Unos pocos antecedentes para maquillar el escenario. La historia del Imperio, sociedad y cultura.
Los Anales de la Historia:
La montaña era un colosal peñasco de granito oscuro, emplazado en el noroeste de un extenso valle de unos ciento cincuenta quilómetros de este a oeste y unos ochenta de norte a sur. Solitaria y amenazadora.
Al norte de este valle se encontraba un extenso desierto de arena, sin lugares donde cobijarse del abrasador sol ni agua para que la vida medre. El sur del valle se ve abruptamente cortado por una pequeña cordillera que va de este a oeste. Al oeste se encuentra un extenso cenegal por donde llegaron los trasgos al valle.
Este valle, todo y ser bastante hostil, con hinviernos rigurosos y veranos secos, de escasa y nudosa vegetación, a pesar de tal rudeza tenía la suficiente vida como para que pudiera alvergar a los espartanos trasgos. Extensos pastos de matorrales espinosos frecuentados por los grandes rebaños de cabras silvestres, varios lechos rocosos por donde se deslizan agitados los ríos estacionales en primavera y otoño y permanecen secos en verano e hinvierno.
En esta geografía, los trasgos se desperdigaron a medida que su número aumentaba, abarcando más zonas para buscar un lugar en el que emplazar sus hogares. Tardaron unos dos mil años el conquistar todo este paraje frío y agreste. Estableciéndose multitud de clanes, enfrentándose entre ellos con tanta frecuencia como lo hacían con los ocasionales incursores orcos y enanos que descendían de la cordillera sureña.
Pero hubo unos tribus que lograron establecerse con gran poder, las que permanecieron en la montaña de la señal. La montaña rica en vetas de hierro, logró subministrar a los hábiles armeros trasgoides el metal suficiente como para equiparlos mejor que sus primos del valle.
Hacia los mediados del tercer milenio de la ocupacón trasgoide en el valle. Un gran líder emergió entre los miles de trasgos, se decía que descendiente del general que los condució al valle.
Ese guerrero logró someter a todas las demás tribus, ordenando con acierto a sus disciplinadas y bien equipadas tropas en el campo de batalla y mostrando sus destrezas marciales en combates singulares. Tras las primeras batallas contra las otras grandes tribus circundantes a la montaña, las otras tribus se rindieron sin apenas presentar batalla. Así fue como en medio siglo, el pueblo trasgo del valle volvió a ser uno.
Durante las siguientes décadas, bajo la calma de la unificación, se lograron grandes avances, trabajando todos a una, sin conflictos internos demasiado grandes. Los trasgo alzaron el Imperio.
La capital del imperio fue establecido en el interior de la montaña, que durante más de dos mil años había sido perforada por hordas de trasgos y esclavos. Descubriendo grandes vetas de preciado metal, encontrando grandes cavidades naturales en su interior y tras penetrar profúndamente en los cimientos de la mismísima montaña encontraron el fuego de la tierra. Junto a este fuego establecieron unas fantásticas forjas. Donde los habilidosos armeros crearon suficiente equipo como para aprovisionar de herramientas, armas y armaduras a todos los guerreros del imperio.
Pero ese crecimiento tan desmesurado, fruto de la paz, hizo que la tierra sintiera un gran desgaste, desaparecieron los bosques de árboles nudosos, las tierras a varios quilómetros de la ciudadela del Monte Gurbad (nombre que recibió la capital del Imperio) se convitieron en yermos.
Afortunadamente el territorio era basto, y todo estaba bajo el control del Imperio, así que las tribus más alejadas de la capital, pagaban en madera y comida sus tributos de vasallaje. Para poder satisfacer esos pagos, se construyó una gran calzada que servía para comunicar todas las tribus con la ciudadela.
Esta paz, pero, trajo un problema. Esta tierra yerma era demasiada esteril para dar sustento a tantos miles de trasgos. Así fue como empezó otra gran etapa, la expansión de sus fronteras.
Durante varios años se orquestraron pequeños grupos de exploración para conocer mejor que había al otro lado de la cordillera. Si bien era verdad que varia información fue dada por las tribus que tenían sus dominios en los límites de los valles.
Al sur y este de la cordillera se encuantra un gran reino humano, con enanos viviendo entre su población, encargados de las prospecciones de las vetas de mineral de las montañas, también había numerosas tribus de orcoides, que tras varias décadas comprendieron que era mejor atacar a los humanos sureños que no a los beligerantes trasgos. Pero siempre lejos de someterse al Imperio trasgo.
A medida que se fueron conociendo datos del reino vecino, el Imperio Trasgo se fue envalentonando y cambiando grupos de exploración por grupos de incursión y finalmente lanzó ataques masivos a ciudades fronterizas.
