-Vaya, pues eso si que sería beneficioso para todos. Adamantina se ve poco por aqui y podríamos venderla a un precio que nos permitiese mejorar la forja-dijo compartiendo el entusiasmo de la enana- ¡Espero que tengas mucha suerte!
Era un poco antes del medio día cuando los cinco enanos se reunieron en la puerta del sur. Okkar ya estaba allí, esperando, con una gran mochila a su espalda de la que colgaba una ballesta a un lado y un escudo redondo en la parte de atrás. Llevaba un camisote de mallas debajo de la ropa y un hacha de mano colgando de su cinto. Un aspecto mucho más amenazador que el día anterior. Les recibió con una sonrisa.
-¡Buenos días! Espero que esteis listos y lleveis algo de comida, por que no pararemos hasta la noche-dijo animado por el viaje. El grupo así se despidió de Aguas profundas para ir al Nudillo y buscar el legado del Clan Manoacero.
Fin del capitulo