No puede ser. No...no es posible. Yo soy un monstruo, un engendro, un residuo, un arma rota. El hombre que no es mi padre porque no tengo padre no murió. Está por ahí para que pueda odiarle e ignorarle. Estoy llorando y siento la brisa cortándome el rostro. No es ni siquiera un tirano, o un monstruo con corona. Cuando no sabía quien era he deseado poder conocerle mejor. Es de débiles negar los propios pensamientos al verlos bajo otra luz. No es un mal hombre. No lo parece. Pero...rompo a llorar con fuerza.
- No puede ser. No...no puede... - ¿por qué mentiría mamá? Dios, esto es peor que el Imperio Contraataca -. Te he odiado toda mi vida, a tu sombra - sigo sollozando -. Por...por habernos dejado. Pero...no...
Lloro con él. Me abrazo a él. Intento decir un montón de cosas que soy incapaz de expresar. Me pide perdón, pero el agravio que sentía arde con sal, curándose. Él murió sin saber de mí. No estaba fabricando armas. Conoció a mamá y...pasó lo que pasó. No...no es posible. Estoy en fase de negación llorando en el hombro de mi padre. De mi padre. Tengo padre. Soy hija de mi madre y ahora podré empezar a decir...a decir...
No puedo dejar de llorar, pero empiezo a notar que todo se atenúa. El tiempo no se detiene por nadie. Ni siquiera en las tierras eternas de la Umbra. Lo máximo que se puede esperar de la perfección es un instante.
- No...no tengo nada que perdonarte...padre - digo -. Ayudaré a mi hermana con todos los medios a mi alcance. Y mis hermanos lucharán conmigo. Estarás orgulloso de tu...de tu hija...
Me acerco a aceptar su colgante con lágrimas aún corriendo por mi rostro. Son sal. Sal que escuece pero cicatriza. Mi herida está sanando, cosa que jamás creía que pasaría. Oh, cuánto querría hablar con mamá. Tendré algo de mi padre. De mi padre. Un recuerdo de un Garou que pensaba como yo, después de todo, que no me creó para sus juegos de poder, no pudo hacerlo porque no sabía que existía. No utilizó a mamá como un recipiente, sino que simplemente compartieron una noche. Mi padre no es un monstruo. Es un rey. Un rey...¡Un rey!
- Un momento - me asombro, y abro mucho los ojos -. Si tú eras rey...Mary es...es...¿ésa Mary?
Me quedo muda. Aún con mis manos sobre él. Eso significa que yo soy...joder. Joder. Jo-der.
Jo-der indeed, Sophia xD y Cable, porque habéis tramado esto juntos ;)
Aun estoy pensando en que Helen y yo vamos a separarnos hoy, HOY, cuando las palabras azules y rojas de Ty se entremezclan en distintos tonos de burdeos, y me sacan de mi ensimismamiento. Parpadeo un par de veces apartándo los colores, intentando escuchar realmente lo que dice.
Cuando termina de exponer nuestras tareas, un sonoro suspiro escapa de mi boca. Alzo las cejas y trato de sonreír, al mirar a Helen, - seguro que volvemos antes de que me eches de menos.
Escucho a Ty continuar mientras miro a Helen, y sostengo su mano, mas cuando le escucho hablar de la ropa en el camaro, vuelvo la cabeza por encima de mi hombro para responderle, - yo tengo mi bolsa en la habitación. Y en ese momento me doy cuenta de como cambia su mirada al posarse en nosotros, y no es hasta que comienza a hablar, cuando comprendo el porque. - Gracias, si, subiremos a la habitación a por mis cosas, y... luego vuelvo aquí.
Hago el ademán de marcharme con Helen, cuando veo las palabras de Ty, tornarse poco a poco azules, mientras escucho como pronuncia el nombre de Helen, me retiro un poquito para darles cierta privacidad cuando descubro que va a hablarle de Eve, aunque no lo suficiente como para no enterarme de la petición que le hace, si al menos concederle algo de espacio, ya que no puedo concederle tiempo con ella.
Tras recibir la palmadita en el hombro, salgo del comedor con Helen de la mano, - no tardaré, no demasiado.
