Toda la información que recibió de golpe hizo que el enfado de Chester empezara a esfumarse. ¿Cómo se le había ocurrido gritarle así a Ragnar? Podía dar gracias de que no le hubiera arrancado la cabeza de un mamporrazo. Para disimular y ganar tiempo, el mago se quitó las gafas y se masajeo los ojos como si estuviera cansado.
—Por favor... dinos todo lo que sepas.
-Bueno, no soy demonologista ni experto en teología del Caos, pero juraría que Alys comentó algo de un culto llamado "La mano púrpura", por lo que me parecería demasiada coincidencia que esos dos menganos cualesquiera se hayan tatuado unas manos púrpuras por obra y gracia de la casualidad...-se encogió de hombros.
-Y en cuanto a los cualesquiera, puedo deciros que son los mismos que nos cruzamos nada más llegar a Altdorf, aquellos que no le quitaban ojo a nuestro amigo aquí presente-dijo en referencia a Chester.
-Y puedo añadir que el que los ha matado es el mismo rubio con el que se juntaron y se metieron en una casa a nuestra llegada. Y que se llama Kuftsos
Era indiscutible que el joven imperial era experto en la recogida eficiente de información, a la vista de los acontecimientos
Ragnar seguía sin entenderlo, y dado que Álder parecía saberlo todo le siguió preguntando:
—Entonces esos tipos se reunieron con ese Kuftos en una casa, y él mató a los dos. ¿Por qué se juntarían con él si eran enemigos? ¿Los ha traicionado? ¿Crees que Kuftos sabe quién es Chester en realidad, nos está ayudando o nos puede ayudar?
-Bueno, hasta ahora os he dado las certezas que tengo...-se rascó el mentón-Y según la cara que puso uno de los dos fiambres al recibir el disparo, me juego mi mano buena a que tenían al tal Kuftsos por aliado-añadió.
-En los otros puntos prefiero no avenrturarme demasiado, mientras no sea estríctamente necesario, puesto que no dispongo de suficiente información para sacar un relato completo y lógico..
—¿A qué esperamos, entonces? —dijo, cargándose el hacha al hombro—. Vamos a hacerle una visita al rubio y que él nos saque de dudas.
No le dijo nada a Chester. Ni Ragnar ni él eran mucho de prodigarse en palabras. Prefería actuar y que los demás se hicieran su propia opinión. Y si no les gustaba lo que hacía ¡que se fueran al infierno!
Alys se pasó la mano por el cabello, todavía estaba aturdida y el exceso de información le dio vueltas en la cabeza, rebotando por su cráneo como una pelota sin llegar a asentarse del todo.
-Lo siento, pero no he entendido nada -confesó-. ¿Qué es lo que ha pasado y por qué? ¿Os habéis metido en líos?
—Esa gente de la Mano Púrpura me quiere muerto—dijo con voz seca Chester, todavía estaba un poco cabreado para no dejarse llevar por el terror—. Esa gente que hace tratos con los mutantes del caos.
Pero no aguantó mucho más.
—¿Dioses en qué me he metido?—dijo llevándose la mano a la cara.