Partida Rol por web

Con cara de tristeza, Elenair bajo el rostro para ayudar a cruzar al resto de los intigrantes del equipo -¿Se habría enfadado Ruff?- La pequeña elfa no le daba importancia a las armas pero cierto era, que había tirado un regalo de sus amigo -Yo lo hice... Porque... Es que yo quería...- Susurraba palabras mientras de rodillas y con sus manos desnudas continuaba quitando tierra. No estaba segura de que el semiorco necesitase explicaciones, no se la semana había pedido. Ella quería olvidar el tema que le apesadumbrada y que mejor forma que distrayendo la atención de todos -¿Sir Godofredo? No lo veo por ningún lado y mi vista es perfecta ¿Donde está?

De pronto, precedido de una explosión de astillas, corteza, tierra y hojas provocada sin duda por aquella bestia, Godofredo hizo su aparición en el claro, jadeando y corriendo con dificultad.

Inmediatamente tras él, el gigantesco depredador le iba recortando metros a cada zancada. Parecía claro que en campo abierto nada podía hacer el clérigo contra la envergadura de aquellas reptilianas patas.

Los aspavientos que realizaban sus compañeros al otro lado de la valla ayudaron al conde a localizar inmediatamente aquella improvisada ruta de escape ideada por Ruff y que sin duda alguna era su única posiblidad de supervivencia en aquella situación. 

Godofredo miró atrás y vio como aquellas fauces babeantes de enormes colmillos se cerraban sobre él. Tan solo una caída fortuita le libró de acaba de nuevo atrapado entre aquellos dientes afilados como cuchillos. El conde volvió a ponerse en pie tras rodar hacia un lado y ayudarse con un árbol. De nuevo comenzó a correr pues la vida le iba en ello. 

Todavía le separaban algunos metros con la valla y necesitaba un milagro para salvarse pues... volvía a tener a aquel enomre depredador encima.

Dwama no perdió la calma. Tenía una oportunidad de despistar a esa bestia y no iba a desaprovecharla. La vida del conde dependía en gran medida de su actuación. Apuntó con su ballesta a los ojos del dracorex. Sabía que la puntería no era la mayor de sus virtudes, pero en ese momento sólo un disparo certero podía hacer que aquella bestia se despistara de su objetivo real, que no era otro que zamparse al buen conde. 

La enana apuntaba, el blanco en movimiento no era fácil, aunque por suerte no era un objetivo pequeño. No obstante, sabía que solo un disparo realmente certero podía acabar con aquella persecución. El dracorex volvía a estar encima del conde y a punto de cerrar su boca entorno a él, pero la enana esperó un momento más. El conde ya debía sentir el aliento del monstruo sobre él cuando Dwama lo vio claro y apretó el disparador de su ballesta.

- ¡Vamos! - Murmuró para si misma. - ¡Disparad, disparad todos! - Gritó entonces en alto.

Sin arma con que poder disparar a la enorme bestia, lo único en que podía ayudar era en situarme junto al agujero de escape, presto para tirar con todas mis fuerzas del Conde si éste conseguía llegar hasta él, para arrastrarle al lado seguro todo lo rápido que fuese posible.

- ¡Jack! ¿Puedes proyectar humo justo a la espalda del Conde? Como si fuese un pedo!!!

... tal vez con eso la bestia se confundiese brevemente, sin ocultarla a los ojos de nuestros tiradores...

... y pese a la tensión del momento, ha notado la voz temblorosa de Elenair, se que lo está pasando mal por lo de la ballesta, pero mirar atrás es inútil en este momento; es mejor centrarse en en presente y en el futuro...

- Tranquila, Elenair, no pasa nada. No te desanimes y canta algo para que tu voz ayude a nuestros tiradores, y de alas a los pies de nuestro amigo

La frase que me dijo Ruff me parecio a la vez ofensiva y de muy mal gusto, pero tal vez funcionase. Rapidamente me puse tras el Conde cuando paso a mi lado y correndo detras de él fui invocanco columnas de humo para ver si con suerte confundia a la bestia mientras nos dirigiamos a la abertura que nos hacian nuestros amigos al otro lado de la valla.

