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Hugo nació en Salkalten uno de los pueblos fundados en un intento fallido por atraer el comercio de Marienburgo. Antes de la guerra era un apacible pueblecito dedicado a la pesca, el comercio y el contrabando que descansaba casi olvidado frente a la carretera de Middenheim a Erengrado.

Hugo pese a ser Halfling había nacido en Ostland y su carácter era como el de cualquier Ostlandés, es decir avaro y cabezota. Su apellido viene de hace varias generaciones cuando su familia vivía literalmente debajo de un puente. Este puente era usualmente transitado por gente que venía del río de coger agua y pasaba bastante a menudo que el agua de las ánforas se vertía en el puente y esta se colaba por las rendijas de las maderas para luego caer encima de la familia de Hugo y sus pertenencias.

Los inicios de la familia en tierras del Imperio no fueron muy buenos, y menos en unas tierras tan inhóspitas y agrestes como Ostland, rodeada de las montañas centrales, donde se decía que imperaba una extraña maldición provocada por sacerdotes enanos en un intento de proteger los tesoros de una fortaleza abandonada hace ya muchos años. Por otro lado estaba el bosque de las sombras, que se extiende hacia el suroeste desde la frontera con Nordland hasta el río Talabec, y es lo que se le viene a la mente a casi todo el mundo cuando piensan en Ostland. El Bosque de las Sombras parece el desván de un hechicero loco: su interior alberga muchos y extraños secretos, algunos incluso más antiguos que el propio Imperio y que es mejor no desvelar jamás. Los leñadores y demás personas que se adentran en el bosque aseguran que hay veces, cuando no están mirando, en que el bosque reconfigura sus senderos para confundir a quienes le enfurecen, y hasta puede que para conducirles a la muerte.

Por lo tanto la familia de Hugo había subsistido prácticamente a base de "Sopa de piedras" como dirían los hermanos Imperiales de los Ostlandeses. Los Ostlandeses son célebres por su capacidad de supervivencia, se dice que son capaces de comerse lo que sea y existen varías canciones satíricas acerca de su famosa "sopa de piedras". Son tan creativos en su frugalidad que, según un chiste popular en el Imperio, los ostlandeses hacen "sopa de piedras" con una sola piedra por miedo a desperdiciar buenas rocas. Aunque esto es una exageración es cierto que los ostlandeses son expertos a la hora de aprovechar al máximo lo que tienen, y que no les gusta tirar nada si todavía puede resultar útil para algo. A veces el conservadurismo les ha costado caro, como cuando los predecesores de von Raukov (el conde elector actual) se negaron a emplear armas de pólvora porque de ese modo se desaprovecharían unas espadas y lanzas perfectamente útiles.

Su padre desde jovencito le enseñó el uso de la Honda y la Ballesta, así como el uso de la red para atrapar presas pequeñas. Hugo demostró una gran disposición al uso de armas de proyectiles y la caza abundaba bastante debido a que los territorios que rodeaban Ostland están prácticamente inexplorados.

Durante la guerra Archaón estuvo a punto de entrar en Ostland pero los obstinados Ostlandeses eran un hueso duro de roer para las tropas de Archaón aunque este no los consideraba más que un obstáculo menor en el camino a Middenheim. El pueblo de von Raukov defendió cada centímetro de terreno con uñas y dientes, a menudo luchando por una causa perdida, pero consiguieron obligar al enemigo a vadearlos para poder seguir con sus planes.

Hugo estuvo en la guerra de Bohsenfels, se unió a las tropas bajo las ordenes del Conde Elector von Raukov en el año 2522. Pese a ser un pueblo de no más de 350 habitantes Bohsenfels descansa sobre unas rocas enormes bajo las cuales hay túneles y cavernas. Fue parcialmente destruida pero no cayó ante las fuerzas del Caos. Hoy en día apenas tiene unos 100 habitantes pero está presente en todos los brindis de todas las tabernas de Ostland.

Hugo volvió de la guerra cambiado, no en su aspecto físico ya que seguía luciendo su tremenda barriga, si no más bien en su carácter. La lucha contra el Caos le había inspirado a ser una especie de justiciero y en contra de lo que se suele pensar de los Halflings, que son poco belicosos y más propensos a servir de criados o cocineros que a ser soldados, Hugo decidió que se dedicaría a ser un justiciero.

Entonces acabó la guerra y Salkalten es ahora un hervidero de actividad. Tras la derrota de Archaón en Middenheim, el Conde von Raukov ha llevado su ejército al norte y ha establecido temporalmente la capital en Salkalten, sustituyendo a Wolfenburgo cuya ciudad ha quedado reducida a cenizas, uno de los pocos pueblos que no fueron saqueados por los invasores. Desde aquí ha enviado agentes para recuperar el contacto y el control de los demás pueblos de la Marca Septentrional, Birkewiese y Bohsenfels. Mientras contrata mercenarios y reúne todas las fuerzas ostlandesas que quedan, ha convertido Salkalten en un núcleo de actividad diplomática. Von raukov ha enviado a Marienburgo al gobernante de Salkalten, el barón von Wolder, para negociar préstamos que le permitan contratar más tropas, al tiempo que envía emisarios a la corte del Emperador para solicitarle el apoyo de parte de la Reiksguard para la campaña venidera.

Salkalten también bulle con otro tipo de actividad: el espionaje. Se rumorea que unos agentes de las fuerzas del Caos establecidos en Ostland se han infiltrado en Salkalten y en otro pueblos para averiguar los planes del Conde y si, ello fuera posible, sabotearlos. Mientras tanto los Condes de Nordland y Talabecland tienen planes para postrar a Ostland.

Este marco presenta a Hugo una oportunidad increíble ya que todo sospechoso de espionaje, ya sea por parte de las fuerzas del Caos o de los otros Condes, es denunciado y se le pone precio a su cabeza.

Hugo sin dudarlo se inscribió entre los cazarrecompensas del Imperio y esta a punto de tener su primera aventura.