Carta enviada por el inquisidor Zaer Vincent a la inquisidora A. Quist
Karlack
"Siempre me han gustado las buenas fortalezas. A mayoría de los enemigos que poseen una sabes donde puedes encontrarlos y duermen confortablemente en sus camas mientras tú te cuelas a devorar sus corazones"
—Atribuída a Lady Miriam Saynay, Capitana Corsaria—
Karlack es un importante mundo Fortaleza, bastión principal de la Cruzada Achilus y el lugar de concentración de la mayor fuerza militar del Imperio en la Expansión Jericho. Antaño, en los tiempos del "Sector Jericho", fue simplemente un mundo colonia anodino, con una población demasiado pequeña para ser significativo políticamente y sin recursos naturales de elevada importancia. En la Edad Oscura, cayó en un feudalismo preindustrial.
Tras el descubrimiento del Portal de Distorsión, el destino de Karlack fue decidido sencillamente por su posición en la geografía estelar: representa el sistema habitable más cercano al Portal y consecuentemente, un vital punto estratégico, y Achilus se dió cuenta de inmediato. Las fuerzas de la Cruzada fueron bienvenidas con los brazos abiertos a Karlack en un principio por los nativos (que habían mantenido vivas muchas tradiciones relacionadas con el Credo Imperial y la fe en el Emperador), las montañas se allanaron y la tierra se llenó de fortalezas que albergan miles de tropas. Incluso el Adeptus Mechanicus fletó asteroides que sirven como puertos orbitales y estaciones armadas de defensa. Karlack alberga las instalaciones de control e inteligencia de la Flota Imperial, así como el Coro Astropático primario del sector. Además, es la piedra fundamental del Cinturón de Hierro. Es relevante la existencia del Cenotafio* de Achilus, un enorme monumento en forma de monolito construido en mármol negro situado en la ciudad de Kal'Thir.
Sin embargo, los últimos tiempos no han sido buenos para sus habitantes. El clima ha sido inestable debido a la agresiva alteración del terreno del planeta (para disponer rápidamente de terrenos de explotación agraria e industrial) hasta el punto de producirse incidentes geológicos de gravedad, como corrimientos de tierra y terremotos. Los mares se han envenenado, así como la atmósfera. Todo ello ha contribuido enormemente al brote repentino de una "resistencia" a la autoridad imperial entre los nativos, e incluso hay registrados datos sobre actividad cultista, agitadores de masas, desobediencia civil e incluso sabotaje.
Kar'thir. Situada toda ella bajo la sombra y la protección de su monumento central, El Cenotafio de Achilus, un enorme y resplandeciente bloque de mármol negro a un tiempo testamento, recuerdo y alabanza del primer Lord Militante de la Cruzada, que se erige sobre un ancestral templo imperial y que constituye el centro espiritual de la misma en muchos aspectos. A su alrededor, como si hubiera caído del cielo y no fuesen si no la onda expansiva generada, habían brotado un sinnúmero de casas de madera toscas, un pueblo feudal.
Sin embargo, la ciudad ha conocido mejores momentos. Antesde que la Cruzada llegara a Kar'thir, la ciudad era un próspero centro de comercio y arte bajo el dominio y mando del Baron Taeg. Este Baron, el miembro más poderoso e influyente de la original nobleza de Karlack tras el Principe Allewis fue ejecutado sumariamente bajo el cargo de alta traición y apoyo a la rebelión contra el Imperio de la Humanidad, un cargo que muchos nativos cuestionan. Desde entonces, la ciudad no ha levantado cabeza.
INFORMACIÓN DIVERSA
Saber Popular (Bajos Fondos)
Fuente: sospechosos interrogados en el pasado
En tus andanzas por el sector has topado en ciertas ocasiones con todo tipo de maleantes. No todos ellos eran herejes o sectarios, si no que muchos de ellos eran delincuentes comunes que has utilizado para llegar a los más profundo de las sectas heréticas del mismo modo que ellos mismos, conscientemente o no, estaban relacionados (o en ocasiones siendo utilizados) por éstas.
