Podría decirse que los padres de la nueva civilización humana son el Visionario Lucius Coldbridge y el Dr. Aarón Ackersman. El primero por ver más allá de las limitaciones tecnológicas de su época, por ser capaz de ver ciencia donde otros veían fantasía o magia y por darle lugar y financiamiento a las teorías del doctor Ackersman
Lucius Coldbrige fue el padre de la civilización humana tal y como la conocemos hoy, y no sólo fue su padre, sino que fue su protector, se encargó de fundar las ciudades ST donde la gente pudo encontrar refugio a la catástrofe que los disidentes, los que intentaban evitar que la humanidad avanzara, los que tildaban de locuras las afirmaciones científicas de Ackersman, provocaran mandando así al mundo a la mierda. Y cuando las ciudades ST fueron incapaces de contrarrestar los efectos catastróficos de aquella panda de extremistas, fue el propio Coldbrige quien se encargó de idear el PCP (Plan de Colonización Planetaria), también conocido como "Exilio", el que construyó las Arcas de la vida y el que intentó salvar a la mayor cantidad de población enviándolas al espacio en naves autosustentables, en verdaderas ciudades espaciales capaces de trasladarse incontables años luz brindando vida a sus tripulantes y pasajeros y una nueva esperanza de continuar existiendo mientras la misión buscaba planetas potencialmente habitables para terraformarlos y establecer las colonias que volvieran a hacer prosperar a la humanidad.
Por su parte el doctor Aarón Ackersman de origen judío, fue el responsable del desarrollo e investigación de nuevas tecnologías, que mezclaban la ciencia con el bagaje esotérico que había aprendido al estudiar los libros de su religión. Un maestro en la Kabalah, Ackersman comprendía que había varios niveles de enseñanza en aquel conocimiento y estaba seguro que uno de ellos tenía que ver con una tecnología capaz de utilizar el Hal, o potencia vital, del Hombre como fuente de energía infinita, limpia y renovable. La comunidad científica lo trató de loco, lo ridiculizó y lo vetó sin siquiera estudiar sus aportes, pero Ackersman encontró una mente abierta en Coldbridge, quien lo alentó a continuar sus estudios e incluso lo financió. Finalmente la tecnología descubierta por Ackersman se utilizó, entre otras cosas, para el desarrollo de exoesqueletos que le permitieron a miles de personas con diversos problemas motrices recuperar una vida normal. Otra rama se utilizó como tecnología militar de uso exclusivo para las fuerzas de paz pues Coldbrige se negaba a que la investigación de Ackersman, algo que había sido pensado y desarrollado para salvar y mejorar la vida de la humanidad, fuese utilizado para destruirla.
No se sabe muy bien cómo pasó, tampoco hay mucha precisión sobre el cuando. Fue a comienzos del siglo XXI, durante la primera mitad, o al menos en eso coinciden la mayoría de los registros. Los disidentes de alguna manera contactaron con vida extraterrestre y permitieron que invadieran nuestro planeta. El clero los llamó demonios, los fanáticos Maestros, pero los hombres de ciencia sabían que se trataba de una especie alienígena, de una forma de vida que había evolucionado en otro lugar y de forma distinta a la humana y que, por las razones que fuera, venían a tomar nuestro mundo. En verdad no hacía falta ser un genio para comprender esto último pues la mayoría de las grandes ciudades fueron devastadas y el mundo incomunicado en muy poco tiempo. Estos organismos eran diversos y muy adaptables y fue entonces cuando Coldbrige decidió crear las ciudades ST en los lugares donde se hallaban sus plantas de producción, fueron pocas y salvaron a pocos en comparación con los que murieron o los que quedaron a su suerte fuera de las murallas, pero las ciudades ST debían ser autosustentables y debían proteger a su gente y para esto debían mantener un estricto control poblacional. Si, es verdad que algunas libertades se cercenaron, pero el ritmo de crecimiento poblacional era una variable que podía hacer colapsar todo el sistema si no se controlaba. Además la mano de obra que se necesitaba para mantener las murallas y los sistemas defensivos era cuantiosa y no había dinero para retribuirlo, de hecho el dinero ya no valía nada en aquel momento. El dinero eran solo papeles o bits que no servían para obtener bienes. Lo único que importaba era sobrevivir y en eso Coldbrige fue muy estricto, como si de un hormiguero se tratase, las ciudades ST debían trabajar de forma mancomunada y organizada, había poco tiempo para el ocio y cada individuo tenía una tarea asignada de acuerdo a sus capacidades. Las ciudades ST debían ser por sobre todas las cosas eficientes si la humanidad iba a tener una oportunidad de sobrevivir.
