Ya un poco un poco menos temerosa de mis palabras por la actitud amigable que mostraba el historiador hacia nosotros le contesto:
- Encantada Adaran, yo soy Keyla, elfa exploradora y participante de la misión en la que nos ha embarcado nuestro amigo Morgran, la verdad es que no nos dio muycha información sobre ella, pero sabemos que tiene relación con esa mina de la que estabais hablando.
Adaran parece sorprendido y su rostro se ilumina ante tal confesión al vislumbrar una posibilidad de cumplir lo que se proponia.
-¿¡Vais a entra en la mina!? ¡Que suerte la mía! -Dice esbozando una sonrisa- ¿Puedo proponeros un trato? ¡Saldríamos todos beneficiados!
¡Que agradable sorpresa encontrar a otro mago por estas tierras!, y ademas tan interesado por la historia de civilizaciones antiguas.- dice Sigimund- al oir al otro mago, se siente muy comodo estando con otro humano con sus mismos intereses.- Estaría encantado de ayudarte, pero primero quisiera hacer una simple pregunta: ¿Exactamente que quieres conseguir de esas minas? ademas de conocimiento, por supuesto, mi querido amigo.- en realidad sigimund no le interesa mucho las intenciones del historiador, solo hacia la pregunta para ver si podia enterarse de algo que los enanos nunca le contarian.
He estado atento a la conversación y no me gusta el camino que lleva. Se me ha enseñado a pensar antes de actuar y ciertamente no soy muy brillante. Le preguntaré a Leuden que opina del asunto.
Sin alzar la voz y en un tono más bien bajo, pero sin susurrar, me dirijo a Leuden.
Quién nos ha contratado es Morgran creo que estamos sobrepasándonos en nuestro cometido. Me gustaría saber vuestra opinión al respecto.
Cuando Galombor mira a Leuden, este ya esta de brazos cruzados y ceñudo ante lo que esta viendo y escuchando. En un tono similar al del draconido le contesta.
-Creo que tienes razon, no me gusta como esta iendo la conversación, parece una persona muy interesada, y por la discusión que ha tenido con el enano, no se preocupa lo mas minimo por estas gentes, no creo q debieramos ayudarle, es a este pueblo al que debemos ayudar.
Adalan responde cortésmente al anciano.
-¿También sois mago? Que grata sorpresa... En ese caso comprenderéis que el conocimiento tiene un valor incalculable, es merecedor de nuestro tiempo y estudio... Lo que pretendo es estudiar la historia perdida de esta sociedad ya extinta, no puede quedar en el olvido ni ignorar que haya existido. No espero encontrar mayor bien que el conocer y el tener material suficiente para mis manuscritos.
Ya que sus compañeros no parecen estar por la labor de ir a una taberna y como el enano les ha dejado tirados en la calle sin darles posibilidad de diveritrse sin el riesgo de perderse y no volver a verle, Tarmi decide atender a la conversación a regañadientes, más por no aburrirse que por otra cosa.
Como es habitual en él, no se fia de nadie que no conozca, y el intercambio de información tan directo y abierto que están teniendo sus compañeros con el supuesto historiador le hace torcer el gesto Ingenuos, haciendose amigos y contándoles su vida al primero que pasa, no se como han sobrevivido tanto tiempo, la verdad... por lo menos hay dos que piensan parecido, aunque no comparta sus motivos. Piensa refiriéndose a Galombor y Leuden. Al primero no lo traga, siempre con sus chorradas sobre el honor, y el segundo por ahora está consiguiendo lo más parecido que ha conseguido nadie nunca a caerle bien, aunque su forma de pensar sigue teniendo unas bases inocentes, demasiado para él.
No se trata de no ayudarle porque no ayudemos a esta gente, sino de que no obtengamos nada a cambio o luego nos apuñale por la espalda... susurra metiéndose en la conversación de Leuden y Galombor mientras no pierde detalle de lo que dice el supuesto mago.
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: Perspicacia
Resultado: 14(+5)=19
Pues tiro Perspicacia para saber si el tal Adaran oculta algo o nos está mintiendo.
PD: Y perdonad pro ser tan odioso, pero me dieron así el PJ :P
Aunque puede que tenga cierta falta de tacto al tratar con la gente de la ciudadela, no notas en su voz ni en su forma de actuar nada sospechos, al parecer realmente le gusta entregarse al estudio y el conocimiento.
- Pero... nosotros... en su mayoría somos guerreros. No entiendo qué tipo de conocimiento esperas que te revelemos, nosotros que posiblemente, muchos pasaríamos por una joya, de esas, arqueológicas de las que tú hablas y no sabríamos reconocerla.-
A Keyla, al igual que había notado en la actitud de sus compañeros tampoco le gustaba el matiz interesado que tenía el arqueólogo hacia nosotros. No le parecía oportuno que nada más conocerles ya les estuviera sugiriendo hacer un trato con él. - ¿Qué tipo de trato? Me pregunto qué nos iba a pedir expresamente, porque, sí, él ha hablado de conocimientos pero... en su forma material en que se traduce eso... ¿que le tendríamos que traer? y ¿qué es lo que nos iba a ofrecer a cambio?
El hombre se rasca la barba otra vez, escuchando vuestra negativa, al parecer no podrá estudiar la antigua civilización por pucho que admita sus buenas intenciones.
-En fin, esta bien... -Dice resignado- Raras veces se presenta la ocasión de llenar los oasis de nuestra historia... Pero al parecer a la gente no le importa el pasado... De todos modos a sido un placer, les deseo suerte en su cometido. -Dice amablemente y hace una leve reverencia, para seguidamente marcharse.
Botín reducido.
Poco despues de que el hombre se fuera, regresa Morgran esta vez acompañado por un minero, un tanto sucio por el carbón de la mina. En lugar de barba las patillas son tan larga que parece que le hayan cortado la barba por la zona de la barbilla, dejando lo que parece un "cortafuegos".
-Lamento la tardanza chicos. Hable con el capataz y a accedido a que uno de sus hombres os haga de guia por las minas. Así que aquí me despido de vosotros, os deseo suerte muchachos. ¡Cuando volvais os invitare a un trago de la mejor cerveza que jamas habéis probado!
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Cita:
- ¡Ja! Te tomaré la palabra enano, con esa promesa pobre del que se ponga en mi camino. Volveré y os haré cumplir, espero que sea una jarra bien grande, tan grande como mi sed - y prorrumpe en carcajadas.
Supongo que querías cerrar la escena, pero como aún no has abierto la otra no me he podido resistir.