¿Cualquier deseo? Gregor sabía que quería y aunque era improbable jugó su carta.
- Revocareís mi condena y mi expulsión del Gremio.
Dijo al tiempo que se sacaba la mordaza de la boca. Cosa que alertó al resto.
- Si como dice somos lo mejor que tiene en estos momentos, el reino esta suficientemente mal como para aceptar mi petición.
Si aquel grupo era lo mejor que tenía el rey... era probable que muchos grupos antes habían sido enviados a la misma misión sin éxito. Estaba claro que era una misión suicida.
Mi señor... si va a mandarnos a una misión suicida debería de prometernos algo más que un simple deseo.
Y dicho esto, el protector se bebe de un trago la copa de vino y la estampa contra la mesa.
Motivo: Voluntad + coraje
Tirada: 2d6
Dificultad: 24+
Resultado: 5 (Fracaso) [1, 4]
Voluntad + coraje + 2d6 --> 6 + 5 + ( 1 + 4) = 16
Con un dedo hace rodar el pergamino sobre la mesa mientras responde a la cuestión de Mathrim.
—Con esto os acreditaréis como mis enviados e iréis a la ciudad portuaria de Cirro Róseo. Mi contacto os espera. Os proveerá de un navío adecuado.
Tras ello cruza las manos, paciente, esperando oír sobre las posibles recompensas y quizás alguna duda. Lo inesperado del gesto de Gregor hace que el rey retroceda un paso mientras su guardia avanza dos, desenvainando su arma.
—¡Quieto!
La hoja tiembla y se detiene antes de posicionarse para el combate. A un nuevo gesto del rey las cosas vuelven a calmarse aunque la mirada del rey se ha vuelto cautelosa.
—Maese Gregor. Vuestro exilio será revocado, sí. Sin embargo, vuestro segundo deseo no está enteramente bajo mi mano —tuerce el gesto, incómodo—. Si por algún motivo no lograse vuestra readmisión, os ofrecería un puesto aquí, en el palacio. ¿Os satisface tal arreglo?
Por último se gira hacia Donk y, a pesar de los modales airados de este, parece ser el que menos le molesta. Incluso parece haber cierta dulzura en la manera en que se dirige hacia él.
—Si deseáis una recompensa clara, hablad sin miedo. ¿Suicida? Lamento si os he hecho creer algo así. El peligro de fenecer existe y no os lo negaré, más, ¿no es así la vida del Protector?
Dinero y mujeres !!! y ... y un navío. Un navío que se llamará Nimbus con el que surcaré los mares y probaré a las doncellas del lugar.
Gregor asintió dejando caer la mordaza.
— Sea pues, majestad.
Dice realizando una profunda reverencia. Aque acuerdo le volvía a poner como subdito de Tazar, así que debía volver a guardar los protocolos pertinentes. Al volver a levantarse queda con una mano sobre su vientre y otra a la espalda, estando esta completamente recta. Expedía un aura regia, si no fuera por que sabeís quien es, casí podría pasar por uno de los consejeros del rey.
Vaya, la gente parece tener muy claro que quiere… bueno es normal tener deseos en la vida. Me quedo pensando mientras miro el pergamino ¿Qué quiero que solo pueda conseguir mediante la ayuda de un Rey? Hay muchas cosas que quiero, pero obviamente muchas las puedo obtener yo, y otras no me las puede conceder un Rey.
Sin embargo la respuesta aparece diáfana en mi cabeza tras no mucho deliberar. Y tras tomar la divisa que nos acreditara como enviados, me decido a formular mi deseo.- (gestos educados) Su majestad, mi deseo podrá parecer extraño. Pero deseo que me concedáis el permiso para poder poseer y entrenar monstruos.- Lo digo como si aquello no fuese una completa locura. Pero procuro de mostrar un semblante digno como quien hubiese pedido unas tierras, o un barco para irse de putas. Algo que, por cierto, me parece una idea genial. Quizá sea una idea infantil, quizá sea una idea estúpida, quizá sea ambas y un suicidio; pero tengo algo en mente y este será mi deseo.
No puedo negar que mantenerle la mirada a su alteza es algo… arduo. Y yo no es que sea impasible por más que trate de mostrar una fachada tal. Así que guardo la vitela en la mochila, y aprovecho que tengo que descolgar el petate para baja la mirada y tranquilizarme un poco. No puedo dejar que se estropee así que busco un bolsillo lateral que este algo vacío y quito lo que pueda tener para dejarle el espacio al pergamino.
