Partida Rol por web

Todo había sido tan rápido... habían logrado terminar lo que parecía ser una conspiración para salvar a la humanidad. Surrealista pero cierto. La corporación, la peste negra, China intentando conquistar el mundo, Marco Polo un infiltrado de esa tal corporación... demasiadas preguntas sin respuesta. 
 

Sin embargo, aún no se habían poner al día. Tras acabar con la máquina, salieron de allí rápidamente y los hombres con los que habían coincidido en el desierto les estaban esperando. Tras unas pocas palabras volvieron a ponerse en marcha. Elisa aún no contestaba a sus dudas y se comportaba más extraña de lo normal. 

Finalmente llegaron de nuevo al campamento en el que habían empezado todo y tras darle esa pequeña placa con un número y una cápsula con cianuro, por fin podían hablar.

Bien, todo esto cuanto menos es muy extraño. Aceptando el hecho que hemos viajado en el tiempo para salvar a la humanidad de una catástrofe sin precedentes, y aceptando que no podemos volver a casa, necesitaría saber cómo diablos te has metido en este embrollo y para que diablos nos das esta placa y cianuro. 

-Entiendo tus dudas Sergei. Y os responderé a todos a la vez, ya que, como habréis podido adivinar, esto era un viaje sin billete de vuelta. A no ser que Sara hallase una manera... -deja la frase en el aire no muy convencida.

-Las placas de identificación las llevaremos desde ya hasta el día que nos sobrevenga la muerte. O... Antes de un año... - y da unos golpe otos en la capsula del cianuro. 

-​​​​​La corporación es un conglomerado de empresas de muy variada índole. Una de ellas es una empresa puntera en investigación y desarrollo de física teórica. Así conseguimos crear una serie de algoritmos que nos permitían, teóricamente movernos por el flujo temporal. No voy a entrar en detalles pero construimos un prototipo de máquina del tiempo.

El primer salto fue corto, apenas unos años. Descubrimos que no se podía volver. Pero, la persona que viajó en el tiempo se hizo muy rico y actualmente... En el futuro será, es el director de la compañía.

Imagina el poder que tendría una persona que es capaz de mandar al pasado hombres, bajo su mando, para ue cambien la historia a su antojo. Unos científicos, Sara y yo nos enteramos de que llevaba meses mandando agentes al pasado. Teníamos que impedirlo. Cuando me enteré de que iban a soltar una cepa de virus que acabaría con casi toda la población de esta época. Y sus Ancestros dominarían Eurasia. Imaginad el poder que eso le granjearia a la Compañía en nuestra época. 

Tenía que evitarlo.

Y aquí estamos. 

Juanga había pasado todos estos días de viaje inusualmente callado. Todo apuntaba a que el risitas tenía razón. Cuando Serguei le reventó la ceja sintió cierta satisfacción, pero ahora poco importaba eso.
Tenía el culo destrozado, pero estaba tan ensimismado discurriendo que apenas lo sentía. Por las noches se encendía un cigarrillo mientras miraba un cielo estrellado que nunca había visto en su vida, sin contar aquellos días.
Volvieron a la tienda principal. Así que habían salvado el mundo. Recordó la visita de los cuatro a Burrolandia. Y las barbacoas de los domingos. Pero su amiga ahora le daba una pastillita de cianuro para palmarla. Miró la cápsula en la palma de su mano y estalló:
— ¡Y un mojón! ¡No me da la gana tomarme la cosa esta! Elisa, tía, nos haces venir al culo del mundo, pasamos carros y carretas para encontrarte, te salvamos de chiripa, salvamos de paso a la humanidad, tengo el culo pelado del puñetero caballo y se me está acabando el tabaco. ¿Y tú me das una pastilla de cianuro? ¡Pues a tomar por culo el cianuro! — lo lanzó por los aires a la arena del desierto. Lo vio caer unos metros más allá y siguió. — ¡Y perdona que te diga, pero no pienso quedarme aquí! ¡Me voy con los nómadas hippies, a cambiar el curso de MÍ historia!
En ese momento se quedó mirando el objeto que tenía en la otra mano. La placa grabada.
— ¿Y esto para qué es, Eli? ¿Para que nos encuentren los arqueólogos y rayarles la vida intentando entender por qué carajo encontraron cuatro tipos del futuro, que será presente, secos en una tienda fosilizada en el desierto?

Habíamos conseguido liberar a Elisa y destruir la máquina, que al parecer extendería la peste hasta los confines de la humanidad simplemente para dar poderío a China para que en el futuro un pariente del director de la compañía fuera rico - vaya, así que, en el fondo sólo se trataba de un truco para ganar riqueza y poder - me acordé de la peli de regreso al futuro y todas esas historias de utilizar los viajes en el tiempo en provecho personal - al menos hemos salvado a la humanidad - a buena parte, ya que la peste se iba a propagar de igual manera, sólo que esta vez no sería un arma teledirigida sino simplemente una enfermedad letal que devastaría a buena parte de la población del planeta.

En cuanto a nuestro futuro, ahora que estábamos en el pasado era bastante desconcertante - ¿no hay manera de viajar al futuro, a recuperar nuestra vida? - nadie lo había conseguido, pues vaya... qué mala suerte. Aún así, no acababa de entender qué papel jugaba su amiga Sara en aquel asunto - y tu amiga ¿descubrió algún agujero de gusano por el que salir de este tiempo y llegar al nuestro?

Luego estaba la pildorita de cianuro, me recordó a cuando los nazis o los espías llevaban una parecida para cuando te capturan morirte sin rebelar informaciones importantes - ¿ésto qué es para el suicidio? - me parecía muy fuerte que al final, la única salida fuera la muerte. 

- Si nos vamos a quedar aquí, en este tiempo, igual tendremos que aprender a sobrevivir - no me parecía mala idea el plan de Juanga, al fin y al cabo, era mucho más que una simple cápsula de cianuro.

No me hace mucha gracia quedarme por este sitio- dice- pero tampoco tengo ganas de morirme- añade- si esta es nuestra nueva situación que así sea- dice, resignado. Había aceptado con sorpresiva facilidad la situación en la que se encontraban ahora y que no iba a poder volver más a su tiempo actual. 

-Me alegra mucho saber que el suicidio no es una opción para ninguno de vosotros. Yo... Yo no las tenía todas conmigo al principio. 

-Ahora que estáis aquí se que no la necesitaré. Durmamos. Necesitamos descansar. Mañana quizás lo veamos todo con otra perspectiva.