ambos después en la plaza.
Máster no recuerdo si nos habían contado a quién habían robado las joyas o dónde.
No, el Candelita os dijo que se tiró a robar a un hombre de bien, pero nada más (pero adelanto no tiene que ver con el hilo de partida).
Llegó el momento de pagar, y solté solo una moneda que me quedaba encima de la mesa. Les miré a todos y me encogí de hombros:
-No tengo mas dinero.
Por mi tipo de ficha (y sin contar que ya voy tocado) casi que mejor ir acompañado
Hasta el momento en que tuve que contar mi parte de la historia escuché callado las historias de mis compañeros mientras comíamos, habían saltado de torres, rodeados y atacados por maleantes, habían sido heridos y todo para obtener una información con la misma utilidad que un Corán en casa de un hereje, que solía decir mi abuela.
Eructé, la comída había estado bien, y lo correcto era demostrar mi aprobación. El problema llegó con el precio.- ¿Dos maravedies? ¿Pero donde hemos comido? ¿En el palacio de un visir acaso?- Recuerdo que pensé. Lástima que tuviéramos una misión secreta que cumplir y que después de lo del callejón era probable que los alguaciles estuviesen ya sobre nuestra pista, que sino el mesonero me habría oído. Prometí no volver a pisar nunca ese mesón, si me engañaban una vez la culpa era de ellos, pero si lo hacían una segunda vez la culpa sería solo mía.
A regañadientes metí la mano en mi bolsa y saqué únicamente dos monedas.- Yo tampoco.- Dije después de Yurem. Aún no había llegado el día en que prestase dinero a alguien que acababa de conocer el día anterior.
Juiciosas palabras Nâzeh. Intuyo que si el Bonilla es capaz de causar el miedo que demostró el mendigo, su reacción en cuanto sepa que vamos tras él será emboscarnos en un callejón y cosernos a puñaladas como hizo con el jurado. En grupos de tres o cuatro tendremos más posibilidades que por parejas.
La probabilidad de encontrarlo charlando en una buena sobremesa era prácticamente la misma de encontrarlo en su casa durmiendo la siesta a la vez que esquivaba las peores horas de calor de la tarde cordobesa.- Yo iré al mesón.- decidí sin saber muy bien por qué.
Dinero restado. Personalmente pienso que la comida tiene un precio ajustado y correcto, pero Abid tiene otra percepción bastante alejada de la realidad.
Juiciosas palabras Nâzeh. Intuyo que si el Bonilla es capaz de causar el miedo que demostró el mendigo, su reacción en cuanto sepa que vamos tras él será emboscarnos en un callejón y cosernos a puñaladas como hizo con el jurado. En grupos de tres o cuatro tendremos más posibilidades que por parejas.
Ja ja, Nazeh dice en grupos de dos, Abid. ;)
Si no llegáis a un acuerdo, "propondré yo los grupos". Os han contratado para la investigación, habéis de llevar la iniciativa vosotros.
El mesón donde buscaron refugio no era gran cosa pero por lo menos se podía comer y beber decentemente, además de resultar un lugar propicio para las confidencias que se tenían que contar. Bermudo escuchó con suma atención las vicisitudes del resto de sus compañeros y contó también las que él había compartido. Aquella investigación, a pesar de todo lo acontecido, había resultado fructífera y ya sabían dónde se escondía el llamado Bonilla.
Una vez acabadas las viandas y después de haber pagado, no sin antes mirar a Yurem el cual no parecía tener lo suficiente, algo que hizo pensar a Bermudo la conveniencia de pagarle él la parte que le faltaba, aunque ya había saldado la deuda con ellos por haberle ayudado en el robo de su bolsa. Suspiró resignado, mal asunto sería involucrarse en aquel momento en una trifulca con el mesonero por no haberle abonado lo estipulado.
- Está bien, pagaré yo ese maravedí que te falta.
Y después, dándole un trago a lo que quedaba del vaso de vino que tenía en la mano, meditó unos segundos sobre las opciones que había.
- No sólo el Bonilla resultará peligroso, a estas horas la mitad de los alguaciles estarán buscando a los que han acabado con sus compañeros, por lo que corremos doble peligro. Estoy de acuerdo en que esta vez los grupos sean mayores. Por mi parte me acercaré hasta la casa.
La comida y la bebida habían sido copiosas, no me podía quejar, el sitio era recomendable, lo peor, que no me terminaba de acostumbrar a esos eructos que hacían los árabes para justificar que la comida les había gustado. Vaya obscenidad.
Me hubiera gustado pagarle el maravedí de Yurem (habíamos entablado una gran amistad, todo sea por salir vivos de aquel encontronazo en la torre), pero Bermudo se me adelantó, por eso lo llaman "El Justo".
- Podemos elegir dos destinos, y dividirnos en grupos de 3. Dije a todo el grupo.
- Casimiro, tú y yo deberíamos ir con Bermudo a la casa. Nos falta uno para completar el grupo de cuatro. Los otros tres pueden ir al Mesón y luego recordad, cuando cada grupo haya terminado de buscar, nos reunimos en la plaza por si las cosas se ponen feas.
yo decía 1 grupo de cuatro (Bermudo, Casimiro, otro y yo ) y otro grupo de tres.
La comida había estado bien y los dos maravedíes que tuve que pagar me parecieron justos. - No tengo predilección por ir a uno u otro sitio, si te parece bien iré con vosotros Nâceh. A no ser que en el otro grupo necesites un alguacil. Dije mirando a Adib.
Ya están descontados los dos maravedíes.
Agradecí al muchacho fuerte que pagase mi pequeña deuda y levantándome de la mesa para irnos dije:
-De tres en tres, de tres en tres, así estaremos mas protegidos, y si pudiere ser, yo voy a la casa, en el mesón o podría pagarme ni un baso de agua.
Alá, que esté en el mesón ese tal Bonilla... -pensaba para mis adentros-
No, Nazeh, lo mejor será que sea Zaif quien venga conmigo al mesón, con Abid, así estará más justa la cosa... -dijo salomónicamente el gran caballero Casimiro-. No hay tiempo que perder, cuanto más estamos hablando, más lejos puede estar ese Bonilla... ¡Recordad! ¡Alto secreto!
Casimiro se embozó en su capa y salió de la taberna, y quedose esperando a que el resto lo hiciera.
He intentado ser lo más justo posible, según lo elegido.
Si no os habéis restado las monedas, hacedlo ahora ;)
Grupos:
Nota: se supone que sabéis dónde está cada sitio (ya os habéis explicado las localizaciones).
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