Cuando Gregor se pone a quitarse la mordaza, Talios se levanta, con alguna palabra en los labios y dispuesto a arrancarle la lengua de un tirón si hace falta, pero el rey ordena que no se haga y el chico se sienta.
Después mira a Donk como si no se terminase de creer que hablara de esa forma con el rey. No es capaz de entender qué razonamiento lo lleva a pensar que Su Majestad los envía a la muerte. Por suerte para él, parece que el Rey lo toma de buenas... Tras lo que hace una petición que deja a Talios bastante descolocado. ¿Acaso su familia no le insiste en ocultar esos deseos? De hecho, Talios se lo queda mirando, posiblemente incluso hasta incomodarlo aunque no exprese nada. Finalmente el Protector vuelve en sí y expresa:
- No es poco lo que se han reducido las posesiones y fortunas de mi familia en los últimos siglos... Desearía restituir mi Casa a su antigua gloria. -pide el muchacho- Aunque servir a Su Majestad ya es un honor, por lo que aceptaría cualquier recompensa más humilde si no pudiese realizarse. -añade, educado.
No pudo evitar no estallar. Sabía que la situación era MUY seria, pero fue inevitable que el joven filósofo no se carcajeara. La petición de Gregor era compresible, igual que la de Talios, pero sin duda alguna, la de los otros dos... puro oro.
(Gestos) Vaya, parece que me tocará colaborar con un grupo de lo más absurdo e interesante a partes iguales... Está bien, tratemos pues de llevarnos bien todos - comenzó de buen humor - (diálogo) Acepto, Majestad. Y lo único que quiero a cambio es tener acceso sin ningún tipo de restricción a cualquier libro o fuente de conocimiento posible del que se disponga. En comparación con las peticiones de algunos de mis "compañeros", creo que es algo bastante simple.
Gnosis sonrió. El conocimiento es poder. Y si todo salía como quería, podría tener un GRAN acceso a lograr obtener MUCHO poder. No tendría que seguir con sus "actividades" de dudosa legalidad de forma "discreta". Todo sería coser y cantar. No podía dejar pasar así como así una forma de acercarse a la Iluminación.
Sigo desde mvl, lo cual es horrible porque se me superponen palabras y se me borran hasta frases completas. Si veis algún fallo o frase con poco sentido es eso (aunque he revisado y creo que está todo ok)
Por segunda vez en lo que lleva de jornada, la petición de Mathrim vuelve a conseguir lo más peculiar y extraño que ha sucedido en esa sala durante años: que el rey se sorprenda. Aún así no pierde al prudencia y le veis escoger sus siguientes señas con cuidado, como si no quisiera que "loco de remate" o "botarate" se colasen en medio.
—No he conocido de hombre que sea capaz de semejante hazaña, pero sea pues. Si es ese vuestro deseo...
Tras eso se muestra más aliviado y acepta con mejor disposición el resto de peticiones, sin crítica o intento de negociar. Al final se planta ante vosotros, recto y solmene.
—A vuestra salida mi tesorero os proveerá del equipo que podáis precisar. Si faltara o se perdiese algo, en Cirro Róseo podréis reponerlo. Id en paz. Talios Endelmar, Donk Branningan, vosotros permaneced.
Con las puertas ya cerradas, el guardia del rey levanta el pulgar tras asegurarse de que nadie escucha. El rey suspira, dejando que algo de su aura regia decline mientras su sólida mano palmea vuestros hombros.
—Hermanos del Gremio, os he dejado con dudosas compañías. Lo lamento, más hoy la seguridad del reino lo requiere. Haced lo que sea necesario para que la misión prospere. Escoltadlos hasta Cirro Róseo y más allá. Si alguno se desvía del camino, no dudéis en impartir la justicia del Rey.
Ello también aplica al hombre de las Veinte Palabras. Averiguad la verdad sobre sus dones. Si pudiera ser un aliado, traedlo; si es una amenaza, eliminadlo. A vuestro juicio dejo como desempeñar la tarea.
El joven ya estaba asintiendo con firmeza, cuando el Rey dice que tanto él como Brannigan se queden. Bueno, palabras solo para oídos de cierta cuna, parece ser. Piensa, mientras el resto salen de la sala.
Ante las órdenes del rey, y a pesar de su muestra de mayor cercanía a los dos protectores, el chico no se relaja. El Rey seguramente conoce a su familia, y no es difícil imaginar cómo le meten a capones a ese cabeza de chorlito que hay que tener cuidado con cómo se trata al Rey.