Así es, la eficiencia no alcanzaba, las penas de destierro no sirvieron y entre disidentes violentos y una raza alienígena implacable, las ciudades ST comenzaron a decaer. Fue así que nació el proyecto PCP y se comenzó con la construcción de las arcas. Al comienzo el desarrollo se hizo dentro de las mismas ciudades, pero los sabotajes hicieron que el proyecto se trasladase al espacio. Allí, fuera del alcance de los disidentes y lejos de la atención alienígena cada ciudad ST comenzó a preparar las Arcas que partirían al espacio como parte del proyecto PCP en pos de darle una nueva oportunidad a la humanidad y, si se podía, algún día recuperar la tierra.
Las naves se construyeron en el más absoluto secreto y cuando todo estuvo listo se anunció el despegue de los transbordadores que llevarían a la población hacia las Arcas. No hubo tiempo de preparación y la gente de las ciudades ST no lo necesitaba, ya se había acostumbrado a vivir bajo un régimen marcial donde lo que primaba era la eficiencia y cuando las instrucciones fueron transmitidas todos estuvieron listos para acatarlas. Así el abordaje de los transbordadores, su lanzamiento y su llegada al arca fue ordenada y eficiente. Sin embargo muchos de ellos cayeron presa de los ataques tanto alienígenas como disidentes y con menos vidas de las deseadas a bordo las arcas tuvieron que ponerse en movimiento y dejar atrás el planeta que les había dado vida dirigiéndose cada una a distintas partes del universo con el objetivo de maximizar las probabilidades de éxito de la misión.
Desde el comienzo del ambicioso proyecto Exilio los gobernantes de las ciudades supieron que no habría cupo para todo el mundo en las arcas. Las naves estaban automatizadas al máximo, las personas viajarían en estado de animación suspendida hasta que la IA determinase que alguno debía despertar, el espacio de las cápsulas se había reducido al máxima, los sistemas se habían optimizado a más no poder pero sin embargo seguía sin haber lugar para todos y fue entonces donde el mérito se hizo presente. La nave contaba con tecnología y mucha de ella se utilizaría a la hora de construir las colonias, pero se necesitaría personal técnico, ingenieros, genetistas, biólogos, granjeros y militares. Un tiempo antes de la fecha secreta de despegue de los transbordadores se seleccionaron a los mejores de cada área, se prepararon y programaron con enseñanza asistida por estimulación neurológica (EAEN) a tantos como fue posible y sobre esos sólo los mejores consiguieron un lugar. No fue una decisión democrática, nada en las ciudades ST lo era, el tiempo donde el hombre tenía libertad para elegir había pasado cuando llegaron los alienígenas. Ahora todo era más arbitrario, es cierto, pero también más ordenado y eficiente, por eso sólo los mejores diez mil Ciudadanos de las ST consiguieron su lugar a bordo. Muchos se quedaron abandonados, algunos con la esperanza de ver las naves volver, otros estallaron en ira provocando destrozos que fueron contenidos por las Fuerzas de seguridad automatizadas (FSA), pero nadie que no debía subir a los trasbordadores lo hizo. De esto último se aseguró la instalación de chips de control de potencial Hal (CCPH) instalado al nacer en la médula espinal y conectado por biocables hasta la glándula pituitaria y el resto del cerebro. La instalación del CCPH se realiza de forma obligatoria para cada ciudadano de las ciudades ST
La ST Oportunidad era el Arca de Caledonia, la ciudad ST que había sido construida alrededor de la planta nuclear del embalse de Río Tercero en la provincia de Córdoba, Argentina, América del sur, América, planeta tierra, sistema Solar, Vía Láctea. En coordenadas aproximadas -32.232283992744655, -64.44245042673329.
La ST Oportunidad contaba, como todas las Arcas, con la mejor de la tecnología en todos sus aspectos, desde las avanzadas inteligencias artificiales que se harían cargo del viaje hasta los puntos de destino, hasta los mejores sistemas de soporte vital, armamento y almacenaje de semillas, adn, embriones y material de campo. Todo lo necesario para poner de pie una colonia se hallaba o podía ser fabricado en la Oportunidad, era una ciencia tan avanzada que para el que no estuviese familiarizado con ella parecería la más fascinante de las magias.
