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El Imperio de Gurbad

Transfondo

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12/03/2010, 18:39
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Los Anales de la Historia:

 Hace mucho tiempo, varios miles de años, los dioses andaban entre los mortales, luchando entre ellos liderando sus creaciones. Trasgos, hombres, enanos y elfos.

 Hubo uno de esos dioses que resultó ser una gran amenaza para los demás, el Oscuro le llamaban, los demás dioses, temerosos se unieron para hacerle frente. Tras numerosas batallas lograron desterrarle, por un tiempo por lo menos, pero una vez habían expulsado al Oscuro de la faz de la tierra, vieron que esta había quedado arrasada en muchos lugares, que las criaturas que una vez crearon con amor, habían perecido y sufrido por que ellos, los dioses, se enfrentaron entre ellos. El pesar los embargó y decidieron irse ellos también y creyendo que ya habían sufrido demasiado, dejaron vivir a las criaturas que habían sobrevivido a las batallas, incluso las creadas por el Oscuro.

  Uno de los generales a las órdenes del Oscuro que había sobrevivido a las batallas logró mantener su voluntad y dirigir a los trasgos que estaban bajo sus órdenes. Los condujo a través de heladas montañas y pantanos cenagosos, la travesía fue larga y muy dura, muchos fueron los que se quedaron por el camino, siendo pasto para los carroñeros… o de los que habían sido sus compañeros. Finalmente, cuando los supervivientes estaban a punto de dividirse, una noche de terrible tempestad, en la que el viento aullaba, y el cielo se desplomaba en un diluvio. Un relámpago surcó el cielo para destrozar una de las tres cimas de una montaña, quebrando el pico de esta. El general adjudicó este suceso como una señal, la voluntad de su creador. Logró convencerlos, los supervivientes terminaron por alcanzar la montaña. 

 Tras un tiempo, pudieron comprobar que aquella montaña era rica en metales, y que por los alrededores había suficiente caza para mantenerles. Así fue como los trasgos encontraron la que sería el asentamiento de lo que más tarde sería el Imperio.

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15/03/2010, 11:10
Director

 La montaña era un colosal peñasco de granito oscuro, emplazado en el noroeste de un extenso valle de unos ciento cincuenta quilómetros de este a oeste y unos ochenta de norte a sur. Solitaria y amenazadora.
 Al norte de este valle se encontraba un extenso desierto de arena, sin lugares donde cobijarse del abrasador sol ni agua para que la vida medre. El sur del valle se ve abruptamente cortado por una pequeña cordillera que va de este a oeste. Al oeste se encuentra un extenso cenegal por donde llegaron los trasgos al valle.

 Este valle, todo y ser bastante hostil, con hinviernos rigurosos y veranos secos, de escasa y nudosa vegetación, a pesar de tal rudeza tenía la suficiente vida como para que pudiera alvergar a los espartanos trasgos. Extensos pastos de matorrales espinosos frecuentados por los grandes rebaños de cabras silvestres, varios lechos rocosos por donde se deslizan agitados los ríos estacionales en primavera y otoño y permanecen secos en verano e hinvierno.

 En esta geografía, los trasgos se desperdigaron a medida que su número aumentaba, abarcando más zonas para buscar un lugar en el que emplazar sus hogares. Tardaron unos dos mil años el conquistar todo este paraje frío y agreste. Estableciéndose multitud de clanes, enfrentándose entre ellos con tanta frecuencia como lo hacían con los ocasionales incursores orcos y enanos que descendían de la cordillera sureña.

 Pero hubo unos tribus que lograron establecerse con gran poder, las que permanecieron en la montaña de la señal. La montaña rica en vetas de hierro, logró subministrar a los hábiles armeros trasgoides el metal suficiente como para equiparlos mejor que sus primos del valle.

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15/03/2010, 11:25
Director

 Hacia los mediados del tercer milenio de la ocupacón trasgoide en el valle. Un gran líder emergió entre los miles de trasgos, se decía que descendiente del general que los condució al valle.

 Ese guerrero logró someter a todas las demás tribus, ordenando con acierto a sus disciplinadas y bien equipadas tropas en el campo de batalla y mostrando sus destrezas marciales en combates singulares. Tras las primeras batallas contra las otras grandes tribus circundantes a la montaña, las otras tribus se rindieron sin apenas presentar batalla. Así fue como en medio siglo, el pueblo trasgo del valle volvió a ser uno.

 Durante las siguientes décadas, bajo la calma de la unificación, se lograron grandes avances, trabajando todos a una, sin conflictos internos demasiado grandes. Los trasgo alzaron el Imperio.

 La capital del imperio fue establecido en el interior de la montaña, que durante más de dos mil años había sido perforada por hordas de trasgos y esclavos. Descubriendo grandes vetas de preciado metal, encontrando grandes cavidades naturales en su interior y tras penetrar profúndamente en los cimientos de la mismísima montaña encontraron el fuego de la tierra. Junto a este fuego establecieron unas fantásticas forjas. Donde los habilidosos armeros crearon suficiente equipo como para aprovisionar de herramientas, armas y armaduras a todos los guerreros del imperio.