Por estas fuentes sabes que Kar'Thir es un importante centro de comercio ilegal. Exporta principalmente reliquias xénicas. Las más habituales son baratijas fabricadas a partir de fragmentos de piedras preciosas de dudosa procedencia que son intercambiadas por efectivo u otras sustancias ilegales (a saber, drogas, alcohol, bienes de lujo, cosas peores...). Aunque el Imperio está al tanto de estos negocios en sus mismas narices, nunca ha podido encontrar a los culpables con las manos en la masa
Saber Prohibido (Sectas)
Fuente: conocimiento bibliográfico
Desde que se tiene constancia han existido sectas entre los nativos en Karlack. Su culto endémico ha persistido tras la llegada de la luz del Emperador y ha coexistido con él, aunque no de forma explícita, pues no es tan fácil llegar del espacio y extirpar sin más costumbres arraigadas desde siempre.
Debido a la particular distribución de la población y la tecnología en Karlack, la mayoría de los nativos que siguen estas creencias se agrupan alejados de la colmena Citadel Primaris. La actividad cultista es particularmente dominante en las islas del sur, de escaso interés imperial, aunque requiere ocasionalmente de intervenciones militares planetarias de disuasión.
Se ha elucubrado sobre la posibilidad de que el mercado negro, las sectas y el hallazgo de artefactos xenos estén relacionados.
Fuente: correspondencia con Zaer Vincent
Es muy probable que dicha relación, o algo similar, fuera el campo de estudio de Zaer Vincent. Cabe pensar qué su tapadera fuera precisamente sus investigaciones en xenoarqueología y/o xenotecnología. O bien al contrario, sus hallazgos en estos campos fueron lo suficientemente importantes para ignorar u obviar esa posible relación.
Saber Académico (Criptología)
Fuente: Conocimiento Personal
Las runas ilustradas en los artefactos te son total y completamente desconocidas, aunque te parecen bastante distintas a todo con cuanto te has topado hasta el momento.
Saber Académico (Ocultismo)
Fuentes: experiencia personal. Bibliografía
Los artefactos descritos e ilustrados por Zaer Vincent no se parecen a nada que hayas visto anteriormente. Tampoco te recuerdan ni siquiera vagamente a artefactos relacionados con el Enemigo y los cultos con los que te has topado anteriormente.
INFORMACIÓN DIVERSA II
Saber Común (Jericho Reach)
Karlack ya estaba habitado cuando llegó la Cruzada, y anteriormente, antes de que el sector entero cayese en manos de la oscuridad y el olvido, había pertenecido ya al Imperio. Cuando la Cruzada pisó de nuevo esta tierra abandonada a su suerte los nativos, dirigidos por su líder, el Príncipe Allewis LXXXIII, el octogésimotercero de su rango, se apresuraron a reintroducir el culto y la tecnología imperiales que su pueblo había olvidado. A cambio, el Príncipe adoptó el título de Prefecto. En aquellos años, la fe de los nativos en el poder y la bondad del Imperio era absoluta. Sin embargo las cosas han cambiado. La confianza ha disminuido y el sentimiento anti-imperial se ha difundido lentamente entre la población que se siente ignorada, utilizada o, en el peor de los casos, esclavizada, sentimiento fuertemente enardecido por el severo y sumario castigo que recibió el difunto rebelde Barón Taeg por rebelarse.
En cierto modo no les falta razón. Kar'Thir se hunde en un olvido decadente y el Cenotafio es lo único que mantiene algo viva su economía, al menos la legal. El título de Prefecto parece ser decorativa, puramente ceremonial, y Allewis LXXXIII, rico pero sin poder real pasa sus días plácidamente en Citadel Primaris mientras la Cruzada dispone a su antojo.
¿Y POR QUÉ HEMOS VENIDO A ESTA PARTIDA?
Era necesario alejarse de la concreción del lugar de los hechos para ver el gran esquema, Ernest lo sabía muy bien. Necesitaba repasar las cartas, necesitaba repasar la biografía y las investigaciones de Vincent, y sobre todo necesitaba tiempo para encajar las piezas sin que nadie intentase volarle la cabeza mientras tanto, o peor, apresurarle a que moviese el culo porque estaba haciendo algo poco útil a ojos de los Astartes.
