Partida Rol por web

Cual roca, me desplomo contra el suelo, tras haber terminado de limpiar las armas de lasquerosa sangre con el agua del lago - Si alguien me despierta ya sabe qué le va a pasar... - Gruño, advirtiendo a mis compañeros, a modo de broma con bastante pizca de verdad.

No te preocupes Iul, si te despierto será a patadas para que no te mate un ghoul amordiscos - dije sentado en la roca y soltando una sonora carcajada, que por el eco de la cueva sonó más de lo que me esperaba.

-Tranquilo Garbanzo, si te despierto yo tendras un cuchillo en el cuello, jajajaja, es broma, en fin...- Antes de terminar de hablar se quedo dormido de pie como si fuera una estatua, la verdad es que ambrosio estaba lleno de muchos trucos curiosos aunque la mayoria inutiles.

Todo parecia haber pasado y todos, menos el que se encargaba de la guardia, os disponiais a dormir; mientras que Anselm se acercaba hacia Hod.

Todo estaba tranquilo excepto por los murmullos del joven granjero que todavia se revolcaba por el suelo, no es que os molestara mucho a la hora de dormir, despues del cansancio que llevabais encima podiais haber dormido en mitad de un terremoto y no os habriais dado cuenta; pero en el momento que Anselm toco el hombro del joven y éste se abalanzo sobre el mago con los ojos estrabicos y con espuma en la boca al grito de:
Vienen a por nosotros, vamos a morir todos aqui, no hay salida de este infierno, solo muerte y destruccion...

Acto seguido y sin decir nada mas solto al mago y se desplomo en el suelo como si estuviera muerto, lo extraño es que su color blanco como la nieve diria que estaba muerto, pero se le escuchaba respirar de manera tranquila y pacifica, como si no hubiera pasado nada.

¿Que demonios pasaba en esa cueva?¿Que horrores os esperaban alli? Esas preguntas de momento tendrian que esperar, puesto que estabais demasiado cansados como para poneros a hablar de aquella situacion.

A parte de aquel susto a Anselm la noche paso sin mayores problemas, solo la tension de que podia pasar a continuacion, no os dejo descansar como os hubiera gustado, pero es lo que pasaba en tiempos de guerras y crisis, no se podia dormir tranquilo.

uis mola mola, mientras no sea espectacularmente muerto xD

Una vez acabé de fumar la pipa, sabía con bastante certeza cuanto tiempo tardaba en hacerlo, deperté al siguiente que era Ambrosio. Me acerqué a él y en voz baja dije:

Ambrosio, mi turno de guardia ha terminado. Te toca hacer el siguiente

Me quedo mirandole algo aturdido por el estado de aquel humano; aunque trato de olvidarlo y descanso hasta que sea la hora de seguir.

Al parecer y por el poco de luz que entraba por los tuneles de la cueva ya habia amanecido. Asi que con gran pesar os levantasteis con el cuerpo todavia cansado, aunque habiais descansado no era los suficiente despues del trabajo echo el dia anterior; pero cuando estabais recogiendo los bartulos para poneros en marcha escuchais sonido de batalla y un rato despues unos pasos a la carrera en vuestra direccion.

Al cabo de unos segundos podeis ver los destellos y la refraccion de antorchas por la pared de uno de los tuneles de la cueva, solo os podeis imaginar que los engendros os han encontrado y estan dispuestos a no dejaros salir de alli. Pero nada mas lejos de la realidad, lo unico que veis es a una elfa cubierta de sangre, tanto ella como sus armas, corriendo en vuestra direccion. Lo primero que se os paso por la cabeza era que estaba infectada con lo mismo que los guardias anteriores, pero al verla moverse con tanta agilidad descartasteis esa idea por completo, ¿que demonios hacia aquella elfa alli? Esa pregunta se respondio rapido al ver como un gigantesco ogro acorazado con una enorme cuchilla herrumbrosa por la sangre seca sobre ella. Por lo visto la elfa habia acabado con un numero considerable de engendros, pero el ogro era demasiado para ella sola.

En este momento y con el cansancio todavia un poco presente seria un suicidio enfrentarse al ogro, solo os queda esconderos antes de que el ogro se percate de vuestra presencia.

Para cuando aquella bestia se adentró en nuestro pequeño refugio improvisado, había conseguido recoger mis cosas y prepararme para la batalla. El único detalle, era que me esperaba criaturas de mi tamaño, no del tamaño de una colina. La elfa paecía haber hecho un gran trabajo, y los demás, estaban intentando ponerse a cubierto. 

