Partida Rol por web

Cuando escucho las palabras en rumano, las cuales no entiendo en absoluto, me acurruco más en mi posición. Pero entonces veo que nos ven, nos hacen salir. Registran a Neil y a Jonathan, me aprieto más la capa y estoy a punto de gritar pensando en lo que me puede pasar a mí. Por suerte nadie me registra. Nos llevan ante un sujeto que tiene un montón de anillos y cosas exuberantes. Los otros le dicen Blat y habla inglés. Nos pregunta qué estamos haciendo en su tren de mercaderías.

Se vé un gesto que hace y traen a un prisionero que vocifera en su misma lengua natal. Además están armados, por si todo esto no fuese lo suficientemente jodido.

Me quedo sin aire por unos minutos. Pienso en todo lo que nos puede pasar. Me muerdo el labio despacio.

"Ellos se arriesgaron por tí antes... jugaron sus vidas por tí. Es cuestión de honor"

-Es... estábamos escap... escapando de una secta que nos quería matar. Nos...nos meti metimos en el primer tren que vimos pasar y nos escondimos para poder volver a nuestra casa... No no sabíamos ni a a adónde iba el tre tren.

Tartamudé algo pero tenía mucho frío y miedo.

"Listo, haz hecho lo correcto. Quizás Neil y Jonathan puedan volver, la única loca sin identificación eres tú."

Miré al suelo, realmente abatida.

Blat mide alrededor de 1,80 y aparenta unos 45 años. Lleva el pelo rapado con unas importantes entradas, y unos inquietantes ojos negros resaltan con sus enrojecidos labios. Se toma la situación con bastante naturalidad, y demuestra tener un retorcido sentido del humor.

- Qué ? Una ssecta ? Y habéiss acabado porr cassualidad en MI vagón ? Esperras que me crrea esso ? - dice con ironía.

Los chicos que le rodean, sus secuaces, ríen la gracia sin mucho convencimiento. Tras eso saca de su chaqueta un frasco y una jeringuilla. En el frasco hay unas iniciales claras: LSD, y tras llenar la jeringuilla se la inyecta al prisionero que no deja de balbucear amargamente. Luego saca una enorme navaja, le raja la ropa y el pecho y sus hombres le espantan hacia el bosque.

Apenas podéis creerlo, pero todos se ríen mientras contemplan al pobre hombre huir hacia un futuro sombrío.

El espectáculo que el hombre ese presentaba a mis ojos era menospreciable. Era seguramente algún mafioso o peor. No sé si no nos creía o no le interesaba. No supe qué contestar a su pregunta, yo estaba diciendo la verdad. Temía meter la pata, miré a los chicos desesperada. Si salíamos corriendo nos bajaban de un tiro y si nos quedábamos... ¿qué? Nada se me ocurría más que seguir con la verdad.

-Somos participantes de un concurso de lite ratura... nos secuestraron de nuestro hotel y nos iban a matar a todos. Sólo queríamos escapar.

Cansada, con frío, entumecida, como si no pudiera realmente pensar las consecuencias de mis palabras, agregué:

-¿Acaso tratar de sobrevivir es un crimen? No nos queríamos meter en su tren, sólo queríamos meternos en un tren y volver a nuestros países. Ibámos a bajarnos antes pero no se detuvo nunca.

Luego finalmente me callé. Ya había dicho todo lo que podía. Más, con un sujeto así, sería para peor. Ahora dejaría que mis compañeros hablaban si querían, ya no tenía nada que decir.

En realidad venimos de vacaciones. Unos tipos que consideraba unos "amigos" nos gastaron una broma y nos encerraron en este vagón.... pero no era nuestra intención robar nada, ¿eh? por favor, ¿dónde estamos? dice descubriendo que las palabras de Yael no están surtiendo efecto.

De hecho creo que nos tenemos que ir ya. Me esperan para cenar. dice Neil, tartamudeando bastante y hecho un manojo de nervios. Su chillona y ceceante voz puede que no sea lo mas idñoneo a la hora de negociar con este par de mafiosos.

LSD!!! ¿Eso lo tomaban los hippys? a lo mejor me sienta mal al estómago.

Blat escucha atentamente doblando la oreja para no perder detalle. Sobre todo cuando escucha a Neil no puede evitar una mueca divertida, seguidamente compartida por todo sus secuaces. Dos de ellos están en el vagón y los otros dos se han puesto tras de él. Vosotros estáis en tierra firme. Al fondo, el bosque frondoso mantiene una densa niebla, y los gritos en rumano del pobre hombre hace tiempo que se apagaron.

- Hey, porr supuessto ! Me habéiss convencido chicoss !! - suelta Blat abriéndose de brazos. Enseguida vuelve a su pose normal y su gesto se tuerce en una mueca seria - Philip, mátalos.

Blat se da media vuelta y se marcha con sus dos hombres, mientras los otros dos se dirigen hacia vosotros.

El llamado Philip rompe un trapo que ha cogido del vagón y os venda los ojos uno a uno. Lo último que alcanzáis a ver con la vista es la imagen del otro tipo encañonándoos con una pistola intimidatoria de grandes dimensiones.

Después de eso sois conducidos (empujones incluídos) hacia el lindero del brumoso bosque cercano. Yael, muerta de frío, apenas puede creer lo que le está sucediendo y solo piensa en volver a casa con su familia. Neil imagina que el final de esta aventura aún no ha llegado, y que algo ocurrirá antes de que aquellos tipos acaben con ellos. Jonathan piensa en escapar, salir corriendo, pero sabe que apenas andaría unos metros y un disparo lo fulminaría; decide esperar, esperando el momento. De repente...

BANG !!!

Y un golpe seco de algo que cae sobre la nieve.

BANG !!!

De nuevo un golpe seco.

BANG !!!

Silencio, oscuridad.

[FUNDIDO EN NEGRO]

Jon? Yael? ridiculamente Neil mira hacia los lados aunque la venda que cubre sus ojos hace que no pueda ver nada con lo que su gesto es inútil.

Veamos, han sonado tres dispoaros y han sonado tres golpes sordos de algo que cae al suelo. ¿qué pasaba ahora? veamos, el manual de Wraith decía que ahora debería venir alguien a buscarnos y nos llevaba ante Caronte.... ¿tendría algo de razón el tipo que diseñó el juego?

No os preocupéis. Ahora somos Wraiths. Y creo que nos ha sido otorgado el poder de vengarnos, por eso estamos todavía en este mundo. Ahora creo que podemos desarrollar unos poderes que nos ayuden en nuestra tarea. Neil habla con toda la frialdad del mundo, como si esperara este momento desde hace tiempo y no le impresionara en absoluto.

Otra vez los disparos. Recordé al campamento nazi. El tío ese con la esvástica en su maldito brazo y el judío que murió intentandome ayudar. Entonces escucho los tiros, antes de desvanecerme recuerdo algo que me tranquiliza: aquella vez no morí. De hecho casi no me paso nada real, ¿qué tiene de diferente ésta?

Escucho a Neil y le contesto.

-Sé fuerte, no nos pasará nada, sé fuerte.

Claro que no nos pasará nada... ya nos ha pasado de hecho.
Voy a quitarme esta estúpida venda y creo que también el ectoplasma que me recubrirá los ojos si no me equivoco