Mientras tanto comprobaba el borde del cercado para ver si en un vistazo podia ver la ballesta de Ruff que uso Elenair para comprobar si la barrera estaba electrificada.

El proyectil que disparó Dwama desde su ballesta fue a impactar directamente en el ojo del dracorex. Aquella enana había elegido el mejor momento para hacer el disparo de su vida, pues aquella bestia de quien sabe cuantas toneladas de peso, había alcanzado nuevamente a Sir Godofredo y a punto estuvo de cerrar sus fauces sobre él. Sin embargo, aquel virote alcanzó el ojo derecho de la bestia y sin duda le dolió a rabiar, pues provocó que perdiera el equilibrio acabando de bruces en el suelo.

Aquel ser tardaría algún tiempo en volver a ponerse en pie. Aunque era rápido, sus movimientos eran torpes y el tiempo que tardó en volver a alzarse, fue aprovechado por Jack para volver a nublar la zona en la que el conde se encontraba y ambos llegaron hasta el agujero que desde el otro lado habían cavado sus compañeros. Jack sonrió cuando el conde se lanzó al suelo y empezó a reptar tratando de pasar al otro lado. La imagen de su torpeza era bastante cómica, pero al ver que no conseguía cruzar, su sonrisa se borró de golpe.

Todo era más difícil con aquella pesada armadura. Había quedado encajado en aquel agujero y Dwama tirando de un brazo y Ruff del otro trataban de tirar del conde para lograr que pasara al otro lado. Mientras tanto Timmy y Elenair, no pudiendo asir al conde por ningún lado, simplemente apremiaban a sus compañeros para que tiraran con fuerza de Godofredo. El dracorex ya se había puesto de nuevo en pie y eso no era para nada una buena noticia.

Incluso Jack se puso a empujar desde el culo del conde y fue entonces cuando sir Godofredo por el enorme esfuerzo fue quien finalmente no pudo evitar lanzar una ventosidad contra el rostro enmascarado del pequeño mediano. ¿Qué diantre había comido el conde? ¡Pues aquello olía a rayos fritos! El olor casi indispuso a Jack y de hecho lo hubiera conseguido de encontrarse en otras circunstancias, pero el amor por su vida y el instinto de supervivencia hicieron que siguiera empujando y finalmente.... 

...Dwama y Ruff cayeron de espaldas vencidos por la gravedad y el impulso al que fueron sometidos una vez el conde fue casi licuado a través de aquel estrecho túnel. Se apresuraron a ponerse en pie y a apartar al conde del agujero para dejar el espacio suficiente para que el pequeño Jack pasara al otro lado. Fue en ese preciso momento cuando Jack vio la ballesta de Ruff a solo dos metros de distancia de donde se encontraba y al mirar atrás vio como el dracorex se acercaba a la carrera hacia él. Un cálculo rápido le indicó que tenía tiempo suficiente como para recoger la ballesta y cruzar la cerca.

- Recojones... que incómodo... - Dijo el conde al expulsar la ventosidad. 

Sin embargo se sintió aliviado, no solo por expulsar los gases, que en su caso eran nobles y como el siempre decía: "mejor fuera que dentro", sino también y principalmente por lograr pasar al otro lado de la valla de una pieza aunque de una forma algo avergonzante. Fue entonces cuando vio como el estúpido mediano, todavía se encontraba del otro lado y parecía... ¿Estar dudando si coger o no la ballesta de Ruff a costa de arriesgar su vida?

- ¡Pardiez Jack! - Exclamó el conde. - ¡Deja de hacer el lechguino y cruza la valla! - Le ordenó.

