Lo cierto es que ni el propio alienígena conocía la gravedad de su estado, aunque sabía que solo era cuestión de tiempo. Los nanocitos estaban ya trabajando por regenerar sus tejidos. Intentó levantarse.
Durante un instante miró como la rubia ejecutaba al hombre de negro, con un gesto difícil de interpretar para un humano. Quizá lástima, quizá indiferencia...pero no quedaba tiempo.
-Creo...creo que puedo. Ayúdeme, se lo ruego ¡Rápido...no hay tiempo que perder!-dijo señalando el candado-¡Es posible llegar a tiempo...todavía!
Tronald hizo acopio de todas las fuerzas de las que fue capaz. Sujetó a Diego lo mejor que pudo y empezó a caminar rápidamente. Debian llegar, ya no importaba si el o los demás subían al transporte, no era justo que Diego muriese aquí, o que llegase tarde y se quedase en la tierra con el gobierno tras sus pasos para matarlo, diseccionarlo o cosas peores.
Esta no era su casa y nosotros no éramos su familia. Y aun así parecía arriesgarlo todo por llevarnos con él.
Vamos amigo. Ya casi estamos. Tienes que volver a casa.
En cuestión de unos segundos, el moreno sacó su arma y disparó al alien. Fue algo muy impactante para Michael, el cual se sobresaltó con el sonido del disparo. Ese sonido, le hizo regresar al momento, ser consciente de que aunque no entendiera nada de lo que ocurría, estaba ocurriendo delante de sus narices.
Ver al jefe ayudando a un ser vivo que no fuera él mismo, también pilló por sorpresa a Michael, pero dada la situación que se vivía, no era momento de hacer comentario alguno. Finalmente, el sonido de la pistola golpeando el suelo, despertó en Michael unas ganas incontrolables de cogerla, aunque realmente no llegara a utilizarla. Aunque la rubia se le adelantó.
Miró con sorpresa y algo de pánico como la rubia disparaba a bocajarro y a sangre fría al moreno. Michael se inmóvil, hasta que finalmente, asintió levemente con la cabeza hacia el cura. No sería descabellado decir que no le caía del todo bien, y todas las conversaciones cruzadas en aquel ascensor solo habían conseguido echar más leña al fuego. Pero la realidad era que no parecía mal tipo, y parecía interesado en ayudar al alien. En aquel momento, estaba en el sitio que quería. Pero la curiosidad de saber qué ocurriría con el alien era tan fuerte, que se estaba olvidando de mirar la hora y de cuál era su objetivo aquel día. - Venga cura. Ayudémosle. - añadió finalmente, mientras me acercaba a la rubia.
- Tranquila, dame el arma. Ya no hay peligro. - la dijo en voz baja, esperando que estuviera en shock por lo que acababa de hacer. Al fin y al cabo, era una trabajadora normal de una empresa y acababa de matar a un hombre a sangre fría. Había quitado una vida, y que ella fuera quien tuviera el arma, no parecía la mejor de las ideas.
- Gracias cariño, pero después de todo lo que ha pasado desde que subimos el ascensor estaré tranquila tan pronto Diego o como se llame suba a su nave y se largue con quién quiera seguir lo, así que por el momento me quedaré con el arma y reventare ese candado para poder salir, por favor ayúdales con Diego! -. Responde Alexia sin entregar el arma a nadie mientras que dispara al candado
Por favor indícame director si debo tirar algo para el disparo?
Alexia tomó el arma que había en el suelo y apuntó con ella a Kyle Evans. Daba la impresión que sabía perfectamente cómo cogerla y cómo usarla, lo cuál indicaba que aquella chica tampoco parecía ser quien decía ser. Segundos después disparó a bocajarro al hombre matándolo al instante.
Alexia ahora tenía una pinta mucho más siniestra que nunca. No se había inmutado al ver la transformación de Jennifer, no lo había hecho al ver al alenígena, y tampoco lo había hecho al matar a Evans.
La mujer, arma en mano, se acercó a la puerta que daba a la azotea y una vez más disparó al candado de la puerta para reventarlo y poder abrir la puerta.
Por fin lo habían logrado. ¡Habían llegado a la azotea! ¡Pero habían llegado demasiado tarde!
En la azotea no había ya ni rastro de la nave espacial de la que Diego Mendoza había hablado. ¿Había sido verdad lo que había dicho el alienígena? Lo que sí que había era un helicóptero y junto a él un par de hombres atados. John McCain los había reconocido al momento, eran los dos tipos con los que había quedado ahí arriba para entregarles el maletín con el dinero.