Esta situación se prolongó durante varios cientos de años. Durante los cuales los humanos aprendieron a fortificarse y a tener cierto dominio de tácticas marciales defensivas.
A lo largo de los dos últimos miles de años los ataques y contraataques entre los dos reinos han sido constantes, pero a diferencia de los humano, las tierras de los trasgo son unos baldíos carentes de interés, haciendo que los humanos consideraran que no mereciera el esfuerzo invertir tanto en atacar a los trasgos en su territorio. Pues los pasos por la cordillera son muy peligrosos y complicados. Durante estos miles de años, el Imperio se debilitó y fortaleció en ciclos constantes. Pero realmente nunca quedó muy debilitado, pues entre sus formas de actuar siempre se dejaron las hembras bien protegidas, haciendo que en pocas décadas el número de guerreros se recuperaran velozmente.
El último de estos episodios se sucedió hace medio siglo atrás. Cuando el Ashdurbuk (el Rey Trasgo), aliado con algunos extraños humanos orientales, venidos de tierras lejanas, proponiendo pactos para atacar al reino humano sureño. Pero en este caso también contaban con unos dragones, que vinieron con los extraños humanos de oriente.
Los primeros compases de la Gran Guerra corrieron a favor del Imperio Trasgo y sus aliados. Con la cultura guerrera de los trasgos y su disciplina, la magia de algunos aliados humanos y sobretodo a la presencia de los dragones, los humanos no pudieron hacer nada para hacer frente a tales fuerzas. La nación de los humanos sureños fue sacudida sin piedad, todo el frente norte fue arrasado y saqueado, con las fuerzas avanzando sin apenas oposición. Este oscuro ejercito logró plantarse ante la mismísima capital del reino sureño. Enotnces comprendieron por que habían encotrnado tan poca resistencia. La mayor parte de las fuerzas se concentraron en la capital sureña. Allí aguardaban atrincherados. Durante el sitio a la ciudad, que se prolongó varias semanas llegaron sorpresas inesperadas. Los humanos habían enviado emisarios a otras culturas cercanas para suplicar ayuda, y esta se materializó en forma de hordas de elfos y pesados enanos.
En la primera batalla en la que se enfrentaron los cinco ejércitos, hubo grandes bajas, el Rey Trasgo mismo murió en combate singular contra el general de los refuerzos enanos, dejando a su barbudo rival moribundo. El Rey de los sureños muríó al salir a combatir y ser víctima del mayor de los dragones del Oscuro Ejercito. Pero poco tiempo después este fue derribado y dado muerte por los elfos.
La contra ofensiva fue brutal.
El Oscuro Ejercito, con sus líderes muertos, se sumió en el caos, las tropas intentaron huir de las tierras sureñas, pero antes no lograran alcanzar sus yermas tierras, las tropas trasgoides supervivientes no alcanzavan ni una quinta parte de las fuerzas que habían partido.
Afortunadamente, otra vez la pobreza y esterilidad del yermo valle en el que viven los trasgos les salvó de la reprimienda de las fuerzas de sureños, enanos y elfos. A parte, tenían un duro trabajo para reconstruir lo que el Oscuro Ejercito había arrasado y quemado. Y otra vez, lejos de pasar penurias, el Imperio Trasgo se rehizo, como tantas veces siglos atrás. Sin tantas bocas que llenar había comida para todos, eso junto a que la población de hembras no se había visto afectada la natalidad en las últimas décadas ha ocasionado que la mayoría de tribus casi hayan alcanzado de nuevo sus efectivos.
Política:
A nivel político y organizativo, este Imperio no es más que una confederación de una veintena de tribus. Algunas de estas tribus más grandes pueden contar a un par de miles de miembros; las más pequeñas apenas cuentan con un centenar de miembros.
Todas estas tribus rinden homanaje al Ashdurbuk (Literalmente 'Único Regente'), el Rey Trasgo. Que controla el Imperio des de el Monte Gurbad, la capital del mismo, excavada en el interior de la montaña besada por el relámpago.
Cada año el Ashdurbuk recibe a los representantes enviados por las distintas tribus, portadores de los tributos en forma de materias primas, esclavos, bestias y tropas.
El Monte Gurbad es el emplazamiento de las cuatro mayores tribus. Los Huvorga (famosos por la fiereza de sus guerreros), Burzhat (grandes artesanos de la piedra y la minería), los Krach-Ul (grandes artesanos de las forjas) y finalmente los Ilguz (con excepcionales rastreadores entre sus filas).
Estas tribus están dirigidas por el mismo Ashdurbuk y sus dos señores de la guerra (resulta que son dos de sus muchos hijos).