Jonathan te abrazó largo rato, dejando que tus lágrimas brotaran, que el dolor y el odio salieran de tu cuerpo, beso tu frente largo y de manera paternal — Mary Campbell —asiente, mirandote a los ojos— ustedes son mis cachorras, mis hijas. —te acomoda el cabello, lo lleva detrás de tu oreja— Jane, me gusta, Jane Kershaw ¿así se llamaba ella?... Kershaw —repite con una sonrisa, como si su mente rebuscara aquella agradable memoria.
El Rey Jonathan se puso de pie, una de sus manos cambió a glabro — Permíte que te reconozca como mi descendencia —hizo el ademán de despojarte de tu chaqueta con cuidado, cuando no objetaste te pidió que también te quitaras la camiseta, dejándote tan solo con tu prenda interior superior.
El se dio la vuelta, hasta alcanzar tu espalda — Dolerá un poco, pero solo será un momento —entonces sentiste la punta de sus garras sobre tu piel y parte de su energía espiritual y la tuya unirse allí donde él tocaba. También sentiste una quemazón punzante, mientras el giraba y dibujaba algo que sentías era un glifo. El glifo del Aullido Austero, pero no cualquiera, era el glifo que te identificaba como vástago heredero del Aullido Austero.
Allí con los ojos mirando aquel reino personal, oyes un silbido en el cielo, el canto de un halcón que surje en el aire — ¿Ya sabes quién eres Kanku-dai? —pregunta el blanco halcón mientras surca el cielo.
Cuando terminó, Jonathan se puso de pie, tomando allí donde la piel había quedado tatuada místicamente y aliviando un poco el dolor que sentías. Te ayudó a colocarte de nuevo la camiseta — Lady Jane Kershaw, "Desafía-el-destino", "Kanku-dai", ahroun, cliath de los Colmillos Plateados y heredera de la Casa del Aullido Austero —sus ojos brillantes te observaron con orgullo— cachorra de Jonathan Constantine
Te toma del mentón — Honor, Gloria, Sabiduría -repite como un salmo digno de ser honrado- Abrígalos en tu corazón. —te acaricia el cabello— Háblame del acecho de los Bunyip, Jane -pide, con cierta consternación en su rostro.
- Mary Campbell - repito, grabándolo a fuego en mi memoria, en el lugar donde están mi madre, mis hermanos de otras madres, mis mentores, y ahora, un padre y una hermana -. Mary Campbell, mi hermana.
Sonrío cuando le veo repetir el apellido de mamá. Veo que no le importará mucho que a partir de ahora, Constantine vaya después de Kershaw, aunque la tradición dicte lo contrario. Acepto que me reconozca con los ojos empañados. Me marca como una hija del Aullido Austero, como su hija. Es posible que sea un gesto bárbaro, una especie de catalogación de ganado, pero no está marcándome como su arma, ni como el instrumento de su voluntad, sino como su vástago recién encontrado. Es la marca de una heredera.
Miro al halcón cuando traza su vuelo en el cielo y le respondo con estrellas en las pupilas:
- Soy Jane Kershaw Constantine, hija de Molly Kershaw y del rey Jonathan Constantine, nieta de Byron I y Annabelle Mayfield y de Samuel y Elle Kershaw. Hermana de la reina Mary Campbell. Y hermana de la manada del Círculo de Plata, hermana de Tyler Jackson, de Alexander Van Der Hoffen, de Abber Browning y de William Elliott. Soy Colmillo Plateado del Campo de los Renovadores, como mi padre antes que yo.
Me pongo en pie cuando me nombra. ¿Soy una lady? ¿Soy heredera? Supongo que sí, si Mary no tiene hijos...¡qué barbaridad!
- Desafía-el-destino seré, padre - respondo -. Honor, gloria y sabiduría.
Luego me pregunta por el acecho de los Bunyip. bajo la cabeza, avergonzada.
