Partida Rol por web

Un estruendoso sonido os despierta. Al abrir los ojos comprobáis que estáis en el asiento de un avión. una voz resuena de un altavoz e indica a los pasajeros que se abrochen los cinturones, pues estáis a punto de aterrizar en el aeropuerto de Lyon, en Francia. (¡Como al principio del viaje, cuando las pesadillas comenzaron!).

Sentís una sensación de paz interior y comprobáis satisfechos que vuestras ropas vuelven a ser las que teníais antes de que toda la reciente locura pasara. Aún así, no podéis evitar cierta oonfusión. ¿Acaso ha sido todo una pesadilla? Esa paz interior os dice que no, pero la mente no puede evitar la pregunta.

Poco después el avión aterriza y llegáis a la terminal del aeropuerto. Por un instante esperáis volver a ver a Danisse, la guía, con un cartel de la Black Sabbat y esa bonita sonrisa en sus labios mientras se presenta. Pero Danisse no aparece. En su lugar véis unas caras conocidas. Cuando vuestras miradas se cruzan sentís cómo vuestro ser vibra de una manera especial y os acercáis para encontraros.

Cuando despiertas encuentras un curioso lbro bajo tu regazo, aunque no recuerdas haber tenido ninguno cuando iniciaste el viaje. En la portada puedes leer la palabra "Diario", escrito por una tal Raquel. Pronto lo recuerdas y examinas inquieta su contenido. Todo está tal cual lo leiste en el claro de Drind-Gadet, pero con unas páginas añadidas.

"Gracias a los héroes anónimos que todos los días salvan al mundo de su cruel destino, sin más recompensa que las heridas de sus mentes y sus cuerpos, gracias, mil veces gracias.

Fdo: Helena, Hans, David, Raquel..."

La lista es larga, más de mil nombres inscritos en la firma, entre los que destacas los nombres de Hans y Helena (tus compañeros de viaje) y los de David y Raquel.

Cuando despiertas te sientes algo confuso. Hay un periódico en el asiento de al lado, y un relevante artículo te llama la atención.

"La editorial Black Sabbat ha sido absorvida por la empresa multinacional "La Estrella Negra", después de que sus directivos desapareciran en extrañas circunstancias."

Guardo el diario en mi mochila. Los dedos me tiemblan, siento una sensación de ansiedad y a la vez tranquilidad. Me siento confundida pero a la vez segura. Es como si todos los sentimientos opuestos convivieran en mí pero en una clara armonía. Entonces veo a dos caras que para mí significan el mundo, al menos desde que entré en este concurso.

Contengo la respiración unos segundos.

"Fue verdad, sé que lo fue. Ellos deben saber quien soy. Yo no imaginé todo esto. Y si no lo saben, lo único que pierdo es que me tomen muy en serio. Puedo vivir con eso, después de todo lo que me pasó, puedo vivir con eso totalmente."

Salgo hacia ellos y los abrazo.

-Neil, Jonathan. ¡Estáis bien! ¡Gracias, gracias desde el fondo de mi alma! No hay suficientes minutos, horas, días y años para que os diga lo mucho que significan para mí.

Las lágrimas caen de mis ojos sin poder yo evitarlo, pero tampoco me importa.

Un joven delgado y alto, vestido con un sobrio traje marrón oscuro y camisa blanca se acerca caminando por la terminal del aeropuerto. Colgando del brazo lleva un largo abrigo y con la otra mano tira de un carrito en el que lleva un par de maletas de piel.

Cuando los ve (una muchacha japonesa y un chico inglés de enormes gafas) se queda quieto, mientras el resto de la gente pasa a su alrededor. Sus ojos no dicen nada, ya que unas pequeñas lentes verdeoscuras los ocultan por completo. Después se quita las gafas y las deja caer sobre el abrigo, que también ha caido al suelo, junto con las maletas olvidadas.

Los mira con ojos enrojecidos. ¿Es ésta la primera vez que se ven de verdad? Si todo lo anterior ha sido un sueño ¿todo lo vivido estos días ha sucedido realmente?
Jonathan teme que no le reconozcan. Aunque ello implicase que los terribles acontecimientos sufridos nunca hubieran tenido lugar. Aunque ello significase que Hans y Elena no hubiesen muerto.

Si no lo reconocen, los habría perdido también a ellos.

Pero entonces Yael corre hacia ellos dos y los abraza entre lágrimas. Y a Jonathan se le dibuja una sonrisa en el cansado rostro y los abraza con fuerza, riendo aliviado porque están bien, porque sus amigos están bien y están todos juntos de nuevo.

Porque la pesadilla ha terminado. Y esto es un sueño hecho realidad.

