Partida Rol por web

El gesto triste de Trakka, seguida por sus palabras, hizo que Idarie conectara ciertos puntos de los pocos trozos de historia. Mientras la conversación continuaba entre ellos, se inclinó hacia la semiorca, y susurró unas palabras a su oído, antes de poner su mano en su hombro y darle un suave apretón.

Observó como Gozo parecía insistir en el tema con Geache, y no pudo evitar mostrar una sonrisa apenada. Era el mismo tipo de preguntas que la paladina quería hacer al joven aasimar, pero que no había hecho por no querer crear conflitos entre ellos dos aún. Era un tema que de momento no quería insistir, sobretodo porque apenas empezaban a conocerse y quería primero ganarse la confianza de sus compañeros con sus actos; de esa manera era probable que la escucharan más dispuestos. 

-Siento lo del taller de tu madre; no fue tu culpa, Trakka.- Le susurró al oído.

La semiorca se giró hacia la paladín y, con un gesto sincero, le dió las gracias por sus palabras.

-Gracias, Iadarie.

Geache miró a Gozo sin entender el motivo de sus preguntas. "Acaso se lo estaba tomando a broma? O realmente preguntaba en serio?" Finalmente se encogió de hombros - Si son gigantes, son gigantes - sentenció sin ánimos de entrar en la discusión - como eran humanos quienes vivían en mi pueblo. Y nadie preguntó si eran adultos, niños, buenos o malos. Simplemente los mataron. Lo mismo hicieron con la familia de Ruperto. Solo eran animales. Y murieron sin que nadie se preocupara de su edad - 

Parecía que Trakka no quería conversar por lo que siguió contestando a Geache, seguía sin ver la lógica a las respuestas del cazador, llenas de agujeros lógicos que ni siquiera la fe podía cubrir, ¿no? Su fe desde luego no lo hacía.

Pero hay humanos que cometieron, cometen, cometerán los mismos actos - dice con su voz suave y neutral, rebatiendo a Geache -¿tu odio se dirige también a los de nuestra raza?- ¿quizá será su naturaleza extraplanar?- pensó la joven erudita meditando si quizá provenía de una raza que odiase a todas las razas prevalentemente malignas en su ethos. Aún así la mayoría de razas de sangre superior eran cautelosas en su juicio. ¿Podía ser la mancha de sangre humana la que modificaba el juicio elevado...?

- No. Claro que no. Los humanos son humanos, algunos buenos, otros malos. En cambio los gigantes son... gigantes - replicó el aasimar falto de argumentos - No puedes compararlos! -

- Después de todo, los únicos gigantes buenos son los gigantes muertos - repitió como un mantra la frase que había oído tantas veces en su pueblo, después de la incursión.

La insistencia de Gozo y la cabezonería de Geache comenzaba a notarse y a caldear un poco el ambiente, aunque Idarie no veía que estuvieran realmente molestos, pero la voz del aasimar comenzaba a ser más fuerte. La paladina tomó un trago rápido a su pinta y carraspeó rápidamente, tratando de cambiar el curso de la conversación. -Me agrada que podamos compartir y comparar nuestras opiniones respecto a distintos temas, sin duda. Gozo, tienes gran habilidad para hallar los huecos en las historias, quisiera ver comonte desenvuelves cuando estemos ante alguien que mienta, ¡seguramente los clérigos de Saranrae desearían tener a alguien como tú en sus filas!- Intentó distraer la atenció de la chica, para que pudiera darle algo de reposo a Geache. -No soy tan buena en los debates, si te soy honesta, pero varias veces mantuve extensas conversaciones con mi mentor. Era un nómada clérigo de Saranrae, que decidió quedarse a vivir en el pueblo donde yo vivía cuando era muy pequeña. Según él, ya había visto mucho y hecho mucho también, pero era hora de dejar a los más jóvenes a llevar la palabra de la Flor del Amanecer a otros pueblos.- Sonrió ampliamente. -Tal vez no hoy, ya que hemos tenido una tarde muy movida y estamos francamente agotados, pero me gustaría en otro momento que pudieramos compartir alguno de esos debates. Quizás pueda aprender una o dos cosas de ti.-

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Luego de conseguir la varita de CHL
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Quizás el cazador no resultaba el mejor vendedor, debía reconocer que la tranquilidad el semiorca y para su sorpresa, también la locuacidad de Gozo habían resultado efectivas para conseguir buenos precios por las armas y armaduras que habían recolectado en esa primera jornada

Sin embargo, lo que realmente emocionaba a Geache era la posibilidad de utilizar una varita mágica. Si, había oído hablar de ellas, pero era la primera vez que le ofrecían un objeto mágico capaz de emular el poder que le brindaba la naturaleza cuando se concentraba en ella.