Y también estaba Mr. Ley. Aquel hombre tan solo era un rumor, nadie lo había visto, pero sí que la gente había oído hablar de que un hombre enmascarado se dedicaba a hacer el bien por la ciudad. ¡Y resultó que lo tenían ante sus propias narices!
Mr. Ley miró a los recién llegados a la azotea sorprendidos por su presencia allí.
¿Quiénes sois? Les preguntó nada más verlos. Y cuando vio cómo entre todos ayudaban al alienígena a avanzar por la azotea, dio un salto de más de 5 metros y a toda velocidad se colocó junto a él. ¡Me alegro que lo hayáis apresado! ¡Tenemos que saber qué quiere! Dijo extrañado al verlo.
Michael ignoró a todos los allí presentes y todo lo que estaba pasando y simplemente se acercó a uno de los bordes de la azotea para mirar hacia el parking. Por desgracia para él... ¡ya no estaba!
- Cuidado Diego! Al parecer no esta tu nave pero si un superhéroe que podría querer llevarte con el gobierno! - Trataré de darte tiempo para que te recuperes un poco mas y puedas defenderte si te quiere llevar a la fuerza - Le susurra Alexia a Diego antes de acercarse al enmascarado tras dejar su portafolio en el suelo tras haber guardado el arma que uso para abrir la puerta antes de subir a la azotea
- Pero si es Mr. Ley! Realmente existe el héroe enmascarado de la ciudad! Nosotros nos acabamos de conocer cuando subíamos juntos en el ascensor con el Alien, quien estaba disfrazado como pizzero ... A caso ha venido para apresarlo porque cree que sea peligroso a pesar de estar herido? ¿No sería mejor ayudarlo para llegar al hospítal? ¿Quiénes son esos hombres? ¿Acaso son villanos que acaba de atar como en las películas? ¿Por favor me permite tomarme una foto con usted guapo? Vamos chicos ... alguno de ustedes me puede ayudar a tomarnos rápido una foto por favor? - Responde la bella Alexia emocionada al ver al musculoso héroe mientras que se le acerca tratando de configurar su teléfono celular para poder tomarse la imagen a su lado
El alienígena estaba intentando recuperarse mientras un vació se apoderaba de él por dentro. Se habían ido. Para siempre. Le habían dejado abandonado y para colmo de males, ese fantoche del traje de lentejuelas estaba ahí para apresarle, "en defensa de la justicia".
Todo por un error de cálculo. Aquella gorda había logrado sin proponérselo lo que el hombre de negro no había podido hacer.
Asintió cuando Alexia le explicó lo que haría y dejó que los nanocitos hicieran el resto. Poco más podría hacer.
Un rápido vistazo hacia el parking, sirvió para comprobar que ya no estaba. - Mierda. ¡Joder, mierda!
Michael miró aquella escena volviendo al estado en el que se encontraba en el ascensor. No entendía nada y no sabía que hacer.
Al principio, se había subido a un ascensor con un grupo de personas normales. Después una de esas personas resultaba ser una especie de demonio. Seguido de un pizzero que en realidad era un alien, de un hombre armado y un cura que parecía desear lamerle el culo en cada instante a aquel alien. Y para colmo, ahora aparecía un superhéroe.
Era triste ver como la persona más cuerda en aquella azotea era el jefe. Mientras que la rubia pedía una foto con el nuevo. Madre de Dios, a esta le falta un par de inviernos.
Ya era demasiado, no podía aguantar más todo aquello. Sin decir nada, Michael se dio media vuelta y se dirigió al ascensor. Sólo quería salir de aquel lugar, hacer tiempo, y volver el próximo día para hacer lo que quería hacer.
Todavía seguían allí los hombres a los que John debía dinero.
Menos mal, joder... No se han ido, ¡aún hay oportunidad para arreglar la situación!
John estaba tan metido en sus pensamientos que no se percató de la presencia de un hombre en mallas allí en la misma azotea. Rápidamente John se dirigió a donde estaban los dos hombres, hasta que vio que estaban atados. Sin duda había tenido que hacerlo el hombre en mallas, pero estaba demasiado preocupado como para hablar con él.
Señores, he llegado a tiempo. Tengo un millón de euros dentro de este maletín, listo para dárselos a su jefe. Sé que no es toda la cantidad, pero que sirva como adelanto.- dijo John mientras dejaba el maletín en el suelo. Después se dirigió al hombre en mallas.
¿Qué significa esto? ¿Quién es usted y cómo ha llegado aquí?
Mierda. No solo había perdido su transporte, además la escena se había convertido en una serie clase B. El gobierno, un alien, un super héroe con licra, un maletín lleno de dinero. ¿Y que coño pintaba Dump en todo esto? No le quedaba nada, ni su fe, ni los aliens… nada.