 Pero ese crecimiento tan desmesurado, fruto de la paz, hizo que la tierra sintiera un gran desgaste, desaparecieron los bosques de árboles nudosos, las tierras a varios quilómetros de la ciudadela del Monte Gurbad (nombre que recibió la capital del Imperio) se convitieron en yermos.

 Afortunadamente el territorio era basto, y todo estaba bajo el control del Imperio, así que las tribus más alejadas de la capital, pagaban en madera y comida sus tributos de vasallaje. Para poder satisfacer esos pagos, se construyó una gran calzada que servía para comunicar todas las tribus con la ciudadela.

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15/03/2010, 16:05
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 Esta paz, pero, trajo un problema. Esta tierra yerma era demasiada esteril para dar sustento a tantos miles de trasgos. Así fue como empezó otra gran etapa, la expansión de sus fronteras.

 Durante varios años se orquestraron pequeños grupos de exploración para conocer mejor que había al otro lado de la cordillera. Si bien era verdad que varia información fue dada por las tribus que tenían sus dominios en los límites de los valles.

 Al sur y este de la cordillera se encuantra un gran reino humano, con enanos viviendo entre su población, encargados de las prospecciones de las vetas de mineral de las montañas, también había numerosas tribus de orcoides, que tras varias décadas comprendieron que era mejor atacar a los humanos sureños que no a los beligerantes trasgos. Pero siempre lejos de someterse al Imperio trasgo.

 A medida que se fueron conociendo datos del reino vecino, el Imperio Trasgo se fue envalentonando y cambiando grupos de exploración por grupos de incursión y finalmente lanzó ataques masivos a ciudades fronterizas.

 Esta situación se prolongó durante varios cientos de años. Durante los cuales los humanos aprendieron a fortificarse y a tener cierto dominio de tácticas marciales defensivas.

 A lo largo de los dos últimos miles de años los ataques y contraataques entre los dos reinos han sido constantes, pero a diferencia de los humano, las tierras de los trasgo son unos baldíos carentes de interés, haciendo que los humanos consideraran que no mereciera el esfuerzo invertir tanto en atacar a los trasgos en su territorio. Pues los pasos por la cordillera son muy peligrosos y complicados. Durante estos miles de años, el Imperio se debilitó y fortaleció en ciclos constantes. Pero realmente nunca quedó muy debilitado, pues entre sus formas de actuar siempre se dejaron las hembras bien protegidas, haciendo que en pocas décadas el número de guerreros se recuperaran velozmente.

 

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15/03/2010, 16:19
Director

 El último de estos episodios se sucedió hace medio siglo atrás. Cuando el Ashdurbuk (el Rey Trasgo), aliado con algunos extraños humanos orientales, venidos de tierras lejanas, proponiendo pactos para atacar al reino humano sureño. Pero en este caso también contaban con unos dragones, que vinieron con los extraños humanos de oriente.

 Los primeros compases de la Gran Guerra corrieron a favor del Imperio Trasgo y sus aliados. Con la cultura guerrera de los trasgos y su disciplina, la magia de algunos aliados humanos y sobretodo a la presencia de los dragones, los humanos no pudieron hacer nada para hacer frente a tales fuerzas. La nación de los humanos sureños fue sacudida sin piedad, todo el frente norte fue arrasado y saqueado, con las fuerzas avanzando sin apenas oposición. Este oscuro ejercito logró plantarse ante la mismísima capital del reino sureño. Enotnces comprendieron por que habían encotrnado tan poca resistencia. La mayor parte de las fuerzas se concentraron en la capital sureña. Allí aguardaban atrincherados. Durante el sitio a la ciudad, que se prolongó varias semanas llegaron sorpresas inesperadas. Los humanos habían enviado emisarios a otras culturas cercanas para suplicar ayuda, y esta se materializó en forma de hordas de elfos y pesados enanos.

 En la primera batalla en la que se enfrentaron los cinco ejércitos, hubo grandes bajas, el Rey Trasgo mismo murió en combate singular contra el general de los refuerzos enanos, dejando a su barbudo rival moribundo. El Rey de los sureños muríó al salir a combatir y ser víctima del mayor de los dragones del Oscuro Ejercito. Pero poco tiempo después este fue derribado y dado muerte por los elfos.

 La contra ofensiva fue brutal.

 El Oscuro Ejercito, con sus líderes muertos, se sumió en el caos, las tropas intentaron huir de las tierras sureñas, pero antes no lograran alcanzar sus yermas tierras, las tropas trasgoides supervivientes no alcanzavan ni una quinta parte de las fuerzas que habían partido.

 Afortunadamente, otra vez la pobreza y esterilidad del yermo valle en el que viven los trasgos les salvó de la reprimienda de las fuerzas de sureños, enanos y elfos. A parte, tenían un duro trabajo para reconstruir lo que el Oscuro Ejercito había arrasado y quemado. Y otra vez, lejos de pasar penurias, el Imperio Trasgo se rehizo, como tantas veces siglos atrás. Sin tantas bocas que llenar había comida para todos, eso junto a que la población de hembras no se había visto afectada la natalidad en las últimas décadas ha ocasionado que la mayoría de tribus casi hayan alcanzado de nuevo sus efectivos.