Partida Rol por web

Tras bordear lo suficiente como para ver las espaldas de sus contrincantes, Adam se esperó a que sus hermanitos los Ahroun comenzaran el combate. Si eran listos y se lanzaban en superioridad numérica contra uno de los protectores, ese pobre desgraciado se convertiría en su objetivo, si no, se lanzaría a por el que más indefenso pareciera...

Salió corriendo a toda velocidad de la arboleda corriendo sobre cuatro patas, riendo de una forma siniestra, más como una hiena que como un lobo, para atacar por la espalda a uno de los oponentes, saltando al final de su carrera para caer junto a uno de ellos y zarparle la retaguarida, el costado... lo que alcanzara.

Cristine empezó a ver a sus compañeros moverse y ella no quiso perder el tiempo, desvía la mirada hacia Brenda y decide que será su escudera en esta batalla, contaba con tener suficiente poder entre ambas para derrotar rápido a su oponente y poder ayudar al resto de su hermanos.

Dicho y hecho, se lanza de un salto para situarse junto a Meier y lanza un ataque directo contra el adversario que ella haya escogido acertando a su oponente en el costado.

Rafael flanqueó al guardián que se adelantara el primero, mientras cambiaba a Crinos. 
Una vez flanqueando se lanzaría para atacarlo desde otro lado, Adam llegaba por el otro flanco,  y sus compañeros de frente, Boris había embestido el primero. No las tenía todas consigo por que les habían advertido que no hicieran eso, que no eran rival, pero ahora mismo no iba a dejar a los demás solos. No otra vez.

Aunque, no veía que hacer ahora mismo, necesitaba ver como se desarrollaba todo aquello y ver si había algun truco en aquello.

Viendo que los flancos están cubiertos se me ocurre saltar por encima de Brenda y atacar desde las alturas, de arriba a abajo aprovechando que nadie espera semejante intervención - Wrrrraannngggg - como maniobra de distracción ha molado. 

He saltado y librado llevarme a alguien de mis compañeros por delante, si bien el garrazo no ha salido del todo satisfactorio.

Al ver que todos mis compañeros ya se han lanzado al combate, ya era mi turno, me lancé directo a por el guardián de la derecha. y sin pensarlo dos veces le dí un zarpazo con todas mis fuerzas.

La avalancha de cachorros hace que sea prácticamente imposible esquivar por parte de ningún guardián, las condiciones jugaban en vuestro favor.

Tal fue la fuerza de choque que Garras Inquietas ordenaría detener el combate de inmediato. 

Tan pronto como Brenda eligió a su atacante, Alexis corrió junto a ella y se separó a último momento para atacarlo por el lado opuesto al de su compañera, y notó cuando llegaba que tanto Boris como Christine habían elegido el mismo blanco y los tres ya habían desgarrado su piel. Dudaba que después de un ataque tan brutal como el que estaba recibiendo su oponente pudiera moverse, y para asegurarse de ello sus garras buscaron la pierna sana.

Se estaba girando para cubrir a sus compañeros, y buscar otro oponente, cuando la orden de Garras Inquieras lo congeló en el sitio. 

CRINOS

Aún sin moverme, fijé mi mirada en el guardián central y lancé un estruendoso grito de guerra. Parecía querer devorarlo desde la distancia. Boris advirtió mi intención y me apoyó por el flanco derecho. Cristine hizo lo propio y se situó a mi lado. Entonces, arremetí como un minotauro contra mi adversario, saltando sobre él con la intención de agarrarlo y derribarlo. No calculé del todo bien; mi salto fue más largo de lo que esperaba y caí encima con todo mi peso. El guardián aguantó en pie mientras me incorporaba sobre él con un brazo en su hombro. Parecía sorprendido por la furia del ataque. Alexis se unió como cuarto atacante. Iba a recibir mucho daño. Pese a las advertencias de Garras Inquietas, casi sentí lástima y no golpeé su cabeza. Alcé el brazo derecho y lo dejé caer como un martillo de púas sobre el otro hombro. Hundí mis garras en él con algo de inexperiencia, pero con la eficacia suficiente para hacerlo gemir de dolor. Solo era el principio.

El Linebacker hizo gala de su velocidad punta, era un hombre rápido, y como ya había comprobado, en forma animal, era muy rápido.