- Pienso que es una maldición, pues en sueños, y a veces despierta, me veo acosada por visiones de la Guerra de las Lágrimas. Ben, es decir, Benjamin Zarpa-compasiva, mi mentor Theurge, a veces dice que son muestras de favor, que los espíritus me enseñan cosas. No lo sé, admito que les tengo miedo. Mis hermanos y mamá me ayudan con ello, y en Oriente aprendí a calmarme mejor cuando me sobrevienen. Contemplo batallas desde los ojos de víctimas y verdugos, oigo, veo, huelo...a veces muero y mato. Fue lo que desencadenó mi Primer Cambio - en el que estuve a punto de matar a mamá.
Al pensar en ello, recuerdo la foto. Se la tiendo a mi padre.
- Es...es una foto de mamá. Pequeño chiminaje por todo lo que me has enseñado, por la paz que me has traído y por las sombras que has despejado, pero quizá te gustaría tenerla.
Noto como mis orejas se encienden como cerezas y, con un espasmo, convierto mis manos en puño, apretando los dientes.
"Maldito viejo... Me has tendido una trampa y he caido como un novato... Respira hondo, respira hondo... No puedes cagarla ahora..."
- Con el debido respeto, señor Abbot...- Respondo, alzando la mirada.- Usted ya sabe que cuidar, escoltar y proteger a Parientes es una especialidad del Circulo de Plata.- Mi rostro se distiende en un rictus sarcastico.- Y tambien ha quedado claro que el consejo de su majestad no parece admitir que nosotros, los jovenzuelos, podemos aportar un nuevo tipo de sabiduria a la Nación Garou...
Las palabras que empleo rezuman resentimiento e ira, más una gran dosis de frustración... Hasta el momento en que me pregunta por Isaac. Noto como mi rostro palidece y como me tiemblan las piernas. El severo rostro de mi Mentor se funde con el del triste semblante de Aletheia.
"Comportate como un autentico Garou... Vuelve entero..."
Apesadumbrado, agacho la cabeza un instante, antes de levantar la vista para responder.
- Sin embargo, mi Mentor me aconsejó sabiamente, advirtiendome de que debia aprender a escuchar antes de juzgar y, desde luego, dejar de lado la vena melodramática y teatral que he heredado de mis padres.- Respiré pesadamente. Sabia que estaba siendo injusto y que, a pesar de todo, lo cierto era que todo habia salido casi a pedir de boca, sin que nadie hubiese mencionado ni una sola vez mi herencia Metis. Solo se me habia cuestionado por mi juventud y mis formas...- Mi mentor es el noble Isaac Sterling, conocido como Libra-Esterlina y os ruego que seais benevolente con él. Carga con el peso de mi educación por honrrar una promesa y le he dado bastante más disgustos de los que realmente merece.
La palmada de Tyler es como la proverbial campana y me corta en seco, llamandonos a reunirnos y ponernos en marcha.
- Os pido disculpas, Anciano señor. Soy un muchacho impulsivo, perdido y descarado. Agradezco la confianza que depositais en nosotros y ahré todo lo posible por corresponderla.
Despues de despedirme del viejo barbudo, bastante más triste que cuando llegué a la verja por la mañana, anadeé hasta Tyler y el resto de la Manda. Fruncí el ceño al posar mi vista en la hija de Abbot y tiré de la pernera del pantalon de nuestro alfa.
- Eve me cae bastante mejor ahora mismo. Recuerdame que se lo haga saber, Tyler.
Muy gentilmente, Tyler concede unos instantes a Will y a Helen para despedirse, aun si eso significa que el mismo no puede despedirse de Eve. Con un asentimiento salgo a la carrera, en pos de un remojo rápido y una muda, mientras las lagrimas corren por mis avergonzadas mejillas.
En camino.
El camino de vuelta a la habitación lo hago algo menos animado que cuando pensaba que estaríamos aquí unos días, juntos. Trato no obstante de mostrarme alegre, y mientras andamos voy preguntándole a Helen,qué tal descansó, si paso frio...
No tardamos en llegar a nuestra habitación. Abro la puerta cediéndole el paso, para cerrar después al entrar. quiero hablarle, pero no se por dónde empezar, no quiero marcharme, separarme de ti es mas doloroso que sufrir una herida con plata.
- No quiero marcharme Helen, me acerco a ella y acaricio su rostro, - la única distancia que... guardo silencio un instante, debería quizás hablarle de otra manera, pero no siento ánimos, - la única distancia posible entre tu y yo es la distancia de un beso, cualquier otra resulta demasiado dolorosa.
