De vuelta al poblado, descansáis del duro día. Ya al final de la tarde cenáis para recuperar fuerzas, pero no dejáis de mirar a Buliwyf, el cual se encuentra bastante mal, como si ardiera por dentro.
La reina Weilew se afana en secarle el sudor mientras el bravo guerrero reposa sentado, aferrado fuertemente a su espada.
Si ya sería difícil derrotar al jefe de los Wendols en busca de venganza sin Halga ni Herger, con Buliwyf en este estado la tarea se convierte en toda una hazaña milagrosa. Habrá que pedir ayuda a todos los dioses para poder sobrevivir a la última batalla.
Al fin llegaron a la aldea, Edgtho se retiró a sus aposentos a descansar, no sin antes recibir los cuidados de una joven que le limpió sus heridas y le puso unos vendajes. Tras agradecerle la ayuda se tumbó en el catre y durmió todo lo que pudo hasta sentirse nuevamente en plena forma.
Al final del atardecer se reunió con Buliwyf e Ibn y junto a la realeza disfrutando de una gran cena que les acabó de reponer fuerzas. El ambiente estaba tenso, tras dar la noticia de que la madre Wendol había muerto, todos esperaban que esas bestias volvieran para vengarse en cualquier momento y eso hizo que el silencio reinara en la sala.
Edghto observó el aspecto de su líder, estaba totalmente abatido y por mucho que se aferraba a su espada sería cuestión de tiempo que el enorme Vikingo pereciera. Si antes ya era una difícil misión, ahora se a convertido en un total suicidio… no vamos a poder combatir contra la horda de enemigos… En su mente solo podía tener presente la perdida de todos sus hermanos, ahora era el momento de confiar en los Dioses…
Una vez acabada la cena se levanto de la mesa agradeciendo los alimentos al rey. Vamos pequeño hermano, será mejor que vayamos a hacer guardia. Aunque todo apuntaba en su contra en ningún momento se rindieron o huyeron, estaban deseando entrar en combate y con un poco de suerte, reunirse con sus compañeros.
Los guerreros llegaron a la aldea apenados por la muerte de sus compañeros, los recibieron los aldeanos, felices de ver que habían cumplido con su misión, sin llegar a pensar que eso decantaría en una nueva matanza...
Algunos hombres le preguntaron mientras seguía a lomos de su corcel sobre los compañeros desaparecidos...Ibn negó con la cabeza con gesto dolorido.
El viaje a caballo había empeorado el dolor de la espalda del caballero árabe, que ahora sufría de nuevo por toda la piel desgarrada por la espada. Junto a los pocos que quedaban del grupo, recibió las atenciones de una doncella, que hizo más soportable el dolor de su herida.
Por la tarde, Ibn reflexionaba sobre las palabras que habían tenido lugar antes, en el salón principal. Había prometido dibujar las hazañas de Buliwyf, pero no estaba seguro de que sobreviviera a esta noche, Edgtho creía que los Wendols atacarían al caer la luz, y que su jefe no sobreviviría mucho más. Ibn estaba apenado...
Después de la cena acompañó al explorador a montar guardia.
- Sería más fácil con Herger y Halga...
A pesar de que habían cumplido con su misión, la cena había transcurrido en un ambiente bastante tenso y silencioso. Y no era para menos. Habían perdido a muchos de sus guerreros y no habían terminado todavía. Además, Buliwylf sabía que no pasaría de esta noche. El veneno que corría por sus venas le estaba destrozando por dentro. A duras penas lograba mantenerse en pie.
Lo que le cabreaba no era su situación (la muerte es un paso más en la vida de un vikingo) sino la imposibilidad de luchar. Quería morir en el campo de batalla, con la sangre de sus enemigos corriendo por su espada, y no en la cama.
Sus hombres se van a vigilar a fuera y el se queda allí, en silencio, esperando a irse al otro mundo...
De repente, en la tranquilidad del atardecer, un sonido de cuernos de guerra anuncia la inminente venganza Wendol. Sin más preámbulos el poblado comienza a apuntalar las defensas con todo lo que hay a mano: carros, mesas, muebles, toneles...
Una ligera niebla hace aparición por el bosque de donde vendrá el ataque de las bestias. Además comienza a llover...
Edghto se mostraba impasible al ya esperado contraataque de los Wendols. Como si los dioses estuvieran viendo lo que allí pasaba comenzó a descargar una fuerte lluvia la cual el Vikingo agradeció. Al menos no tendremos que preocuparnos del fuego ja ja ja!!.