Trazo una linea en paralelo al ataque de Brenda, y noto una presencia en su espalda, era una tuneladora a la que llamaban cachorrillo. Debía dejarle hueco para golpear, así que dos metros antes de llegar a hacer contacto el crinos blanco se lanzo de cabeza clavando las garras en la pantorrilla del adversario y girando sobre ella como si fuera un poste.

Con aquello dejo en evidencia tres cosas, el Garou no se iba a mover del sitio, todo el flanco quedaba libre para el animal que venia detrás de él. Y que Boris era no solo fuerte, sino tremendamente ágil.

Estaba ensordecido con la batalla y ya prepara un morisco para cuando escucho que la pelea había terminado. Tan pronto como llego se fue. Y no pudo hacer otra cosa que gruñir, y moverse dejando el “campo de batalla”.

Lanzarse de aquel modo salvaje como nunca había hecho era algo nuevo. Incluso cuando se peleaba siempre se había contenido para no hacer demasiado daño, en el campo nunca daba con la agresividad necesaria para hacer daño de verdad, empleaba la fuerza que necesitaba y nunca se ensañaba.
En esta ocasión fue diferente y se dejó llevar, aquello fue... raro y le sentó bien, como si soltara las riendas de algo que llevaba allí muchísimo tiempo y estaba tan acostumbrado a tenerlo contenido que casi había comenzado a pensar que eso era lo normal, sentirse de aquel modo.

Les dijeron que se calmaran y que pararan, Rafael estaba corriendo para ponerse a la espalda y saltar sobre el guardian para morderle el cuello por detrás, frenó en seco, derrapó al clavar sus pies, o zarpas, en el suelo. Levantó tierra y polvo al hacerlo.

- Grrrrrrr- 
Lo explosivo de la carrera y sus movimientos le hizo respirar pesadamente.

Incluso Adam se había convertido en una bestia dirigida por la adrenalina; otros rugían y enardecían así sus ánimos de sangre, pero él seguía riendo y riendo como si hubiera perdido completamente la cordura, de una manera macabra que le habría hecho parecer una hiena hambrienta si no fuera por lo sobrenaturalmente grave y rasposo de su "voz".

Saltó frente a la espalda de su oponente y colaborando con Rafael, el hombre lobo clavó sus desmedidas garras sobre la desprotegida espalda del protector, hundiéndolas y sintiendo por primera vez como sus propias extremidades hurgaban en el interior del músculo ajeno, la sangre, tan cálida, escurriendose entre sus dedos y manchándole el pelaje... 

Jamás se había sentido tan poderoso. Su primer instinto fue destripar, hacer picadillo a lo que tenía delante, reírse todavía más alto... pero la orden de Garras Inquietas le devolvió la totalidad de sus facultades con sorprendente rapidez, como si le hubieran arreado una bofetada. Adam se alejó unos pasos del protector, todavía riendo por lo bajo, sus garras aún goteando sangre...

CRINOS

El guardián quedó abrumado por nuestro ataque. Me sorprendió que no se defendiera ante el excesivo castigo que estaba recibiendo. Quizás Garras Inquietas les había ordenado contenerse además de no apoyarse. Salté hacia atrás y lo liberé de mis garras. Miré a un lado y a otro. Había que repartir mejor las fuerzas. Justo antes de indicarle a Boris que lo soltara y ayudara a Erik, solo con otro de los guardianes, antes de dirigirme hacia Adam y Rafael por si necesitaban un muro de defensa y distracción, Garras Inquietas ordenó parar.

No me resultó fácil. Una vez desatada la ira, era complicado someterla y más aún encerrarla en mi interior. Me detuve y alcé la cabeza de nuevo hacia la noche. Grité con un sonido bestial, desgarrado y profundo. Fijé mi atención en la luna y en las nubes, perdí aliento y caí de rodillas.

HOMÍNIDO

Volví a mi forma, con las piernas dobladas sobre el suelo y las manos ensangrentadas en las rodillas, desnuda. Mi respiración seguía agitada, baja la cabeza. No me sentía victoriosa. Me sentía cansada, incluso arrepentida. Tardé unos minutos en recuperar el control emocional que también se me exigía. En el suelo corría la sangre.