Mientras tanto, Thomas permanecía bastante tranquilo. Respiraba profundamente, como si se temiera lo que iba a ocurrir, y por sus ojos, todos podían ver que todavía era el auténtico Thomas Fell, y no el loco asesino en el que se había convertido.
Pero no duraría mucho.
-Adelante -le dijo a Norman. Después miró a Roger y a Ken, que se mantenía en un discreto segundo plano, sin querer mostrar el dolor que cada vez le acuciaba más -. Os quiero, hijos míos. Recordad eso siempre de mí y olvidar todo lo demás.
Bebe esto amigo- dije dándole el poco brandi que quedaba en la botella de Knox- me alegra que en los últimos momentos vuelvas a ser tú mismo - vi en la cara de Thomas reflejada la paz, que le traía librarse de aquella piedra que lo había sumido en la locura, la resignación de que arrancársela lo llevaría a la muerte y sin en cambio a mi alma hacer aquello no era si no otra carga a que me llevaría de esta aventura.
Sin pensarlo más, sabiendo que si seguí prolongando el momento no sería capaz de llevarlo a cabo, baje el cuchillo y empecé a extirpar la maldita piedra
Konx mordió con fuerza aquel pañuelo. Estaba aterrado ante la idea de ser operado en vivo y en directo. Lo cierto fue que la experiencia fue horrible, pero mucho menos de lo que hubiera pensado en un momento. Roger fue rápido y muy diestro con aquel cuchillo y aunque le dolió como nunca le había dolido fue una experiencia rápida.
- Recuerdeme, señor Wrigth, que le recuerde que no vuelva a dispararme... - Bromeó ante la adversidad.
Fue sólo un instante después cuando fue consciente del alcance de los hechos que iban a tener lugar a continuación. Si Thomas había perdido la cabeza su hijo Roger, el señor Wrigth y Cleveland, no estaban muy alejados de es locura.
Knox estaba de acuerdo en extirpar la roca del vientre de Thomas Fell, pero no a costa de su vida. Podían esperar a llegar a un centro médico y hacer una intervención quirúrgica con mayor seguridad y garantías de que su buen amigo sobreviviera.
¡Se iban a convertir en los asesinos de Thomas Fell! Porqué aquello no era un accidente, una legítima defensa, no siquiera un homicidio. Habían acordado entre todos matar y eso lo convertía en un asesinato. ¡Irían a la cárcel, maldita sea!
- ¿Pero qué diantre pretenden? - Les preguntó a todos ellos. - ¡No pueden matarle! ¡Hay que llevarle a un hospital, por Dios! - Les reprendió duramente. - ¡Se van a convertir en asesinos y a mí en cómplice! ¡Mantengase serenos!
¿Sigues abriendo el vientre del Thomas, después de lo que ha dicho Knox?
Tirada de estabilidad de ambos, para empezar, y luego, Norman, si la tirada es buena y quieres, puedes proseguir, pero si no la pasas, no eres capaz.
Roger empezó a llorar, no sonoramente, pero sí con claridad, cuando su padre habló, y agarró su mano como pudo, teniendo en cuenta que estaba siendo sujetado por Wright y Cleveland.
-Sí, padre. No te preocupes. No lo olvidaremos. Yo... nosotros también te queremos -consiguió decirle, mientras apretaba todavía más la manos de su todavía vivo y consciente padre, sabiendo que eran los últimos segundos que le quedaban.
Cómo aquella visita a su casa se había transformado en una lucha a vida o muerte, sobre todo para su padre y su hermano, era algo que no alcanzaba a comprender. Pero odiaba aquello, a esa criatura, los huevos, aquella montaña... y la vida, y no estaba seguro de poder soportarlo.
Motivo: Estabilidad
Tirada: 1d6
Resultado: 3
- ¿Pero qué diantre pretenden? - Les preguntó a todos ellos. - ¡No pueden matarle! ¡Hay que llevarle a un hospital, por Dios! - Les reprendió duramente. - ¡Se van a convertir en asesinos y a mí en cómplice! ¡Mantengase serenos!
