Partida Rol por web

La mirada final que Orseo Mlvaar dirigió a Thorsholt, qué duda había, fue una mirada de gozosa victoria, casi de burla, tan expresiva como puede serlo un destello LED.

— No, Asstartess, por mi parte nada más, SSS. Deberían ir disseñando un plan de acción con loss ressponssabless de la nave para acordar cómo sserá ssu desspliegue y SSS ssobre todo su resscate.

El magus echó a andar hacia la puerta que separaba el puente del resto de la nave:

— Pondré a punto el disspossitivo, no debería llevarme demassiado —se dió la vuelta para miraros, con premeditada lentitud—. Nunca tuve duda de que elegirían la opción correcta. Less daré la información que posseo cuando SSS essté lissta.

El puente quedó unos instantes sumida en un silencio tan denso que pensábais que el aire se volvería irrespirable y se os atascaría en su camino a los pulmones. En un momento determinado, el capitán empezó a moverse muy despacio, sin un rumbo aparente, como si con sus pasos pusiera en marcha sus pensamientos.

— Bien, Astartes, supongo que queda todo dicho. Ahora solo queda ponernos manos a la obra —parecía muy preocupado, pero no expuso aquello que le rondara la cabeza—. Puedo meterles allí, eso será lo más fácil. Pondremos a su disposición una maniobra de distracción, los cazas abrirán paso. Creo que también deberíamos enviar falsos transportes para encubrir la localización exacta de su desembarco, no creo que quieran encontrarse todas las hordas custodias de un leviatán nada más salir.

Sus ojos chispearon con cierta ironía.

— Y cuando digo transporte quiero que entiendan "torpedo", creo que es la mejor opción. Un torpedo sin cabeza nuclear, por supuesto, simplemente por su capacidad de penetración. Eso dificulta la salida, por supuesto, pero en cualquier caso no confío en que esos bichos ignoren un transporte durante todo el tiempo que tarden en llevar la misión. Les garantizo que, si está en mi mano, tendrán un transporte a la puerta tan pronto como lo necesiten.

Skold no tenía mucho que añadir a la conversación, estaba radicalmente en contra de otra destrucción como la que acababan de vivir. Pronto habían olvidado sus hermanos aquel sufrimiento que invadió sus mentes al hacer volar la refinería, era tal el olvido que, de hecho, iban a volver a repetirlo.

Sinceramente hubiera preferido la otra opción - Pero explicar a tres Astartes, uno veterano de Macragge, que utilizar un artefacto xeno para tratar de dominar un enjambre es una solución aceptable, distaba mucho de ser lo apropiado - De forma que se limitó a torcer el gesto y cruzarse de brazos. Cuando volvieran podrían seguir investigando el artefacto... Skold no valoraba la posibilidad de no regresar.

¿Un torpedo? ¿Y por que no usar la nave como ariete, ya puestos? El capitán tenía razón en que los tiránidos no ignorarían un transporte, pero aquel método de "desembarco" podría acabar con la misión antes de que hubiese empezado.

En fin, supuso que no tenían muchas más opciones, así que se encogió de hombros.

- Bien, ¿que nos podemos encontrar en el interior de la nave tiránida, y como reconoceremos en que lugar hay que detonar la bomba?

Sepheran dejó que su hermano planteara cuestiones tácticas, mientras el se imaginaba a la escuadra dirigiendose en un torpedo a toda velocidad contra la nave nodriza tiránida. Tendría que preguntarle al apotecario ultramarine, pero estaba seguro de que en el Códex tenía que venir especificado que aquella era la manera más audaz de hacer una incursión en otra nave y, sin duda, la que mejor ejemplificaba el valor del Adeptus Astartes. Era la viva imagen del severo castigo del Dios-Emperador dirigido contra sus enemigos. El Ángel Sangriento debía reconocer que el Capitán Cobb esta vez había ajustado su pensamiento a las capacidades y al carácter de la escuadra.

-¿Que tipo de resistencia podemos encontrar? ¿Tendremos que cubrir nuestras espaldas contra los Líctores o debemos prepararnos para algo mas pesado, estilo Cárnifex?- Pudo articular en mitad de su éxtasis imaginario.

El capitán esbozó una sonrisa ligeramente condescendiente, aunque no estábais seguros si iba dirigida a vosotros o a sí mismo. Quizá era sencillamente una disculpa.

— En eso, me temo, puedo serles de poca ayuda. Me dispongo a hablar con los capitanes de las otras naves y escuadras para coordinar el ataque y la maniobra de distracción, si tienen alguna sugerencia la tendremos en cuenta. No me cabe duda de que el magus les dará toda la información sobre su plan, que hemos decidido seguir, el Emperador nos proteja, tan pronto como le parezca adecuado. Ahora disponen de tiempo para ustedes mismos, tal vez el último del que dispongan antes de regresar al caos más absoluto, descansen, recen, investiguen o hagan aquello que consideren adecuado. Les informaré de nuestros progresos, Astartes.

Y tras dirigir un gesto de asentimiento a su táctico, se retiró