Partida Rol por web

El príncipe decidio permanecer en silencio, las palabras de su prima parecian bastante creibles. Estaba convencido de que Alice podía convencer al caballero sin su ayuda.

Edwards simplemente asiente cuando Alice explica "como se conocieron", ojala funcione y pueda hablar pronto con Alice, no le gusta tener que mantener la boca cerrada. Tantas cosas que contar y tan poco tiempo.

- pues...- el hombre suspira ligeramente - no me parece la mejor de las ideas, pero no quiero perturbarla más majestad - sonrió a a ambos, desde donde estaban, podía verse una de las ventanas y a las personas del evento que estaban llegando - por favor, procurar tomar poco tiempo, estaré por aquí, además, los invitados van llegando y deben tener cuidado, - les pide que los siga hasta una habitación que estaba a mitad de camino, el Ser abrió la puerta que daba a un estudio.

- hablad aquí, esperaré fuera - les indica, y por fin tendrían un poco de tiempo a solas, luego de tanto tiempo sin verse.

Sonrío agradecida y asiento con la cabeza -muchas gracias Sir- tras una leve reverencia entro al cuarto que nos ha indicado acompañada de Edwards, y cuando cierro la puerta compruebo que no hay nadie, y sin pensarlo dos veces le doy un abrazo que casi lo deja sin respiración 

-te echaba de menos... ¿cómo está todo? ¿qué has estado haciendo? ¿cómo estás tú?- lo miro de arriba a abajo cayendo en la cuenta en el tiempo que llevábamos sin vernos y en que, efectivamente, ha crecido, pero creo que no es lo mejor que puedo decir en estos momentos -por cierto... ¿tú estás tonto?- le miro algo ceñuda con los brazos en jarra -mira que venir aquí... ¿acaso no ves que es peligroso? A saber lo que te podría pasar si...- te descubren... No lo digo teniendo en cuenta que, aun estando con la puerta cerrada se podrían oír las cosas desde fuera. Mi mirada pasa del enfado a la preocupación, pero dejando paso en mayor parte a la alegría. -¿Cómo...están las cosas fuera?- incapaz de decir nada más espero a que mi primo responda a las preguntas que le he hecho mientras paseo de nuevo la mirada por el estudio donde nos han dejado entrar. 

Edawrds devolvio el abrazo a su prima con tanta fuerza como lo había recibido. Luego fue bombardado a preguntas, muchas preguntas, cuando su prima se paro un momento a respirar Edawrd respondió ordenadamente a las preguntas en un tono bajo.

- Todo está... no muy bien. Lo que cabría esperar de un sitio gobernado por mi madre que al paso que va despertará al Hacedor de Sombras... pero al menos la resistencia sigue en pie, los guardianes de Landover, refundada y con nuevos miembros. He estado ayudandolos y... buscandote para rescatarte, no he parado de hacerlo, por eso estoy aqui, aunque sea peligrosa. En cuanto a mi estado... bueno, podría estar mejor pero comparado con lo que sufren muchos otros no es nada. Aunque me separe del grupo por razones ajenas a mi voluntad algunos amigos deben estar tambien en la ciudad, entre ellos la hija de la mujer con quien quiere casarse el Zar... ella ya se encargo de que supieramos que clase de persona es. Tambien tengo otros dos amigos que hice por el camino que podrían ayudarme a sacarte de aqui, los dos vuelan y eso nos proporciona una ventaja, solo necesito una terraza despejada donde poder llamarlos sin peligro.

El príncipe suspira al terminar la ristra de respuestas.

- ¿Que hay de tí? ¿Como has estado? ¿Porque te ha enviado aquí mi madre? ¿Te ha hecho daño?

Con una mueca en los labios escucho lo que me dice mi primo, ni en los mejores sueños podría haberme imaginado encontrármelo aquí... 