Maldita sea Knox!!- le dije, sus gritos me habían echo parar en seco justo al empezar a clavar el cuchillo- ¿De verdad crees que quiero hacerle esto a mi amigo? , no tenemos otra opción el propio Thomas lo ha decidido respeta estos últimos momentos de su cordura, si no se la quitamos no podremos volver a casa en cuanto consiga acercarse al monolito se teletransportará y no lo volveremos a ver.
Joder mira a Roger, él sabe que esto no tiene una solución medica posible, pero tú y Keneth sí que debéis acudir cuanto antes a un hospital- Estaba hablando como si Thomas no estuviera allí ya, así que me volví hacia el cuchillo en mano- Lo siento amigo, voy a continuar.
Después ya sin dudarlo raje a través de su vientre.
Motivo: estabilidad
Tirada: 1d6
Resultado: 5(+1)=6
gasto un punto de estabilidad y meto cuchillo-saco tripas
- ¡Oh dios santo! - Exclamó Knox al ser testigo de la atrocidad que estaba teniendo lugar frente a sus ojos. - Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo... - El señor Makepeace comenzó a recitar aquella oración con los ojos cerrados y mientras se santiguaba. - Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Si bien aquel hombre no era demasiado creyente, iba a misa regularmente para acompañar a su mujer, quién si era una ferviente devota de Dios. Sin embargo, ante aquel momento de adversidad, Konx Makepeace recurrió as religión y cómo muchas veces había visto hacer a su mujer, comenzó a rezar, pidiendo ayuda al Señor.
- Santa María, Madre de Dios, Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén - Y así concluyó su rezo.
Thomas no gritó. Quizás fuese a causa de su locura o a lo mejor, porque el destino estaba ya escrito para él y era completamente consciente de ello. Lo que sí que hizo fue apretar con fuerza la mano de Roger, que permaneció a su lado durante todo el procedimiento.
Cuando sintió la hoja entrando en su vientre, todos los recuerdos importantes se agolparon en su cabeza. El nacimiento de sus dos hijos, el tiempo que pasó con ellos y con sus amigos, todos aquellos que se encontraban allí en esos momentos, sus investigaciones... y también, los asesinatos que había cometido, su propia locura de la cual apenas comprendía algo. Pero al menos, recordar su pasado le permitió volver a unirse a la raza humana.
Las lágrimas brotaron de sus ojos y su cuerpo abandonó su vida sintiéndose Thomas. Esa fue su salvación.
Norman cortó con habilidad. Introdujo el cuchillo y abrió la cavidad visceral, encontrando una piedra de similares dimensiones, forma y estructura, a otras que habían visto por allí. Para él era tan duro como para los demás, pero estaba más curtido y era el único capaz de hacer aquello.
Cuando por fin tuvo la roca en sus manos, la vida de Thomas ya le había abandonado, pero su rostro tenía un gesto amable, no de dolor y sobre todo, no de locura. Era el amigo que recordaba.
Pero Norman siempre recordaría que él, y solo él, era el asesino de Thomas Fell.
Apenas tuvo tiempo de pensar en todo aquello, porque en cuanto la piedra estuvo en sus manos, un extraño zumbido empezó a gemir a partir de ella, aumentando su intensidad de una forma ya muy familiar: exactamente igual que había hecho la enorme piedra situada en el sótano de la casa de Thomas.
El sonido se hizo insoportable, un destello cegador les obligó a cerrar a todos los ojos y cuando los abrieron de nuevo, ya no estaban en aquella montaña.
Estaban de regreso en el sótano. Norman, con la piedra en la mano, el cuerpo de Thomas a su lado, sangrando y Cleveland agarrándolo; Roger, aún sosteniendo la mano de su padre; Knox, apretando su herida, tumbado al lado; y Kenneth de pie, sin poder moverse, petrificado al igual que aquel pobre hombre que habían encontrado. Ahora entendía lo que había ocurrido con él. Aquella criatura debía haberles mordido y su final había sido formar parte de la montaña como una roca más.
Alrededor de vosotros había restos del templo, más rocas... y los dos huevos que teníais.
- ¡Ke... Kenneth...! - Balbuceó Konx Makepeace al ver la estatua de piedra en que se había convertido.