- Mi Señor, cumpliré lo que me ha encomendado hasta el límite de mis fuerzas. -responde el chico, formal- Si está en mi mano convencer a ese hombre de unirse a su causa, así lo haré. Si no, trataré como mínimo de hacerme con sus secretos, o ajusticiarlo en el peor de los casos. -concluye.
Gregor realiza una segunda reverencia antes de abandonar la sala ahora como hombre mas libre que cuando entró. Parecía que había instrucciones especiales para los soldados, suspiró. Suponía que tendría que acostumbrarse a ello.
Visiblemente contento con la respuesta del rey me doy por conforme en ese aspecto. Es obvio que piensa que he bebido agua de mar o algo parecido. Y ¿Quién puede culparle por eso? Pero es algo que debo pedir. Me hará la vida más sencilla si todo sale bien… o si sale medio bien… o si al menos consigo volver con vida cumpliendo lo mandado.
En todo caso además se nos van a proporcionar cosillas. Lo cual está muy pero que muy bien. Solo me escama eso de que los Protectores se queden. Pero me encojo de hombros y salgo para encontrarme con el tesorero. A ver que puede ofrecer.
-(Gestos) ¿Qué creéis que van a discutir así en secreto? No irán a matarnos una vez hayamos capturado a Veinte.- Es muy largo estar todo el rato con “el tipo de las veinte palabras” así que he decidido llamarlo Veinte hasta saber su nombre. Es una broma pero una vez expresado es la posibilidad es preocupante.
Luego trato de volver al tema en cuestión. Vamos a poder pedir cosas al tesorero. Intento ocultar una sonrisa feliz y avariciosa.- (Gestos) ¿Nos llevaran a un arsenal? ¿A un almacén? o ¿Solo nos darán dinero?- Seria divertido poder elegir entre un montón de cosas, pero cualquiera le dice que no a un saquete de dinero.
Gregor negó con la cabeza.
— No creo que nos maten. El rey no tiene fama de no cumplir sus pactos, no dudo que a mas de uno le alegraría ver mi cabeza en una pica, pero no creo que vaya a ser el caso. Si no, habría aceptado todas nuestras peticiones sin dudar.
Se queda pensando unos segundos.
— Tampoco creo que nos den a elegir el equipo de viaje. Nos daran lo que consideren.
Donk asiente a regañadientes y se bebe otra copa de vino hasta arriba. Esta noche dormirá sin pesadillas gracias al buen vino.
Gregor miraba el infinito durante unos segundos, como si estuviera pensando en algo.
— Creo... -gesticula aun pensativo- que la vía mas rapida para llegar a Cirro es la navegación fluvial.
FIN DE ESCENA
Comentarios de como llevar a cabo el viaje y demás pasadlos a la escena de la hoguera. Gracias.
Supongo que así se ve un campo de batalla… Sorprendentemente se ve como una taberna después de una trifulca. Solo que… mas, no sé, más extendido, y como peor porque esta fuera.
Al final me toca ir a la casa del alcalde. Como no, el tipo sabe cómo vivir. Protegido por murallas, soldados, y a saber que más tiene dentro. Pero tengo que hablar con él. Y si espero a poder pasar entre todo esta gente igual me cae la noche. Pero creo que me puedo colar por esa ventana. Solo… solo tengo que evitar a todos estos guardias. Y escalar hasta ahí. Fácil. Están ocupados con la turba y la ventana… bueno, seguro que también es fácil poder llegar hasta ella. Si… sí que voy a poder.
Me acerco a la multitud, y comienzo a escabullirme entre el gentío. Intento aprovechar los huecos y rodeándolos y tratando de no aplastar a Xar en el proceso. Procuro empujar con la mochila cuando tengo que hacerlo y siempre me inclino y bajo la cabeza a modo de disculpas, moviéndome con prisa sin mirar a nadie a los ojos. Tengo que moverme con decisión, lo importante es no pisar a nadie ni caerme, no tengo que llamar la atención de los guardias.
Después usare el cuchillo para alcanzar mi objetivo y abrir la ventana si es necesario. Tengo que llegar junto a una persona de responsabilidad… si el alcalde tuviese una hija sería ideal. Sacudo mi cabeza. No, no. No es momento de pensar en eso.
Motivo: deslizarse entre los guardias
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+10)=17 [1, 6]
Motivo: Escalar hasta esa ventana
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+10)=17 [2, 5]