Bajó de la improvisada torreta y se reunió junto a Ibn. Vamos a por Buliwif, esta posiblemente será su última batalla y le gustará morir en combate como el gran guerrero que es. Se encaminó al gran salón en busca de su jefe y a prepararse para la dura batalla junto al único compañero que había sobrevivido y que extrañamente no era de su misma raza. Si esto me lo hubieran dicho la primera vez que vimos al árabe, no lo hubiese creído…
Ibn estaba fuera cuando la niebla, la lluvia y el sonido de la guerra apareció desde las montañas. Las gotas de lluvia caían en su cara y empapaban su ropa, y, como si hubiera despertado repentinamente, comenzó a ayudar a la gente a montar las barricadas rápidamente.
Edgtho estaba con ellos cuando propuso buscar a su compañero, estaba malherido, pero era cierto que su jefe querría morir en mitad del barro y la sangre junto a ellos, así que el árabe asintió y acompañó al vikingo a la sala central. Allí, ayudó al explorador a coger a Buliwyf y prepararle para la batalla, luego se prepararon ellos también.
Ibn había dejado atras preguntas como el por qué se encontraba en esa situación, tan lejos de su tierra y de su gente. Los que ahora eran sus hermanos habían caído a su lado, y les debía algo, así que en su mente no había una pizca de duda.
Al salir, y volver a notar el contacto de la lluvia en el rostro y los sonidos de los cuenos y tambores en el pecho, Ibn se arrodilló y comenzó a rezar una oración, no solo por él, si no también por los suyos.
Alá es grande, Alá es sabio, cumplase su voluntad y que nos otorgue su bendición...
- Padre misericordioso, he derrochado mis días planeando muchas cosas...esta no era una de ellas...pero en este momento, te pido que me permitas, vivir los próximos instantes con valor. Por todo lo que debimos pensar...y no pensamos, por todo lo que debimos decir, y no dijimos, por todo lo que debimos hacer, y no hicimos...te imploramos Dios, tu benevolencia...
El sonido de un cuerno se esucha en la lejanía, llegando a los oídos de Buliwyf. A pesar de su estado de semiinconsciencia fruto del veneno que recorre sus venas, lo percibe claramente.
La batalla va a comenzar- aunando todas sus fuerzas, el vikingo se levanta de la cama, mientras realiza un ligero gesto con la cabeza hacia su espada. La cosa esta clara: no moriría en la cama, sino en el campo de batalla.
A duras penas se mantiene en pie, pero su voluntad es inquebrantable. Debe luchar y morir como un guerrero. Así es como debe ser.
Le ayudan a vestirse y caminando lenta pero resueltamente, se dirige hacia el exterior...
Una vez fortalecida la posición de defensa y con todo el pueblo armado, os preparáis para la batalla. La caballería Wendol aparece por el bosque y comienza a dirigirse hacia vosotros.
De pronto y sin previo aviso, Buliwyf aparece espadón en mano, caminando titubeante, hacia la primera línea de defensa. Todos os quedáis asombrados de la fuerza y el valor que demuestra.
También aparece el jefe Wendol, portando los cuernos del poder, en un alto del terreno. Ambos líderes se miran desafiantes.
El ataque comienza con la carga de la caballería. Todo está en juego...Ahora se lucha hasta la victoria o la muerte.
TIRADA
Victoria o Valhalla
Matar al líder Wendol o morir en el intento
- PIFIA: Demostrando tu destreza como de costumbre. Te hieren. Saca otra pifia y puedes ir recitando tu testamento
- NORMAL: Matas a un Wendol que no le interesa a nadie, aunque engrosas tus estadísticas asesinas.
- CRITICO: El Líder recibe uno de tus golpes. Si le vuelves a dar (otro Critico), hasta luego Lucas. El pueblo (y las pueblerinas) seguro que agradecerán tu puntería.
Básicamente, quién saque dos Pifias la palma y quien saque dos Criticos mata al Jefe Wendol (y "ganáis" la partida). Eso sí, los Críticos tienen que ser de la misma persona; un critico de Ibn y otro de Edgtho no vale para matarle, pero estaréis más cerca de conseguirlo.
¿No queréis recitar unas palabras antes de la batalla? xDD
El ataque era ahora a vida a muerte y eso lo sabía Buliwyf. Su estado era bastante malo, pero aún así y todo salio para luchar. Sin embargo, aún se encontraba débil, muy débil... y eso suponía una gran desventaja para él. Veía de manera borrosa y sus movimientos eran torpes y lentos. Tan mal se encontraba que no logro ver el golpe que le lanzó uno de los wendol por la espalda, haciéndole una fea herida que comenzó a sangrar profundamente.
Tirada: 1d100
Motivo: ataque!!!!!!!
Resultado: 2
Maldito veneno, me ha afectado a la tirada!!
Ante la visión de aquellos guerreros dispuestos a masacrar el poblado y de la lluvia, Ibn sintió un hormigueo, el típico que aparece al saber que vas a hacer algo importante.
Vió al líder de los vikingos bajar la colina con la espada en mano. Sus hermanos tenían razón, no quería morir sentado...