Lo cierto es que sentía cierto alivio por volver a estar en su ciudad, pero por otra parte... Pese haber encontrado a Thomas, se habían convertido en sus asesinos. Kenneth había... Estaba muerto. Sin duda Roger era el que más había perdido con todo ese asunto. Se había quedado sin su padre y sin su hermano pequeño. Por otra parte Norman tendría siempre en la consciencia, el haber sido el causante de la muerte de Thomas Fell. Él sólo había salido herido.
Todos habían perdido en aquel extraño viaje. Algunos más y algunos menos, pero todos habían perdido. Pese a haber sido objeto de un disparo, Konx era quien mejor había salido parado, si es que salía, pues todavía tenía que ir a un hospital.
- Tengo que ir a un hospital... - Dijo el señor Makepeace. - Va a ser difícil explicar todo ésto... - Dijo mirando a su alrededor. - Se que es un momento difícil para usted señor Fell, pero si pretendemos salir bien parados de ésta, tenemos que pensar en una buena coartada... - Expuso Konx aún con mucho dolor. - Creo que lo mejor es que Cleveland le lleve a un hospital y diremos que nos perdimos y acabamos en los suburbios. Qué fue una bala perdida. Ustedes dos... - Se dirigió a Wrigth y a Fell. - Deben hacer desaparecer los huevos y luego llamar a las autoridades explicando que lo encontraron todo así al llegar a casa de su padre. Quemen sus ropas, que no queden rastros de sangre. ¿Bien?
Aun con sangre en mis manos observe con tristeza el cuerpo de Thomas, me había convertido en su asesino para regresar a casa y así poder salvarnos el resto, para mi tristeza el joven Kenneth estaba no había sobrevivido a aquello, tras la vuelta a casa de Thomas se encontraba totalmente petrificado, algo en la mordedura de aquella serpiente extraña había causado el efecto que viéramos anteriormente, más tarde tendría que hacer revisión de conciencia pero ahora mismo quedaba mucho por arreglar.
- Tengo que ir a un hospital... - Dijo el señor Makepeace. - Va a ser difícil explicar todo ésto... - Dijo mirando a su alrededor. - Se que es un momento difícil para usted señor Fell, pero si pretendemos salir bien parados de ésta, tenemos que pensar en una buena coartada... - Expuso Konx aún con mucho dolor. - Creo que lo mejor es que Cleveland le lleve a un hospital y diremos que nos perdimos y acabamos en los suburbios. Qué fue una bala perdida. Ustedes dos... - Se dirigió a Wrigth y a Fell. - Deben hacer desaparecer los huevos y luego llamar a las autoridades explicando que lo encontraron todo así al llegar a casa de su padre. Quemen sus ropas, que no queden rastros de sangre. ¿Bien?
Si será lo mejor, que el señor Cleveland lo acompañe al hospital. pero en cuanto a esto....- dije mientras ponía la mano sobre el hombro del entristecido Roger - No, podemos dejar que salga de aquí, nadie debe encontrar esto vamos a tener que quemarlo todo empezando por las piedras y el cadáver , hasta la casa completa y todo rastro de la investigación de Thomas.
Lo sentía en el alma pero no podíamos dejar que nadie se acercara a aquello- si avisamos a mis compañeros de comisaria abriran una investigación, aunque nosotros no fuéramos inculpados de nada, recolectaran las piedras como pruebas y científicos ante lo sorprendente de estos objetos los investigaran, no podemos garantizar que nadie acabe como Thomas y más piedras se esparzan por ahí, debemos borrar el mínimo rastro de estas cosas y confiar en que Thomas no haya repartido muchas más por el mundo.
Que arda todooo
Roger no estaba haciendo caso a las palabras de Norman. Habían vuelto a aparecer en el sótano y todo se sentía como si hubiese sido un mal sueño, pero como consecuencia de ello, su padre había muerto y su hermano...
Al verlo, supo que también.
Sin pronunciar palabra alguna, se acercó a él y lo abrazó. Kenneth aún podía verlo, sentirlo e incluso hablar, aunque el dolor era cada vez mayor y ya no podía moverse. Pero Roger lloró por los dos. Lo que ocurriese a continuación, a él no le importaba.
-Hagan lo que ustedes quieran -dijo simplemente.