Partida Rol por web

Lentamente comienzo a caminar mas rápido, alejándome de mis compañeros y acercándome al ataúd. Cuando estoy cerca, trago un poco de saliva y escucho. Tras unos segundos de pensar vuelvo nuevamente al lado del párroco mientras enciendo un cigarro para intentar calmarme, cuando estoy a su lado le susurro al oído Disculpe padre, creerá que estoy loco y realmente yo pensaría lo mismo. Pero en mi trabajo necesito un oído muy fino y puedo jurarle que escucho ruidos dentro del ataúd. No quiero alarmarlo, ni a nadie. Tal vez sea solo un animaña pero si se siente encerrada...no quiero imaginar lo que puede hacerle al cuerpo-

-¿Cómo dice, hijo mío? ¿Ruidos? -pregunta el párroco dándose la vuelta y observando a la comitiva. Cuando abre la boca para decir algo más se queda con el gesto puesto que en ese momento los portadores del féretro dan un traspiés cuando el peso del interior del ataúd se desplaza repentinamente. Sobrecogidos, se miran unos a otros en medio de la confusión y la alarma. La multitud se exalta y la música cesa al instante.

En ese momento la tapa del ataúd se abre de golpe. Mientras los portadores dejan caer su carga y se alejan, del ataúd surge el fallecido, gris, hinchado y aturdido. Los chillidos, gritos y el pánico se extienden de forma generalizada.

Pero que....!! Dice Cogan con la boca abierta

El cigarro se me cae de la boca cuando el muerto sale del ataúd, pero esperaba que volviera a suceder así que el impacto no fue tan grande como debiera. Pude controlar mi miedo y puse mi mano en el hombro del cura, sujetándolo suficientemente fuerte como para que no pueda huir pero intentando no hacerle daño 

-Padre se ha levantado! Rápido haga algo!- le espero mientras el muerto comienza a moverse -es hora de que los servidores de Dios se ensucien un poco las manos-

El primer instinto del fotógrafo fue salir corriendo pero sus piernas no le respondían, intento gritar, gritar con todas sus fuerzas pero de su boca solo salió un ronco jadeo. Lo que estaba pasando no era posible, puede que Scott tuviera razón cuando digo que el tipo del bar estaba realmente muerto cuando se levanto y salió corriendo. Con este hombre no había explicación posible, estaba realmente muerto y se había levantado.

Scott sacudió al cura exigiéndole que hiciera algo. Pero el pobre hombre también tenía la boca abierta, incapaz de creer lo que estaba pasando. Un poco más allá, varias personas le tendían la mano al resucitado intentando ayudarle. Pero el tipo se movía de manera alocada mirando a su alrededor.

Su mujer se plantó delante de él apartándose el velo de la cara. Sus mejillas estaban húmedas debido a las lágrimas.

-Freddie ¿eres tú? -le pregunta.

El hombre se detiene y se da la vuelta en medio de sacudidas cuando oye la voz de su mujer. La mira con gesto asustado hasta que de pronto comprende la situación. El resucitado inclina la cabeza hacia atrás y emite un terrible grito, derrumbándose a continuación a los pies de su inmóvil viuda, rodeándola con brazos temblorosos. En ese momento, cae de nuevo muerto al suelo y esta vez no se mueve.

Un clamor empieza a extenderse entre la multitud y su rabia va dirigida hacia el encargado de la funeraria y sus dos asistentes que acompañaban el desfile. Las palabras que más se oyen son "¡Le han enterrado vivo!"...

El reportero continuaba paralizado con las manos temblorosas. La fotografía de la escena podía haber valido cientos de dólares pero él no tenía la fuerza ni la entereza para levantar la cámara. No podía creer que ese hombre se levantara y caminara, no caminaba simplemente, sino que bailaba también al son de la música que tocaba el saxofonista. Podría ser que la música levantara a los muertos, pero esa idea no cabía en la mente racional del fotógrafo.

Su primer impulso fue ir hacia el cuerpo que acababa de desplomarse tenía que comprobar que había pasado en realidad, si el hombre estaba realmente muerto o no, pero las piernas seguían sin obedecerle.

