Partida Rol por web

Moverse por el espacio era una sensación totalmente diferente a cualquier otra. La ingravidez, el basto océano de estrellas a su alrededor, tan hermoso y amenazante al mismo tiempo. La luz de algún sol cercano iluminaba la nave bañándolo de colores grises claros y sin embargo, ni la luz podía ya borrar aquel aura de mal rollo que esa lata despertaba en Rye.

Cham siguió caminando como si nada de lo que estuviera pasando le afectara en lo más mínimo, se agarró a una guía y se aproximó a la antena para alinearla. La ingeniera por su parte, asegurando que el cordón umbilical que la unía a la nave seguía enganchado a su espalda, se dirigió a la consola para reprogramarla.

Entonces empezó a trabajar y por unos minutos, toda la tensión, el miedo, la incertidumbre, desaparecieron y solo existía la tarea que tenía delante. Los códigos de control de la antena eran antiguos, pero al final, era la misma mierda, nada que ella no pudiera resolver. Cham por su parte parecía estar haciendo un buen trabajo con la alineación.

Poco a poco, la línea de código fue cambiando mientras Kayla introducía nuevas variables y ajustaba diferentes valores. Hasta que, finalmente, los datos comenzaron a surgir, las comunicaciones se establecían y la información comenzaba a circular.

Rye alzó la vista para ver el rostro de su viejo amigo que la miraba, sonriendo, pero no esa sonrisa fría y muerta, era la suya, la de Lyron Cham, hombre de las colonias exteriores, que levantaba el pulgar satisfecho.

Entonces sus ojos se subieron, mostrando solo el blanco y se quedó paralizado en el sitio mientras su cuerpo temblaba ¿Podía temblar un droide? ¿Qué le estaba pasando? El cordón umbilical parecía tirar de Kayla apremiándose para irse.

Pero que cojones- dijo Vanessa al oir que la nave se dirigía a la tierra. Precisamente eso era lo último que debía ocurrir. Su mirada fue primero a John- hay que parar esta nave. No podemos llevarla a la tierra- tras esto mira a Lory- y ahora explicame que es eso de los datos que se han llevado. 

Nada como perderse en los números y las piezas del reloj para abstraerse y dejar que todo fluya con un imperativo distinto por el tiempo que dure el puzzle. Kayla y Lyron volvían a ser un equipo, una misma persona aplicando fuerza y cabeza en una misma tarea hasta hacer que el segundero volviese a la vida. Una vez que los códigos también comenzaron a mudar, insuflados con nueva respiración, la currante se giró para comentárselo a Cham, peor este ya lo sabía y la saludaba con un gesto que en ese momento significaba un mundo para ella. Tal vez solo hubiese estado medio aberiado por culpa de la ¿Sangre? perdida, o porque algún muelle se había movido de su sitio, pero míralo, había esperanzas para él, seguía estando ahí dentro, ¿No? Tal vez sí que hubiese pasado lo que él narró pero... ALgo tiró de su traje amenazando con arrancarla de su localización, y entonces vio el tembleque espasmódico de su compañero ¿Qué diablos...? ¿QUÉ DIABLOS?

- LYRON...- Gritó dentro de su casco, incapaz de saber si podía oirle o si aquel nombre simplemente era algo que le habñia arrancado unos segundos más de preciado oxígeno...
 

¿Algo había tirado de ella o habían sido solo los nervios? Lo cierto es que su cuerpo parecía estar temblando mientras contemplaba a su compañero estático y con los ojos en blanco. Entonces, repentinamente, Cham dejó de temblar, sus ojos volvieron y se dirigieron hacia Rye y lo que vio en ellos la heló la sangre.

Nada. No había nada en esos ojos que ahora la miraban, ni un atisbo de personalidad, de aquel al que había llamado su amigo. Ahora más que nunca, estaba segura de estar ante un androide. El Droide habló y era la voz más carente de vida que hubiera escuchado, como esos programas de lectura de textos que usaban una cadencia simple y monótona. Solo dijo una frase.

- Lo siento –

Y en su rostro se dibujó aquella terrible sonrisa. Cham comenzó a avanzar con paso firme y rápido hacia ella. Un aura de amenaza envolvía al androide.

Clayton comenzó a moverse, sin siquiera mirar a Miller.