- Creo que debemos comprarla, se que es casi todo lo que conseguimos, pero os dais cuenta de la utilidad de algo asi? - No podía menos que intentar convencer al resto del grupo - Yo a veces puedo conjurar algo de curación natural - se explicaba - Pero solo puedo hacerlo un par de veces al día. Con algo así podré ayudarlos mucho más seguido -

- Si algunos goblins vuelven a herirnos, con una varita de curación como esta podremos estar listos para continuar en apenas unos segundos - Insistía uyna y otra vez - Se que son muchas monedas, pero la podré usar para curarnos a todos -

Gozo se acercó a Geache mientras este hablaba y acercó su rostro al del aasimar hasta dejar un par de centímetros para decir con voz que parecía querer ser susurrante pero era totalmente audible -cuando dices sanación natural pareces entender otra... cosa...- alargó los silencios de la última palabra y miró al cazador a los ojos antes de alejarse repentinamente y soltar una risita alegre, casi infantil.

¿Sólo un par de veces al día, eh? Yo podría hacer lo mismo, mas mi magia prefiere otros senderos, Iä! Iä!- parecía muy contenta por la compra de la varita, tanto que parecía irradiar energía y alegría de su pequeño cuerpo -pero sólo hay un problema... ¿Tu no te dedicas a tajar y sajar, rajar y cortar, mutilar, perforar y descuartizar?

La pregunta de Gozo parecía seria, es decir estaba alegre y su sonrisa dejaba ver sus dientes blanquísimos, pero cuando miraba a Geache parecía estar evaluándole de arriba a abajo con sus ojos que en ese momento parecían capaces de cortarlo a trocitos, medir cada uno y volver a recomponerlos, seguramente tal y como estaban antes.

- Otra cosa? - el rostro de Geache observó a Gozo con curiosidad, tratando de entender a que se podía referir - Solo hablo de hacer uso de las bendiciones de la naturaleza para cerrar algunas heridas - se explicó sin tener claro como explicar en palabras lo que sentía cuando conseguía hacerlo - Y si, no puedo hacerlo muchas veces por día - reconoció - Quizás con el tiempo mi capacidad mejore, pero por ahora... solo hago lo que puedo - se explicó sin tener claro porque se sentía algo avergonzado de sus propias palabras.

- Yo... eh... no, no hago esas cosas - intentó defenderse ante la parrafada con que lo estaban apabullando - aunque cuando hay que combatir quizá si lo hago - se contradijo a si mismo casi sin darse cuenta - Pero no lo disfruto. Yo... eh... daño a quien lo merece y curo a quien... bueno, a quien lo merece también - 

Rascándose la cabeza observó a Gozo tratando de entender como es que había conseguido confundirlo de esa manera - Además... que tiene que ver? -

Trakka se mantenía, como siempre, pensativa.

-Creo que Gozo se refiere a que tú tienes muchas otras cosas que podrias hacer en combate y que ella, en cambio, en combates como el de los esqueletos, no será tan polivalente. De ahí que piense que sea más "lógico" que la lleve ella. No obstante, ninguno de los dos sois los unicos que podeis usarla. Idarie y yo también podríamos. Quizás lo más justo sea un sorteo.

Entre todos habían puesto su parte para adquirir una varita de sanación, que esperaba les fuera útil durante futuros enfrentamientos. La paladina avanzaba junto al resto, que se había detenido a conversar respecto a que hacer con la varita.

-Hum, aunque no me opondría a llevar la varita de ser necesario, no me veo usándola en mitad de una batalla a menos que nadie más pudiera hacerlo. Pero de todas maneras me agrada la idea de hacerlo por medio de sorteo, y ver quién llevará la varita. Si vemos más adelante que sea mejor que lo lleve otra persona, pues se entregaría a él o ella.- Dijo, recogiendo cuatro pajitas del suelo y sosteníendolas en su mano.

