Partida Rol por web

La doctora no esperaba ni mucho menos semejante confesion ni tal demostracion de verguenza por algo que esos dias no solia importar a casi nadie.

- Bien.. calmese.- dijo la mujer finalmente, comprendiendo que eso era un gran trauma para ti y la importancia que eso suponia.- El conoce el corazon de todas sus criaturas, El sabe que no conoceis los ritos pero os a dado tiempo para aprenderlos, un tiempo que a negado a muchos otros. Hay un quirofano libre ahora y tengo todo lo necesario. No tenemos un rabino pero tengo el sagrado libro en la taquilla, podemos llebar a cabo el ritual, El lo comprendera.- dice refiriendose al creador constantemente con un tono que te transmite una profunda sensacion de paz.

Ire a prepararlo todo... solo que no nos queda demasia anastesia y siendo adulto le resultara... doloroso y muy molesto despues.

Repentinamente aliviado, salvado, beso las manos de la doctora.

- Gracias, es usted una buena persona... le debo mucho... muchísimo...

Las lágrimas ya fluyen a borbotones, incontrolables.

- No se preocupe por el dolor, ni por la incomodidad, sabré sobrellevarlo con la alegría que debo.... es usted mi salvadora.

Idolatro a la doctora. Brilla con una luz mística ante mis ojos. Es el ser más puro y celestial con el que jamás me he cruzado. Mientras sujeto con mis pocas fuerzas sus manos, mis rodillas ceden, postrándome a sus pies. Mi cuerpo está exhausto, pero mi alma rebosa energía y dicha. Tardo casi un minuto entero en recomponerme.

- Disculpe mi arrebato. Sé que comprende perfectamente lo mucho que supone para mí. Vaya a prepararse... yo mientras comulgaré con el creador.

Cierro los ojos e inicio una plegaria. Mi cabeza vuela a los cielos, encuentra el mismísmo muro de las lamentaciones. Ahí está mi propia cosmología divina, las señales divinas que marcan mi camino y me llenan de sabiduría y luz dorada y pura.

En mitad de mi propio rezo, caigo dormido sin darme cuenta. El sueño mezcla profecías con imágenes pop; sinagogas con MacDonalds; el edificio derrumbándose, la espada flamígera que destruirá a los impuros, el rostro del camionero haciéndose añicos... mi propio reflejo desapareciendo y transformándose en luz espiritual; tapas de boígrafos; revistas militares; Di_s todopoderoso se sienta junto a mí, en el sofá del 4ºE, y me susurra los secretos para alcanzar la vida plena; 749... 750... 751...; mi teléfono móvil, reliquia sagrada, siendo profanada en manos de mi vecina; la pierna de la niña que arranca de cuajo la cabeza de los inconscientes y los insensatos...

Despierto. Vuelvo a sentirme impuro, pero ya no me quedan lágrimas.

Por un momento ves una luz en el techo que desaparece cuando te percatas de que esta alli, tan brillante y perfecta...

Al despertar la doctora te mira y pregunta.- ¿Se encuentra bien? Ya lo he preparado todo.

Te entrega una bata esterilizada indicandote que te la pongas y se mete en la sala de quirofano para esperarte mientras se pone unos guantes de latex.

La ceremonia comienza en una privacidad casi sagrada y la doctora la lleba a cabo. Esperas que te duela mucho mas de lo que lo sientes, te molesta despues un poco pero sin duda esperabas mucho mas....

Con cierta molestia en la entrepierna y una satisfacción descomunal en el alma, me levanto de la camilla.

- Gracias doctora. Acaba de salvar usted mi alma. ¿Cómo podré pagárselo?... No tengo ni libros, ni la Torah, ni nada... nuestro edificio se derrumbó, apenas dejándonos tiempo para salir. Pero estoy convencido de la voluntad del creador. Si hemos sobrevivido, por algo será... es una nueva oportunidad para la humanidad, que estaba atrapada en el vicio, la perversión, la falta de pureza... Babilonia ha caído, por fin, y ahora nos toca a nosotros reconstruir el nuevo mundo... No me sorprende que alguien de su estatura moral haya sobrevivido... El camionero me preocupa más. ¿Qué clase de plan divino hay reservado para él?

La respuesta en los ojos de la doctora me hace volver en mi, dejar de divagar...

- Ya tendremos tiempo de hablar de estas cosas. Ahora... ¿Puedo ayudarla en algo? SOy joven y fuerte, puedo hacer muchas cosas. Tenemos mucho trabajo por delante y no podemos cegarnos con banalidades.

La mujer sonrie.- Deberiamos organizarnos, somos una pequeña comunidad, tenemos que asentar bien las bases. El camionero puede que guarde bondad en su corazon o que sus musculos sirvan para la causa encontrando la redencion en una labor mas elevada.- dice la mujer. - Voy a ver a la niña, ¿Me acompañais?

Una sonrisa franca aflora en mis labios al escuchar la melodiosa voz de la doctora; tan llena de piedad y sensatez... Se nota que es judía.

- Tiene toda la razón pero, ni nos hemos presentado. Mi nombre es Albert Levin. Puede tutearme si lo desea.

Cierta timidez asoma en su voz, aunque su cara irradia felicidad y cansancio.

- Vayamos a ver a la niña; necesitará cariño y comapañía... pobrecilla. No permitiremos que sufra más.

La doctora y Albet vuelven a la sala de espera.

La doctora indica a la madre que puede ver a la niña si lo desea y entra en el cuartito donde la pequeña descansa.