-El Hacedor de Sombras... hay que detenerla- aunque esto era algo obvio, no puedo evitar el decir lo que pienso -solo espero que se cubran las espaldas y hayan las menos bajas posibles... Me siento una inútil estando aquí sin poder hacer nada... Pero tengo que esperar hasta el torneo, sino le harán daño a una buena amiga mía... Confía en mí- apoyo mi mano en su hombro con gesto tranquilizador -conseguiré salir de aquí, pero no puedes arriesgarte estando aquí, no quiero que te cojan y te encierren o algo peor... 

¿Mi estado?- sonrío de medio lado con cierto pesar -soy una prisionera a la que hoy por primera vez dejan pasear por el castillo. Aunque lo agradezco, así te he podido ver. Y sí, estoy de acuerdo, el Zar no es una persona con la que desearía cruzarme en otra vida. Digamos que la Reina Roja me vendió o regaló al Zar, no me quería, por lo que aquí me tienes, como una marioneta a las órdenes de los demás. Pero créeme, no será por mucho tiempo más, no estoy dispuesta a que mi vida sea así- en mi mirada se puede ver la decisión y fiereza que siento dando apoyo a mis palabras. Con respecto al daño que me han hecho o no prefiero no decir nada, después de todo él también lo ha estado pasando mal y no tenemos tiempo para derrocharlo y contarnos nuestras penas. 

Giro mi cabeza hacia la puerta -no debemos tardar mucho, o Sir Jorah sospechará, es listo, pero me ha ayudado, y aquí es raro que alguien ayude a un preso- entrecierro los ojos llena de odio hacia el lugar, pero al levantar la vista y cruzarla con la de Edwards vienen todos los buenos recuerdos de la infancia y de los bonitos momentos que pasamos, y eso hace que surja en mí una esperanza que creía perdida.

Edwards miró a Alice con una expresión seria, directamente a los ojos, indicando que lo que iba a decir era importante.

- Ya no somos niños, ni tu ni yo, hay cosas que debemos hacer aunque sean peligrosas, se cuidar de mi mismo y creo que tu tambien saber cuidar de ti misma. Por ello si dices que debes esperar al torneo confiare en tu juicio. Mientras yo mantendre un perfil bajo como Malcom, el escudero de Sir Jorah.

Edwards relaja el gesto, acabando de decir lo que tenia que decir.

- Hasta que escapemos el torneo finalice y salgamos de aqui esta sera probablemente nuestra última conversación si no sucede nada fuera de lo ordinario. Saldremos de esta, te lo prometo, pero ambos debemos vestir nuestras máscaras.

Antes de concluir la conversación decidio preguntar una cosa más.

- ¿Y porque debes esperar hasta el fin del torneo?

Comienzo a enredar los dedos de mis manos un poco nerviosa sin saber muy bien qué contestarle 

-Digamos que es más un presentimiento mío que otra cosa... Durante el torneo deben verme viva, además que eso también puede ser un soplo de esperanza para los de la Resistencia... después estoy segura de que conseguiremos escapar sin problemas. Procura que no te vea demasiado Dimitri, no me fío de él, y aunque no sepa quién eres realmente puede hacerte la estancia imposible. Esta noche tengo una cena...- doy un hondo suspiro al recordarlo -intentaré ver lo que puedo hacer desde mi posición para salvar a Helena. 

Soy consciente que hasta dentro de un tiempo no podremos volver a intercambiar palabra alguna, solo espero que las cosas salgan bien - le doy un último abrazo, sé que es momento de volver a salir antes de que sospechen -buena suerte, Malcom- le guiño un ojo y espero a que abra la puerta del estudio. Salgo con una sonrisa algo melancólica  mirando a Sir Jorah -Gracias Jorah. Créame cuando le digo que no encontrará escudero mejor que Malcom. Aunque no hayan sido muy buenas, que digamos, las noticias, me alegra haber sabido algo sobre el reino- inclino la cabeza en señal de agradecimiento a ambos centrándome ahora en mirar más a Jorah que a Edwards.