Azotitos se quedó congelado un instante al ver a lo lejos la banda de moteros que hacían rugir sus motores con la clara intención de asustarlos.

Hasta Jeremy salió de su mundo de felicidad al oír los motores. Su purito se quedó colgando en la comisura de los labios mientras la lanza térmica seguía quemando el aire.

Eve fue consciente del sonido de las motos a la vez que iba desapareciendo la sensación de que le arañaban la cara, aunque el escozor de los arañazos seguía ahí.

Hasta Shatura, en la parte de atrás del primer piso se paralizó al escuchar el rugir de las motos.

La parálisis dio paso al chute de adrenalina en los cuatro.

¿Qué haréis?

El ruido de los motores llegaba hasta las oficinas donde Shatura llenaba su mochila con cuadernos, grapadoras, lapiceros... Aprovechando que Azotitos se había ido a buscar a sus compañeros, había comenzado a buscar algún botiquín de primeros auxilios para reponer material, pero no por ello iba a despreciar el resto. El material de oficina pesaba un montón, pero el papel escaseaba desde que había que dejado de fabricarse y, aunque ya nadie iba a escribir una novela, siempre era útil tener cosas que escaseaban. Además, seguro que a Ruth le entretendría hacer garabatos mientras se recuperaba. 

Las manos de Shatura comenzaron a temblar mientras sostenía aquel bloc de notas rayado. No sabía quienes serían los motoristas, pero sabía que no iba a ser nada bueno. Mientras tanto, la tormenta se acercaba más y más. ¿Debía esperar a sus compañeros o ir a ayudarlos? Al fin y al cabo ella casi no sabía ni disparar su pistola aturdidora y allí estaba a salvo, de los moteros y de la tormenta. Era mejor que les esperase sin mas, aprovechándose de que no la habían visto. El ángel miró hacia la ventana por la que había subido. Quizás fuese mejor subir la escalera para que no subiesen los motoristas, pero impediría subir a sus compañeros. Claro que...

Shatura miró hacia el lado opuesto a la ventana. No habían venido exactamente del lado contrario, sino que habían entrado por un lateral. Quizás hubiese una ventana desde donde pudiese cubrir a sus compañeros. Aunque no fuese capaz de acertar a un blanco a cinco centímetros de ella, podía tratar de entretenerlos mientras corrían a la escalera. Pero antes tenía que encontrar una ventana donde aposentarse y disparar.

Jeremy valora si será capaz de abrir esa puerta en lo que puedan tardar en llegar esos moteros. Ahí al descubierto iba a estar jodido del todo y no podía huir con los vehículos.

Seguía dándole caña con la lanza térmica mientras observaba cuanto iba tardar en abrir esa reja.

- El amanecer de los muertos ha llegado.

Recito entre dientes mientras me descuelgo el rifle de la espalda.

- Jeremy, guapete, hazme el favor de coger a Eve y llevarlo a la escalera de incendios de atrás.

Me apoyo la escopeta contra el hombro y apunto al deposito de gasolina de alguna de aquellas motos. Puesto que sus cabezas podían ser antibalas, habría que comprobar si esos zombies también eran ignífugos.

- Shatura os está esperando en el acceso que ha encontrado.

Utilizo un volumen quizás demasiado monótono, como el del cazador que no quiere asustar a su presa.

Jeremy apretó el ritmo de trabajo. Hasta bajo los efectos de la marihuana, o lo que fuera que fumaba, pudo notar el pico de estrés y adrenalina que inundaba su cuerpo para hacerle trabajar más deprisa. Haber escogido la puerta en lugar de un escaparate había resultado una sabia elección. La reja cayó al suelo cortada por arriba limpiamente, aún anclada al suelo.

Azotitos plantado en mitad de la calle disparó su rifle contra los moteros, quienes contestaron con sus propias armas, pero eran armas cortas que lo único que conseguían eran hacer ruido. Parecían no tener prisa en acercarse mientras reían como hienas y disparaban. Podía ver en sus risas que pretendían jugar con ellos como el gato juega con el ratón. Asustarlos, acorralarlos, desmembrarlos y comérselos mientras aún estaban vivos para sentir el dolor de sus mordiscos. Podía sentir los mordiscos en su mente, pero estaba dispuesto a ser un huesos duro de roer.

Shatura salió a un espacio diáfano donde las zonas de trabajo estaban solo separadas por paredes falsas de pladur de un color verde pistacho pálido tras tantos años. A su derecha había una especie de recepción detrás de la que podía ver unas grandes puertas dobles de cristal por las que se accedía a esta mitad de la planta. Recorriéndolas rápidamente hacía la parte delantera pensó que aquello debió tratarse de una gran oficina en el pasado, quizás un departamento contable o algo similar. Se asomó a las ventanas desde una de las oficinas del frontal, una oficina de tantas que componían los laterales del gran espacio central.

Desde la ventana pudo ver como Jeremy ayudaba a Eve a entrar en el edificio por la puerta que había liberado con su lanza térmica a la vez que a lo lejos una de las balas del rifle de Azotitos alcanzaba el depósito de una de las motos que aún no se habían movido.

La explosión lanzó por los aires a varios de aquellos moteros, derribando sus motos, y alcanzando gravemente a los dos desafortunados que estaban junto a la moto explotada. Aquellos tres no iban a darles más problemas, pero aún quedaban 7 levantándose y parecía que habían dejado de reír.