La población está dirigida y estructurada como un ejército. Estructurada de la siguiente forma. El 90% de la población son trasgos comunes, casi el 10% son de una subespecie, más grandes, más fuertes, conocidos como los grandes trasgos. Finalmente se calcula que menos de un 1% son descendientes de la familia de la realeza, los que pueden trazar su ascendencia hasta el general que los condució hasta la montaña besada por el relámpago. El general Skorg. Hace más de cinco mil años atrás. Tan sólo un descendiente de la semilla de Skorg puede regentar el Imperio.
Sociedad:
El rasgo más diferente respecto a la mayoría de otras razas son los roles de los miembros de las distintas razas. Entre machos y hembras. Claramente machista, con la mujer relevada a un papel similar a de objeto, una propiedad más ala que tienen acceso los machos más capacitados.
Ellos son adiestrados des de temprana edad con el uso de las armas y las armaduras. Encargados de las incursiones, cacerías y el trabajo duro como la forja y la excavación de las minas. La naturaleza hace que nazcan muchos más machos que hembras, pero teniendo en cuenta la alta mortaldad de ellos, fruto de la vida brutal y beligerante, la proporcion entre machos y hembras se mantiene es 50% machos, 30% hembras y el resto son crías.
La vida del trasgo común es dura, desagradable y breve. La sociedad está organizada de forma que no existe el concepto de familia, no hay parejas. Las hembras en edad de fertilidad están organizadas en algo parecido a harenes (las que son demasiado viejas están destinadas a la cocina y cría de los vástagos), en los que sólo pueden entrar los machos de mayor prestigio, ya sea por méritos en batalla o por aptitudes inusuales. Eso garantiza que las próximas generaciones serán más fuertes y capaces. Cuando estas crías alcanzan los nueve años las hembras son destinadas al harén y, si son machos, son asignados a un grupo denominado Lurg, esta es la unidad básica del funcionamiento del Imperio. Estos grupos són de por vida, mientras no sean demasiado mermados, si esto ocurriera se desmembraría y se repartirían los miembros para reforzar otros Lurgs.
Un Lurg está formado por entre diez y quince miembros. Liderados por el Drartul (el oficial), este es posiblemente el cargo más importante al que puede llegar un trasgo común, ser el Drartul de su Lurg. A no ser que muestre ciertas aptitudes para desarrollar trabajos más especializados como la forja, la destilación, la minería, etc.
Estos grupos se usan como grupos de trabajo, combatir, patrullar, cazar, etc. El día está repartido en cuatro turnos de seis horas, cada Lurg trabaja dos turnos cada día. El resto del tiempo lo usan para dormir, comer, holgazanear, joder a los esclavos, jugar a los dados, beber...
Economía:
La sociedad está sometida a algo parecido a un sistema comunista, liderada por una oligarquía. Cada miembro tiene derecho a comer dos veces al día, a ropa (normalmente áspera ropa tegida con pelo de cabra, confeccionada por las hembras) en el caso de los machos a una arma y armadura. No ganan nada parecido a un sueldo o paga por trabajar, eso sí, si no trabajan o lo hacen mal son castigados severamente (algunos de estos castigos es la esclavitud a perpetuidad).
A medida que un miembro va logrando méritos se le entregan mejores herramientas y puede visitar de vez en cuando los harenes. Las armas, armaduras y herramientas son salidas de las forjas del Monte Gurbad, son consideradas de muy buena calidad. Especializados en la fabricación de armas y armaduras.
Los trabajos más duros, peligrosos y desagradables se les adjudica a los esclavos, tareas como vacias letrinas, cargar pesos, abrir minas. Estos forman una parte importante de la esconomía del imperio. Estos representan cerca de un 15% de la 'sociedad'. LA mayoría de estos son trasgos, orcos y enanos, aunque también hay algún humano y algun kóbold. A vecesm en grandes celebraciones se destinan unos cuantos esclavos a las arenas, uno de los divertimientos que tienen los trasgos.
El paso del tiempo:
A pesar que la inmensa mayoría de la sociedad es analfabeta y, en muchos casos, lerda. No significa que sea el caso de todo el mundo, hay casos en que algunos miembros han logrado abrirse paso en el camino de la erudición. Entre otras cosas estos pensadores han dado un órden al paso del tiempo. Este está dividido en años. Cada año compuesto por doce meses de treinta días exactos cada uno, conocidos simplemente como Primero, Segundo, Tercero... cada mes tiene tres decenios.
A los doce meses se les añade cinco días independientes, estos consisten en dos solsticios y dos equinoccios. El quinto día, que es el primero de cada año, es el dia de la Señal del Oscuro, cuando el Oscuro señaló el que sería el hogar de los trasgos.