Partida Rol por web

-Cierto.- Dijo el sargento asintiendo a las palabras de Katarina. -No conocemos la naturaleza de la amenaza. Tan solo hemos tenido contacto con esos bichos xénicos.- Y mira como nos han dejado. Le hubiera gustado añadir esa coletilla, pero la moral de la tropa era tan importante como las armas. Sin moral, nada podría hacerse.

-Katarina y Grenda irán delante, en silencio, después Nastya, yo y a la retaguardia Laura y Yulia. Bianchi, acércate y aparca el Quimera a unos quinientos metros, sea lo que sea lo que haya en la cueva no quiero que oiga llegar un tanque y reporta nuestra posición a Base13. Cuando llegues incorpórate al grupo en la retaguardia. Cambio.-

Randall tomó aire, afinazó su fusil y dio la señal. -Adelante.- Dejó un buen espacio de seguridad antes de seguir junto a Nastya a las dos exploradoras de la escuadra.

Grenda obedeció las órdenes del sargento y se adelantó al grupo. El sigilo tenía que ser su arma en esos momentos y trató de ser silenciosa como el aleteo de una mariposa. Prácticamente no respiraba para no levantar sospecha.

Laura rechinó los dientes

- Señor, si, señor -respondió-. Señor: ¿No podríamos atraer a lo que sea que haya dentro hasta la salida y acribillarlo con las armas pesadas? Si el enemigo son esos bichos, en combate cerrado tienen ventaja.

Arrancó el tanque y procedió a seguir las instrucciones del Sargento. 

En combate en general- Replicó las palabras de Laura. Las conquistas de todos los mundos por parte del emperador tenían varias cosas en común. Y la muerte de numerosos soldados era una de ellas. Sus vidas eran armas, utensilios para conseguir un fin, la victoria.
Quizas se han asustado al ver nuestra superioridad- Yulia no se creía ni ella misma sus propias palabras. Jamás un Xeno se retiraba para salvar la vida, lo hacía para volver a atacar. La médico volvió a comprobar el seguro de su arma, la manoseaba insistentemente y miraba nerviosa en todas las direcciones en busca de garrapatos

El sargento contestó susurrando a Bianchi:

-De momento sigue las órdenes y mantén el silencio de radio de momento...quizás puedan detectarnos.-luego miró a su grupo e hizo el gesto de silencio al resto de la escuadra llevándose un dedo a los labios para terminar susurrando:

-Dejad que nuestras exploradoras hagan su trabajo..si seguimos hablando entorpeceremos el reconocimiento - dijo en un leve susurro - e intentad hacer el menor ruido posible

Aunque estaba seguro que sus exploradoras harían el sacrificio definitivo si era necesario, el sargento esperaba que no lo tuvieran que hacer.

avanzaba con el lanzallamas en alto y lista para disparar a lo que fuera y mirando a mi alrededor mientras mis compañeros hablaban y avanzabamos hacia la boca del lobo.

Al quitar los arbustos y descubrir la gruta, veis como las huellas de aquellos bichos no entran, solamente salen. Avanzáis en las tinieblas por el túnel mientras escucháis una conversación y como el picar de una pala. Tratáis de ser lo más sigilosas posibles acercádoos lo que podéis.

Tras un pequeño recodo dos figuras pequeñas, delgadas, con grandes narices y piel verde conversan mientras cavan una zanja al otro lado de una valla de madera improvisada con unos árboles jóvenes.

-..eze viejo bobo. Zi me olvidé de zerrar la valla fue por zu culpa.- Dice uno mientras hinca la pala en el suelo.
-Y qué zi ze noz ezcaparon unos garrapatos, no harán daño a nadie.- Después de ese comentario los dos ríen debido a lo macabro de la situación. Es decir, que da igual si se comen a algún humano que otro.

Un gruñido brutal llega desde el fondo y los dos piles verdes canijos comienzan a picar a todo lo que les permiten sus manos.
Más allá, en una cueva grande e iluminada por varios focos, un orco vuelve a echarse en un camastro improvisado con arbustos. Una jaula de madera contiene a más bichos como a los que os habéis enfrentado antes y otro de los pieles verdes pequeños se distrae montando un aparato a escasos metros de la jaula de madera.

Estos enemigos si los habéis visto en as fotos y vídeos de la academia. Orkos y Gretchins. Los orkos parecen ser la clase dominante, fuertes, más altos que los humano, brutales y despiadados. Los gretchin no deben ser tomados a la ligera, aunque más débiles que sus amos orkos, pueden dar problemas si luchan guiados por un orko.

Aprovechando su distracción y vuelta al trabajo informáis al sargento. Parece ser que son los orcos quienes trajeron a esas criaturas y también parece que se les escaparon por lo que pudieron oír de la conversación. Siendo así, no os explicáis como unos orcos han podido pasar el bloqueo orbital que la armada mantiene sobre los mundos agrícolas como el vuestro.

A Grenda No le gustó nada lo que vio. Nunca había visto un orko, como tampoco había visto a un gretichin, pero inmediatamente al verlos supo lo que eran. Las historias que contaban sobre la crueldad de aquellas criaturas eran recurrentes en la cultura de la humanidad. Historias para asustar a los niños y conminarles a la cama bajo amenaza de que un gretchin con un saco aparecería para llevárselos, era lo más ligth que podía recordar acerca de las historias que había escuchado de aquellas criaturas. 

Su caso no había sido una excepción. Había tenido pesadillas con aquellos seres y ahora que los veía frente a ella, entendía el porque de aquellas historias. Se trataba de seres perversos por naturaleza, que disfrutaban con la crueldad y se regocijaban en el miedo de los otros. Convenía mantener alejados a los niños de aquellas bestias desalmadas. Pero lo cierto era que Grenda ya no era un niña, sino la encargada de hacer mantener a orkos y sus secuaces más pequeños, lejos, muy lejos de la humanidad.

Grenda, silenciosa regresó a informar al sargento. Lo que acababa de descubrir era muy interesante. Cuando antes lo comunicara, antes podrían valorar el curso a seguir y antes podrían erradicar la amenaza. Aunque siendo sincera, dudaba que es fuera a resultar fácil. Lo que no quería era que se contaran más bajas entre los suyos y menos que le tocase a ella ir a visitar al Emperador.

Laura siguió las órdenes. Que eran dejar el tanque aparcado a 500 mts y retomar el trabajo de infantería. Tenía que haber alguna ordenanza contra dejar un tanque abandonado y operativo en territorio hostil. 

Salió, Cerró todas las puertas y lamentó no tener tiempo de camuflar a Roberto o algo

El sargento evaluó el informe y decidió informar antes de dar nuevas órdenes. Se alejó unos metros y activó su comunicador:

-Base13, hemos confirmado presencia xeno en una gruta de la zona, coinciden con Orkos y gretchins según los fotos y vídeos del Ordo Xenos..desconocemos su número. Solicitamos instrucciones. Transmito coordenadas aproximadas-el sargento esperó la respuesta pacientemente, aunque imaginaba cual era.

Nunca pensó que tendría que defender al Imperio en su propio planeta natal, pero así parecía que iba a ser.

Laura oyó el informe por radio y maldijo, apresurándose a volver al Chimera. Se puso al comunicador y lo manipuló apresuradamente. Recuperó el archivo de voz de las gentiles manos del espíritu máquina y lo reenvió a base, quedando a la espera de respuesta