Tronald se sentó en el suelo, desconsolado.
Que os jodan. Que os jodan a todos. Que le jodan a la gorda. Que le jodan al gobierno. Y que te jodan a ti, marica con mallas.
Aquella explosión fue el final para todos.
O quizá sólo para alguno de ellos.
John McCain se había citado con unos miembros de la Mafia para darles un maletín lleno de dinero. Habían quedado en la azotea a las 15.00. Habían amenazado con poner una bomba si no se presentaba allí con el dinero.
Mr. Ley había llegado a la azotea alertado por un posible peligro, y al ver a los miembros de la Mafia los había detenido y había llamado a las autoridades, pero él no sabía nada de la bomba y no le dio tiempo a desactivarla por lo que explotó y se llevó a todos los que había allí presentes en la azotea.
Alexia, también conocida como Miss Quake, la archienemiga de Mr Ley, lo había visto llegar volando a una de las plantas superiores y había decidido subir para enfrentarse a él y poder tener por fin la lucha que acabaría con el superhéroe de una vez por todas. Pero la bomba le pilló antes de lograr su objetivo y murió, junto a Mr Ley en aquel momento. Al menos, su objetivo de matarle se había cumplido, aunque el coste hubiese sido tan caro.
Diego Mendoza junto a sus compañeros habían logrado engañar a un nutrido grupo de humanos, entre los cuáles se encontraba Tronald Dump, con el fin de que les obedecieran y les sirvieran como apoyo en sus misiones. Ellos creían que les llevarían a su planeta donde hallarían un paraíso. Ellos se hacían llamar "Los Salvadores" y la secta que habían creado la conocían como "LoS Seguidores de los Salvadores". Entre ellos podían reconocerse por un tatuaje que tenían en el brazo, una estrella de siete puntas tatuada en el antebrazo.
Por desgracia, sus planes habían sido descubiertos por La Organización conocida como "Los Hombres de Negro", de los cuáles, Kyle era uno de los miembros. Evans no había podido avisar a sus compañeros hasta que Diego no desactivó el disruptor de señales que llevaba en el interior de la caja de pizza. Aquel objeto había provocado que los teléfonos móviles no funcionasen y tampoco el propio ascensor. Por culpa de aquel objeto extraterrestre, no habían logrado subir a tiempo y habían perecido todos ahí mismo.
Michael, al asomarse por la terraza y ver que ya no estaba su objetivo, decidió largarse de allí, pero antes de que pudiera hacerlo, le pilló la explosión y su cuerpo salió despedido por la azotea cayendo encima de un coche que no andaba muy lejos. De quién era el coche, eso sería algo que nunca se sabría...
La única que salió con vida de allí fue Fátima, que aunque llegó más de media hora tarde, logró llegar a recoger a sus pequeños, pero al enterarse de que la empresa en la que trabajaba había volado por los aires se percató de que había perdido su trabajo y que tendría que volver a empezar de cero.
Por último, Jennifer logró escapar del edificio, pero cuando llegó a la planta baja, se encontró con multitud de gente y empezó a atacarla y a comerse sus cerebros. La mujer tenía tanta hambre que por culpa de aquello, no se dio cuenta de la explosión y el edificio le cayó encima. La mujer era la víctima 0 de un brote zombi que iba a amenazar al ciudad. Un perro con un horrible virus la había mordido aquella mañana, y tras varias horas, la enfermedad había mutado y la había convertido en lo que sería un horrible zombi que causaría estragos en la ciudad y finalmente en el mundo entero.
Por suerte o por desgracia, la bomba se había llevado a todos consigo, salvo a Fátima, pero al menos la enfermedad de Jennifer no se había extendido, y Diego no había podido esclavizar a la raza humana.
Quien quiera poner un último post es libre de hacerlo.
De repente hubo una explosión. Tronald ni tan solo fue consciente de ello hasta que ya estaba muerto. Y fue consciente porque vio y sintió como su espíritu se elevaba hacia el cielo.
¡Dios existe! – pensó
Dios existe y mi alma ira al cielo donde vivirá en gracia eternamente. ¡Alabado sea El Señor!
Pero entonces escucho una voz…
Claro que existo negro hijo de perra. ¿De verdad crees que lo perdono todo y a todo el mundo antes de morir? ¿Pero que mierda de sistema seria ese? De ser así el infierno estaría vacío. ¡Y no he creado un infierno para nada! ¡Si lo he creado es para mandar allí a los cabrones como tu que reniegan de mí! ¡Buen viaje hijoputa!