La niña parece dormir tranquila pero de pronto su rostro cambia, sus ojos se abren de par en par. Hace un movimiento raro como si algo le saliera de la garganta o tubiera arcadas y despues se queda muy quieta.

Veis que su cuerpo comienza a "desaparecer" desvanecerse como si fuera un fantasma hasta que la manta que la cubre cae sobre la cama, como si nunca hubiera habido nada alli.

Agradezco nuevamente a la doctora todo lo que hizo por Tasha y entro a verla. Me siento en una silla a su lado y mientras la contemplo, acaricio su cabello mientras mentalmente doy gracias a Dios por haber permitido que se salvara. Tendrá una vida dura de ahora en adelante pero, al menos estará allí para vivirla.

Todo parece evolucionar normalmente cuando la veo ponerse rígida y despertar de golpe. Su cara se ve desencajada, sus ojos están totalmente abiertos pero de su garganta no sale ningún sonido.

-¡Doctora rápido! ¡algo le sucede a mi hija!-

Al tiempo que todos entran el cuerpito de mi niña se va desmaterializando, dejando de existir hasta que se desvanece borrando todo vestigio de su presencia.

La incredulidad y la desesperación me invade. No entiendo lo que acaban de ver mis ojos. No es posible semejante suceso

-¡¡¿¿Que está pasando??!! ¡¡Por favor, que alguien me explique dónde está mi hija!!-

La doctora no sabe que hacer, la niña se desvanece de forma literal. Mira a Albet tan desconcertada como el resto pero cuando intenta pensar en algo la niña ya se a volatilizado.- ¿Que a...?¿Donde...?.- pregunta mirando bajo la camilla

Me froto los ojos. Ante mí, pasea todo un panorama de figuras pop mesianificadas, de señales difusas de televisión en blanco y negro; escenas de piratas abordando las noticias; el tapón de la bañera que se lleva mis piernas... Debo estar soñando. Los mantengo cerrados. Mientras no vea lo que sucede, podré pensar que no está pasando, que todo es un sueño, que despertaré en el 4E y que nada de esto habrá sucedido. Sólo tendré fuerzas para decir "cinco minutos más, mamá"... porque mi madre estará ahí, cuidando de mí... Todo es un sueño. No abro los ojos. El aire frío de la sala, el olor corporal de Guzmán, mezclado con el de las dos mujeres, con el aroma de la sangre de la niña... la molestia dolorosa en mi entrepierna... todo eso es real... el leve temblor en mis rodillas, ya agotadas tras un día que quizá ha durado ya más de 50 horas y que amenaza con durar 100 más... es real... pero no abro los ojos. La chiquilla esfumándose en el aire... Viene a mi cabeza Houdini... se va Di_s sabe por dónde... Todo desaparece... pero es real. Lo único que no está es la niña, y yo me niego a abrir los ojos. ¿Dónde mierda ha quedado mi gorra? ¿Por qué no volví a mi casa a buscarla? Debería de volver a por ella. No entiendo lo que sucede. No sin mi gorra. La niña sigue desaparecida. Se ha esfumado ante mis ojos. Por eso no puedo abrirlos, porque me muestran una realidad que parece un sueño. ¿Por qué el resto de mi cuerpo, mis demás sentidos, se empeñan en darle la razón a mis ojos? Todo mi cuerpo conspira contra mi cerebro, contra mi sentido de realidad... No puedo abrir los ojos. Pero sí la boca.

Cuando termino el rezo caigo de rodillas, exhausto. Mi mano busca la de la doctora, mientras las pocas lágrimas que me quedan chocan contra el suelo.

Albert calmaos, tranquilicemosnos todos, tiene que haber algun tipo de explicacion, la gente no desaparece sin mas.- dice la doctora recordando que no hace tanto todo aquel lugar estaba abarrotado de gente que desaparecio en un parpadeo.- ¿Hay mas supervivientes como ustedes? Deberiamos reunirnos todos, puede que otros descubrieran mas... en otra parte.

Guzmán lleva un buen rato mirando desaparecer a la niña, con los ojos desorbitados, incapacitado para hacer o decir nada.

- Bu ... bueno, había otro grupo que se fue a no-se-qué comisaría de policía ...

- Bien, cogamos medicinas y lo que podamos necesitar y vamos a buscarlos.- dijo la doctora con pocas ganas de quedarse en ese sitio donde desaparecia la gente.- Estaremos mejor juntos. Dejare una nota en la puerta del hospital diciendo donde fuimos, por si hay mas supervivientes en algun lado.

La urgencia de la situación me ayuda a recomponerme. Me levanto mirando a los otros con una nueva seguridad. Tenemos una obligación: sobrevivir. Si nos mantenemos unidos, y conservamos la fe, podremos hacerlo.

- Dígame qué necesita y dónde encontrarlo, Doctora... soy bueno haciendo inventario y reteniendo datos. Espero que los otros se encuentren bien...

Me dispongo a salir disparado en la dirección que me marque la doctora; tras años de trabajo basura, encontrar cosas en estanterías y manejar listas de productos se ha convertido en una segunda naturaleza.

Aún no logro salir de la incredulidad. Tasha se desvaneció ante mis ojos, nadie sabe que pasa, el mundo está de cabeza.

Levanto la vista de la cama ante las palabras de mis compañeros y en forma automática asiento. No sé que hacer, así que voy a seguirlos hasta que mi cabeza se aclare y vea si se em ocurre como averiguar dónde está mi hija.