Para que cuando mi descripción del lugar sea insuficiente como para permitirte mover con libertad, este es el lugar para poner hojas de reclamaciones en busca de una más detallada explicación de dónde cojones estáis. ¿Una casa? ¿El bosque? ¿Un maldito barco? En algunas ocasiones subiré yo la información, por mi propio pie... (pero si necesitáis, pedid).
(...a no ser...)
Crucero de Lujo "Simphony"
Longitud: 360m; Ancho: 65m; Altura: 65m;
Peso: 225.282 toneladas; Velocidad: 24 nudos (45 km/h);
Empleados: 3.265; Capacidad pasajeros: 6.296;
2.706 camarotes;
Precio: 3.000.000€ (1ª clase); 1.500.000€ (2ª clase); 899.994€ (3ª clase).
Famoso crucero por su "magia ambiental" a la hora de llevar las negociaciones a buenos términos y por su -a la vista está- nazismo a la hora de evidenciar las diferencias económicas de sus pasajeros. La atención al cliente es excelente y la mezcla de paz y confort con entretenimiento de los diferentes servicios hacen que viajar a bordo, incluso sin ir en primera clase, sea una experiencia inolvidable.
Estructuralmente dividido en cuatro niveles (cubierta, primer nivel, segundo nivel, tercer nivel y zona de máquinas), que a su vez se dividen de proa a popa entre camarotes y servicios.
En cubierta, lugar por donde se sube a bordo del Simphony a través de una enorme pasarela, hay una gran extensión de zona descubierta para disfrutar tanto de la brisa marina como del paisaje en alta mar, rodeada de una valla de seguridad de 1.55m. De proa a popa: hamacas, tres jacuzzis y dos piscinas junto a una barra y un barman macizorro son una de las primeras atracciones durante las horas de sol; la primera atracción turística del Simphony: una extensión de 600m de parque con balcones como mirador, junto a diversos negocios (souvenirs, cafeteria,...) ajenos a la tripulación.
El primer nivel, "propiedad" de los ricos y aventajados pasajeros de lujo. Dado que no estás en la categoría de primera clase, no puedo revelarte más información ya que se confiere el más estricto secreto de confidencialidad al cliente. Sólo se puede acceder/salir del nivel desde los ascensores de cubierta, tras comprobarse el billete por un ascensorista con muy buena memoria.
El segundo nivel, accesible desde cubierta y tercer nivel, para los clientes estándar del Simphony. Decorado con una moqueta un tanto hortera, encontramos de proa a popa: negocios y servicios varios como un cine (150 personas), una discoteca y unas salas recreativas; y un total de 856 camarotes, del 200 al 2328 en el lado estribor y del 201 al 2329 por babor.
El tercer nivel, para los clientes más modestos del crucero. La decoración es similar a la del segundo nivel, pero al tener las máquinas a un nivel por debajo produce vibraciones y ruidos que impide dormir a los susceptibles. A diferencia del resto de niveles, en este no hay negocios y en su totalidad hay camarotes. Sin embargo, la mayor atracción es que al estar por debajo del nivel del mar, se puede observar como si se encontrasen en un submarino.
Cuatro ascensores en cubierta, uno a estribor que únicamente accede al primer nivel y tres a babor que acceden al segundo y tercer nivel (sin parada en el primero).
A bordo del Simphony
Con motivo del 20º aniversario como Capitán de Elder Silveira, el famoso crucero de lujo propiedad del empresario Tomas Backer realizará una minitravesía Francia-Barcelona en el cual asistirán los directivos de una franquicia de restaurantes, por un lado; los miembros de una acaudalada familia por el otro. Alguien de uno de los dos grupos te ha contratado mediante una carta y un pago anticipado anónimo, con un final de carta inquietante.
Por supuesto, es evidente que el de hoy no es un viaje normal. Contando los más de mil empleados y la tripulación, sólo hay un total de 60 pasajeros sin incluirte. Demasiado espacio, pocos testigos y muchos sospechosos para un posible crimen.