-Aaaagh, ¿que demonios se ha comido antes de venir con nosotros Conde, alubias y judias pasadas; Dioses es insoportable, hasta la máscara magica que porto se ha disuelto ligeramente con sus emanaciones toxicas, aaaagh.-Mientras me alejaba un del origen de aquellos efluvios venenosos me percate que tenia a un tiro de piedra la ballesta de Ruff que Elenair lanzó -Vosotros seguid tirando, antes tengo que recuperar la ballesta de Ruff, a ninguno de nosotros nos gustaria perder el arma; no me espereis, id cruzando al otro lado, yo os seguiré en breve- Tras mis palabras me lanzo como una centella hacia donde vi el arma y tras recogerla sigo de nuevo en direccion hacia el agujero por el que ha ido el Conde, SIN MIRAR ATRAS, TODO POR EL TODO.

Puñetero mediano loco! Deja la ballesta y ven aquí! Ya compraremos otra!!

Parecía que ese combate era el más absurdo de la historia, pero ahí estaban,... Vivos...

- ¡Qué sepas que eso ha sido una soberana estupidez! - Le espetó al mediano con el ceño fruncido. Mantuvo la mirada sobre Jack durante unos segundos. Le miró de forma severa y entonces estalló en carcajadas. - ¡Pero ha sido increíble! ¡Jajaja! ¡Qué reflejos los tuyos! - Tras unos segundos de risa volvió a la calma. - En fin... Bien está lo que bien acaba. - Tras decir aquello recordó al dracorex. ¿Había acabado de verdad?

Lo mejor que podría realizar la elfa era hacernos caso a Ruff. Le perdonaba la pérdida de su ballesta porque tenia un gran corazón. Sacó su flauta y tocó con el sentimiento de la duda ¿Air Godofredo lo conseguiría?
No recordaba la última vez que había desafinado pero casi se atraganta al ver lo que Jack hacía y lo peor es sien era por su culpa. Si una vida se perdía, sería por ella, si alguien salía mutilado, sería por ella, si alguien sufría, sería por ella. No tendría años ni suficientes para resarcir lo que había causado y eso que por sus venas corría pura sangre elfica. Su raza vivía varias generaciones humansas y eso podía significar décadas de sufrimiento y tormento por los remordimientos que le aflijian

- ¡Pero cambia esa cara Elenair! - Exclamó la enana al ver la purs definición de la palabra "preocupación", impresa en su rostro. - ¡Ya tenemos aquí al conde, a Jack y también a la jodida ballesta de ti novio! - Le dio una palmada en la espalda que casi la desmonta y soltó una nueva carcajada. - ¡A ver si empezáis ya con esas clases de danza! - Y siguió tronchándose.

La pregunta que acababa de formular Dwama era apremiante. ¿Había acabado de verdad? Esa era la verdadera cuestión que pronto fue desvelada.

Un fuerte estrenado resonó captando la atención de todos ellos. Aquella bestia de enormes proporciones acababa de estellarse contra la valla y con sus poderosas mandíbulas trataba de doblar el hierro tratando de escapar. Lanzó un poderoso rugido que les heló la sangre.

Si conseguía traspasar la valla estarían perdidos. ¿Es que a caso no había funcionado el enlace mágico de los cristales? ¿Qué había fallado? ¿Habían hecho algo mal?

De pronto sonó un extraño ruido eléctrico en las cercanías de la valla. Un chispazo azulado iluminó de golpe toda la verja y el dracorex salió despedido hacia atrás expulsado por el campo mágico de los cristales.

Lo cierto era que olía a lagarto chamuscado. Un olor similar al que desprendían las ranas gigantes que cocinó Chatrilion en el templo del Mal tiempo atrás. La diferencia con las ranas, era que no podrían degustar el sabor de aquella bestia, pues enseguida se dio media vuelta y comenzó a alejarse poco a poco del lugar y sin mirar atrás.

Vuelve por dónde has venido sucia bestia! Te llevas varias flechas del Gran Timmy!! Te has salvado de convertirte en mi nueva armadura de pieles!! Jajajaja

Las palabras de Timmy venían dadas por la situación a vida o muerte sufrida, el estrés del combate,... Sin duda había sido angustioso para el joven.

