Adolphus lanzó un nuevo ataque contra Alder. Este le produjo un enorme y sangrante corte que hizo trastabillar al joven pícaro. El dolor era intenso, pero el terror que sentía era lo peor. Iba a morir si no lograba acabar con su adversario, el cual no atendía a razones. En esos momentos se acordó de Ragnar, Chester y Alys... ¿Dónde estarían esos malditos descerebrados? Sin duda estarían fornicando. ¡Qué les aprovechase!
- ¿Últimas palabras, sectario? - Dijo muy serio Adolphus.
Motivo: Espada
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+6)=23 [17]
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 4(+5)=9 [4]
Adolphus CA 20, 17 si Alder finta. PG: -15
Alder CA 17 PG: 1/16
La vida se le escapaba y ya no podía concentrarse ni en hacer una finta como era debido.
Escupiendo al suelo no pudo más que maldecir a aquel indeseable.
-Eso lo será tu madre.
Motivo: Finta
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+6)=11 [5]
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Dificultad: 20+
Resultado: 12(+5)=17 (Fracaso) [12]
Adolphus hizo una mueca al ver como aquel tipo se resistía a morir y en vez de pedir clemencia se metía con... ¿Su madre? Eso quizás lleno de rabia e ira a aquel hombre y quizás por ello, cuando lanzó un nuevo espadazo contra Alder, no logró asestarle un nuevo tajo.
- ¡Mierda! - Murmuró.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 4(+6)=10 [4]
La punta de un virote se clavó en la espalda de Adolphus saliendo por el otro lado del cuerpo de Adolpuhs, cerca del estómago y haciendo que manara sangre abundantemente. Alder pudo comprobar como allí, recién llegado por el otro extremo del callejón, se hallaba Joseph Quartjin tratando de cargar un nuevo virote.
- ¿Eh Alder, qué haces allí? - Le preguntó. - ¿Te está molestando ese tipo? - Preguntó evidentemente etílico.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+2)=18 [16]
Motivo: Ballesta
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+2)=22 [20]
Motivo: Ballesta crítico
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+2)=19 [17]
Motivo: Daño
Tirada: 2d10
Resultado: 8 [2, 6]
Adolphus CA 20, 17 si Alder finta. PG: -15: ataca a Alder y 9 pg
Joseph CA 18: PG 8/8: ataca con virote y causa 8 pg
Alder CA 17 PG: 1/16: te toca!
-¡Ayúdame a capturarlo, con vida a ser posible! ¡Parece que algo sabe sobre las bestias del caos que matamos en el río!-gritó al barquero, tratando de golpearle, fallando nuevamente
Motivo: finta
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 12(+6)=18 (Exito) [12]
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Dificultad: 17+
Resultado: 1(+5)=6 (Fracaso) [1]
- ¡No me atraparás con vida, imbécil! - Alzó la voz Kuftsos.
Acto seguido lanzó un nuevo ataque contra Alder y de nuevo falló. Empezaba a notarse el cansancio y la pérdida de sangre en ambos combatientes.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+6)=17 [11]
- ¿Con vida? - Preguntó extrañado. - ¡Pero si es un maldito asesino! - Dijo con evidente asombro.
Joseph dejó caer su ballesta y agarró una cachiporra a la vez que se movía para ganarle la retaguardia a Adolphus.
Adolphus CA 20, 17 si Alder finta. PG: -15: ataca a Alder falla
Joseph CA 18: PG 8/8: se mueve y proporciona flanqueo
Alder CA 17 PG: 1/16: te toca!
-Empiezo a sospechar que combate al Caos. Pero el tipo es tan efectivo como idiota, y está empeñado en matarme...
Se lamentó, logrando, esta vez sí, colar un certero tajo con su daga.
-Estaría bien poder saber lo que él sabe. Por eso lo digo...
Motivo: Ataque 1
Tirada: 1d20
Dificultad: 20+
Resultado: 11(+5)=16 (Fracaso) [11]
Motivo: Ataque 2
Tirada: 1d20
Dificultad: 20+
Resultado: 17(+5)=22 (Exito) [17]
Motivo: Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 3 [3]
Motivo: Furtivo
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
La estocada de Alder fue prácticamente mortal. El hombre de la barba trenzada cayó al suelo con las manos en la profunda herida que acababan de asestarle en el vientre y allí, tirado como un perro, empezó a desangrarse y moriría pronto si nadie hacía nada por él.
Motivo: Estabilizarse
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 49 (Fracaso) [49]
Adolphus CA 20, 17 si Alder finta. PG: -31: ataca a Alder falla
Joseph CA 18: PG 8/8: se mueve y proporciona flanqueo
Alder CA 17 PG: 1/16: causa 8 pg
- Bu... bueno... - Dijo Jospeh bastante nervioso. - ¿Y ahora qué...? - Le preguntó a Alder. - ¿Nos vamos? ¿Le... registramos?
El barquero parecía con ganas de salir de allí. Acababan de matar a un hombre y no quería que llegaran los guardias de Weissbruck. Eso nunca sería bueno para ellos. Joseph miraba en todas direcciones tratando de localizar cualquier mirada curiosa que no debiera estar allí.
-Mi intención inicial es que no muera y que todo este asunto pase inadvertido para la guardia...-Dijo agachándose junto al herido, observando la herida, para ver qué podía hacer para detener la hemorragia.
-¡échame una cuerda y vuelve al barco si quieres! Así te liberas de cualquier problema que pueda salpicarte. Yo me ocuparé del resto
Recomendó al bienintencionado barquero
- ¿Una cuerda? - Preguntó extrañado. - ¿Por qué crees que llevo una cuerda encima? ¡No tengo ninguna cuerda! ¡Haz lo que tengas que hacer y nos vamos ¿Vale?