Cierro los ojos antes de seguir hablando, mientras siento como afloran todos mis sentimientos, la rodeo con mis brazos, entierro mi rostro en su hombro, y su cabello cubre mis ojos, - te quiero Helen.
El Rey mira pensativo el horizonte blanco y plata que rodea a su reino personal.
— No les temas —su voz otra vez ha tomado ese tinte suave, calmo, como el vaivén del viento— Son lecciones, dolorosas lecciones, pero lecciones al fin y al cabo. Es un regalo para que nos recuerdes siempre el norte, para que no volvamos a caer en las trampas de nuestros enemigos tan fácilmente. No les temas y verás lo que pueden decirte. —tomó el Zafiro que colgaba de tu cuello— Te ayudará algunas noches. Lamento que tuvieras que atravesar un momento tan especial, como lo es tu primer cambio, sola —acaricia tu rostro con cariño paternal.
— Me gustaría que te integraras más a nuestra tribu, que tu y tu hermana vuelvan fuertes nuestra casa —se pone de pie— La unión de la tribu haría la diferencia -dice más para si mismo que para ti.
El observa con atención la manera en que buscas entre tus ropas para hallar la fotografía de tu madre
La toma entre sus manos, no puede evitar sonreír — es ella... si, muy bonita, sobretodo con un corazón bondadoso y apasionado, tenía un aura especial... soportó el velo. El resto es nuestro secreto... —sonriendo volvió a su sillón.
— Vuelve a casa hija mía -sus párpados se fueron cerrando, como si de pronto le diera sueño ¿los espíritus dormían? — Y cuando sientas que todo en el mundo es negro, recuerda que tus ojos son brillantes, llenos de esperanza, recuerda que eres mi hija y que eres capaz de hacer todo cuanto te propongas si le pones corazón, como el corazón de tu madre -permaneció en silencio, levantó la mano y señaló el cielo, que estaba debajo de aquel lago espectral.
Abrio una vez más sus brillantes ojos azules, para divisar aquel conejo blanco que brincaba ahora donde habías caído.
Sus palabras son similares de las de otros en los que confié. Sensei, Ben...hasta Eddie, que admite no entenderlo del todo, dice lo mismo. Gaia, incluso Amber y los demás. ¡Mis hermanos! ¿Dónde estarán? Tengo que contarles esto. Pero...¿cómo volver? ¿Quiero volver? Supongo que debería, todas las cosas deben ocurrir y pasar, y quizás mi padre esté transgrediendo alguna norma para acudir a mí.
- Gracias por el regalo, padre - digo, sosteniéndolo -. No temeré a los fantasmas de la noche e intentaré aprender, lo prometo. Y en cuanto a lo del Primer Cambio...no tienes que disculparte, no estaba en tus manos.
"Estabas muerto". Mi padre no está vivo y desearía que muriese, está vivo y desearía que viviese. ¿Qué pensará mi manada de esta nueva y extraña Jane Kershaw Constantine?
- No me quedará más remedio que integrarme, ¿verdad? - bromeo con una tímida sonrisa -. Mi manada es de la Tribu de Halcón, mi hermana es reina y yo soy una lady. Pero seguiré siendo Renovadora, como eras tú.
Dice que mamá soportó el velo. Me extraña. Mamá era una humana, ¿no? En Aitutaki la tratan como tal, no le cuentan nada para no descorrer el Velo, ¿acaso...? ¿mamá será algo? ¿Otra cosa? No puedo saberlo, mi padre ya ha dicho que quiere mantenerlo en secreto.
Entonces vuelvo a ver al conejo. Es ciertamente la hora de la despedida. Es hora de que Alicia vuelva a través del agujero y deje este País de las Maravillas. Podría volver a través del espejo, en este caso, sin duda, pues los espejos son el camino a la Umbra y creo que es allí donde estoy. Espero que si. Como esto esté pasando en mi cabeza y me despierte con un colgante voy a acojonarme mucho.