El alma de Tronald cayó a gran velocidad durante un largo rato hasta llegar a un oscuro agujero, iluminado solo por lava y un enorme caldero donde otras almas se cocían a fuego lento como unas lentejas de la abuela. Allí, un señor rojo con un enorme “rabo” lo estaba esperando.
Ah. ¡Otro cura! ¡Cabrones, he tenido que ampliar el infierno solo para vosotros! Al menos en este caso no hay niños implicados. Ale, pasa, que el cocido de hoy me estaba quedando un poco soso.
Me ha encantado tu final. No había logrado hacerme a la partida, aunque he intentado seguirla hasta el final. No comprendía muchas cosas. Pero solo por tu último post ha merecido la pena. Épico. Me he partido el culo. Espero que este ultimo post por mi parte os saque alguna sonrisa extra. ¡Un abrazo!
- Muchas gracias por la foto Mr Ley! -. Dijo Miss Quake tras tomarse una selfie con él antes de que esté avanzará hacia Diego, pero cuando la perdío de vista saco la pistola de Kyle y apunto con ella a la cabeza del héroe, disparando le con frialdad antes de decir:
- Aunque se tú última foto! Jaque Mate héroe volador! Y tú cabroncito pelón de mierda suelta ese portafolios, alejate de el y tírate al suelo si no quieres que te dispare! - Alcanza a gritar feliz y amenazante la sexy villana antes de ser borrada del mapa junto a los otros en la azotea del edificio
Felicidades por terminar la historia! Aunque creo que nos fallaron algunas cosas para hacerla más fluida y emocionante .... Me siento feliz y orgullosa por rolear con ustedes chicos!
La explosión cogió por sorpresa al alienígena. Apenas tuvo tiempo para pensar en ello, pero su último pensamiento fue de alivio. Una muerte rápida era mejor que lo que le esperaría en manos de los hombres de negro o de ese "justiciero".
Y aún cuando consiguiese librarse, le esperaba una vida solitaria. Siempre escondiéndose, alejado de los suyos. Para siempre.
Quién iba a pensar que 15 minutos no fuesen suficientes para subir en un ascensor. La madre que...
En mi defensa, decir que no sabía a ciencia cierta que el interferidor afectase al ascensor. En la etiqueta del producto solo hablaba de teléfonos móviles y relojes. Aunque no me costó mucho deducir que algo tenía que ver, claro. Si no lo desactivé antes, era porque no quería dejar tiempo suficiente para que los hombres de negro actuasen. Me cago en la puntualidad inglesa de los aliens...
Ah, por cierto, que la excusa del pizzero con lo de la jaula de Faraday tiene una base real:
https://as.com/meristation/2017/01/10/betech/1484056870_722756.html
No siempre se da, pero sí que es muy frecuente.
En fin, muchas gracias por la partida. Ha sido un placer.
Apenas John se acercó al hombre de las mayas, escuchó una serie de pitidos. Eran tan imperceptibles que quizá John solo los estaba escuchando en su cabeza, debido a la paranoia. La rubia le estaba apuntando con una pistola pero él estaba centrado en esos pitidos. Desgraciadamente sólo podía significar una cosa.
Me cago en dio...-pensó.
La azotea estalló en mil pedazos llevándose a miles de vidas por delante. Como ateo que era, sabía que John no iba a ir a ningún "cielo" ni a ningún "infierno". Para él, tras la explosión, solo hubo oscuridad perpetua.
Mieeeerdaaaa, no me ha dado tiempo a evitarlo... Vaya final más chulo, me ha encantado y me he descojonado con el ultimo post del director ;)
Fátima, la única sobreviviente, llegó tarde a buscar a sus hijos. Lo que para ella se traducía en el peor final posible imaginable. Claro, los demás estaban muertos. Pero ella había llegado tarde a buscar a sus hijos.
Cuando llegó a la escuela y vio a sus niños acompañados de la directora, su corazón se partió en pedazos. Alan, el mayor de 8 años, la miraba con un gran enojo en su rostro. El pequeño, Salem, de 6 años, en cambio lloraba de tristeza agarrado de las faldas de la directora. Aquella mujer miraba a Fátima con la mirada de juicio más penetrante que hubiese recibido. Iba a ser difícil levantarse de aquel golpe.
En cuanto al trabajo, al enterarse de que el edificio había explotado y todos habían muerto, Fátima decidió nunca hablar de ellos. No abrir la boca para decir nada de extraterrestres, caníbales o mafias. No eran cosas que le competían, y definitivamente no quería saber nada más de ello.
Ahora, a repartir currículums de vuelta.
Muy buena partida, gente. Me he divertido mucho :D