Antes de la carga de los salvajes Wendols, los guerreros que quedaban comenzaron a recitar al unísono:
- He aquí que veo mi padre...He aquí que veo a mi madre, a mis hermanas y a mis hermanos...He aquí que veo el linaje de mi pueblo hasta sus principios... Y he aquí que me llaman. Me piden que ocupe mi lugar entre ellos, en los atrios del Valhalla, el lugar donde viven los valientes... ¡Por siempre!- Todo comenzó en un susurro, pero la voz de Ibn fué aumentando la potencia.
Y comenzó la batalla.
Buliwyf se movía lenta y pesadamente y fue alcanzado por uno de los jinetes wendol que salían a su encuentro y saltaban las pocas defensas que habían preparado los hombres. Ibn fué al encuentro del salvaje y desmontó al jinete con un golpe curvo y diagonal, una vez en el suelo, el pequeño hermano vengó el golpe que recibió su compañero hincando la espada en el vientre del enemigo, al que le brotó la sangre rápidamente y murió al instante.
Tirada: 1d100
Motivo: ¡Por siempre!
Resultado: 32
Te ha pasado por no recitar Buliwyf!
Edgtho se encontraba en su ya habitual puesto de vigilancia encima de la maltrecha torreta. Esta podía muy bien ser la última batalla del explorador y no dudó en rezar una oración a los dioses a la cual sus hermanos se unieron.
- He aquí que veo mi padre...He aquí que veo a mi madre, a mis hermanas y a mis hermanos...He aquí que veo el linaje de mi pueblo hasta sus principios... Y he aquí que me llaman. Me piden que ocupe mi lugar entre ellos, en los atrios del Valhalla, el lugar donde viven los valientes... ¡Por siempre!
La horda enemiga bajaba de la montaña con gran velocidad, tanta que a los aldeanos les costaba impedir que rebasaran las defensas. Uno de los wendols consiguió llegar hasta Buliwyf y herirlo por la espalda, pero ibn acudió a ayudar. Edghto sonrió viendo que su jefe estaría a salvo y cogió uno de los arcos disparando a la multitud de wendols matando a uno muy cercano al que parecía ser su líder. No cedáis, luchad hasta vuestro último aliento, nuestros hermanos nos esperan en el Valhalla.
Tirada: 1d100
Motivo: Matar al jefe!!
Resultado: 39
Pues la llevamos clara XDD
La herida de su espalda sigue sangrando y el veneno te debilita más y más. Sus ojos empiezan a perder visión y sus piernas flaquean. Aún así y todo, Buliwyf se mantiene en píe.
Lentamente, se acerca hacia la barricada y con esfuerzo levanta su espada con pesadez, en señal de desafío. El jefe wendol le ve, y cabalga hacia él. Buliwyf espera. El guerrero se acerca más y más mientras grita en señal de desafió. Buliwyf espera. Ya se encuentra cerca de él, aún así y todo Buliwyf espera. Y justo en el momento en el que lo tiene a su frente el jefe de los vikingos actúa con celeridad: un movimiento rápido hacia un lado, esquivando el hachazo de su enemigo y un golpe feroz con su espada, haciendo que el wendol caiga al suelo. Sin darle ningún tipo de posibilidad de actuar, Buliwyf se acerca con sus últimas fuerzas hacia él y clava su espada en su pecho, atravesándole el corazón.
Hecho esto mira a su alrededor, esperando la muerte...
Tirada: 1d100
Motivo: al ataqueeeee!!!!!!!
Resultado: 78
Tirada: 1d100
Motivo: al ataqueeeee!!!!!!!
Resultado: 93
Oleeeee
Edgtho seguía disparando flechas desde su ventajosa distancia, pero a lo lejos vio como el jefe wendol se dirigía directamente dentro de la villa donde le estaba esperando Buliwyf espada en mano.
Mientras el jefe wendol avanzaba por las estrechas calles de la aldea se les iba sumando guerreros wendos montados a caballo. El explorador vió la situación y esperó a que la comitiva enemiga estuviese lo bastante cerca como para de un salto derribar al menos a uno de ellos. No os lo voy a permitir!!!
Sin pensárselo dos veces soltó el arco y envainó su espada curva preparada para degollar y saltó encima de uno de ellos haciéndole caer del caballo y con su cabeza rodando. Ahora montado en el corcel Edgtho se disponía a atacar al líder pero antes llego Buliwif quien hizo honor a su gran fama de luchador logrando abatirlo. Buliwyf!!!! el grito resonó por toda la ladera.
Tirada: 1d100
Motivo: A POR ELLOS!!!!