Dirigiéndose al punto de encuentro se encontraba un chaval bastante joven, algo despeinado, vestido con una camiseta de algún grupo heavy descolorida de tanto lavar, y una camisa de cuadros por fuera de sus tejanos.

Con una pesada mochila escolar a la espalda y una poco práctica anticuada maleta parece acongojarse ante la presencia de mas personas en el punto de encuentro, con las que acaba de soñar. Y parece que todo ha sido mutuo. Aquellos con los que ha soñado le abrazan.., ¡¡¡todos le abrazan!!!!. Su alter ego en el mundo de los sueños ha conseguido llegar al mundo real. Por fin es un tipo importante, querido y respetado.

No fue un sueño ¿verdad?...hemos viajado juntos... Creo que debemos irnos antes de que nos vea... Denisse y nos lleve a Viena...

-Ni lo digas dos veces. Jonathan, Neil, ¿qué tal si vamos a tomar algo? Yo no quiero quedarme a ver a esa perra- no podía creer lo que decía, pero luego recordé a Hans y Helena -chicos, esperad. ¿Recuerdan a Hans y Helena? No deberíamos permitir que les pasen esas cosas. De todas formas, quizás ni haga falta. Tal vez realmente esta pesadilla no tenga segunda parte. Aunque habiendo visto tantas historias de horror no lo aseguro. Vosotros decidid.

Hans y Helena han muerto en la tierra de los sueños. No podrán volver a entrar. No les pasará nada. dice orgulloso y con la autoridad que le da ser una eminencia en cosmogonia lovecraftiana aplicada a las ciencias lúdicas. Si se escuchara a si mismo pensaría que podría ser catedrático en la universidad invisible de Ankh-Morpork.

Creo que al hacer... lo que hicimos... el mundo cambió. O al menos cambió para todos excepto para nosotros, que fuimos los únicos que lo vivimos.

Jonathan se agacha para recoger el periódico y mostrárselo a sus amigos.
¿Veis? Black Sabbat ni siquiera existe ya.

Me parece que ya no tenemos que preocuparnos por esa secta que secuestraba a los ganadores del concurso literario. El Ente desapareció, y con el Ente todo lo relacionado con él...

El joven escritor recoge sus cosas del suelo y mira a Yael y Neil. ¿No tenéis hambre? ¡Vamos a celebrarlo con una cena! Invito yo, por supuesto.

Jon sale de la terminal junto a sus amigos. Una sonrisa poco habitual en él le ilumina la cara.
¡Sabía que teníais que ser reales! ¡Sois demasiado geniales como para ser un sueño mío!

Vamos a la ciudad. Vamos a Lyon. Estoy buscando un libro que no puedo encontrar en Inglaterra y quizás aquí... o en Japón. ¿Yael? ¿Conoces Appleseed? verás necesito urgentemente el número 36 aunque sea en versión original....

-¡Síii! Vamos a comer algo. Después les puedo enseñar a tomar sake. Pero debéis tener cuidado, realmente tiene una gran graduación alcohólica. Después pasamos a buscar tu libro, aunque mejor antes, con esa bebida quizás no diferencies los títulos- digo riendo a Neil.

Les digo mientras voy en medio de ambos, poniendo un brazo sobre cada uno de ellos.

Creo que hace mucho tiempo que no me sentía tan a gusto sin dejar de ser yo.

Y así, los tres escritores se convirtieron en personajes de una historia de terror. Realmente el viaje había sido una experiencia, una pesadilla con final feliz.

Al comprobar la fecha del periódico comprobaron que, efectivamente, los días habían pasado. Danisse no apareció por la terminal, Hans y Helena tampoco, pero a buen seguro se encontraban en un lugar mejor. Yael abrió el diario con el que se encontró al despertar y lo comunicó entre lágrimas de emoción a Jonathan y Neil.

"Gracias a los héroes anónimos que todos los días salvan al mundo de su cruel destino, sin más recompensa que las heridas de sus mentes y sus cuerpos, gracias, mil veces gracias.

Fdo: Helena, Hans, David, Raquel..."

Aparecían más de mil nombres, todas ellas víctimas del Ente, engañadas a través de la Black Sabbat, ahora desaparecida, cuyas almas habían estado atormentadas desde hacía mucho tiempo. Pero ahora todas esas almas habían sido liberadas.

Comprobaron la existencia de Drind-Gadet, un pueblo que al parecer fue arrasado por el fuego y del que tan solo consiguió salir ilesa una niña cíngara con el nombre de Carmen.

Finalmente, los tres personajes tenían una historia que contar al mundo con vívidas impresiones, un Bestseller que a más de uno llegaría hasta lo más profundo de su ser.

FIN