Sigo escribiendo, y al ver su pereza y posiblemente su simple cortesía, niego con la cabeza.
-No hace falta, supongo que querrás jugar. Iré sola, así llegaré antes.-Respondo mientras respondo mal otro ejercicio. Mi intención es tan solo rellenar los espacios vacíos.
El entrenamiento fue duro pero productivo. El Maestro no se conformó con llevar a Kaori hasta el límite de sus fuerzas, sino que también le advirtió de que no dejase de lado los estudios, pues eso conllevaría la expulsión como candidata al torneo.
El regreso tuvo su parte desgraciada, pues Ryu entraba justo en el momento en que ella salía del templo donde entrenaba.
Nada sucedió, salvo que poco a poco Kaori encontraba fuerzas para hacerle frente. Poco a poco, podría salir de ese pozo de tristeza