Partida Rol por web

Perfecto Señor Oldenhaller, ¡un verdadero placer hacer negocios con usted!. Por cierto, ¿podemos echar un vistazo a la casa? ¿Dispone de biblioteca?. Igual podemos informarnos en la misma sobre la joya en cuestión, saber su historia, ese tipo de cosas. Acaba siendo la investigación previa a una misión. ¡Se lo digo desde la experiencia!. Otra cosa. ¿Qué habra de comer?. Lo digo porque lo cierto es que tengo bastante hambre, y si que me gustaría llenar mi estomago con algo mejor que queso rancio, que es lo que hemos tenido que cenar en estos días. Imagino, no obstante, que en una casa tan lujosa como esta, no habrá queso rancio, si no lujosos manjares dignos de los habitantes de la misma. Pero, aunque es una cosa obvia, aparte de saciar mi apetito, me gusta saciar mi curiosidad. De forma sana, claro está, porque ya sabe, Señor Oldenhaller lo que dicen, y es que la curiosidad mató al gato. Mi curiosidad no es tanta como para morir como un simple felino curioso.

Bueno, Franz -digo mirando al hombre que nos tiene que acompañar- ¿Sabes tú que comeremos? ¿qué opinas de la subida de precio de la alcachofa en Aldorft? Desde luego, es un tema con mucha miga...

Podéis consultar la Biblioteca si así deseáis, aunque en esta casa no hay nada en lo referente a vuestra misión...pero pasear por la casa está prohibido, hay personas de calidad que acuden a menudo a consultar a mi amo. Permaneceréis aquí hasta el momento de irse, imagino que para comer os harán algo de ternera, imagino que un estofado o algo así.

¿Han vuelto a subir las alcachofas? Lástima, desde que aquella nevada se llevó las cosechas es toda una pena la es casez de buenos productos en el mercado, y más teniendo en cuenta...

Conversáis largo rato sobre estas cosas de gran interés.

Asiento con la cabeza al escuchar las palabras de Oldenhaller. Nos quedaremos en la casa, y no me movería demasiado.

Me dedico a meditar y relajarme en vista de lo que vendrá al día siguiente.

¿Los guardias no nos piensan quitar el ojo de encima mientras estemos aquí o qué? Ni que fuesemos a robar algo.

Amablemente me dirijo al guardia más cercano.

- Una pregunta si me permite, compadre. ¿Hay en la mansión algun mapa de El Refugio? Aunque sólo sea de las diferentes entradas y salidas. Cualquier información de ese tipo nos puede resultar muy útil.

Tras obtener el mapa y mostrarselo a mis compañeros, lo estudio con detenimiento, memorizando las principales rutas de salida. Dedico parte del tiempo a discutir con mis compañeros sobre la misión.

- Bueno chicos, ¿qué os parece el trabajo? Si os digo la verdad no me hacen ni pizca de gracia los rumores sobre la maldición de la joya, pero la paga es buena, muy buena de hecho. ¿Se os ocurre alguna idea para realizar el trabajo? El Refugio y sus gentes parecen un lugar peligroso y no se si seremos bienvenidos allí. Quizás podamos hacernos pasar por recien llegados en busca de trabajos poco legales o bien hacer uso de la contraseña que nos ha dado Oldenhaller e intentar colar como Sachtzenheimer...

Jeje, hacerme pasar por ladrón, eso se me daría de maravilla...

Echo un vistazo por encima de mi hombro para asegurarme de que ningun guardia nos esta escuchando.

- Y hablando de la contraseña, Dulce Hanah - bajo la voz de forma que sólo mis compañeros puedan oirme - ¿os habeis dado cuenta de que hay un barco en la ciudad con el mismo nombre? Al igual que venía en el papel que encontramos. Muchas coincidencias, ¿no creeis? Puede que nuestro amigo Grolsch sea un Sachtzenheimer.

El Guardia se rasca la barbilla tras tu pregunta:

No, creo que no, no existe un mapa del Refugio, además es un lugar muy impreciso, es un sistema de viejos sótanos, cloacas y tuneles auxiliares. Hay muchas zonas inservibles y de las habitables están llenas de esos criminales. Creo que tendréis que confiar en la suerte.

Mientras algunos rezan, conversan o se mantienen ociosos os sirven una abundante comida de tres platos, judías verdes, pescado asado y un estofado de ternera con zanahorias. Acompañando la comida hay agua y una única copa de vino por persona, no os sirven más. El vino es bueno, un tinto de Nordland, de agradable sabor.

Transcurre el tiempo, de vez en cuando hay pasos por la casa, al final aparece el guardia con ropa de calle.

Es la hora.

El guía os lleva hasta detrás de un almacén, señala la puerta y se apresura a marcharse...

Buena suerte.

Perdón