- Qué son esos papeles a usted no le incumbe. Solo necesita saber que si queremos no estar jodidos cuando nos recaten, es imperativo encontrarlos. –

Dando por zanjada la conversación, Lory se llevó las manos a la cabeza.

- A ver, ese gilipollas querrá destruir los papeles y las muestras, su mejor opción es expulsarlas de la nave. Para ello dispone de las esclusas de la cubierta A, pero sabe que por ahí nos movemos nosotros por lo que sería arriesgado. Así que… -

Entonces levantó la cabeza, sonriente.

- ¡Pues claro! La cubierta D, la bahía de carga. Es la zona más alejada, las cámaras no funcionan y dispone de exclusas para echar lo que quiera fuera. De acuerdo Wilson, coja un arma, tenemos que bajar. Usted vuelva al puente de mando. No la necesitamos ahora. –

Wilson parecía seguir las órdenes de Lory a pies puntillas mientras ignoraban por completo las palabras de Vanessa con respecto a impedir que la nave siguiera su curso.

Vanessa haciendo un verdadero esfuerzo para no golpear a aquella mujer y su actitud en una situación como aquella. Y desde luego, no iba a tolerar que pudiera ordenarle y menos obligarla a callarse.

De aquí no se mueve nadie- dijo con un tono de autoridad que indicaba que no iba a tolerar lo contrario- a ver si empezáis a entender la situación de una puta vez. Estamos en una nave infectada con no se que cosa, la cual está poniendo rumbo a la tierra. Y eso, NO... PUEDE... OCURRIR- dijo enfatizando las últimas palabras. Mira con furia a Lory- si quieres la ayuda de Wilson vas a contarme que cojones son esos papeles, y sino me lo dices vas a ir tú sola a la bahia de carga. Quizás tengas suerte en tu objetivo o con suerte te devore alguna de esas criaturas, francamente, me trae sin cuidado lo que te ocurra. Pero mi prioridad es detener el rumbo de esta nave. 

Lo sabía, sabía que no podía fiarse de aquello... Cham ya no estaba en casa, peor tenía que asegurarse antes de haber tomado alguna medida desesperada. Aquella figura, un maniquí de muerte expulsando coágulos blancos en el espacio exterior, justo sobre su cabeza, era una imagen aún más aterradora que la de las criaturas con las que se había encontrado, ya no le quedaban amigos a este lado de la galaxia. Una sensación horrible que siempre odiaba cuando coincidía con una tripulación en la que no se adaptaba, pero Lyron había ocupado esa casilla del puzzle desde que habían comenzado a trabajar juntos. Y ahora ya no estaba. Era la segunda persona en la que confiaba aquel día que terminaba moviéndose contra ella, y no sabía cuanto más lograría aguantar. Aun así eso no significaba que quisiese morir... Estando aferrada a un saliente de la consola de comunicaciones, se giró hacia Cham con la intención de empujarlo hacia el vacío. Esperaba que aquella chulería sobrenatural que había llevado al androide a salir sin ningún tipo de medida de seguridad pudiese ser una ventaja en aquel enfrentamiento, que estuviese herido también ayudaría...

Guiada por el instinto de supervivencia, Rye se abalanzó sobre Cham en vez de huir lo que pareció sorprenderle (Si es que podía sorprenderse una máquina). El impacto fue bestial y antes de que pudiera hacer nada, los pies del androide se separaron del metal y su cuerpo comenzó a girar, haciéndole dar vueltas en el aire.

El cuerpo de Lyron giraba, cerca de la nave, pero sin poder alcanzarla, aunque tampoco parecía hacer nada para evitarlo, solo se hurgaba a la espalda. Entonces Kayla vio lo que había estado buscando. En su mano brilló un arma. El arma de Wicks. El cuerpo seguía girando, pero la mente analítica del droide parecía estar teniendo ese movimiento en cuenta, apuntó hacia ella y apretó el gatillo.

El espacio se tragó el estallido, pero el proyectil, salió disparado y la atravesó el traje dándola en el abdomen. Primero sintió un pinchazo, luego un fuego que se extendía por su cuerpo. Toda ella cayó contra La CRONUS y solo el cable que la conectaba a esta impidió que saliera volando con Cham. Todo se volvió borroso y su mente se enturbió, solo veía las titilantes estrellas y la mancha que antes era el androide aun girando y alejándose, aunque no lo suficientemente alejado de la nave.