Shatura sacó la pistola aturdidora. A pesar de vivir en un mundo como el que vivía no tenía mucho conocimiento del uso de armas y de hecho, solo había disparado dos veces con una que no fuese un arma aturdidora. Dos veces para olvidar. Las manos le temblaban, como cada vez que sacaba la pistola, pero aún así, apuntó y disparó varias veces seguidas.

Esperaba que aquellos disparos, certeros o no, obligasen a los tipos a desviar la vista de Azotitos para buscar al nuevo tirador, dándole así tiempo a entrar. Desde lo alto, silbó con fuerza para indicar a su compañero que siguiese al resto mientras le cubría.

Jeremy miró su taller y suspiró. Tras entrar por las rejas que había cortado empezó a mirar a su alrededor para ver lo que veía, ahora mismo buscaba algo para taponar aquella entrada o que hiciera de barricada, al menos un impedimento.

— Eve, ayúdame a buscar algo para meter aquí en medio y que no puedan pasar libremente. — dijo con el puro en la comisura de los labios.

Afinó a mirar al horizonte hacia los motores, calculando mentalmente el tiempo que tenía disponible.

Aquellos mamones se pusieron en pie más rápido de lo que cabría esperar después de una pequeña explosión. Ya no reían, estaban cabreados y los fútiles disparos de Shatura desde la ventana con su aturdidor solo lograban cabrearlos más todavía; era como estar recibiendo picotazos de mosquito constantemente. ¿A quién no le cabrean los picotazos de los mosquitos? Pero los mosquitos no son la prioridad, si no los que tienen dientes y garras de verdad para hacerte daño; ese era Azotitos.

Los siete motoristas cadavéricos avanzaron con sus revólveres disparando sobre Azotitos como si fueran un único hombre. Las balas que hasta hace un momento estaban demasiado lejos para suponer un peligro real para él ahora eran le estaban haciendo unos agujeros muy reales en la carne; la que le dio en el muslo le dolía ahora cada vez que apoyaba el peso reculando, aunque no escocía tanto como la que le había dado de refilón en el brazo izquierdo.

Tras recuperarse de su visión, Eve siguió a duras penas a Jeremy. Se sentía completamente descolocada. Ver a aquella chica, o lo que fuese... La había dejado paralizada. ¿Estaría realmente dentro del edificio? ¿Sería verdad todo aquello?

Jeremy la sacó de sus pensamientos pidiendo ayuda. "Sí, claro, los motoristas... Algo para bloquear la entrada..." pensó mientras se tocaba la túnica, como si fuese a tener una barricada escondida dentro. Aunque al tocar su proyector sintió que quizá fuese de ayuda.

-Tengo mi proyector. Si se acercan más puedo lanzarlo y ganar algo de tiempo -le respondió a Jeremy, aunque no sonó muy convencida.

Eve apretó los labios con disgusto y comenzó a buscar.

Eve, buscas a tu alrededor, pero lo único que encuentras son cosas que os permitirían hacer una barricada como la de la iglesia o tratar de soldar la persiana metálica que acabáis de cortar.

No me dejan tiempo a celebrar mi maniobra que un disparo certero en la pierna me borra la sonrisa de los labios de forma instantánea.

- ¡Au! ...putos zombies hijos de puta

Mascullo entre dientes echando un vistazo a Shatura que la estaba liando des de su posición.

- Venís a por mí, ¿no? Pues seguid este culito si podéis!

Vuelvo a pasar la correa del rifle por mi hombro y doblo la esquina corriendo hacia las escaleras de emergencia.

Mi intención: subir arriba de las escaleras y luego seguir cubriendo el avance de los zombies des de la posición elevada. Todo el mundo sabe que en una pelea hay que tener siempre la posición elevada.

Jeremy empezó a toser descontroladamente durante unos instantes.

— Ah.. menudo petardazo me acabo de fumar. Hmmmm si... he tenido una idea. Muchas veces hay que pensar out of the box pequeñe Eve. Ayúdame a apilar cuatro cosas para formar una barricada patética, será solo una distracción.

Se fue corriendo a su taller móvil y sacó una pequeña garrafa llena de gasolina y una cuerda fina.

— Vamos a rociar todo esto con gasolina, también rociaré la cuerda y la extenderemos hasta una distancia prudencial. Si tienes algo que explote.. ponlo también en la pira. Cuando el primero entre, le prendemos fuego y el resto se quedará fuera.

Cuando tenía una idea o un proyecto, se ponía a a trabajar en él muy contento y concentrado en ello.

Colocó un par de piezas metálicas para que mantuvieran la persiana en su posición original y empezó a soldar de nuevo todo lo rápido que podía para volver a cerrar el lugar, pero esta vez con ellos adentro.

Viendo que Azotitos se ponía en marcha, Shatura había comenzado a arrastrar unas sillas de escritorio para lanzarlas por la ventana y así llamar la atención de los cadavéricos atacantes. El problema era que pesaban demasiado para las escasas fuerzas de la coseheridas y acabó sudando y refunfuñando mientras intentaba elevarla el medio metro necesario para dejarla caer. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo ¿Dónde estaba Eliza? Shatura dejó caer la silla por dentro, haciendo que cayese accidentalmente de una forma que le hizo maldecir la desgracia humana de tener dedos meñiques en los pies. Resoplando, se subió a la silla para tener una mejor visión desde la ventana. No había visto a la mecánico con Eve y Jeremy. Tampoco con Azotitos y, desde luego, no estaba con ella. La médico miró hacia la limusina, esperando encontrarla allí, antes de centrar la vista en los Calaveras.

¿Quién de aquellos tipos estaría liderando la banda?