Repasando los archivos de su maestro a los que tenía acceso y en especial el volumen "Bajo el Cenotafio", había descubierto que ésta no era la primera vez que se tenía noticia de esta extraña raza Xenos. Yacimientos xenoarqueológicos similares habían sido hallados en varios otros mundos de la Expansión Jericho y, aun en siendo los hallazgos de diversa índole, varias características comunes se habían constatado: se trataba de una raza consciente y racional, como demostraba la creación de una serie de dispositivos tecnológicos similares a los que habíais encontrado. Se trataba, en cualquier caso, de una tecnología diferente a la humana en cuanto a diseño y uso. Además, era particularmente interesante su obsesión por la muerte y la resurrección, y abundaban motivos mortuorios y promesas de una vida futura. Algunas teorías aventuraban incluso que los restos de construcciones que se habían encontrado no eran ciudades, sino inmensos túmulos funerarios, necrópolis colosales que albergaban los restos de... toda esa civilización, como si hubieran sido inhumados todos a un tiempo de manera forzosa. Era un disparate, sí, pero sonaba aterrador.
Existía, sin embargo, un punto en común con el asunto que os traíais entre manos. El Renacido. La promesa de resurrección. Era sencillo montar una secta alrededor de eso. Por un lado, incidía en uno de los miedos básicos del ser humano. Por otro, era condenadamente fácil de instalar entre los nativos, poco avanzados y muy supersticiosos. Y en tercer lugar, el continuo descubrimiento de restos lo dotaba de una innegable credibilidad. Puede que los nativos fueran poco espabilados, pero el tal Subryte o quienquiera que organizase esto era bastante espabilado. Lo suficiente, de hecho, para darse cuenta que un puñado, o muchos, de cavernícolas tecnológicos, fanáticos o no, no suponían una fuerza que pudiera amenazar el poder del Imperio, y mucho menos en un mundo tan militarizado como Karlack. Luego ellos no podían ser el fin. Tenían que ser el medio.
Analizando las cartas desde esta perspectiva era más sencillo sacar conclusiones. Alguien o algo, con Subryte como cabeza visible, estaba... no, había organizado una o varias sectas y se había servido de ellas para algún plan. Habían revuelto en las ruinas, habían encontrado artefactos xénicos. Y sin embargo, las ruinas bajo Kar'Thir parecían demasiado pobres (salvando aquellas dos armas a las que os habíais enfrentado) para merecer tal esfuerzo. Luego cumplían otro objetivo. Y entonces recordásteis aquellos engarces e inscripciones en los muros inhumanamente trabajados de donde procedían, al menos, algunas de las piedras que se vendían como amuletos. Quizá no era meramente decorativo. Quizá aquello representaba algo que los Xenos reverenciaban o conocían. Ahora que se trataba de territorio conocido y no había intrusos, no había sido tan difícil comprenderlo. Mapas estelares. Resultaba confuso porque no aparecían todos los planetas del subsector, solo algunos. Y mapas de Karlack, de otra era y con sutiles diferencias, donde aparecía señalado Kar'Thir con un humilde engarce rojo, y varios otros lugares, mayoritariamente en el hemisferio sur, con piedras verdosas más grandes.
El segundo examen de las armas xénicas había sido más interesante si cabe. Eran, sin duda alguna, de la misma manufactura que los artefactos que describía Vincent en "Recopilación de Artefactos", pues compartían los materiales (esa especie de metal-roca ultralisa), y el uso de microcircuitos geométricos de exquisito tallado. El análisis de los restos de los cristales (ahora hechos añicos por las granadas perforantes) que actuaban como canalizadores de energía reveló que estaban constituidos por un raro mineral, zirconita hiperdensa, uno de los amplificadores psíquicos más potentes conocidos.
Cuando el mando en Erioch, en respuesta a vuestros informes, os comunicó que Avalos, el único mundo productor de zirconita hiperdensa, había sido invadido por un apéndice de la flota Tiránida conocida como Dagón, no os sorprendió en absoluto.