Entonces el casco empezó a empañarse ¿Como era posible? Entonces lo escuchó, la alerta del traje por fuga. El disparo. De pronto empezó a tener frio y el nivel de oxígeno caía con velocidad. Tal vez el deseo de vivir o quizás su voluntad de hierro la hizo ponerse de pie. Debía actuar lo antes posible.

A lo lejos, la figura de Cham seguía girando, casi había salido del alcance de La CRONUS, cuando debido al movimiento de la nave, una placa de metal quedó al alcance del droide. Y la aprovechó. Su brazo se estiró y sus dedos se cerraron alrededor del frio metal provocando que su cuerpo se detuviera de golpe. Sus ojos se cruzaron con los de Rye. Seguía sonriendo. De un empujón, se devolvió a la cubierta de La CRONUS. Les separaba varios metros, pero aquel ser se estaba incorporando para reanudar su persecución.

Miller habló con autoridad, su voz era la voz de una capitana y así se lo quería hacer ver a Clayton, sin embargo, la mujer de la compañía no parecía sorprendida o tal vez estaba tan acostumbrada a gente como Vanessa que lejos de amedrentarse, esta se plantó frente a la capitana y clavo sus ojos en los de ella.

- Me parece que es usted la que no lo entiende. Lo que sea que hay en esta nave es precisamente lo que la compañía quiere ¿Por qué cree que la nave se ha puesto en piloto automático? ¿Acaso piensa que su vida o la mia le importa una mierda? La compañía entiende de números. Y si queremos tener esos números, necesitamos los datos que nos han robado. Son toda la información de la cepa, sus aplicaciones y todos los análisis de la criatura. Si no tenemos esos datos para cuando lleguemos a Weyland-Yutani, solo seremos cabos sueltos de una misión que se les ha ido de las manos. Y no se equivoque –

Dio un paso de tal manera que su rostro y el de Vanessa quedaron apenas a varios centímetros.

- Usted no tiene autoridad aquí. Si aun no la he mandado encerrar es porque necesitamos hasta la última mano que pueda ayudar si queremos llegar vivos. Pero si no va a ayudar... –

Lory dio un paso atrás y apuntó a la capitana con su pistola.

- Deme su arma ahora mismo. Ha dejado usted de ser confiable –

Los ojos de Vanessa fueron hasta Johns que estaba cerca, pero este alzó su arma también.

- Ese siempre ha sido tu problema Vanessa, no entender tu sitio. Dale el arma, por favor. Esto no tiene que terminar aquí. –

Johns se había puesto del lado de Clayton.

Vio a (No)Cham alejarse del casco de la nave durante unos segundos, respirando agitada, pero tranquila durante medio segundo, hasta que vio el brillo en su mano y supo lo que vendría a continuación. Un impacto, y todo o que no era negro se cubrió de un aura luminosa que no presagiaba nada bueno, cerró los ojos durante unos instantes, no sabía cuánto, para encontrarse con el interior de su casco empañado y reconociendo la punzada de una herida en su abdomen. No podía recuperar el aliento ni podía detenerse ahora, estaba más allá que acá y el ver cómo el sintético alcanzaba un asidero y volvía a por ella hacía que ya casi se diese por muerta.

Gateó asiéndose a lo que iba palpando con sus manos, impulsándose tan rápido como podía, siguiendo el cordón umbilical que la unía al navío. Consiguió dar con la portezuela, pero Cham casi era capaz de empañar su casco desde fuera más que ella misma, así de cerca estaba. Se deslizó a toda velocidad en el interior tratando de cerrar la entrada ta rápido como podía.

- Socorro... SOCORRO... Me han herido.- Gritó por el comunicador, abriendo el canal a la gente de dentro de la nave.- El sintético me ha atacado.- Era el sintético. Cham no existía ya, y no volvería a existir nunca más. ¿Realmente había pedido ayuda? ¿Podían oírla o solo estaba delirando?

La mujer niega con la cabeza- hay un pequeño problema del que no se si os habéis percatado- dice- ¿acaso piensas que esa compañía mantendrá su palabra cuando recupere esos valiosos datos? tú mismo lo has dicho, tanto la mía como la suya le importa una mierda. Así que dime, si le das los datos, los cuales aún debes encontrar ¿que te queda? nada. Eres un cabo suelto lo mires por donde lo mires.