-Ja!, estos necios se arrepentirán mañana de no ser más diligentes hoy - río abiertamente mientras espero que suban Olaf y Conor.
Sin dejar de vigilar hacia la zona del banquete, le palmeo el hombro a Kellen para indicarle que es el siguiente.
Vale, pensé que estarían vigiladas y que no tendrían acceso a la empalizada.
Olaf saca una cuerda de su mochila:
- Ayudadme a atarmela a la cintura. La amarraremos a una de esas rocas y vosotros la aguantaréis mientras bajo al camino. Luego subid la cuerda y váis bajando vosotros.
Y una vez baja el manco, los demás lo imitáis y váis llegando uno a uno al camino. Una vez allí descendéis la peña de Jormanshalt hacia el campamento de los vanires.
Cuando estáis llegando a abajo, los cuernos empiezan a sonar dando la alarma. Ya habrán descubierto los cadáveres de los sacerdotes o de los guardias. Sin perder ni un momento corréis hacia el corral del campamento donde Olaf y Conor vieron los caballos. Los ensilláis con la mayor presteza y a toda prisa cogéis algunas provisiones para el camino.
Id concluyendo la escena.
Kellen cruzó la empalizada echando un último vistazo a los vanires que allí festejaban.
Escupió saliva sanguinolenta al suelo, mientras se arrepentía de no haber acabado con mas pelirrojos hijos de mil madres...
Tras coger las provisiones, monto en mi caballo ensillado, mientras escuchamos el alboroto que se a montado, sin duda ya se han dado cuenta de nuestra visita:
- Hora de irse... - Propuse, antes de disponerme a espolear mi caballo. - ... Asustemos a los demás caballos, para que puedan tardar más en seguirnos.
Supongo que aquí es donde están todos los caballos, si no fuera así y solo están los nuestros, pues pasamos de asustarlos...
Miro a los demás caballos, - ¿y por qué no los llevamos con nosotros? ,- comento, - nos pueden ser de utilidad para despistar a los rastreadores, y para tener caballos de refresco.
- Aunque con toda esta nieve va a ser muy difícil despistarlos, - me hecho la mano a uno de mis costados aún sangrantes, - a ver si podemos coger algo de ventaja para descansar y vendar estos rasguños.
No se mucho de caballos y no se si es descabellada la idea de llevar varios caballos atados detrás nuestro. Supongo que nos ralentiza, pero no tanto como yendo a pie.
Todos los caballos están juntos en un corral cubierto por un toldo para protegerlos del frío. Así se dan calor entre ellos. Hay una docena de animales ya que la mayoría de los peregrinos han llegado a pie. La mitad de ellos son bestias de carga y están más acostumbrados a tirar de carretas que a ser montados.
En general todos estos caballos son fuertes y resistentes, y están aclimatados para aguantar el frío, pero no son muy veloces. En cualquier caso los que mueren son usados como fuente de carne fresca.
Los cuernos seguían sonando, y otros cuernos respondieron a la llamada en la distancia, tanto en la dirección que debíais seguir como en otras. Los que estáis acostumbrados a tratar con los vanires reconocéis que están avisando de la presencia de enemigos en el territorio. Por suerte para vosotros todos los clanes cercanos están arriba en la celebración. Pero antes de llegar a las Montañas Azules os tropezaréis probablemente con alguna partida de cazadores que intentará interceptaros.
En la cima de la peña reinan el caos y la ira. La celebración se ha suspendido, pero algunos borrachos se han cebado en su rabia con los esclavos, matándolos a golpes o arrojándolos por la roca desde el salto del águila. Los guardias y otros vanires están peinando la parte de arriba en busca de enemigos, mientras que algunos guerreros han empezado a bajar la peña para registrar el campamento.
Recordad que Rorik y algunos de sus hombres subieron la peña a caballo.
Decidme exactamente lo que vais a hacer para poner fin a la escena.
-Venga salgamos de aquí,- digo al tiempo que monto en uno de los caballos, agarro otro par por las riendas que anudo a la silla del mío, para llevármelos.
- Tenemos que sacar toda la ventaja que podamos, aprovechar las horas de oscuridad para alejarnos lo más posible. Me gustaría descansar en algún momento y vendarme las heridas.
Si actualmente es de noche, creo que habría que avanzar todo lo posible para tomar ventaja, dado que de noche seguir rastros es más complicado.
Por el camino voy haciendo uso de mis conocimientos de explorador para buscar riachuelos o zonas rocosas donde haya menos nieve, y por tanto sea más difícil seguir los rastros.
Cuando perdamos de vista las luces del cerro, igual podríamos acampar para retomar fuerzas hasta que saliera el sol. Pues los próximos días serán duros.
¿Cómo lo veis?
Monté mi caballo ensillado, mientras miraba en dirección a los gritos, mientras comentaba a mis compañeros:
- ¿Creéis que sería posible espantar al resto de caballos antes de irnos, para que nuestros perseguidores sean menos?. Solo si tenemos tiempo, claro...
Vale.
Kellen y Olaf subieron a sus monturas y éste último ayudó a Conor a espantar a los caballos, aunque con el frío que hacía no irían muy lejos.
Todavía es de noche cuando abandonáis Jormanshalt. Los gritos de los perseguidores se oyen cada vez más cerca. Y así emprendéis el peligroso viaje hacia las montañas que separan Vanaheim y Asgard, y que os llevará durante varios días por un territorio extremadamente hostil, tanto por los enemigos pelirrojos, como por la propia naturaleza.
FIN DE LA ESCENA