En mi caso, lo de esconderme no solía ser una opción, por lo que sabía que aunque intentara esconderme tras alguna roca, mi instinto, me llevaría hasta el cara a cara. Cada una de esas criaturas, cada promesa que había hecho y que me habían arrebatado. La vida que me quebraron... Jamás podría estar frente a uno, y cederle el paso mientras aún pueda empuñar un arma. O lanzar una piedra. Prepárate. porque hace tiempo que no te cruzas con uno de estos. Y cuidado con la elfa...

Al dar la curva, a toda velocidad y sin dejar de correr, busca un Hueco detras de una piedra donde poder ocultarse antes de que el ogro la vea 

Por lo "sigilosos" que erais el ogro se percato de vuestra presencia, ahora lo unico que os queda es correr para intentar perderlo entre los tuneles de la cueva, eso si sin perderos vosotros mismos.

Habiais tomado aquella cueva como un refugio medianemente seguro, pero se parecia mas a la entrada de los caminos de las profundidades; desde que habiais entrado no teniais ningun descanso o si lo teniais siempre era un tanto movidillo.

Asi que echasteis a correr por los tuneles, pero aunque corrias lo mas que podiais el demonio de ogro mas bien mobari, os perseguia constantemente. En un momento dado y ya hartos de correr intentasteis hacer frente al ogro; con tanta carrera no os habiais dado cuenta de que Hob estaba con vosotros todo el tiempo y que sin dar tiempo a nada no se le ocurrio otra cosa que lanzarse de cabeza al ogro y lo mejor de todo es que clavo la daba bastante bien, eso si para el ogro no era mas que una molestia; molestia que se quito de encima de un manotazo estampando al oven contra la pared, no quedando algo mas que carne picada. Eso no os animo mucho para atacar, pero por suerte el tunel era bastante estrecho y el ogro no se podia mover bien.

Con ese tiempo ganado, os permitisteis el lujo de mirar por los alrededores y escuchar algun posible riachuelo subterraneo y obtivisteis vuestra recompensa, asi sin pensaroslo dos veces os lanzasteis al riachuelo, pero no ibais a estar mejor que en ese lugar.

Despues de unos cuantos golpes y unos cuantos litros de agua tragada, notais como algo os esta dando unos golpes en la espalda; como podeis abris un pocos los ojos y veis a un grupo de niños con ramas como os estan dando golpecitos para ver si estais vivos y al ver que si salen corriendo del susto, poco mas tarde aparecen una especia de guardias que os apuntan con las armas.

¿Donde demonios estabais?¿Y lo mas importante donde estaba aquel ogro?

Me sacudo la cabeza algo aturdido todavia y me incorporo con dificultad apoyandome pesadamente en el bastón. Ignoro a los guardias y observo donde nos encontramos y si tengo todo lo mio encima.

- ¡¿Pero qué ....?! - Despierto diciendo en alerta, desenvainando la daga antes siquiera de mirar a mi alrededor. No podía reincorporarme, sin embargo, ya estaba listo para defenderme. El agua aún nublaba mi vista, junto con algunos mechones que se me pegaban a la frente. Padre siempre me decía que me cortara el pelo, que me costaría la vida .Retiro como puedo los mechones, para descubrir un grupo de guardias, y al resto de mis compañeros volviendo en sí. Observo las armas, intento analizar la situación, ver si nos superan en número, si tienen alguna ventaja táctica. Había que andarse con cuidado. Luego, clavo mis ojos en sus armaduras, intentando identificar la facción a la que pertenecen. Por suerte, no les ha dado tiempo a quitarnos las armas. 

Sin envainar el arma, me pongo en pie, observando a los hombres del otro grupo. - ¡Bajad las armas, soldados! - Mi voz se impone por instantes al ajetreo de los mochuelos. Acto seguido, envaino mi daga. - ¡¿Acaso nos falta algún brazo yo chorreamos sangre? ¿Medimos tres veces más que vosotros? ¡Maldita sea, no somos engendros! - Y con esta premisa, tras recoger el escudo, me dirijo hacia ellos, dispuesto a pasar entre ellos, con total naturalidad. Bailar entre engendros era mucho más peligroso que hacer ver a unos espadachines que estábamos de su lado.

Después de vomitar el agua tragado toser e intentar recomponerse, se levanta algo aturdida y mirando a los guardias, al cabo de unos segundos, se da cuenta de lo que son y levanta sus brazos