Niord se despide de todos y se va a supervisar las defensas de la ciudad.
Y así, después de tanto tiempo, coméis en condiciones y dormís en un lugar cálido y acogedor. De acuerdo con la palabra de Cnulf, hay fuego para calentaros, carne asada, cerveza e hidromiel. Sois homenajeados y festejados con bebida y canciones. Durante la cena el rey os ofrece una cantidad más que generosa por el cuerno.
Recuperáis todos los puntos de vida perdidos.
Si queréis, podéis añadir algo durante el banquete para concluir la escena. La próxima semana empezamos la escena 4.
Sonriendo y divirtiéndome en la celebración, disfruto llenándome la panza con bebida y comida. Riéndome, tras escuchar una divertida historia de caza al rey, le comento alegremente:
- Una gran noche, con buena comida y bebida, después de una buena pelea. Ahora solo faltaría una hermosa mujer que me calentase la cama y sería la noche perfecta...
Cnulf, ya bastante ebrio se ríe a carcajadas con tus ocurrencias y hasta a punto está de atragantarse:
-Amigo mío, se nota que eres extranjero y no conoces ni las constumbres ni a las mujeres de Asgard. Las aesires al igual que las cimmerias, no se venden por dinero. Tienes que ganarte su afecto de alguna forma. Parece que pasaste demasiado tiempo en el sur con ese manco sinvergüenza y viejo verde. De todas formas, si pasas el suficiente tiempo en Aggersborg, tal vez conozcas a alguna chica decente de cabellos dorados y consigas domarla. Como ya habrás visto nuestras mujeres son muy bellas, pero te prevengo, también tienen un carácter indómito.
Asentí riendo de buena gana:
- Gracias por el consejo, lo tendré en cuenta.
¿No había un burdel en la aldea?. ¿No contradice lo que a dicho?.
-También os recomiendo la casa de baños, dónde podéis quitaros la mugre del camino y usar la sauna de piedras calientes. Así os aliviaréis de la fatiga. El piso de arriba de la casa de baños tiene habitaciones donde alojarse durante la noche, y si estáis muy interesados podéis solicitar otra clase de servicios, ya me entendéis...- Sonríe mientras hace un gesto con sus manos imitando dos pechos enormes.
La casa de baños no es un burdel. El herrero se refería a un par de viejas viudas desdentadas que se sacan un sobresueldo practicando felaciones, masturbaciones y otras artes sexuales. El rey ha oído algo al respecto, pero no va a recomendárselo a sus ilustres invitados. Ya es tarde y el local está cerrado por lo que no admite a más huéspedes. Además esta noche dormiréis en casa de Cnulf.
Si el rijoso y calenturiento Conor lo necesita puede acudir al día siguiente. También puede intentarlo con la gorda esposa de Kjell el tabernero. Pero si se entera el marido puede cortarle el miembro.
Aunque disfruto del festejo, intento limitar la cantidad de alcohol, pues algo en mis huesos no se fía.
No hace pocos días que irrumpimos en una celebración similar y no quería que nos pillaran desprevenidos de igual manera.
Así pues mantengo mi vista pendiente en algunas armas al alcance (no se si nos devolvieron las nuestras), y busco compañía femenina, soltera y receptiva. Les cuento nuestra aventura, sobre todo la parte en la que abatimos al medio centenar de simios caníbales albinos hasta que nuestras espadas embotadas quedaron inservibles...
Observo a Knut y, sonriendo, veo lo que está haciendo, así que opto por hacer lo mismo y buscar a alguna fémina que parezca apreciar mis atenciones. Seguro que con tanta belleza rubia y fogosa, habrá alguna joven y soltera con la que pueda iniciar una conversación...
La celebración es una pequeña fiesta privada, ya que se ha preparado tarde e improvisadamente. A ella asisten el rey con su mujer y un par de vástagos y alguno de sus guardias. Los tres consejeros del rey que habéis conocido, ya que Niord se fue a cumplir sus obligaciones. El bardo que toma nota mental de vuestras historias mientras gorronea todo lo que puede. Y los criados.
Entre los criados hay dos mujeres. Una madurita bastante resultona, rolliza y corpulenta, de pechos exuberantes y poderosas nalgas, escucha con incredulidad la exagerada historia de Knut, pero más pendiente de su aspecto inquietante y su excentricidad que de los detalles de la historia. En cuanto puede se marcha nerviosa a atender otros quehaceres.
Otra criada que no ha llegado a la veintena, delgada de pocas curvas y cara bonita y graciosa se ve atraída por el atractivo físico y la labia del joven Conor. Cuando termina su trabajo sonríe al cimmerio y le guiña un ojo. Conor se alegra de haber cosechado otra victoria en las lides amorosas y se inventa una excusa para ausentarse de la fiesta y buscar a la muchacha para retozar un rato con ella...
El rey ha prometido devolveros las armas por la mañana. Si fuera necesario usar armas esta noche os proporcionaría de las suyas.
Asgard está situada al norte, y Vanaheim al noroeste de Cimmeria, y siempre hay guerras a lo largo de sus fronteras.
–¿Cómo son esos hombres del norte? –preguntó Próspero a Conan.
–Altos y rubios, de ojos azules. Adoran al dios Ymir, el gigante de hielo, y cada tribu tiene su propio rey. Son rebeldes y salvajes. Combaten durante el día y beben cerveza y entonan canciones soeces por la noche.
El Fénix en la espada.
Robert E. Howard
FIN DE LA ESCENA