- Marcho pues, padre - me despido -. Honraré tu memoria y a nuestra familia. Nos volveremos a ver - no es una pregunta. Tengo que aprender a contactar con los Ancestros.
Acto seguido, comienzo mi transformación de nuevo a lobo. Si voy a desandar el camino, tengo que ser rápida. Llevo mucho tiempo vagabundeando y todos deben preguntarse donde estoy. Y tenemos una misión que cumplir. ¿Podría usar el hilo para algo?
Motivo: Ast
Dificultad: 6
Tirada (3 dados): 5, 5, 9
Éxitos: 1
Anduviste hasta el borde del heno acomodado, la pequeña conejilla te volvió a observar y mirar el cielo, que no era otra cosa que el lago. Hacia un lado pudiste ver un pequeño castillo de roca blanca, seguramente el lugar donde el espíritu de tu padre pasaría la noche y el día.
De pronto te acordaste del otro objeto que te había dado Abbot, sacaste el carrete de hilo plateado, te quedaste mirándolo un buen rato, sin saber exactamente como utilizarlo. Quizás fuera una estratagema del viejo o quizás no, de cualquier manera algo en tus entrañas te dijo que lo desenroscaras.
Al hacerlo la punta empezó a subir sola, por el cielo y llegar hasta el lago que estaba sobre tu cabeza, atravesándolo como una serpiente que ondula a través de la arena. El carrete corrió solo y se enhebró entre si hasta quedar una finísima soga blanca que refulgía con los rayos del aquel sol, que ahora comprendías no era helios.
Te llenaste de valentía y aunque dubitativa, subiste a través de aquella soguilla que era más resistente de lo que parecía, hasta volver a mojar tu cuerpo con el agua de aquel estanque. Saliste nadando al exterior, arrastraste tu cuerpo por la orilla. Algo te dijo que tiraras de aquel hilillo, que ya fuera, volvió a desenredarse y enroscarse solo en el carrete.
Mojada y sola, tenías el camino a tu costado.
A lo lejos viste dos figuras tomadas de la mano, concentradas.
Abbot y Zarpa-Mayor.
Cruzar el agua se convierte en una suerte de velo frío. En especial cuando veo a los señores de Wyrmfoe esperándome. No sé qué papel habrán jugado ellos en esto, ni qué ganan al jugar conmigo, pero sigo decidida a no dejar que me utilicen, en especial ahora que tengo una hermana que podría estar en peligro y a la que algún traidor al que me confiese podría poner en un brete. No, de momento, mi mitad Constantine se quedará en mi manada, y mi cargo de heredera, aún más. Me despido del conejo con una inclinación.
- Gracias por mostrarme el camino - le digo -. Si en algún momento requieres algo de mí, busca a Jane Kershaw, llamada Kanku-dai o Desafía-el-destino.
Acto seguido, troto hacia los místicos. Preparados para la condescendencia en tres, dos, uno...
Cuando Zarpa-Mayor advirtió de tu presencia, la energía espiritual que estaban liberando ambos ancianos y que daba estabilidad al lugar en donde estabas, empezó a decrecer, el suelo donde estabas sentada junto al conejo empezó a descascararse y aquel sol, se desenroscaba y te diste cuenta que no eran más que espíritus unidos unos a otros podías inferir de que clase. Se dispersaron quitando el brillo y dejando que el paraje de la umbra volviese a la normalidad ¿una quimera? ¿un artificio?
— Acercate, tenemos que salir de aquí antes de que todo colapse —instó Zarpa mayor, mientras Abbot continuaba concentrado. La coneja movió su hociquillo de un lado a otro respondiendo a tus palabras, luego empezó a saltar de regreso, dedicandole una miradilla a Abbot, se colocó sobre sus dos patas como si intentara decirle algo. El viejo Philodox finalmente abrió los ojos y agachó la cabeza devolviendo la despedida al espíritu. Soltando una de sus manos a la theurge, la metió dentro de uno de sus bolsillos y extrajo lo que te pareció una bolita naranja, que el espíritu recibió con sus patas delanteras y mordisqueó.
Avanzaste sobre el terreno inestable, por un momento casi das un traspié, pero solo fue un susto y llegaste a salvo hasta el camino principal.
