LA MUERTE DE LOS SOLDADOS.
Parecía que John Dutton confiaba en que la criatura no se moviese más, que estando al lado de aquel que parecía súbdito o amo, el granjero Mogens pudieran tener vía libre; cuando Dutton sacó los explosivos de su mochila y marchó hacia atrás sin sopesar las palabras de recapacitación del neerlandés la criatura se adelantó y de un tremendo salto abrió sus fauces desde los pectorales y fue al primero que devoró.
El cuerpo del soldado quedó atrapado por aquella masa de huesos, saliva y vísceras, y su cabeza y cuello ahora apenas podían verse sobre los hombros, pues acababan de ser arrancados de un impresionante y asqueroso bocado infernal; el cuerpo de John cayó al suelo. En esos momentos el francotirador se olvidó de su rifle, y tomando su granada aprovechó que el demonio de los dientes estaba devorando a John para correr hacia Mogens y detonar su granada delante de él...
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La impresionante deflagración fue la chispa que detonó la dinamita de John, que había caído al suelo justo antes de ser engullido por la Bestia. La explosión de los cartuchos hizo estallar en una segunda y posteriormente tercera explosión al maldito granero por los aires. Como si hubiera amanecido por momentos, la noche y el cielo iluminaron como nunca lo habían hecho en un espectáculo de fuego y casi pirotecnia que hizo envolver todo en derredor en una tremenda bola de fuego candente...
Entonces se oyeron unas balas, unas balas que habían sido disparadas en el momento que su autor era llevado hacia atrás por la onda expansiva. Jhonatan había disparado indiscriminadamente justo en el momento de las deflagraciones al tiempo que era retirado, lanzado como un muñeco de trapo hacia atrás... No llegó a haber heridas por quemaduras, puesto que el cuerpo de Jhonatan reventó en varios pedazos (incluida su arma), y sus vísceras dispersas por los alrededores...
Mejor suerte, si podría decirse así, fue la que tuvo James. Morris también fue golpeado por la onda expansiva, pero no fue impactado de golpe por la deflagración, sino que una plancha de metal que había caído junto a él hizo de pantalla y pudo evitar la metralla. No obstante, fue el único que no hizo caso a los alemanes, que llegaban por la parte trasera, en medio de la noche, y ya os enfocaban con sus linternas. La explosión había paralizado a la compañía que se acercaba, pero no así a la actuación del carro de combate: un gran zambombazo silbó agudamente y provocó un tremendo rugido en medio de la noche: un gran misil fue disparado contra James, el único que quedaba en pie. El impacto justo en su posición hizo levantar una gran humareda de polvo y tierra, y un gran agujero fue horadado por la tremenda artillería.
El infame espectáculo era dantesco y desolador. Los cuatro soldados habían muerto en el mismo minuto, y la compañía de nazis seguía avanzando. Cuando ya no vivíais para contarlo, aquella criatura intentó huir, pero la infantería nazi comenzó a perseguirla en masa, y todos aquellos soldados no sabían que intentar capturarla no era sino caer en otra red como de la que habíais sido partícipes involuntarios. La criatura escapó saltando el muro que delimitada la granja de Mogens y perdiéndose en mitad de la noche.
El depravado y corrompido granjero también había muerto con vosotros, y algunos pasajes de la historia de la Operación Market Garden nunca lograron esclarecerse, como éste. Días después, los paracaidistas de vuestra compañía, habiendo salvaguardado el puente Reildörg hasta la llegada de blindados aliados, estuvieron comentando qué diantres habría provocado la explosión que desde su posición se veía...
LA VERDAD SOBRE MOGENS.
El nombre completo del granjero era Mogens van der Veen. Mogens era realmente un chamán de más de diecinueve siglos de edad capaz de adoptar cualquier forma humana. Fue él quien, hace mucho tiempo, trajo a aquellas criaturas desde otro plano mediante un ritual que logró descifrar de unos escritos antiguos. Las criaturas le concedieron una longevidad antinatural a cambio de traerlas a este mundo para causar el caos y devorar sin piedad. Para ello le pidieron que cada cierto tiempo les entregara algunas víctimas para saciar su sed, y en los últimos tiempo Mogens aprovechó la guerra contra el terror nazi en el territorio francés para tomar presas alemanas y aliadas y concedérselas a las Bestias... Invitaba a los nazis a beber a su casas y luego los entregaba a aquellos seres, y a veces llevaba a soldados extraviados a su granero para ofrecerlos de igual forma...
SOBRE LAS BESTIAS.
Las criaturas ÇTARX vienen de un plano alterno al de la Tierra, igual en dimensiones y estructura, pero separado por un elemento llamado «el manto». El manto es invisible e intangible, y representa una barrera que impide que la materia física de ambos planos pueda traspasarse de uno a otro. El ritual de Mogens hizo que la esencia de las criaturas pudiera cambiar de plano y atravesar el manto, pero no materializarse por completo (de ahí su forma grotesca de fauces en el pecho).
Estas criaturas son expertas cazadoras, de ahí que posean una forma de depredador bípedo, aunque al correr utilicen sus extremidades superiores para saltar y abalanzarse contra su presa. Poseen garras óseas en sus cuatro extremidades y una boca prominente con una dentadura de afilados dientes que les salen hacia afuera. Sus piernas, como las patas traseras de los animales, hacen que su impulso de movimiento sea mayor y puedan ser más rápidas en la carrera que un humano. El color de su piel es grisáceo con tonos marrones, y tienen protuberancias y púas de hueso que cubren toda su espalda.
Además, los ÇTARX necesitan de víctimas humanas para conservar su esencia mundana nuestro mundo, y por ello Mogens actuó como interlocutor entre sus malogrados engañados y los seres. Ahora las criaturas están libres, e intentarán por todos este medio alimentarse sin descanso...