Al principio Gozo se sintió contrariada de que le llevasen la contraria, pero la idea de Idarie le gustó así que dijo -¡si si si! ¡Ignoramos la opción más lógica para dejar nuestra vida a manos de la suerte! ¡Me encanta!- cogió una de las pajitas y la escondió rápidamente entre sus manos mientras sus ojos brillaban de ilusión para ver cuál cogían los demás.

- Poliva-que? - preguntó el aasimar confundido - No me entiendan mal, que la use quien pueda hacerlo. Como Idarie, probablemente yo no pueda hacerlo en medio de un combate. Creí que la usaríamos en los momentos en que podamos descansar, pero quizás tengáis razón y haga falta hacerlo en ese momento. Si es así debería ser otro quien la lleve - reconoció sin estar demasiado convencido de sus propias palabras - En fin, que la suerte decida - finalizó mientras tomaba la pajilla que estaba más alejada de su cuerpo. 

- Siempre podemos cambiar de portador si resulta necesario -

El 2 entonces para mí. Que decida el azar! 

Todos sacaron su pajita y, como si la lógica hubiera reido la última, la afortunada fue Gozo. A trakka le pareció bien, como no podía ser de otra manera. Ella, desde el principio, también pensó que sería la opción más lógica, aún contando con que no se podía confiar demasiado en ella.

-Felicidades, Gozo!

La paladina vio como en su mano quedaba una pajita larga, al igual que Geache y Trakka, mientras que la de Gozo era la más corta de todas. -Bueno, creo que queda en buenas manos.- Dijo, sonriendo. -Y como dice Geache, en caso de ser necesario podremos turnarlo según se vea.- Agregó.

En un inesperado giro de los acontecimientos el azar y la lógica aunaban esfuerzos, algo sorprendente para Gozo que estaba mas acostumbrada a ver como el azar desataba el caos en las elecciones de la gente.

Hago buen uso de ella - dijo al guardarse la varita algo mustia, como si en realidad el haberla conseguido hubiese apagado cierta parte de su alegría, aunque sólo duró un instante antes de decir con otra sonrisa -¡podremos jugar al azar mas cosas! ¿si? ¿si? ¡Iä!

Desde luego para la parte cobarde de Gozo tener la varita a mano era un seguro de vida apreciado, sólo que a veces el caos era preferible si eso implicaba un riesgo asumible.

Reacciones de Idarie ante el pequeño y adorable avatar de caos puro que es Gozo.

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El primero que terminó sus compras fue Geache, y de allí, la paladina siguió a Gozo para el resto de sus compras... Que resultó ser un poco más complicado de lo que esperaba. La chica parecía querer saltar de una tienda a otra para conocerlo todo, y parecía nunca estar segura de lo que quería comprar hasta que lo compraba. Intentó seguir el sentido de sus pensamientos durante la primera media hora, hasta que al final se rindió y se limitó a estar como acompañante. Iba a confiar en que lo que estaba comprando era importante y útil...

El último sitio en el que pararon fue en una tienda de ropa, donde al principio se escandalizó al ver como la erudita comenzaba a desnudarse sin pudor y se apresuró a indicarle que había un espacio en el local para hacer eso; y antes de darse cuenta, ya tanto Gozo como quien atendían la tienda la habían metido a ella también tras una cortinas y le habían quitado la armadura, probándole distintos vestidos, hasta que encontraron uno de color azul celeste con bordes en dorado. Tuvo que admitir que no le parecía mal, aunque se apresuró en volver a vestirse con su armadura cuando hubo terminado, con las mejillas enrojecidas por haber sido usada de muñeca por un rato. Carraspeó al ver a Geache. -Ejem, supongo que estamos listos...-

Mientras se ponían en dirección a la capilla, vio como Gozo se desaparecía en dirección al... al burdel. Y había mencionado durante su paseo que pensaba hacer algo de dinero allí. -Oh Saranrae...- Dijo la semielfa, llevándose la mano al rostro y suspirando, negando con la cabeza. Esa chica era... especial, y a veces no estaba segura de decirlo en el buen sentido de la palabra...