- Parece que todo a vuelto a la normalidad, pero no os confiéis, pues no sabemos si quedan bestias sueltas y fuera de sus jaulas en algún lugar de la isla. - Afirmó Dwama. - ¿Regresamos? Tengo ganas de ver al señor Hammond y darle la noticia del éxito de nuestra grupo... - La enana se quedó un momento meditabunda. - ¿No creéis que deberíamos tener un nombre como grupo? Los Heraldos Errantes por ejemplo o... El Equipo A. ¿Nos buscamos un nombre?

Y mientras le daba vueltas en la cabeza a aquella ocurrencia, comenzó a caminar de nuevo hacia la entrada de aquel fuerte, donde se encontraba Hammond. Tendría que darles una muy buena recompensa por sus servicios.

... observé con ojos como platos, y boca abierta hasta casi tocar el suelo, como Jack arriesgaba el pellejo por una puñetara ballesta... Demonios!, si me refería sólo a ella si pasaban por encima o algo así, no con ánimo de jugársela...
Según fueron pasando el agujero, el Conde aún perseguido por un halo atufante..., al salir Jack, le di una amistosa palmada en la espalda...
-Jack, estás muy loco. Eres grande, en serio.
La reactivación de la cerca, y el efecto que tuvo sobre el "bichejo" ese, nos dio una idea de lo que nos podría haber pasado a nosotros, cuerpos pequeños en comparación con el otro, si nos hubiese pillado en todo lo alto de la valla... seríamos como un pincho moruno listo para ser degustado.. La imagen, no hay que decirlo, no me gustó demasiado.
Ya con la ballesta en la mano, y viendo como el dracorex se retiraba, la sopesé, y aprovechando este momento de pausa, y que no parecía haber más "bichos" en las cercanías, me puse a cargarla, avisando antes a Elenair...
-Bueno, aprovechemos este momento; ven y mira. El proceso de recarga, es simple... apoyas el frotnal de la ballesta en el suelo, metes el pie en el aro que tiene delante, para sujetarla; te inclinas hasta cojer la cuerda, y tiras hacia tí de ella, hasta engancharla en este chisme... mira como lo hago... y ya está; lo siguiente, poner el dardo en el carril, de modo que se enganche la parte trasera donde debe, para que no se caiga... y ya la tienes lista. Solo queda apuntar y disparar; al contrario que en un arco, el proyectil sale mucho más rápido, y apenas tiene caída en los primeros metros, así que es más precisa, y más potente que el arco... Cuando tengamos otro rato, te pongo un blanco para que practiques... pero ahora mismo, hasta que no estemos lejos de aquí, hay que estar alerta, que ya nos atacaron otros seres de estos por estos alrededores...

... por cierto.... que ha dicho Dwama??? Novios??? pero si soy muy joven para tener relaciones formales!!!!

... Por otra parte, veo a Timmy mirar con cierta expresión de nostalgia el ligar por donde  desapareciera el dracorex... No tengo claro si habría querido la piel del animal, o conservarlo como mascota o montura... me recorre un escalofrío la espalda solo de pensarlo.

-En fín, salgamos de aquí...

-Uffff- Resoplé aliviado, todo habia salido a pedir de boca, estabamos todos a salvo al otro lado, y pude recuperar la ballesta de Ruff.

-Podeis decir lo que querais, pero un hombre sin su arma, no es un hombre de verdad... jajajaja- Dije yo en plan broma para sacarle hierro a la situacion que casi nos costaba la vida.

-Además, si no la hubiera recogido Elenair se hubiera puesto muy triste y eso habría partido mi pequeño corazon. No podemos permitir ver lagrimas en esa hermosa carita- Miro a Elenair y asiento con la cabeza.

-Dama Dwama, se me esta pegando su humor sin sentido. aajajaja- Reí de nuevo.