El protocolo era sencillo: cada cierto tiempo un grupo de personal capacitado sería reanimado para realizar chequeos de rutina y comprobar que todos los sistemas de la ST Oportunidad se comportaran correctamente, de haberlos solucionarían los fallos y volverían a las fase de hibernación inducida. Si la IA detectaba un mal funcionamiento o se requería de una reparación con intervención humana se procedería de la misma forma. A medida que el módulo de aprendizaje de la IA fuese incorporando nuevo conocimiento en las diferentes áreas lo transmitiría mediante EANE a quienes correspondiese procediendo a una deshibernación parcial suficiente para practicar la enseñanza asistida por neuro estimulación. Una vez se llegase a uno de los mundos objetivo la Oportunidad se alojaría en una órbita geoestacionaria y desplegaría una sonda para recabar los primeros datos del mundo, estos serían analizados y se realizarían las simulaciones necesarias para determinar si el planeta era apto para la exploración. Si esto resultaba verdadero una cuadrilla militar sería despertada, adaptada y preparada para descender al planeta, debería cumplir con una serie de objetivos establecidos por la IA principal, recabar la información y aguardar la respuesta de esta. En caso de ser afirmativa se aseguraría un perímetro donde descenderían las primeras cápsulas de colonos, en caso de ser negativo la IA ordenaría el regreso de la cuadrilla, volvería a colocarlos en hibernación y partiría hacia una nueva locación.
Sólo había doce Conciencias en la ST Oportunidad, las mismas que vivían en Caledonia. Las Conciencias eran algo extraño, difícil de describir. No eran inteligencias Artificiales, más bien eran redes neuronales, cerebros digitalizados, sin embargo no eran sólo eso no. La primer Conciencia fue la de Aarón Ackersman, cuando la vida del genio ya no pudo seguir manteniéndose y con mucho trabajo por hacer, Coldbrige decidió digitalizar el cerebro del doctor y unirlo a una inteligencia artificial que fuese capaz de continuar desarrollando su trabajo. Lo que pasó sorprendió a todos los involucrados en el proyecto, de alguna manera, se supone que a través del CCPH algo más que el conocimiento almacenado en el cerebro de Ackersman se digitalizó. Se lo llamó Conciencia y esta fue capaz de sobre escribir a la IA para manifestarse como si el propio Ackersman lo hiciera. Coldbrige y la Conciencia de Ackersman trabajaron muy duro para tratar de entender lo que había sucedido pero a lo máximo que lograron llegar fue que de alguna manera la energía Hal en el cuerpo de Ackersman había almacenado parte de su YO que fue digitalizado junto al resto de información y luego al introducir la inteligencia artificial este Ackersman digital corrompió y sobre escribió los protocolos de la IA para retornar, de alguna forma, a la vida.
La Concientización, nombre que recibió este proceso es un secreto que pocos conocen y está completamente prohibido con excepción de aquellos tan excepcionales en su campo que merecen tener esta especie de inmortalidad pseudo virtual. Una Conciencia no se limita a ser lo que era, sino que continua creciendo y evolucionando como lo hubiese hecho si continuase viva. Las Conciencias, a diferencia de las IA, son capaces de mentir, de engañar y de dañar a los humanos además de aprender y de realizar cálculos a velocidades incomparables para cualquier mortal.
"No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio"
Charles Darwing fue un visionario en muchos sentidos y esta, una de sus famosas frases lo expresa. Si lo sé hoy se lo considera arcaico y antiguo. Pero si se lo piensa bien no sobrevivimos a los alienígenas por ser más fuerte que ellos, tampoco por ser más inteligentes, por supuesto que no. Lo hicimos porque supimos adaptarnos, supimos que la biología había dado todo lo que tenía para dar y que no teníamos tiempo de esperar lo que vendría en los próximos milenios. Sobrevivimos porque supimos unir a hombre y la máquina. Lo mejor de cada mundo el biológico y el tecnológico se unieron, el hueso se fusionó con el metal, la carne con avanzados polímeros ultraresistentes y las terminales nerviosas y hasta el propio cerebro con la electrónica de los microchips y circuitos integrados. La célula y el nanotransistor. Hombre y máquina.
Fue por eso que sobrevivimos tanto tiempo, porque nos hicimos más fuertes, más veloces, más perceptivos, porque aprendimos a aprender más rápido, a pensar con mayor velocidad, le dimos a nuestro cuerpo la posibilidad de dar un salto evolutivo en apenas unos años y todo esto gracias al descubrimiento de Ackersman y al apoyo incondicional de Coldbrige. Todo esto gracias a la energía Hal y al CCPH.
Músculos más fuertes, huesos más resistentes, ojos que ven todos los espectros de luz, cerebros capaces de procesar grandes cantidades de información en milésimas de segundo, piernas más rápidas, pieles blindadas, sistemas térmicos autoregulados capaces de soportar las inclemencias del tiempo. La unión del hombre y la máquina, lo mejor que tenía para ofrecer la biología unido a lo mejor que tenía para ofrecer la tecnología. Fue por eso que sobrevivimos.