Al mirar hacia atrás podrías ver aquel lago flotando imposible a un lado del camino umbral. Abbot te miró, su expresión severa no lo era tanto ahora, Zarpa-mayor te tomo de la mano.
— Era lo que sospechaba —habló el philodox— Pero debo admitir que ha sido un golpe de suerte Kanku-dai que los espíritus me hablasen en el momento justo, al marchar a Australia, me encontré con un espíritu que me obsequio un complicado enigma, me tuvo un largo rato en vela. [b] — refunfuñó— [b] Ahora entiendo el porqué
El anciano extendió su brazo y empezaron a caminar, Zarpa mayor continuó hablando
— Tu aparición y la de tu manada, significan esperanza, una señal de Gaia. Se aproximan tiempo muy difíciles Jane, mucho me temo que no podremos guiarlos pues habrá una guerra que librar. América y Europa están siendo golpeadas de manera muy organizada, nos hace preguntarnos si nuestros enemigos saben algo que nosotros no. Pero ahora, allí donde ustedes ni sus mentores pudieron ver, Agatha y yo si lo encontramos. —extendió las manos— el desencanto de ciervo y el deseo de Halcón. El círculo de plata, no puede avanzar con las pesadas cargas que llevan encima. —Zarpa-mayor continuó caminando— Sin saber quiénes son y por qué Gaia los unió a nuestra tribu y no a otras
Abbot prosiguió.
— No creo que tengas ningún problema ahora, en poder responder a la pregunta de nuestro Totem tribal ¿no? No te vamos a decir que hacer Kanku-dai, cada uno de nosotros tiene un destino que cumplir. Confía en tus instintos pero también escucha los consejos que se te dan; observa primero, medita y luego decide. Esa lengua tuya puede entorpecer tu camino, nuestros enemigos aprovechan cada traspié, no lo olvides.
El anciano señaló el camino — Tu manada se encuentra camino al Concilio de yellowstone ¿Todavía piensas que fue en realidad que no queríamos enviar a nadie?
Abbot sonrió, Zarpa mayor solo te observaba. El anciano se dio la vuelta y empezó a caminar en sentido opuesto al que ibas tú, mientras que la anciana theurge permaneció de pie junto a ti.
Obedezco a Zarpa-mayor rápidamente, dócil. Y luego observo el chiminaje a la conejilla. ¿Será posible que sea un espíritu austral? Los conejos se multiplicaron mucho en mi país en los tiempos de los colonos, quizás sean menos hostiles que los espíritus nativos. Tendría cierto sentido.
Las cosas están mal de verdad si he terminado agradeciéndole algo a Abbot. Sin embargo, si Mary está en una situación tan peligrosa, el apoyo de Wyrmfoe, que Will y Ty ya han asegurado, al menos en cierta medida, podría ser una baza muy poderosa. El nieto de Morningkill no parece tan mal tipo y quizá sería el primer paso hacia una nueva unión de la Tribu, de la Nación y de los Fera que los exiliados americanos llegaran a auxiliar a sus sitiados primos británicos. Qué tortuosos son los caminos del destino. Camino con ellos y asiento a las palabras del Philodox. Pero titubeo un poco cuando la Maestra del Rito habla.
- Si mi hermana corre tanto peligro, quizás el Concilio de Yellowstone arroje algo de luz, o sirva para ganar aliados - digo, expresando mi esperanza en voz alta -. ¿Qué hará Wyrmfoe cuando lleguen las horas negras de mi Casa? Ya tengo mucho que agradecer a los Matadragones por haber conseguido librarme de las cadenas de mi pasado, pero sólo soy una Cliath y mi manada, por portentosa que sea, sólo es una manada. Y no sé si me querrán a su lado después de esto.
Acepto estoicamente la regañina de Abbot. Sin embargo, aunque mida mis fuerzas y elija con más inteligencia mis batallas, seguiré siendo siempre Renovadora.
- He sido injusta contigo, Thomas Abbot, y debo disculparme. Aunque puede que eso no sea el castigo que tenías pensado, ¿o si? - los Ancianos siempre son enigmáticos.
Al hablarme de Yellowstone, alzo la cabeza, olfateo el viento y me tenso.