Tira sanar!
Alder chasqueó la lengua, mirando al barquero. Sabía que Joseph tenía razón. No estaba en la disposición de ser interpelado por la guardia, no había tiempo para eso.
Viendo como aquel desgraciado se desangraba de manera irrecuperable, el joven pícaro prefirió ser rápido registrándole y abandonar la escena cuanto antes.
Alder rebuscó rápidamente entre las pertenencias de aquel hombre que agotaba sus últimos minutos en la tierra a expensas de un milagro. Portaba una espada larga que parecía de buena manufactura, al igual que su ballesta. Además, su camisote de mallas parecía de muy buena calidad y la capa que portaba a su espalda parecía la de alguien respetable. También portaba una bolsa con monedas y una mochila con algunos objetos interesantes, pero lo que más llamó la atención de Alder fue una carta que llevaba dentro de la misma mochila.
Tirada oculta
Motivo: Estabilizarse
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 5 (Exito) [5]
Espada larga de ggc
Ballesta dgc
Camisote de mallas +1
Capa +1
Bolsa con monedas 37 coronas
Mochila
- Odre
- Petate
- Cuberteria
- Yesca y pedernal
- Lintera de acetie (10 viales)
- ¡Vamos chico, salgamos de aquí! - Insistió Joseph. - Creo que he escuchado algo... - Murmuró.
Con todo aquello de utilidad recolectado, Alder siguió con presteza al barquero.
Alder y Joseph decidieron regresar con el grupo, el cual presumiblemente todavía se encontraba en aquella taberna donde habían visto entrar a Adolphus. No es que Alder tuviera la necesidad de contar lo sucedido a ninguno de ellos, como tampoco la necesidad de seguir viajando a su lado, pero al menos hasta Bögenhafen parecía que sus caminos no se iban a separar y aunque a ninguno de sus compañeros pareciera que les picaba la curiosidad todo aquel asunto, a él si parecía importarle. No, si regresaba a la taberna junto con aquellos tipos era más por informar a Chester de lo que había descubierto, que por otra cosa. Y es que era con el mago con quien mejor amistad había trazado, aunque tampoco fuera nada del otro mundo.
Además, Jospeh había insistido y no podía quedarse sin tripulación a esas alturas del viaje. El Shaffenfest no esperaba a nadie y si quería vender su vino, no podía llegar tarde. Cosa que pasaría si tenía que ponerse a reunir de nuevo una tripulación. Por ello, los dos avanzaron a paso ligero hacia la posada. Escucharon de fondo gente correr hacia el lugar donde habían combatido contra Kuftsos y escucharon un silbato, posiblemente la guardia de aquel lugar ya estaba al tanto de lo sucedido.
Fuera como fuera, llegaron sin mayor inconveniente a la posada. Al abrir la puerta, los tres personajes que habían viajado con Alder desde hacía semanas, se encontraban todavía sentados en la misma mesa y los tres individuos sospechosos que el posadero había identificado como posibles aliados de Adolphus Kuftsos, ya no estaban allí. Eso hacía indicar que a cualquiera de sus tres compañeros le importaba una onza de pan todo aquel asunto y aún así, Alder se acercó a ellos junto con Jospeh.
De pronto se abrió la puerta de la taberna y cruzaron el umbral de la misma dos caras conocidas. Se trataba de Alder y Joseph, el barquero. Los tres compañeros que habían permanecido un rato en la taberna, seguían sentados en la misma mesa donde Alder les dejó una media hora atrás. Habían bebido y cenado a gusto y se preparaban para marchar al barco a dormir. El viaje hacía Bögenhafen seguía al día siguiente y querían estar descansados. Además, Ragnar y Alys quizás quisieran seguir practicando alguna que otra técnica, aunque eso es sin duda, otra historia que no será contada en esta aventura.
Alder y Joseph se acercaron a la mesa. El joven espadachín portaba la ropa desgarrada y manchada de sangre y caminaba con cierta dificultad. Para cualquiera era fácil deducir que había tenido un encuentro no demasiado amistoso con alguien. Los dos se sentaron alrededor de la mesa y pidieron una cerveza al posadero y algo para echarse a la boca, estaban hambrientos. Fue entonces, cuando Alder, tras mirar en todas direcciones de la posada tratando de encontrar ojos curiosos, comenzó a narrar lo sucedido.
Lo primero que hizo fue sacar una carta y ponerla sobre la mesa para que todos pudieran leerla.
Cuando todos hubieron leído la carta, fue Joseph el que comenzó a contar lo sucedido.
- Quería ir a la posada del Hombre Feliz. - Comentó Jospeh. - Dicen que tienen muy buen vino allí. Me hubiera gustado probarlo. ¡Mira que he estado veces por Weissbruck y nunca...! - Guardó silencio por un momento. - Me estoy desviando del tema... - Carraspeó. - Escuché sonido de combate en un callejón y nunca pensé encontrarme a Alder peleando contra ese tipo rubio de barba trenzada. Faltó poco para que nos matara, la verdad... - Dijo blanco como la nieve. - Suerte de mi ballesta... - Sonrió. - Pues bien, Alder me ha contado lo que estaba pasando. Ese tipo os estaba siguiendo desde hacía tiempo y bueno. Parece que te ha confundido con otro tipo, el de la carta... - Le dijo a Chester. - Por suerte, ya no tendréis que preocuparos por él. - Soltó una carcajada. - ¿Queréis otra cerveza? ¡Yo invito a otra ronda! - Les miró serio. - Pero que sea la última, que mañana tenemos que zarpar hacia Bögenhafen. - Su sonrisa se hizo más patente. - Aunque quien dice la última dice la penúltima o la antepenúltima. ¡Jo, jo, jo! - Rió con muchas ganas.