Paul estaba tan conmocionado como fascinado, el sudor frío le volvía a empapar su camisa, pero no era capaz esta vez de quedarse quieto, tenia que ver por sus propios ojos y sentidos si esto era naturaleza pura o algo digamos paranormal, por lo que rapidamente se acerca lo que puede al cuerpo para ver si tiene pulso, si esta aun caliente....

Padre es obvio que no lo han enterrado vivo, aqu estan interviniendo fuerzas que no podemos comprender. Usted es el unico que puede detener a esta turba de que cometa una masacre!- le digo al padre antes de soltarlo y volver con el resto del grupo -debe tener algo en común con lo que paso en el tugurio, alguien ve a Leroy?-

Levanta las manos mientras se coloca frente a los familiares del "difunto", protegiendo al empleado de la funeraria para que sólo sea increpado y no pase de violencia verbal el incidente, con la mano derecha cerca de su revólver para desenfundarlo si las cosas se ponen feas.

- ¡SEÑORES! ¡HAGAN EL FAVOR ! NO SABEMOS QUÉ ES LO QUE HA PODIDO OCURRIR, ESTA GENTE NO TIENE LA CULPA, DEJEN QUE A SU FAMILIAR LE EXAMINE UN MÉDICO PARA VER QUÉ LE HA SUCEDIDO.

La potente voz de Harry parece calmar a la gente. Los dos policías que guiaban el velatorio le miran agradecidos, puesto que ambos hubieran sido incapaces de detener a un grupo de linchamiento sin que hubiera otra desgracia. Scott enseguida busca con la mirada a Leroy. Le localiza en una de las aceras. Parece que intenta alejarse del tumulto sin que nadie le vea.

En vista de que se ha vuelto el centro de atención se dedica a hacer movimientos lentos y pausados para calmar los ánimos, un truquito que aprendió de uno de sus mejores amigos que era policía.

Lentamente retira la mano de las proximidades del revólver y coloca las dos manos a la vista cruzadas la una sobre la otra delante de sus partes íntimas mientras espera acontecimientos.

Ahí esta Leroy!- le digo a los del grupo señalando en dirección del músico. Sin pensar mucho en que iba a decirle, le hago una seña a Walter -tu muchacho acompáñame, usted Doc quédese con Harry por si necesita su lengua de plata-

-Bien Walter, tenemos que acercarnos sin que se de cuenta o puede que se nos escape. Seguramente conoce el barrio y pase lo que pase, no se te ocurra correr para perseguirlo, Dios sabe como puede reaccionar la muchedumbre ante dos blancos que persiguen a uno de ellos.- le susurro en el oído antes de ponerme en acción en la persecución

El fotógrafo aun traumatizado por el suceso siguió a Scott, escucho sus palabras pero en su mente solo había lugar para la imagen del “muerto” bailando. El joven asintió aunque no había captado la totalidad de la información. Había que capturar a Leroy. Siguió a Scott a distancia para evitar entorpecerlo.

Scott y Walter se mezclaron entre la gente que iba calmándose hasta llegar a la altura de Leroy, justo cuando este ya había alcanzado la esquina de la calle. El trompetista les vio y se detuvo, con una sonrisa vacilante en el rostro.

-Vaya, si son mis amigos, los del club ¿Qué estáis haciendo aquí, metidos en este follón? 

Se paró en seco mientras trataba de balbucear una excusa. Solo…. solo veníamos a verle tocar…… como en el club no pudimos ver el final de su actuación…. pensamos que aquí…bueno… ya sabe…. tocaría algo. Luego miro asustando a un lado y a otro, ¿podría decirnos que está pasando? Soltó finalmente de golpe y sin ninguna sutileza el fotógrafo, su cabeza aún estaba demasiado embotada por las horribles imágenes que acababa de ver como para pensar una sutil escusa.

-Pues no lo sé. Parece que se ha montado un buen lío ¿eh? -responde Leroy un tanto incómodo.

Estas seguro Leroy?- le digo mientras me acerco -Nosotros si sabemos de estas cosas, y si no sabes nada, bueno, sera mejor que tengamos un ojo puesto en ti-

Hago una pausa y mientras saco un cigarro y lo enciendo -Eres un músico de put* madre! Es la segunda vez que te escucho y hasta los muertos se levantan! Tengo miedo por lo que pueda pasarte cuando esto se sepa.-