Resultado: 42
esta muerto de verdad? XD
Ibn giró sobre sí mismo y golpeó a uno de los wendols con su cimitarra, el tajo atravesó la piel del salvaje, pero aún así, este, con gran resistencia, intentó golpear al guerrero árabe. Ibn logró interponer el acero entre su cuerpo y el garrote enemigo, pero el impulso le hizo caer hacia atrás.
Cubierto de barro, agua y sangre, Ibn se movió rápidamente y casi sin ver colocó su espada a modo de empalizada, acto seguido notó como el cuerpo de su enemigo era atravesado, abrió los ojos como pudo y consiguió ver como el cadáver se caía ligeramente de lado, mientras todavía mantenía la porra en alto y se ahogaba un grito de dolor en su garganta.
El pequeño hermano se levantó apoyándose en el filo de su arma y vió no muy lejos cómo Buliwyf remataba al lider enemigo, pero uno de los guerreros que tenía cerca estaba a punto de clavarle su lanza. Ibn cogió una de las jabalinas que había por el sucio suelo. Se impulsó y la lanzó con todas sus fuerzas, desmontando al jinete.
- ¡Buliwyf!- Se unió el guerrero árabe al grito de Edghto.
Tirada: 1d100
Motivo: Está muerto pero yo tiro...
Resultado: 93
Tirada: 1d100
Motivo: Está muerto pero yo tiro...
Resultado: 25
Jajaja que buena
Buliwyf, demostrando su gran casta de guerrero, no duda en clavarle la espada y dar muerte al jefe Wendol.
Su último grito resuena en todo el poblado, y tras unos toques de cuerno, la caballeria se retira. Al parecer, para siempre.
La tranquilidad llega junto con la huida en masa de los Wendols. Los guerreros se miran entre sí, satisfechos de la gran hazaña conseguida. Buliwyf clava la espada en el suelo y se sienta junto a la empalizada de madera.
Después de observar como desaparecen los últimos caballos sin jinete de vuestros enemigos, relajáis los músculos. Pero al acercaros a Buliwyf os dais cuenta de que esta inmóvil. El veneno y las heridas de la batalla han acabado con él, pero ha tenido una gran muerte.
La muerte de un Rey.
El Vikingo no se podía creer lo que estaba viendo, los enemigos se batían en retirada y sin un líder que les dirigieran seguramente no se atreverían a volver a atacar al pueblo. Contra todo pronostico los tres guerreros habían logrado acabar con éxito la misión, pero a un alto precio…
Edgtho cayó de rodillas, clavó su espada en el suelo y se apoyó en ella, echo su larga y rizada melena hacia delante para ocultar su rostro y rompió a llorar al ver a Buliwyf inmóvil en el improvisado trono. Se había quedado solo, el era el ultimo de los doce vikingos elegidos para esta misión y aunque regresaría victorioso a su pueblo lo haría sin ninguno de sus hermanos de armas.
Se armó de valor y se dirigió hacia el pequeño hermano sonrió y le felicitó por su gran valor en toda la campaña, incluso bromeó reconociendo haber apostado con Halga que no duraría mucho, pero de repente su tono se tornó mas serio.
Tengo entendido que sabes interpretar los símbolos. Buliwyf y el resto de hermanos caídos han demostrado su valentía, se merecerían que alguien escribiera su historia. Pronto los dos guerreros supervivientes se vieron rodeado por los aldeanos que quedaban con vida que tiroteaban sus nombres y agradecían su ayuda.
La pena invadió el alma de Ibn, que aún sin sollozar, las lágrimas recorrían su rostro manchado por la batalla, su mirada parecía perdida, pero admiraba la figura inerte de Buliwyf, que adquirió una extraña aura de magestuosidad que le ofrecía la luz que dejaban pasar las nubes...ya había acabado la tormenta...
Edgtho fue con él, eran los únicos guerreros que habían sobrevivido a esta misión, una misión que Ibn había aceptado con dudas, pero que una vez terminaba estaba orgulloso. Se sentía honrado de haber combatido junto a esos grandes guerreros del norte.
- Será un honor escribir esta historia...- Respondió a la petición de su compañero.
Los once guerreros caídos tuvieron un digno funeral, digno de los guerreros que hubieron sido. Un ritual que sin duda recordaría durante toda su vida.
Poco tiempo después el guerrero árabe partió hacia su tierra, se despidió de los hombres del norte, en especial de Edghto. Le prometió que escribiría la historia de las hazañas de todos los hombres que lucharon, y murieron por defender a su pueblo.
Cruzamos océanos de monstruos y bosques de demonios, bendito sea Alá el misericordioso, que su bendición descienda sobre los paganos que adoraban a otros dioses, y que compartieron su comida y vertieron su sangre, para que su siervo, Ahmad Ibn Fadlan se convirtiera en un hombre, y en un buen siervo, de Dios...
La tinta manchó el pergamino en forma de punto, dando final a la historia de esos trece guerreros que lucharon en las frías tierras del norte...