Partida Rol por web

Harry fue el último en entrar en la habitación. Se había mantenido al margen pensando en todo momento cómo podrían acabar con el Sr. Corbitt. Ahora se encontraba frente a él. No parecía gran cosa pero su aspecto físico no era lo que le preocupaba.

- Paul, si quieres puedes examinarlo aunque yo antes le descerrejaría una bala en el cráneo por si se levanta. No le gustaba nada la situación, el único que iba armado era él y la luz natural había quedado atrás, en la otra mitad del sótano, entrando una pequeña claridad. Mantenía su arma enfundada, no la sacaría hasta que no hubiese algún problema.

"- ¡Oh, por Dios!- digo en voz baja al ver el cuerpo y sentir el pútrido y extraño aroma que se ha mantenido encerrado aquí". Llevo una mano a mi rostro, intentando frenar inútilmente el hedor, a la vez que entrecierro un poco mis ojos.

Mis ojos se posan por los diversos sitios del lugar. No sólo me invade una sensación de inseguridad, sino que, extrañamente, la intriga me invade por saber qué es lo que se ha hecho en este lugar.

Veo a mis compañeros junto a mí... Derrick muestra más soltura y se acerca a una mesa para observar los documentos sobre ella... los demás, tal vez atónitos, como me encuentro ahora yo, vemos cómo proceder.

"- ¿Y... bien? No sé qué deberíamos hacer ahora... hemos encontrado el lugar pero... ¿lo exorcizamos?- consulto, sin mucha idea de cómo continuar".

Mi atención se vuelve un instante al cuerpo. Me sorprende el estado en el que se encuentra, así como, aunque delgado, su porte, su altura. Trato de observar sus ropas, trato de ver si junto a él hay algo... sea lo que fuere, algo que me de alguna respuesta a esta inusual situación.

Estaba aliviado por no tener que entrar a la habitación, aunque intentase no demostrarlo, estaba mas tenso que la cuerda de un arco  Harry dejate de cosas de ficción! Si queremos deshacernos de el todos sabemos que tenemos que hacer! Dos lo cogen de los brazos, dos de la piernas y a la zona de la carbonera.  Y si eso no funciona, el fuego es purificador!

Walter intentó coger los documentos que habían en la mesa. Pero cuando agarró el primero, este se deshizo en sus dedos y se convirtió en polvo. El papel estaba demasiado dañado para poder transportarlo.

El resto del grupo contemplaba el cuerpo de Corbitt echado en el pedestal. Nadie se atrevía a acercarse así que le tocó a Paul la dura tarea de reconocer el cadáver. Se acercó a la plataforma y depositó su maletín en el suelo. Entonces en ese momento Corbitt lanzó un alarido que os hizo dar un salto de dos metros en el aire a todos y se sentó en la plataforma. Fijó su espantosa cara en Paul y moviendo un brazo, cogió al Psiquiatra de la garganta.

La paralización provocada por el susto me dura poco (en cambio, el terror no...): cuando veo que esa cosa, ese cadáver reanimado, o hombre pasándoselo bien a nuestra costa, o lo que sea, agarra al doctor, corro hacia él y me lanzo sobre la criatura con el objetivo de tirarle al suelo junto a mí y que el señor Cogan quede libre de su presa.

Sucede todo tan repentinamente que no puedo reaccionar al instante. Veo al Dr. Cogan ahí, atrapado por esa cosa que hasta hace un momento dábamos por sentado estaba muerta. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, Derrick se lanza valeroso hacia Corbitt.

Mi corazón late fuerte, siento una parálisis inicial, similar a la que sentí aquella vez en aquel pueblo que siempre quise olvidar pero que será siempre parte de mí. Cierro mis ojos y los abro de par en par nuevamente. Pero ahora mis músculos responden.

"- ¡Paul!- grito, lanzándome hacia donde está el ser, con el fin de ayudar tanto a Cogan como a Derrick".

Mis nudillos van poniéndose blancos mientras sostengo cada vez mas fuerte el pesado maso entre mis manos. Sabia que si lo soltaba y Corbitt lograba animarlo, salir de esa tumba nos costaría mas que un corte en la mejilla Rápido maldita sea, cójanlo y SÁQUENLO! les grito a mis compañeros perdiendo los nervios que demonios están esperando.

Paul intentó revolverse de la presa de aquel engendro con todas sus fuerzas. Por el amor de Dios, si él no tenía pensado acercarse sin meterle la bala en la cabeza. Malditas prisas y maldita su profesión, todo le tenía que pasar a él, o eso pensaba. Y encima, para colmo, iba a verse... mejor ni pensar en lo que le pasaría.

¡No!

- ¡Chicos!- bramó nervioso mientras intentaba zafarse.

Debía haberse quedado en la sede con Margaret, estaba claro, si él como forense podía ser bueno, pero como boxeador no valía un peine.

Lo primero que pensó fue sacar su arma y disparar pero sus compañeros se interponían entre él y el Sr. Corbitt por lo que fue en ayuda de Paul, primero para que lo soltase y después para intentar sacarlo de aquel habitáculo.

Definitivamente, aquello dejaría secuelas en el pobre Paul. Era un simple médico, y ver a los muertos levantarse y andar no era algo que pudiera concebir con facilidad. Aquello, sin lugar a dudas, dejaría algún tipo de estigma en la mente del atormentado doctor.

Por el amor de Dios, le tenía agarrado y a saber lo que pretendía hacer con él.

Estaba mentalizado para lo que iba a ocurrir por eso cuando el cuerpo del Sr Corbitt se levanto no le sorprendió demasiado y reaccionó rápido para salvar a su compañero Paul.

A cada paso, mientras me acerco a ese ser, siento cómo mis piernas flaquean un poco. Lo comprendo, él debería estar muerto, pero no. Allí un cuerpo que debía encontrarse sin vida alguna se levanta y no sé qué podrá depararnos. Aún así, continúo en dirección a mis compañeros con la esperanza de que todos podamos salir librados de esto.

Una pesadilla tras otra habían asediado mis sueños toda la noche, una mas espantosa que la otra. Tras el largo desfile de horrores que había vivido, tal vez estuviera muy cansado, muy asustado o curtido contra la escena que acaba de ver, ya que solo un leve estremecimiento y un escalofrío fue lo que me produjo la visión del señor Corbitt. 

Aunque sabia que con el tiempo, esta escena se cobraría parte de mi cordura.