- Iré con mi manada. Debo partir cuanto antes para alcanzarlos. ¿El Círculo de Plata acudirá también en el nombre del Protectorado del Norte, nobles Ancianos? - pregunto mientras les sigo.
Mira hacia abajo para verte mejor - Lex-talionis hizo una pregunta parecida, ante una tarea que le dejé. ¿Te parece esto un castigo? No lo es -una mueca extraña aparece en su cara arrugada, parece que fuera una pequeña sonrisita.
- wyrmfoe hará lo que tenga que hacer cuando ocurra el momento. No tenía idea de que la vida de La reina Mary estuviera en peligro. Pero tienes que saber que los rumores que corren hasta nuestros oídos es que su casa esta manchada por el wyrm
Hay mucha preocupación en sus expresiones ahora - ve a yellowstone, primero lo primero, tu manada estará alli. Cuando vuelvan podremos hablar mejor...
Zarpa mayor pone una mano sobre tu cabeza, sientes su energía espiritual allí donde posa su mano - devuelvenos esta gentileza y amor. Tienes que ayudar a tus hermanos de manada a encontrar su destino,
A voz de la umbra, aurora insolente, lex-talionis y a tu alfa
La anciana te mira con mucha paz en el rostro - Los espíritus me han hablado, he pasado el mensaje al theurge de tu manada. No apresures tu corazón kanku-dai, primero escuchen la petición de halcón y luego abracen su destino. Sin lo primero no podrán hacer lo segundo.
Retiro la mano de tu cabeza y se dio media vuelta para marchar con Abbot.
Thomas Abbot dio media vuelta dando por finiquitada la conversación, no sintió necesidad de responder a Alex, pero asintió con un movimiento de la cabeza aceptando las palabras del cliath ¿Significaría eso que no invocarían a Libra-Esterlina? Díficil de saber.
A continuación fueron escoltados por Regina hasta las afueras de la Mansión, las carpas seguían levantadas afuera, aún había movimiento pero era menos que el día anterior. Hacia el lado opuesto del Jardín, cerca de un Roble y un pequeño lago, se erigía una roca mediana, aferrada naturalmente a la tierra. Desde allí Matthew Klaive-silencioso, les abrió el puente lunar que los llevaría hacia yellowstone.
Atrás quedaban los recuerdos vividos tan intensamente en tan solo un día, algo que se estaba volviendo caracterísitico en sus vidas ultimamente ¿Cuando Gaia iba a darles un poco de reposo? ¿era posible tal cosa? ¿Era una falacia? ¿o era el principio de sus vidas, de aceptar sus destinos?
Lo cierto es que antes de cruzar, Eve llegó corriendo de manera atípica, algo poco común en ella dejar la compostura de lado, pero corrió directamente hacia Tyler Jackson y lo rodeó por la cintura en un abrazo. Helen que los acompañaba, ya había asentido antes a las indicaciones que le diera Will, pero no por ello pudo sentirse menos afectada por la reacción de su prima y rompió en llanto abrazando también al joven theurge.
Michael miraba desde lejos la escena, sus ojos se encontraron con los de Tyler, expectantes, había nacido cierto entendimiento entre ellos ¿Se verían las caras en el concilio? No sería descabellado, pero quizás fuera poco probable que aquel garou marchara de aquel modo, lejos de sus responsabilidades.
Eve beso a Tyler en los labios, le entregó una pequeña cajita en cuyo interior había algo solo para los ojos de él.
En cuanto a Amber y Alex las memorias que llevaban de aquel protectorado, los acompañarían toda la vida, pues habían logrado tocarlos de manera muy especial.
Las lecciones abiertas y también las disimuladas, habían sido cuantiosas y si bien la estadía había sido corta, cada acción, cada palabra, cada mirada, no había sido pasada por alto por nadie, ni por los parientes, los garou o los espíritus. ¿Quién dejaría de ver una manada que a todas luces con solo verla se adivinaba que tenían un destino qué cumplir?
Un broche en forma de lo que parece un halcón, con una lágrima y un mechón platinado de su cabello enroscado en una cinta de seda negra.
Todo a la antigua Con Eve. Xd